Cuando
me enteré de que la 4ª edición de la RAW Wine Fair en Berlín se celebraba por
primera vez en primavera, decidí acudir y revivir buenos momentos, los propios
de la RAW que ya experimenté en Londres y los que ofrecía la ciudad de Berlín,
que no visitaba desde hacía mucho.
El
lugar destinado a este importante salón internacional de vinos fue el bonito Markthalle
Neun, mercado localizado en el barrio de Kreuzberg, construido a finales del
XIX y reabierto desde 2011. El evento tuvo lugar los días 13 y 14 de mayo,
domingo y lunes, como es habitual en la RAW.
RAW
es una de las más importantes ferias de vinos naturales que se celebran en el
mundo. Creada y organizada por Isabelle Legeron, actualmente se sigue celebrando
anualmente en Londres y se ha extendido en los últimos años a Berlín, Nueva
York, Los Ángeles y este año se celebrará también en Montreal.
Durante
los dos días de celebración recorrimos numerosas mesas, centrándonos sobre todo
en los productores alemanes y austriacos, pero sin olvidar otros de gran
interés. Probamos vinos de EEUU, de Sudáfrica, Suecia, Francia, España,
Polonia, Georgia, Grecia...
De
entre decenas y decenas de elaboradores presentes y cientos de referencias
donde elegir, nuestro recorrido, contado resumidamente, fue el siguiente:
Trabajan en la zona
vinícola de Rheinhessen, situada al oeste del río Rin. Fue la primera mesa que
visitamos. Cultivan sus 16 hectáreas según los principios de la biodinámica.
Empezamos degustando la sidra que elaboran, Cidre Sàndor 2017, 7% de
graduación alcohólica, creo que es su primera sidra, y al poco probamos su Pétillant
Naturel, 11%, añada 2016, elaborado a partir de
variedades que oigo por vez primera (bacchus, huxelrebe y ortega). Muy buenos,
tanto la sidra como el pet nat.
Del
resto de la mesa nos encantó su Rosé, también 2016, (merlot, pinot
noir, portugieser y dornfelder), luego nos enteramos que se trata de una
botella bastante buscada por los aficionados a esta bodega. Ahora también por
mí. A los dos días, en el Ottorink, el bar de vinos más antiguo de Berlín, tuve
la oportunidad de beber unas copas del Müller-Thurgau 2016 en formato
magnum, me pareció colosal.
En
la mesa continua probamos los vinos de los jóvenes hermanos Brand, 5ª
generación que ha retomado la bodega familiar localizada en Bockenheim, en la región
de Pfalz (Palatinado). Cuentan con 18 hectáreas.
Nos sorprendieron muy gratamente. Estupendos el Pet
Nat Rosé 2017, pinot noir y portugieser, y el Pet Nat de silvaner y
pinot blanc. También el resto de vinos: Wilder Satz 2017, blanco coupage de
chardonnay, müller thurgau y sylvaner; Wildrosé 2017, elaborado a partir de
la variedad blauer portugieser y pinot noir, que como su nombre indica, se
muestra salvaje y de nuestro gusto; su tinto, Flora 2016, nos descubrió
una variedad desconocida por mí hasta entonces, dornfelder. Son vinos frescos,
frutales, secos y de baja graduación alcohólica.
Hemos
bebido varias veces algunos de los vinos de esta bodega localizada en Franconia,
y cada vez nos gustan más. Disponen de 6 hectáreas. En esta ocasión, de entre
los vinos que traían, destacó para mi gusto su Wilde Heimat 2015,
silvaner cultivada en parcelas más altas, vinificada en contacto con las pieles
y utilizando barrica, aunque no se note la madera en ningún momento. He de
decir que nos gustan todos sus vinos. A los pocos días tras la feria, en uno de
mis lugares favoritos en Berlín, Motif Wein, localizado en Neukölln, tuvimos la
suerte de disfrutar con su Bat-Nat 2016, un pet nat de
schwarzriesling (meunier), de color rojo, sumamente fresco, buena acidez y definitivamente
delicioso.
Hasta
ahora tres bodegas alemanas de gran nivel. Algún productor alemán más presente
en la feria nos faltó probar. Stefan Vetter, en la zona de Franconia,
también destaca. Una botella para nosotros dos de su Sylvaner 2015 la
degustamos con entusiasmo comiendo en S.Bart, un pub-restaurante de vinos que
visitamos en el barrio de Kreuzberg en días posteriores a la feria.
Localizados al este de Austria,
en Oggau, cerca del lago Neusiedler, en la zona vinícola de Burgenland, al
límite con Hungría, donde trabajan 18 hectáreas cultivadas según los principios
de la biodinámica. Es una de las bodegas austriacas que más fama ha adquirido
desde hace unos pocos años. Se lo merece.
En
su mesa estaban presentes las tres únicas elaboraciones de una añada que había
resultado climatológicamente difícil pero sin embargo bien resuelta con un
tinto, un rosado y un blanco, mezcla cada uno de ellos de distintas uvas que
suelen ir destinadas a diferentes vinos. Así, su Weiss 2016, variedades
grüner veltliner, weissburgunder (pinot blanc), gewürztraminer y
welschriesling, es la mezcla de las elaboraciones destinadas hasta entonces a
los vinos Timotheus, Theodora, Emmeram y Mechthild. Este blanco me pareció fascinante,
por su complejidad y disfrute a partes iguales.
La actual generación de
esta bodega localizada en la región de Burgenland la componen las hermanas
Susanne y Stefanie Renner, quienes elaboraron su primera añada en 2015. Cuentan
con 13 hectáreas. Había probado en una ocasión uno de sus vinos y al conocer
que estaban presentes en esta feria, tenía marcada su mesa en mis anotaciones
como visita imprescindible. Verdaderamente sus vinos me encantan, blancos, tintos,
tremendo Zweigelt 2016, y también su Rosé Waiting for Tom 2017 (blaufränkisch
y zweigelt). In a hell mood 2017, pet' nat de pinot noir, en un 75%, y
chardonnay, me pareció fantástico.
Seis
meses de maceración en contacto con sus pieles, añadas 2013 y 2015,
grüner veltliner y pinot blanc (weissburgunder), de viñas de más de 45 años,
éstas son algunas de las características de su vino estrella, de nombre Sol,
nombre también de la antigua parcela de la que procede. Un gran vino. Su bodega,
bodega familiar, se localiza en Weinviertel, al norte de Viena. Trabaja 10 hectáreas,
certificación Demeter. Las variedades utilizadas en su mayoría son blancas.
Varias
bodegas austriacas más visitamos, la selección era espléndida. Degustamos los
vinos de Meinklang, bodega de la zona de Burgenland, en realidad una granja
dedicada a la obtención de cereales de escasa producción, cultivo de huertos
frutales, hierbas silvestres y por supuesto de viñas; también los vinos de Alexander Koppitsch, quien elabora en Neusiedl am See, Burgenland; tres bodegas
localizadas en Styria, al sureste del país, casi en la frontera con Eslovenia,
me refiero a tres maestros de la variedad sauvignon blanc, entre otras, como
son Weingut Strohmeier, Weingut Maria & Sepp Muster y Weingut Werlitsch, y cuyos
vinos compaginan intensidad, complejidad y elegancia; no dejé de probar los
vinos de Claus Preisinger, vinos con clase, también en la zona de
Burgenland...
Algunos
me faltó probar entre los austriacos, espero que haya otras oportunidades. De Johannes Zillinger, quien cultiva según principios biodinámicos y cuya bodega
familiar se encuentra en la zona de Weinviertel, noreste del país, tuve la ocasión
de probar a los pocos días su Pet' nat Revolution, añada 2017,
variedades grüner veltliner y riesling. Me gustó mucho. Fue en Motif Wein,
tienda de vinos y degustación localizada en el popular barrio berlinés de Neukölln.
Realmente la selección y nivel de los vinos
alemanes y austriacos me impresionó.
También
quisimos dar un paseo por el resto del mundo vinícola sin salir del bonito
mercado en donde se celebra la RAW de Berlín. De entre las numerosas
referencias ofrecidas probamos las siguientes:
La
mesa con los vinos sudafricanos de Testalonga era de las más visitadas,
los vinos de Craig & Carla Hawkins, Swartland, los bebemos en casa y
también los catamos en ferias internacionales como esta. Su pet' nat I
wish I was a ninja 2017 era de los pocos vinos suyos que aún no había
bebido nunca y aproveché para saborearlo y refrescar boca y garganta, es decir,
que no lo escupí.
Ambyth, la bodega
californiana de Phillip Hart & Mary Morwood Hart, la conocemos por la RAW
de Londres, pero nos paramos delante de su mesa para catar sus vinos y
confirmarnos de nuevo que nos gustan.
Un
descubrimiento para mí en esta feria han sido los vinos polacos de Dom Bliskowice, J'16, variedad johanniter, su vino insignia, y R'16,
riesling.
De
Esencia Rural, la bodega de La Mancha, hemos bebido varios de sus vinos en los
últimos y recientes años, pero aún no había tenido la oportunidad de charlar un
rato con su autor Julián Ruiz Villanueva. Ha sido en Berlín, rato que me ha
servido para catar sus vinos y a la vez usar relajadamente nuestro idioma por
un momento y dejar de pensar en inglés o en francés. De Sol a Sol Tinaja Airén 2016
(173 días de maceración pelicular) y el Rancio Cencibel 2013, ambos con
menos de 10 mg/L de sulfuroso total y sin ningún aditivo añadido, destacaban
para mi gusto.
Domaine de Kalathas y su vitivinicultor y propietario Jerôme Charles Binda. Es una bodega
que conozco a través de sus publicaciones en instagram y tenía ganas de probar
sus vinos. Se localiza en la isla griega de Tinos, en las Cícladas. Pappou!,
Sante
Obéissance, Notias... Vinos elaborados a partir de variedades locales y
endémicas.
Quiero
remarcar mi visita a las mesas de Côme Isambert y Fruktstereo, donde disfruté
mucho con las sidras que elaboran.
Elaboradores
de sidras de manzanas, sidras de peras (perry) y también de vino. Trabajan en
el sur de Suecia, en la región de Escania. Toda la fruta, recogida por
familiares y amigos, proviene de pequeñas granjas e incluso de jardines de
casas particulares. Elaboran a pequeña escala, sin ningún tipo de aditivo, con la
única intervención de sus levaduras propias y naturales. Experimentan continuamente
y con éxito. Las etiquetas son divertidas, pero su contenido es aún mejor. Degustamos
Yellow
Cidermarine 2016, Plumenian Rhapsody 2016 (40%
manzanas Cortland, 40 de ciruelas Victoria y 10% de pinot noir), Frukt-Stereo
2017, Ciderday Night Fever, F.W.A Straight outta Grönby y Britney's
Pears (perry). ¡Una selección bestial! ¡Viva la cider revolution!
Manzanas,
peras, chenin, grolleau, cabernet y gamay; estos son los ingredientes que
utiliza Côme Isambert en sus vinos y sidras. Provienen de cultivos del Valle
del Loira y de Normandia a los que no se suma aditivo alguno durante su
elaboración ni en ningún momento.
Nos
sorprendió el Crémant de Loire 2013, nos gustan los espumosos y éste de
chenin está increíble. Permanece cinco años de crianza sobre lías. Probamos
después su botella, aún sin etiquetar, de chenin + poire, nos encantó.
A continuación, las dos elaboraciones que realiza en colaboración con Fruktstereo:
Tour de Fruit y 50 Percent. El primero, Tour de Fruit 2017, es una mezcla de
manzanas provenientes de Normandía y chenin del Loira botritizada, prensado
conjuntamente. Se elabora como un pet nat, fermentación en botella durante 5
meses, y ha sido recientemente degollado. Me pareció algo único. Para la
elaboración de 50 Percent 2017 utilizan distintas variedades de peras y
manzanas de Normandía y se mezclan con membrillo, fermentación en botella
durante 5 meses y degüelle también reciente, en marzo de este año. Graduación
de 6,5 % y menos de 6 g/L de azúcar residual. Sólo puedo decir que no duden en
beberlo allá donde lo encuentren. Get rich or drink Cider! (650 botellas).
También probamos los tintos Côme Isambert Grolleau-Cabernet
Franc 2015 y el Cristal Closed 2015. Una mesa
completísima.
Decenas de vinos probados
en los dos días de feria y muchas más decenas de vinos que espero probar en
otras oportunidades. La oferta de la RAW es extensa y sumamente interesante. Fueron
dos días de diversión y disfrute, también aprendizaje y descubrimiento de
nuevos productores y vinos, todo ello en un marco elegido con muy buen gusto
como el bonito Markthalle Neun situado en Kreuzberg.
Hasta la próxima
ocasión.
Vicente
© elvinoquebebo.com
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