El
vino de Jerez y su cultura tiene bastantes seguidores en Japón. Los 11.000
kilómetros de distancia no son un impedimento. La afición de los japoneses por
los vinos jerezanos, sherry wines, va incrementándose año a año. Un dato indicativo es que
en el país existe un número importante de venenciadores oficiales, cerca de 200
profesionales, y por supuesto lugares donde los sherry lovers japoneses
disfrutan de estos vinos. Nosotros visitamos cuatro bares especializados, tres
en Tokio y uno en Kioto, pero existen más.
Desde el 2014 ostenta según el libro Guinness el
récord de jereces ofrecidos, casi 300. El anterior poseedor era otro importante
sherry bar, el Sherry Club, ambos localizados en el céntrico barrio de Ginza, en Tokio.
El
propietario de Bar de Ollaria es Toshihiko Watanabe san, venenciador oficial
por el Consejo. El sumiller Tkasuyuki Sano san nos atendió de forma muy amable
y profesional, al descubrir que éramos
españoles nos hizo una demostración de su destreza venenciando líquido con una
considerable altura entre venencia y copa. De entre las opciones para degustar
jerez, mi umami, optamos por unas copas de Cruz Vieja Amontillado en Rama. No nos
faltó el jamón de bellota cortado a mano, más umami, ¡extraordinario! ¡este
amontillado y este jamón!
Tienen
otro Bar Ollaría en el distrito de Ebisu.
Sherry Club Tokyo
Se
trata del primer bar restaurante de Japón dedicado a los vinos de Jerez, su
propietaria la señora Michiro Takahashi lo abrió en 1986.
También localizado en el barrio de Ginza, en una
calle paralela al anteriormente mencionado. En su comedor principal, además de
la barra y varias mesas, tiene decorada una de las paredes con frontales de botas
jerezanas, firmadas con tiza.
Sherry
Club Kyoto
Sucursal de la anterior pero en Kioto, en una
encantadora zona muy cerca del tradicional barrio de Gion. La entrada se encuentra
franqueada por una bonita escultura de un venenciador. Dentro es acogedor,
pequeño y agradable, coqueto y de ambiente tranquilo como su barrio. Nos gustó
mucho. Para comer pedimos varios platos: jamón, ensalada de tomate y mojama,
anguila rebozada... ¡buenísimo!
De beber, me di un gustazo, tres copas distintas,
tremendas: Manzanilla La Gitana en
Rama, Toro Albalá Amontillado
Viejísimo y Don Gonzalo
Oloroso de Valdespino.
489-2, Shimogawara-cho Higashiyama-ku
De nuevo en Tokio. No es fácil encontrar este bar de vinos jerezanos, situado
en la 4ª planta de un edificio, no hay muchas indicaciones, aunque las
suficientes con un poco de paciencia. El local, en una de las puertas de la
planta, comparte ésta con otros comercios, oficinas y bares variados. Abierto
no hace mucho, en 2015, por Aki Shimada san, también venenciadora oficial, con
grandes conocimientos del jerez y gran simpatía.
Al estar todo en japonés la sumiller fue mostrándome
botellas sacándolas de las neveras de vino. A la docena de botellas entre finos
y manzanillas, siguió varias de amontillado, y al nombrar yo la palabra oloroso
colocó varias botellas más sobre la barra, y todo para elegir alguna copa. De
la gran variedad, mi pareja y yo elegimos las siguientes: Fino Tradición, Manzanilla 541 Alexander Jules y Los Abandonados 68 Oloroso Alexander Jules.
De esta última disfrutamos las últimas copas de la última botella que le quedaba
al bar. ¡Qué maravilla! Para acompañar, queso manchego, embutidos y frutos
secos. El servicio en todos los sitios es impecable.
A pesar de la
diferencia de idioma, entre inglés, japonés y español, charlamos un rato con
Aki y algunos clientes, todos muy contentos y orgullosos de recibir una pareja
de españoles amantes también del jerez. Hasta nos hicieron una foto con la
propietaria mientras venenciaba con arte y eficacia.
Japón nos encanta, la simpatía y amabilidad de su
gente es extraordinaria, ¡qué a gusto se está por aquí!
Vicente
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