Osaka es la tercera ciudad más grande de Japón. Un
importante puerto y centro industrial del país. En esta ciudad, vibrante y bulliciosa,
intensa y marchosa, muy divertida, visitamos varios puntos destacables:
Dotonbori es la zona colindante al canal fluvial que
atraviesa el distrito de Namba, centro turístico conocido por su vida nocturna.
Varios puentes cruzan el canal de navegación. Destacan los carteles
luminosos en los edificios que lo bordean, como el famosísimo Glico Man.
Uno de los edificios que sobresalen en esta ciudad
es el rascacielos Umeda Skype Building, de 173 metros y diseñado por Hiroshi
Hara, también responsable de la bella estación de Kioto. En realidad se tratan
de dos edificios de 40 plantas construidos en 1993 y conectados en la parte
alta por unas escaleras móviles mecánicas. Consta de una plataforma que lo
cubre y que hace de mirador de 360º y al aire libre. También existe un mirador
interior en el piso inferior. Una de las curiosidades de entre las increíbles
vistas de la ciudad que ofrece este rascacielos es divisar fácilmente un curioso
edificio por el que atraviesa una autopista, el Gate Tower Building.
La torre Abeno Harukas es la otra estructura
gigantesca que destaca en la ciudad, en este caso de 300 metros y 60 plantas.
Terminado en 2014, es el edificio más alto del país. Sus últimas tres plantas
lo ocupan el mirador Harukas 300. También hay una terraza y zona de cafetería.
Las vistas de la ciudad de Osaka son realmente espectaculares, el atardecer o
el anochecer resulta especialmente agradable. Parte del resto de plantas lo
ocupan el mayor centro comercial de Japón, denominado Abeno Harukas Kintetsu; también
existe un hotel, un museo, jardín...
El castillo de Osaka, completamente restaurado, y el
parque que lo rodea es también una muy interesante visita (fotografía de cabecera).
Existe también otra zona a visitar, diferente, con cierto
aire decadente, como de una antigua feria de los años 50 o antes, diseñada con
intenciones futuristas. Se trata del barrio de Shinsekai. Situado alrededor de
la torre Tsutenkaku (103 m.), aquí abundan los bares donde comer kushikatsu,
típica brocheta de pollo o carne.
Desde Osaka utilizamos el shinkansen para acercarnos
a Hiroshima y desde allí embarcar en el ferry hasta Miyajima para ver el torii
gigante sobre el mar. No sé si habrán muchas fotos o no del
famosísimo torii en plena restauración, nosotros las tenemos. Otra de las
posibles excursiones desde Osaka es la visita al castillo Himeji, en nuestro
caso, por tema de tiempo disponible, será en otra ocasión.
Umeda Skype Building
No creáis que no comimos y bebimos de maravilla en
esta ciudad. Un lugar donde muy posiblemente cocinen los mejores okonomiyaki de
la ciudad, deliciosos yakisoba y donde puedas beber por copas o botellas una
selección sobrenatural de vinos naturales, existe y se llama:
Está regentado por los hermanos Chie san y Yoshio san, muy simpáticos y atentos. Sus okonomiyaki, plato
típico de Osaka, y su yakisoba son deliciosos y la variedad de vinos que
ofrecen es increíble. El restaurante está ubicado en un alto edificio
compartiendo planta con otros locales de restauración. El edificio parece de
oficinas y de aspecto lujoso pero el local es agradable y cómodo, consta de una
grandiosa plancha donde cocinan delante de los comensales.
Empezamos con dos vinos japoneses: Prologue de la bodega Kumamoto y variedad muscat bailey A,
una variedad híbrida resultado del cruce de otras dos, y Tsugane La Montagne Magnum 2013, de Eishi Okamoto, bodega Beau Paysage, una maravilla de
vino, y más en magnum.
Continuamos con dos copas más: Cette fois, je crois que j'ai une idée de
nom pour cette cuvée... Pinot gris de Pierre Beauger, Auvergne, añada 2012 y 7mg/L de SO2 total, y Ribolla 2004, tamaño 1000 ml, de Stanko Radikon, una locura de vino.
Yoshio san muy amablemente me indicó que podía abrir cualquier botella
para consumir por copas, incluida una magnum de Lucy Margaux que estaba
mirando, no me atreví a solicitarle abrir la botella grande expresamente para
dos copas, pero no me quedé sin beber durante la bonita velada alguna copa de
una de mis bodegas preferidas, la australiana que os acabo de nombrar. Fue en
este caso una syrah, Scyras 2013,
de Clarendon. Bravo por Anton Van
Klopper.
Tras las copas, una botella de il chicco 2015, de Tom Shobbrook, Barossa Valley, la
cena lo merecía. Principalmente riesling, nos encantó.
Para finalizar, invitación de la casa, Dehou Raisins 2010, pinot gris de Bannwarth, en Alsacia, vinificado
y embotellado por Vinibrato. Un vino de Jean-Marc
Brignot. Yoshio san sabía que la próxima parada de mi itinerario por
Japón era la isla de Sado, la isla del Mar de Japón donde reside desde hace
unos años este admirado viticultor, un viaje que os contaré pronto.
Durante la velada en el restaurante, entablaron con nosotros rápidamente
conversación el resto de clientes del local, estábamos en petit comité, tal vez
porque éramos los únicos extranjeros, tal vez por la larga selección de vinos
que estábamos degustando y que ellos bien conocían... Lo cierto es que el carácter
del japonés amante del vino natural es extrovertido y muy simpático.
3 Chome-3-23 Nakanoshima Kita-ku, Osaka (Planta 3F)
Siendo nuestra primera cena en esta ciudad, la
sonrisa de nuestra cara no pudo ser mayor. Pero hubo una segunda noche...
Vicente
Natural wine connection
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