No me extraña que esta tierra hechice y enamore a tanta gente. Toscana es una región bellísima donde destacan pueblos fortificados y hermosas ciudades de arquitectura fascinante. Un paisaje de suaves colinas onduladas, bañadas por viñedos, olivos y cipreses completa un binomio de arte y naturaleza.
Toscana, en la parte central de Italia, bordea al norte con Emília Romagna y Ligúria, al sur con Lázio, el Tirreno al oeste y Marche y Úmbria al este. La Toscana vinícola se puede dividir en dos zonas principales: la parte costera y la zona central (nosotros centramos nuestra visita en parte de esta última). En la costa, destaca Bolgheri (liderada por su vino más famoso, Sassicaia de Tenuta San Guido, el primer “supertoscano”, 85% de Cabernet Sauvignon, 15% de Cabernet Franc) y Maremma, una zona de esperanzador futuro. En la Costa Toscana podemos añadir los viñedos hacia el interior situados alrededor de Lucca y Pisa. La zona central, en las provincias de Firenze y Siena, corresponde a las colinas centrales donde tendremos las DOCG Chianti, Chianti Classico, Brunello di Montalcino, Vino Nobile de Montepulciano, Carmignano (al noroeste de Firenze) y Vernaccia de San Gimignano (variedad blanca).
La uva más extendida en Toscana es la tinta autóctona Sangiovese, “sangre de Júpiter”, conocida también como Brunello o Sangiovese Grosso en la zona de Montalcino, o Prugnolo Gentile en Montepulciano. Actualmente encontraremos vinos 100% Sangiovese o bien mezclada con otras variedades (las importadas Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah o las autóctonas Canaiolo Nero, Malvasia Nera y Colorino). Entre las blancas, tenemos la Vernaccia de San Gimignano, la Malvasía (muy importante en la constitución del Vin Santo) y la Trebbiano (de no gran calidad). También existen numerosos e importantes vinos elaborados exclusivamente de variedades importadas.
Entre los principales elaboradores de Toscana, encontraremos: Castello di Ama, Fattoria San Giusto a Rentennano, Fontodi, Isole e Olena, Fattoria La Massa , Rocca di Montegrossi, Fattoria Felsina, Castell´in Villa, Montevertine… Todas ellas trabajan en Chianti Classico o también bajo la denominación IGT. En la Costa Toscana podemos citar entre otros, Grattamacco y Tenuta San Guido, y en Montalcino destaca la histórica Biondi Santi. Famosas son las grandes casas comerciales de vino de Firenze, Marchesi Antinori y Marchesi Frescobaldi, históricas familias de la nobleza.
El fenómeno de los Supertoscanos se inicia como rebelión a las estrictas normas impuestas por las DOC: imposición del uso exclusive de las grandes botti eslovenas, obligación de utilizar uvas blancas al elaborar tintos, imposibilidad de uso de variedades foráneas, sin posibilidad de elaborar vinos monovarietales de Sangiovese… Al primer supertoscano en los 70, Sassicaia (Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc), y al Tignanello (Sangiovese, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc) de Antinori se unieron posteriormente numerosos productores que trabajaban fuera de los parámetros citados y cuyos vinos tuvieron que ser etiquetados bajo la clasificación VDT (Vino da Tavola). Los nuevos vinos (con un cuidadoso trabajo en la viña, poda en verde, uso de barricas francesas, de variedades importadas o de monovarietal de Sangiovese…) fueron ampliamente reconocidos y recibieron por los norteamericanos el nombre de Super-Tuscans. Eran y son los vinos más caros de Italia. Tras la Ley Gloria de mediados de los 90 que modificó varias de las normas de las DOC y DOCG, muchos de los llamados supertoscanos podrían optar por volver a sus denominaciones originales, aunque la mayoría prefiere mantenerse bajo la etiqueta IGT (Indicazione Geografica Protegida) una vez adquirido valor y celebridad.
SIENA
Veníamos del Piemonte y, tras hacer escala en los pueblos de Cinque Terre admirando su espectacular viñedo asomándose al acantilado y a los pueblos enclavados en la costa, llegamos a nuestro destino alojándonos en Siena, desde donde realizamos diferentes rutas a través de Toscana.
La verdad es que acertamos de pleno con el alojamiento: Hotel Palazzo di Valli, edificio de 1700, cómodo, bonito, buena atención y a un corto paseo del centro de la ciudad.
En Siena destaca la Piazza del Campo. Esta plaza en forma de abanico es (junto la Grand Place de Bruselas, la Plaza de la Ciudad Vieja en Praga o la Piazza Verona en Roma) una de las más bellas que he podido ver hasta ahora. Presidida por el Ayuntamiento y su famoso Campanile, es en esta plaza donde se festeja el histórico y célebre Palio, carrera hípica de origen medieval.
Otro lugar imprescindible y que puede competir de igual a igual con su semejante en Firenze, es la catedral de Siena, preciosa exteriormente, su interior es asombroso por su elegancia, su riqueza y su pavimento de mosaicos. Un claro ejemplo de la arquitectura gótica italiana.
Otro lugar imprescindible y que puede competir de igual a igual con su semejante en Firenze, es la catedral de Siena, preciosa exteriormente, su interior es asombroso por su elegancia, su riqueza y su pavimento de mosaicos. Un claro ejemplo de la arquitectura gótica italiana.
Durante nuestra estancia de tres días, disfrutamos también de restaurantes que sabiamente nos habían recomendado:
- La Compagnia del Vinattieri, cerca de la Piazza del Campo, agradable restaurante que cuenta con una importante carta de vinos. Su cocina se basa en platos de la región. Elaboran un excelente Brasato di manzo (ternera) al Brunello di Montalcino. Disponen de una cava en el sótano, una cueva natural abastecida de numerosas referencias. Nosotros cenamos acompañados del Chianti Classico DOCG 2008 de Isole e Olena (80% Sangiovese, 15% Canaiolo Nero, 5% Syrah). Un vino elegante y fino, cereza, grafito, fácil de beber. El vino top de esta bodega es Cepparello, un IGT porque en la época no se permitía un varietal de Sangiovese.
- I Terzi, también en el centro histórico, bonito restaurante, realizan una cocina elaborada con productos de la zona. De la extensa carta de vinos, elegimos Chianti Classico DOCG Riserva 2004 Vigna del Sorbo, Azienda Agricola Fontodi (Panzano). Un vino mayoritariamente Sangiovese y con una pequeña parte de Cabernet Sauvignon. Carnoso, algarroba, vertical. El vino estrella de la bodega es el Flaccianello della Pieve, un “Supertoscano” 100% Sangiovese.
Otro lugar imprescindible en Siena es la Enoteca Italiana, situada en la antigua Fortezza Medicea de la ciudad (bastión militar del siglo XVI). En esta Enoteca cuentan con una representación de más de 1500 vinos italianos. En su puerta, su lema lo dice todo: “La vita è troppo breve per bere cattivo vino”
Siena es un lugar precioso, cúmulo de arte e historia, bien poblada de restaurantes, y también punto equidistante para visitar dos importantes zonas que teníamos previsto recorrer: Montalcino y Montepulciano hacia el sur y Chianti Classico al norte.
Vistas desde el Hotel
(Fotografía: Juan Luis Vanrell)
Hacia el sur, entre Montalcinos y Montepulcianos :
Nos dirigimos hacia Montalcino donde teníamos cita en Tenuta Greppo de Biondi-Santi. Durante el camino quedamos prendados del paisaje y sus colores: un lienzo formado por telas aterciopeladas, pintado de verdes praderas suavemente onduladas, flores amarillas, cipreses aislados y cielos grises y azules. En cualquier momento parecía que iban a aparecer los teletubbies saltando por la hierba, jajaja.
El Brunello di Montalcino fue creado por Ferruccio Biondi Santi, a finales del XIX en su finca Il Greppo, al realizar una selección de la Sangiovese capaz de producir vinos para un envejecimiento prolongado. Hoy en día la bodega está dirigida por Franco Biondi-Santi.
A diferencia de Chianti Classico o Montepulciano, enla DOCG Brunello di Montalcino trabajan exclusivamente con vinos Sangiovese 100%, llamado aquí Sangiovese Grosso o Brunello. El Rosso di Montalcino DOC también es un monovarietal de la misma uva.
A diferencia de Chianti Classico o Montepulciano, en
Atendidos muy amablemente en la bodega Biondi-Santi, nos enseñaron sus instalaciones, sus enormes botti, nos explicaron su historia, la filosofía de la casa y finalmente degustamos el Rosso di Montalcino 2008 DOC y el Brunello di Montalcino Annata 2005 DOCG. Aroma de cerezas con fondo especiado en un conjunto fino y muy elegante, ¡un gustazo! Nos despedimos con un regalo bajo el brazo, el Rosato de Biondi Santi. ¡Todo un detallazo!
Si Montalcino, dominada por su Fortezza, es bello, puede que todavía lo sea más Montepulciano, con su iglesia Madonna di San Biagio a pie de colina y su larga calle principal empinada en forma de caracol que recorre todo el pueblo hasta la Piazza Grande. En esta zona se produce el llamado Vino Nobile de Montepulciano, donde la Sangiovese adquiere el nombre de Prugnolo Gentile.
De vuelta hacia Siena, elegimos el camino recomendado por los lugareños atravesando el corazón de Crete Senesi (literalmente arcillas sienesas) y su paisaje más espectacular, formado por ondulaciones del terreno y ofreciendo una bella gama cromática. Tomad nota: carretera S.S 438 entre Asciano y Taverne d´Arbia ¡Hipnotizante!
(Fotografía: Juan Luis Vanrell)
(Fotografía: Juan Luis Vanrell)
Hacia el norte, Chianti Classico :
Por fin, tocó el día de recorrer la zona del Chianti Classico, denominado así porque corresponde tradicionalmente al corazón de la producción del vino de la zona. Eso sí, olvidémonos de la gorda y típica botella de rafia destinada al turismo desinformado. La DOCG Chianti Classico, a caballo entre las provincias de Firenze y Siena, comprende 70000 hectáreas y se extiende alrededor de las poblaciones de Gaiole, Radda, Castellina y Greve, siendo incluidas más recientemente, en 1932, algunas áreas de San Casciano in Val di Pesa, Barberino Val d´Elsa y, al sur, Castelnuovo Berardenga. Sin embargo, continúan siendo más importantes las cuatro primeras. Los suelos predominantes son pedregosos, de marga calcárea y arcilla arenosa.
Fuera del Chianti Classico destacan entre otros, el Chianti Rufina y el Chianti Colli Fiorentini (en los alrededores de Firenze) o el Colli Senesi (al sur de Siena), sin olvidarnos de la DOCG Carmignano , localizada en una pequeña zona al oeste de Firenze, donde tradicionalmente mezclan Sangiovese y Cabernet desde mucho antes que la aparición de los Súper Toscanos.
Actualmente, la DOCG Chianti Classico permite a los vinos su salida al mercado al cabo de un año posterior a la vendimia, deben estar compuestos como mínimo de un 80% de Sangiovese y un 20% máximo de otras uvas tintas, locales o extranjeras. Para ser Riserva deberá permanecer en crianza 24 meses como mínimo, de los cuales 3 en botella. La receta original del barón Bettino Ricasoli de finales del XIX (Sangiovese principalmente, Canaiolo, Mammolo, Colorino y las blancas Malvasia y Trebbiano) ha quedado desfasada.
Es importante observar que en Italia, al contrario que en España, la palabra Riserva no implica únicamente un tiempo de envejecimiento, puede significar también una selección de uvas o parcelas o una importante añada.
Es importante observar que en Italia, al contrario que en España, la palabra Riserva no implica únicamente un tiempo de envejecimiento, puede significar también una selección de uvas o parcelas o una importante añada.
A sólo 12 kilómetros de Siena, visitamos la bodega San Giusto a Retennano, localizada cerca de Gaiole in Chianti en un antiguo monasterio cistercense que se denominaba San Giusto alle Monache (monjes). Nos recibió una de las propietarias, Elisabetta Martini di Cigala, quien nos enseñó los viñedos, los depósitos de cemento, la cantina donde reposaban las barricas con sus vinos: su vino estrella 100% Sangiovese llamado Percarlo en recuerdo de un amigo de la familia, también su Chianti Classico, La Ricolma (100% Merlot)…
Uno de los grandes momentos de la visita fue subir a la sala donde secan las uvas destinadas al Vin San Giusto (90% Malvasia, 10% Trebbiano). Para elaborar este vino dulce, recogen las uvas en un estado óptimo de maduración dejándolas pasificar sobre esteras de caña en una sala ventilada de forma natural (ventanas). Tras su prensado el mosto es traspasado a pequeñas barricas de castaño (40 a 180 litros de capacidad) donde fermenta y junto con la levadura madre de la remesa del vino anterior se criará lentamente durante seis años, perdiendo por evaporación un 40% del producto inicial. Antes del embotellado, el vino es filtrado, gota a gota a través de tela holanda, muy fina. Aún permanecerá afinándose en botella durante 18 meses en la cantina. No se añaden sulfitos. Como veis, se trata de un Vin Santo, pero no tiene permitida dicha denominación al no alcanzar el grado alcohólico mínimo exigido por la autoridad competente de la zona. Se llama por ello Vin San Giusto.
Difícil de encontrar cualquier vino de esta casa, ni siquiera en la propia bodega, como previamente me avisaron, lo tenían todo vendido, lo cual es una buena noticia. De todas formas, como despedida de esta familiar bodega, nos ofrecieron catar la muestra embotellada del Riserva Le Baròncole 2009 Chianti Classico, 97% Sangiovese y 3% Canaiolo, un vino elegante y preciso donde encontramos los aromas del entorno: romero, tomillo… Comentar que al igual que muchos de los viticultores de la zona, también embotellan un Olio Extra Vergine di Oliva (Frantoio, Moraiolo, Pendolino y Leccino, como la Lechín española).
A pocos kilómetros, Gaiole in Chianti nos llamó poco la atención, sin embargo el siguiente pueblo, Radda in Chianti, mucho más bonito, fue el más interesante. De las varias tiendas de vinos localizadas en esta población, me gustaron sobre todo dos:
- Enoteca Casa Porciatti, tienda de productos de la región, aceites, tomates secos, pasta… y una selección de vinos pudiéndose degustar algunos. Yo probé Castello di Ama 2007 Chianti Classico (Gaiole in Chianti). 80% Sangiovese y 20% de Cabernet Franc, Malvasia Nera, Merlot y Pinot Nero de una de las bodegas más importantes de Chianti Classico.
- Enoteca Toscana, otra excelente tienda, aquí me invitaron a un fantástico Castell´in Villa Vin Santo del Chianti Classico 1993.
Antes de alcanzar Panzano y Greve in Chianti, los lugareños nos recomendaron visitar un encantador pueblecito en lo alto de una colina, Volpaia, tranquilo y bonito lugar de origen medieval al que vale la pena acercarse.
Y llegamos a Greve in Chianti, a sólo unos pocos kilómetros de la hermosa Firenze (ciudad que hace 20 años que no visito, pero su belleza es motivo para otro viaje por sí sola).
En Greve, bien recomendados, comimos en la Osteria Nerbone. Cocina típica y buena selección vinícola de donde elegimos para acompañar al monstruoso pero tierno Bitecca alla fiorentina, un Montevertine 2008 IGT (Sangiovese, Canaiolo y Colorino) de la bodega del mismo nombre, los productores de Le Pergole Torte, situados en Radda in Chianti. Distinto al resto de vinos de la zona que había probado, en un estilo más fino.
El pueblo tiene importantes enotecas, como Le Cantine di Greve in Chianti, fabulosa tienda con más de 1000 referencias y la posibilidad de degustar entre 140 vinos y 20 aceites de oliva. Otra importante tienda con una amplia selección de la producción de la zona es Enoteca del Chianti Classico Gallo Nero. Desde luego, hay donde elegir.
De vuelta hacia Siena, paramos en Castellina in Chianti, otro agradable pueblo del Chianti Classico, donde realicé una compra en la Enoteca Bottega , pequeña pero con una buena selección.
Durante nuestro recorrido por Toscana, visitamos otros pueblos y ciudades: Lucca (amurallada y elegante, donde circulan en bicicleta aunque llueva, es fácil verles con una mano en el manillar y otra en el paraguas); Pienza (entre Montalcino y Montepulciano); San Gimignano, con sus torres al cielo; la medieval y amurallada Monteriggioni; Pisa, mucho más bonita de lo que pensaba, y no sólo por la impactante Piazza dei Miracoli y su torre inclinada… Sin duda, la región es una joya, bella bella, que nos deja un recuerdo imborrable.
Hasta aquí nuestro viaje de once días del pasado mes de abril: Milano, Torino, Le Langhe y Monferrato, y finalmente Toscana.
Tras lo vivido y fijándonos en el mapa de Italia, constatamos que se trata de un país de enorme riqueza vinícola, lleno de viñedos, con multitud de variedades autóctonas, de norte a sur, de extremo a extremo (Véneto, Alto Adige, Campania, Puglia, Basilicata, Calabria, Sicilia, Sardegna…). Extraordinario. ¡Un país para bebérselo!
Tras lo vivido y fijándonos en el mapa de Italia, constatamos que se trata de un país de enorme riqueza vinícola, lleno de viñedos, con multitud de variedades autóctonas, de norte a sur, de extremo a extremo (Véneto, Alto Adige, Campania, Puglia, Basilicata, Calabria, Sicilia, Sardegna…). Extraordinario. ¡Un país para bebérselo!
Vicente
Post dedicado a mi amigo Antonio Giuliodori. Grazie Antonio por tu amistad y tu valiosa información.
San Giusto a Rentennano
Depósitos de cemento
Enoteca Casa Porciatti (Radda in Chianti)
Le Cantine di Greve in Chianti
Estoy absolutamente de acuerdo