La entrada a El Puerto
de Santa María desde la bahía de Cádiz remontando la desembocadura del Guadalete
es una imagen inolvidable. Una vez ponemos pie en tierra, nos dirigimos hacia
el mercado de la localidad. Nos gusta el ambiente de los mercados y desayunar
en ellos o alrededor. En el camino pasamos por delante del Castillo de San
Marcos (siglo XIII), uno de los edificios más representativos del lugar. Y
llegamos al Bar Vicente (calle Abastos 7), un local con sabor auténtico, estética
tradicional, muy acogedor. Sus molletes valen la pena, el de carne mechada está
delicioso, también podéis comprar churros en el mercado (en el famoso puesto de
Charo) y consumirlos en el bar.
Queríamos visitar Bodegas Obregón, localizadas muy cerca, pero antes no nos resistimos a probar las carmelas de la Confitería La Merced (calle Ganado 46), un bollo relleno de deliciosa crema pastelera y cubierto de azúcar glas, también lo ofrecen cubierto de chocolate.
Queríamos visitar Bodegas Obregón, localizadas muy cerca, pero antes no nos resistimos a probar las carmelas de la Confitería La Merced (calle Ganado 46), un bollo relleno de deliciosa crema pastelera y cubierto de azúcar glas, también lo ofrecen cubierto de chocolate.
Bodegas
Obregón
Lustau
es la única bodega del Marco de Jerez que trabaja en las tres ciudades: Jerez,
Sanlúcar y El Puerto. Entre sus vinos, algunos de los que más me atraen son los
de su línea almacenista, embotellados en formato de 1/2 litro y procedentes de pequeñas bodegas que elaboran
de forma artesanal. Lustau menciona siempre en cada etiqueta el nombre del
productor. Una de esas bodegas familiares es Bodegas Obregón, quienes no sólo
almacenan vino para aprovisionar a grandes casas, también crían y venden el
suyo propio. Tenía ilusión por visitarles.
Además de bodega poseen la
taberna más antigua abierta de El Puerto (calle Zarza 51). En la puerta varios parroquianos
degustaban su copita apoyados sobre algunas botas vacías colocadas de pie, una
escena tradicional. Hablamos con Álvaro, 4ª generación de la familia. Fue oler
una copa del Fino en Rama, de 3 años de crianza media, y pedirle que me
embotellara un litro, ¡qué bueno!, flores, finura... Un vino en rama de verdad.
También me llevé su Fino La Draga (5 años) que vende ya embotellado y con etiqueta,
al parecer se trata de idéntico vino que Lustau
Fino del Puerto Almacenista José Luis González Obregón. Otra botella más
compré, directamente de la bota, el Amontillado Viejo de 20 años, que también
encontramos en la línea almacenista de Lustau. Como comentó uno de los
simpáticos clientes de la taberna: "ese amontillado ya es para comer, con
pata negra y queso". Esta bodega y despacho de vinos nos dejó un regusto de
autenticidad.
Seguimos nuestro
recorrido. Cruzamos la Plaza España donde se localiza la Iglesia Mayor Prioral,
iglesia de finales del XV reedificada en el XVII, y nos dirigimos de nuevo
hacia el Guadalete, en concreto a la Avenida Bajamar nº 40. Saludamos a la
familia Gutiérrez Colosía, excelente bodega, la única actualmente que permanece
junto al río. A escasos metros, en la tienda de la importante Bodega Osborne
(calle los Moros 7) compramos una botella de mi apreciado Fino Coquinero y,
finalmente, subimos por la calle Valdés dejando a nuestra derecha la monumental
plaza de toros (del año 1880) para dirigirnos al restaurante donde habíamos
reservado.
El Faro
de El Puerto
Si en la anterior visita a esta localidad comimos en el restaurante Aponiente, una
experiencia para el recuerdo, en esta oportunidad tocaba conocer El Faro de El Puerto. Mucho nos habían hablado de este restaurante y teníamos ganas de
probarlo por fin, realmente las expectativas aún fueron mejoradas. Optamos por sentarnos
en la barra, la próxima vez será en el comedor, también tenía muy buena pinta. El
servicio es agradable y eficiente. Los platos nombrados en la carta de barra incitaban
a pedirlos. Nuestra elección, para que os hagáis una pequeña idea, fue:
"Ostras
al natural y en escabeche", buen comienzo, y "Albóndigas de mariscos
y algas", como aperitivos. También "Flor de calabacín en tempura
rellena de mariscos", muy bueno, y como plato principal "Daditos de
atún de almadraba salteado con sal de sésamo sobre verduritas y alga wakame",
atún muy bien cocinado manteniendo textura y jugosidad, las verduras en su
punto, un plato que nos gustó mucho.
Para
acompañar me fijé únicamente en los vinos de jerez, es lo suyo, tienen una
extensa selección con la posibilidad de degustarlos por copas. Disfrutamos con: Fino
Pavón de bodegas Luis Caballero (estando en El Puerto no podía
faltar este fino), La Bota de Vino Blanco Florpower 44 (bajo velo de flor y sin
encabezar), Coquinero Amontillado Fino de Osborne (me trae muy buenos
recuerdos) y La Bota de Amontillado 31 "Bota No" del Equipo
Navazos (nueces, almendras garrapiñadas, alcanfor, complejo... extraordinario).
Para los postres, valen la pena, Moscatel Gutiérrez Colosía, buen
final con el helado de azafrán.
Un
día bien aprovechado.