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viernes, 14 de abril de 2017

El jerez en Japón, recorrido por algunos de sus bares: Bar de Ollaria, Sherry Club, Bar Clavel...



El vino de Jerez y su cultura tiene bastantes seguidores en Japón. Los 11.000 kilómetros de distancia no son un impedimento. La afición de los japoneses por los vinos jerezanos, sherry wines, va incrementándose año a año. Un dato indicativo es que en el país existe un número importante de venenciadores oficiales, cerca de 200 profesionales, y por supuesto lugares donde los sherry lovers japoneses disfrutan de estos vinos. Nosotros visitamos cuatro bares especializados, tres en Tokio y uno en Kioto, pero existen más.


Desde el 2014 ostenta según el libro Guinness el récord de jereces ofrecidos, casi 300. El anterior poseedor era otro importante sherry bar, el Sherry Club, ambos localizados en el céntrico barrio de Ginza, en Tokio.


El propietario de Bar de Ollaria es Toshihiko Watanabe san, venenciador oficial por el Consejo. El sumiller Tkasuyuki Sano san nos atendió de forma muy amable y profesional,  al descubrir que éramos españoles nos hizo una demostración de su destreza venenciando líquido con una considerable altura entre venencia y copa. De entre las opciones para degustar jerez, mi umami, optamos por unas copas de Cruz Vieja Amontillado en Rama. No nos faltó el jamón de bellota cortado a mano, más umami, ¡extraordinario! ¡este amontillado y este jamón!

Tienen otro Bar Ollaría en el distrito de Ebisu.


Sherry Club Tokyo

Se trata del primer bar restaurante de Japón dedicado a los vinos de Jerez, su propietaria la señora Michiro Takahashi lo abrió en 1986.

También localizado en el barrio de Ginza, en una calle paralela al anteriormente mencionado. En su comedor principal, además de la barra y varias mesas, tiene decorada una de las paredes con frontales de botas jerezanas, firmadas con tiza. 


Cocinan platos españoles, nosotros optamos por picotear. Un plato de queso manchego, lomo ibérico y unas aceitunas nos sirvió para acompañar las copas elegidas de Manzanilla Micaela Bodegas Baron y Fino Gutiérrez Colosía, para empezar. Finalizamos con Pastora Manzanilla Pasada en Rama de Bodegas Barbadillo, que se muestra igual de bien en todas partes.





Sherry Club Kyoto

Sucursal de la anterior pero en Kioto, en una encantadora zona muy cerca del tradicional barrio de Gion. La entrada se encuentra franqueada por una bonita escultura de un venenciador. Dentro es acogedor, pequeño y agradable, coqueto y de ambiente tranquilo como su barrio. Nos gustó mucho. Para comer pedimos varios platos: jamón, ensalada de tomate y mojama, anguila rebozada... ¡buenísimo!

De beber, me di un gustazo, tres copas distintas, tremendas: Manzanilla La Gitana en Rama, Toro Albalá Amontillado Viejísimo y Don Gonzalo Oloroso de Valdespino.

489-2, Shimogawara-cho Higashiyama-ku





Bar Clavel (Fotografía de cabecera)

De nuevo en Tokio. No es fácil encontrar este bar de vinos jerezanos, situado en la 4ª planta de un edificio, no hay muchas indicaciones, aunque las suficientes con un poco de paciencia. El local, en una de las puertas de la planta, comparte ésta con otros comercios, oficinas y bares variados. Abierto no hace mucho, en 2015, por Aki Shimada san, también venenciadora oficial, con grandes conocimientos del jerez y gran simpatía.

Al estar todo en japonés la sumiller fue mostrándome botellas sacándolas de las neveras de vino. A la docena de botellas entre finos y manzanillas, siguió varias de amontillado, y al nombrar yo la palabra oloroso colocó varias botellas más sobre la barra, y todo para elegir alguna copa. De la gran variedad, mi pareja y yo elegimos las siguientes: Fino Tradición, Manzanilla 541 Alexander Jules y Los Abandonados 68 Oloroso Alexander Jules. De esta última disfrutamos las últimas copas de la última botella que le quedaba al bar. ¡Qué maravilla! Para acompañar, queso manchego, embutidos y frutos secos. El servicio en todos los sitios es impecable.

A pesar de la diferencia de idioma, entre inglés, japonés y español, charlamos un rato con Aki y algunos clientes, todos muy contentos y orgullosos de recibir una pareja de españoles amantes también del jerez. Hasta nos hicieron una foto con la propietaria mientras venenciaba con arte y eficacia.




Japón nos encanta, la simpatía y amabilidad de su gente es extraordinaria, ¡qué a gusto se está por aquí!

Vicente

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