Cada
vez que visito París, la estancia me parece corta. Disfruto y me siento muy
cómodo en esta ciudad. Y hay tantos sitios donde comer y beber tan bien que
cuando marcho de allí siempre me apunto nuevos restaurantes o bares a visitar
en un próximo viaje. Algo que no deja de atraerme.
Localizado en Belleville,
19ème, muy cerca del Parque des Buttes-Chaumont. Y también cerca de bistrots ya
legendarios como Le Baratin o Quedubon. Abrió hace aproximadamente un año. Su
bonita fachada tradicional se mezcla en su interior con un comedor con estilo
más moderno, con cocina abierta, y donde disfrutar, en nuestro caso al
mediodía, de un delicioso menú a un precio ajustadísimo: chaudrée de moule ou
boudin blanc maison; tartare de boeuf normand fermier; moelleux chocolat crème
anglaise... Todo riquísimo.
Nos
atendió Nadine Decailly, menciono el nombre completo porque la conocíamos de cuando
dirigía Au Nouveau Nez, la tienda de vinos de la calle Saint-Maur, hoy con una
cocina de estilo italiano. No sabíamos que Nadine trabajaba ahora aquí y nos
hizo ilusión reencontrarla.
Para beber disponían de
una carta bastante completa con referencias muy de mi gusto, entre ellas el
vino que elegí, curiosamente una botella que aunque visible no estaba a la
venta en un bar de vinos visitado pocos días atrás. Pero la suerte me acompaña.
Se trata de NuLlepaRT-cEDex Lot 17 de Aurélien Lefort. Gamay d'Auvergne.
Nos recomendaron su decantación (carafer) para darle tiempo a expresarse. De acidez
alta, mostraba a la vez delicadeza y potencia. Lo degustamos con ganas mientras
comíamos, no nos sobró ni una gota. En mi casa, tras esta visita a París que os
resumo, tengo ahora guardada otra botella de este vino. Tuve la oportunidad de poder
comprarlo en Crus et Découvertes.
Localizado
en la rue Keller (11ème), enfrente de la boutique de telas del Atelier
Brunette, una dirección que mi pareja y yo solemos visitar en París. El
restaurante abrió hace aproximadamente dos años y medio. Su chef y
copropietaria es la japonesa Kaori Endo. Y quien provisiona de vinos al
restaurante es su marido Mickael Lemasle, el responsable de Crus et
Découvertes, la tienda de vinos localizada en el mismo barrio, rue Paul Bert, y
que es una de mis tiendas preferidas, o mejor dicho, mi tienda favorita.
El restaurante es atrayente, suelo de azulejos a
cuadros rojos y blancos, escalera de caracol que embellece el local, mesas de
formica, carta de platos en la pizarra portátil... Pedimos varios entrantes: champignons
de Paris confits à l'huile d'olive; oeuf nitamago mariné au rapadura et tamari;
houmous azuki; tempura d'avocat au poivre sanshô (pimienta japonesa). También dos
platos principales: tataki de saumon, vinaigrette miso saikyō (un tipo de pasta
miso) y magret de canard grillé au sanshô, salsa céleri (apio), grenade et
sirop d'érable. Como veis se trata de una cocina franco-japonesa. No
descartamos los ricos postres dulces, poire confite à la cardamome, crème
praliné et meringue au café y cake moelleux au thé matcha con chocolate blanco
y frambuesas. Cenamos muy, muy bien.
Ofrecen varias opciones
como vinos por copas, nosotros optamos de todas formas por una botella de Les
épines, à quoi servent-elles? Lot 15 de Aurélien Lefort, Auvergne.
Gamay. Pura fruta y maravillosa acidez, un vino en un momento extraordinario.
Prácticamente
recién abierto en las fechas de nuestra visita. Se trata del nuevo restaurante
dirigido por Guillaume Dupré (Coinstot Vino, Passage Panoramas). Está situado
junto al Cirque d'Hiver, en la rue Amelot (11ème), la misma calle por lo tanto
del restaurante Biondi y de Le Clown, y muy cerca de Martin Boire et Manger.
Con
posibilidad de comprar vino a granel, servido con tirador a modo de grifo, bien
para llevar en medidas de medio litro, un litro o litro y medio, o bien para consumir
en el local, en este último caso también por copas. Si te lo llevas se debe
dejar un pequeño depósito por el envase de cristal, es decir por la botella
recuperable, esto es semejante a lo que en mi niñez se llamaba devolver los
cascos. En esos días disponían del vino a granel de Olivier Cohen, Languedoc.
Comimos muy bien, dos platos principales: onglet
de boeuf, oignons de Cévennes, épinards, maïs et jus au romarin y curry de
pommes de terre ratte, noix, broccoli et poires. De postre: tartalette chocolat
noir, framboises et coriandre y cheesecake leger, crumble sauge et poudre de
betterave.
De
entre la carta de vinos, algunos por botella y otros también con opción a copa,
he de decir que disfruté a lo grande. Varias copas pasaron por nuestra mesa: el
pétillant de Cantina Indigeno, rosado L17, de sólo 10,5 %, estupendo; Wastafeste
Pinot Grigio 2016 Azienda Agricola Villa Job, Venezia Giulia, bodega
que no conocía; el tinto de Cantina Giardino, L17;
Tonton
Rouge Cabernet Franc 2014, embotellado por Vincent Wallard, uva de Jérôme
Lenoir; Monstrum 2015, 80% grenache noir y 20% grenache gris, un Vin
Naturel Doux de Collectif Anonyme, Port Vendres, un monstruo, y finalizamos con
un digestivo de calidad, una copa de Calvados (42º) de Julien
Fremont, presente de la casa.
On
avait soif!
Estuvimos
muy bien atendidos por Paul y Guillaume.
El
nombre le pega a la perfección a este bar restaurante, un local para beber y
comer muy a gusto. Abierto desde hace casi 4 años, se localiza en el 24 Boulevard
du Temple, en el 11ème.
Según he leído, gran parte del equipo pasó por Au
Passage. A los mandos se encuentra Loïc Martin. Llegamos pronto, una tarde
noche de día festivo entre semana. Nos atendieron muy bien.
Tardé
en decidirme por el vino, la carta es extensa y predominan los vinos del sur, tras
releerla finalmente opté por una botella que destacaba para mi gusto, Megablend
L17 de Cantina Indigeno. Me lo sirvieron en carafe, me preguntaron
también si prefería que lo agitasen para hacer desaparecer el carbónico, pero a
mí no me molestaba. Había probado algunos vinos de esta bodega en Goguette y me
encantaron. Megablend es trebbiano y montepulciano d'abruzzo, sólo 10.5 %. Estos
zumos de vino tan naturales son los que a mí más me gustan.
Y
para cenar, de entre los platos a elegir de la pizarra ambulante: brochette de
coeurs de canard, topinambours, céleri, poitrine de cochon, chevre frais, gâteau
chocolat crème cardamome... Realmente, se bebe y se come bien en Martin Boire
et Manger.
De idéntico nombre que una canción de George
Brassens, este restaurante se encuentra en el barrio des Batignolles, 11ème, en
la Rue des Dames, muy cerca de las vías del tren. En su fachada de azulejos
blancos no indica el nombre, pero no tiene pérdida. Ambientado también en
blanco, su cocina se dispone al final del comedor de forma alargada, cómodo no
obstante.
Como
aperitivo y para iniciar la cena con calma pedí una botellita de Ciderman
L17, sidra de Cyril Zangs, sólo 5% de graduación.
Nos aconsejaron sobre las cantidades informándonos
del tamaño de los platos y optamos por probar varios de pequeño tamaño en lugar
de compaginarlos con alguno de los dos platos más grandes que ofrecen para
compartir entre dos. Así, probamos entre otros platos: panoufles d'agneau, lentilles
vertes et fourme affinée; ravioles de canard, bouillon champi,
piment-coriandre; bonito, boudin noir et épinard... Todo delicioso.
El
vino de la cena fue: L'Anglore Vintage 2015, Tavel, de Eric
Pfifferling. Nunca falla.
Raro
en nosotros, no pedimos postre en esta ocasión, estábamos llenos. Salimos bien
satisfechos.
Abierto este año, hace
unos meses. De los mismos propietarios que Martin Boire et Manger. La cocina la
dirige el chef australiano Peter Orr, ex-Au Passage. Está situado en la calle de
la Fontaine au Roi, 11ème, muy cerca del Canal Saint-Martin. Dispone de un
bonito comedor, grandes ventanas a la calle y cocina abierta, su mobiliario es
cómodo, de ambiente moderno y elegante a la vez, y sus platos refinados.
Nosotros acudimos un
sábado al mediodía, y disfrutamos. Tanto con los primeros como con los
segundos: parfait de foie gras et foie de volaille, pistaches et brioche;
poulpe, coco de Paimpol, feuille d'huître; canard colvert, chou noir, pancetta,
coing; veau fermier, pressé de pommes de terre, joue de boeuf, girolles. Por
supuesto llegamos al postre: mousse au chocolat, fruit de la passion, granola
et glace pistache. Todos los platos destacaron.
De
entre los vinos ofrecidos en su carta nos apetecía mucho volver a beber Les
Insouciants de Didier et Jules Grappe. Añada 2016.
Pur jus, 11,2% de graduación, pinot noir, chardonnay, trousseau y poulsard. Algo
reducido al primer instante, tras respirar un poco en el decantador cambió y
acompañó muy bien toda la comida. La última vez lo habíamos bebido en nuestro
viaje por el Jura, en aquella ocasión fue la añada 2015 y resultó también
tremendo.
Nunca
nos vamos de París sin aprovisionarnos previamente en esta tienda de vinos. Mi
cavista preferido. Situado en la conocida rue Paul Bert, 11ème. Siempre bien
atendido por Mickael Lemasle, me llevé algunas botellas no siempre fáciles de
encontrar.
No sé si fue casualidad, pero lo cierto es que
cuando recapitulé en los vinos comprados, me di cuenta de que todos eran de
Auvergne. Está claro que es una de mis regiones favoritas.
Hasta
aquí nuestra última estancia en París, espero volver pronto.
Vicente
© elvinoquebebo.com
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