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martes, 16 de julio de 2013

DE ÁNFORAS Y VINOS NARANJA (Orange Wines)



Pithos en griego, dolium para los romanos (dolia en plural), qvevri en Georgia… Nombres correspondientes a las vasijas de terracota empleadas antiguamente principalmente para la crianza o conservación del vino y que por su parecido serían más indicados para denominar los actuales recipientes en lugar de llamarlos ánforas, las cuales eran de menor tamaño, con asas, cuello estrecho y destinadas en tiempos antiguos esencialmente al transporte de diversos productos alimentarios.

Denominado de una forma u otra, este recipiente de vinificación es empleado desde hace algunos años entre ciertos vitivinicultores, tomando fuerza sobre todo en Italia. En Friuli, región italiana fronteriza con Eslovenia, Josko Gravner, tras experimentar varios años, reintrodujo en 2001 el empleo de grandes “ánforas” (qvevri) traídas desde Georgia, país situado en la región del Cáucaso, zona considerada cuna del vino, donde aún se sigue utilizando de forma tradicional este tipo de recipiente, desde hace milenios.

Las técnicas de vinificación adoptadas para sus vinos blancos por algunos productores en el nordeste de Italia y otras zonas son también similares a las tradicionales georgianas. Consisten, al modo de la elaboración del tinto, en largas maceraciones y fermentaciones de las uvas blancas en contacto prolongado con sus hollejos. Este método conlleva, además de otras importantes características, una coloración de los vinos hacia tonos ámbar o anaranjados, en mayor o menor intensidad, debido a la extracción de pigmentos y materias colorantes.

Los vinos de este color elaborados bajo este tipo de vinificación a partir de uvas blancas, fueron bautizados por importantes críticos internacionales como Orange Wines.

He de subrayar que las vasijas de terracota no son de ninguna manera el elemento indispensable para la realización de vinos naranja. Los recipientes pueden ser variables, acero inoxidable, madera, cemento… Y los tiempos de maceración también difieren. Que sea un vino naranja tampoco implica que sea elaborado según los principios biodinámicos, que tenga ninguna o poca adición de SO2, que sea más natural, o que se elabore bajo el método de la cosmocultura. Todo dependerá de la decisión del vitivinicultor.

La primera vez que probé un vino naranja desconocía su proceso de vinificación, fue con nuestros amigos de Torino cenando en Il Consorzio. No se me olvida, Alvas Bianco 2008 de la bodega Panevino, un vino de Cerdeña elaborado, a partir de diversas uvas blancas locales, por Gianfranco Manca, anteriormente de profesión panadero. La sorpresa inicial por su tonalidad anaranjada en un vino seco aumentó ante sus características: flores, albaricoques, frutos secos, orejones… poderoso, espectacular.

En las últimas semanas he reunido algunas botellas de productores italianos que trabajan con estas técnicas basadas en una larga maceración pelicular de uvas blancas que se dejan fermentar en contacto con las pieles, usen ánforas o no. Y por supuesto, libres de sustancias extrañas  y utilizando las levaduras indígenas.

Ya degustadas, hablemos de ellas:

Pithos 2010 Bianco, Azienda Agricola COS, Sicilia IGT

Grecanico 100%. Fermentación en ánforas de terracota (tinajas españolas) de 400 litros de capacidad, semienterradas, crianza durante 7 meses. De color dorado anaranjado. Flor, albaricoque seco, almendra cruda, toques amielados, punto salino, final ajerezado. Buena estructura, pureza, elegancia, personalidad. Largo. Delicioso. Solo 11,5 % de grado alcohólico.

Bodega actualmente dirigida por Giambattista Cilia y Giusto Occhipinti (tío de Arianna Occhipinti), fue fundada en 1980 junto a un tercer amigo, Cirino Strano, formando con las iniciales de sus apellidos el nombre de la empresa: COS. Siguen los principios de la viticultura biodinámica.

En el 2000 introducen las tinajas de terracota, traídas desde España, elaborando el Pithos Rosso (nero d´avola y frappato di vittoria) fermentado y criado por completo en este tipo de vasija denominada pithos en la antigua Grecia.

Desde que descubrí esta bodega, sus vinos me producen sorpresa tras sorpresa, acompañada siempre por la satisfacción. Entre otros, su Nero di Lupo 2010 (nero d´avola), piel y cuero, o su Cerasuolo di Vittoria Classico (vinificado en cubas de cemento vitrificado): el 2009 me hipnotizó con una nariz plena de fresca piel de uva, uva macerada, especias, hierbas aromáticas, fresas, frambuesa ácida, cerezas… No muy largo y más bien ligero pero un vino encantador (60% nero d´avola y 40% frappato di vittoria).

Fontanasanta Nosiola 2011, Foradori, Vigneti delle Dolomiti IGT

Los tintos de Elisabetta Foradori me parecen extraordinarios, y este blanco cuya uva fue fermentada y criada en tinajas de Villarrobledo en contacto con sus hollejos durante 8 meses, se presenta elegante y de tacto sedoso. Su color no es naranja, más bien pálido. En nariz muestra toques cítricos, lima-limón, piña, piel de melocotón, ligeras notas de avellana tostada, almendra. En boca entra afilado, con una acidez que hace salivar, seco. Procedente de un viñedo de 2 hectáreas en total. Suelo de arcilla y piedra caliza. Agricultura biodinámica.

La nosiola es una antigua uva blanca de la zona del Trentino. También utiliza tinajas de Villarrobledo para la vinificación de dos de sus excelentes tintos, Morei y Sgarzon, ambos con la uva autóctona teroldego.

Dinavolo 2008,  Azienda Agricola Denavolo, Vino da Tavola

Color casi ambarino. En nariz, frutos secos, orejones, ahumados… Aparenta licoroso y dulce, sin embargo es absolutamente seco en boca. Tanicidad y acidez, como si las pieles estuvieran presentes en la copa. Salino, con cuerpo. Un vino de guarda.

Giulio Armani, el enólogo de La Stoppa, desde 2005 realiza sus propios vinos en Emilia Romagna. De los tres blancos que elabora actualmente, Dinavolo proviene de viejas viñas a una altitud de 500-600 metros. 25% malvasia di candia aromatica, 25% ortrugo, 25% marsanne y el resto trebbiano, sauvignon, santa maría y otras cepas. Maceración pelicular en cubas de inox durante 9 meses.

Ageno 2007, Azienda Agricola La Stoppa, Emilia Romagna IGT

Color cobrizo, algo turbio. En nariz, flores blancas, cera de abeja, albaricoque, melocotón, tierra, arcilla, resina… En boca, seco, intenso, corteza de cítricos, bitter, hojas de té. Fuerte acidez que te hace salivar, de largo posgusto. Un vino rico y vigoroso.

60% malvasia de candia aromatica y el resto trebbiano y ortrugo. Larga maceración sobre sus pieles durante 30 días y criado durante 12 meses en depósitos de acero inoxidable y barrica usada de roble francesa, 2 años en botella.

Al frente de la bodega La Stoppa está Elena Pantaleoni, quien ayudada por Giulio Armani revitalizó esta antigua casa. Realiza varias referencias entre tintos y blancos, pero este Ageno (nombre de un antiguo propietario de la bodega) y su Passito de malvasia Vigne del Volta son mis botellas preferidas.

Además de los citados, otros productores en Italia, Eslovenia, Austria, Croacia, Francia… trabajan sus uvas blancas en largas maceraciones con sus hollejos. Algunos utilizan ánforas, otros prefieren distintos recipientes, otros utilizan también recipientes de terracota en la vinificación de sus tintos. Así, como ejemplos: Dario Princic (no usa ánforas), Stanko Radikon (toneles de roble esloveno) y Paolo Vodopivec (qvevri enterradas), quienes elaboran orange wines en Friuli-Venecia Julia; Frank Cornelissen, en Sicilia, ha utilizado durante años recipientes de terracota; Cristiano Guttarolo, en Puglia, elabora su tinto Amphora de uva primitivo; Movia destaca en Eslovenia; Pheasant´s Tears en Georgia, vinifica y envejece todos sus vinos, tanto blancos como tintos, en qvevri totalmente enterradas; Iago´s Wine es otra bodega artesanal también en Georgia…

En Francia, Céline Beauquel del Clos Romain (Languedoc) utiliza ánforas para la creación de su tinto Phidias; también Philippe Viret en el Ródano; Jean-Claude Lapalu en el Beaujolais; en Córcega Clos Canarelli y su Corse Figari Rouge Amphora; en Savoie, Dominique Belluard, quien utiliza cubas de hormigón en forma de huevo en la vinificación de sus vinos, también experimenta con ánforas para su mondeuse; en el Jura, Stéphane Tissot elabora un Arbois Savagnin Amphore (orange)...

En España, las tinajas de barro, cuyo uso ha perdurado en alguna zona como los llamados vinos de pitarra que se elaboran en pueblos de Extremadura de forma casera, son reintroducidas como recipiente de vinificación por unos pocos vitivinicultores actualizando y recuperando técnicas tradicionales. Encontraremos también algunos ejemplos de vinos naranja.

En Villena (Alicante), Rafa Bernabé de bodegas Bernabé-Navarro realiza un muy interesante proyecto denominado Viñedos Culturales con la loable intención de recuperar variedades autóctonas (merseguera, rojal, garnacha peluda…) vinificadas sin adición de sulfuroso, con levaduras del propio viñedo, sin clarificado, sin filtrado… En la elaboración de algunos vinos utiliza tinajas de arcilla (de Villarrobledo), como en su muy recomendable rosado Musikanto (garnacha peluda) o su Tinajas de La Mata (merseguera y moscatel). Este último un vino naranja, que de su añada 2011 disfrutada la pasada semana apunté las siguientes notas:

Cera de abeja en nariz, piel de limón, fruta blanca, intensidad, nariz compleja, flor jerezana, calcáreo, salino. Paso fresco en boca, vertical. Color amarillo-naranja. Nos gustó.

En Morata de Tajuña, en la provincia de Madrid, Fabio Bartolomei elabora distintos vinos naturales sin adicionar en ningún momento ningún elemento procesado, ni sulfuroso. Entre sus referencias destacan sus vinos naranja elaborados a partir de variedades blancas locales como la malvar o la airén. Hace pocos días conseguí una botella de su Airén Sobre Madre 2010 Vinos Ambiz. Pronto la abriré, os contaré. De momento, pinchar en la foto y observar los enormes posos del fondo de la botella, vino no filtrado, no clarificado.

Hasta la próxima.

Vicente