viernes, 7 de septiembre de 2018

RAW WINE BERLIN 2018 - The artisan wine fair



Cuando me enteré de que la 4ª edición de la RAW Wine Fair en Berlín se celebraba por primera vez en primavera, decidí acudir y revivir buenos momentos, los propios de la RAW que ya experimenté en Londres y los que ofrecía la ciudad de Berlín, que no visitaba desde hacía mucho.

El lugar destinado a este importante salón internacional de vinos fue el bonito Markthalle Neun, mercado localizado en el barrio de Kreuzberg, construido a finales del XIX y reabierto desde 2011. El evento tuvo lugar los días 13 y 14 de mayo, domingo y lunes, como es habitual en la RAW.

RAW es una de las más importantes ferias de vinos naturales que se celebran en el mundo. Creada y organizada por Isabelle Legeron, actualmente se sigue celebrando anualmente en Londres y se ha extendido en los últimos años a Berlín, Nueva York, Los Ángeles y este año se celebrará también en Montreal.

Durante los dos días de celebración recorrimos numerosas mesas, centrándonos sobre todo en los productores alemanes y austriacos, pero sin olvidar otros de gran interés. Probamos vinos de EEUU, de Sudáfrica, Suecia, Francia, España, Polonia, Georgia, Grecia...

De entre decenas y decenas de elaboradores presentes y cientos de referencias donde elegir, nuestro recorrido, contado resumidamente, fue el siguiente:



Trabajan en la zona vinícola de Rheinhessen, situada al oeste del río Rin. Fue la primera mesa que visitamos. Cultivan sus 16 hectáreas según los principios de la biodinámica. Empezamos degustando la sidra que elaboran, Cidre Sàndor 2017, 7% de graduación alcohólica, creo que es su primera sidra, y al poco probamos su Pétillant Naturel, 11%, añada 2016, elaborado a partir de variedades que oigo por vez primera (bacchus, huxelrebe y ortega). Muy buenos, tanto la sidra como el pet nat.


Del resto de la mesa nos encantó su Rosé, también 2016, (merlot, pinot noir, portugieser y dornfelder), luego nos enteramos que se trata de una botella bastante buscada por los aficionados a esta bodega. Ahora también por mí. A los dos días, en el Ottorink, el bar de vinos más antiguo de Berlín, tuve la oportunidad de beber unas copas del Müller-Thurgau 2016 en formato magnum, me pareció colosal.



En la mesa continua probamos los vinos de los jóvenes hermanos Brand, 5ª generación que ha retomado la bodega familiar localizada en Bockenheim, en la región de Pfalz (Palatinado). Cuentan con 18 hectáreas.

Nos sorprendieron muy gratamente. Estupendos el Pet Nat Rosé 2017, pinot noir y portugieser, y el Pet Nat de silvaner y pinot blanc. También el resto de vinos: Wilder Satz 2017, blanco coupage de chardonnay, müller thurgau y sylvaner; Wildrosé 2017, elaborado a partir de la variedad blauer portugieser y pinot noir, que como su nombre indica, se muestra salvaje y de nuestro gusto; su tinto, Flora 2016, nos descubrió una variedad desconocida por mí hasta entonces, dornfelder. Son vinos frescos, frutales, secos y de baja graduación alcohólica.




Hemos bebido varias veces algunos de los vinos de esta bodega localizada en Franconia, y cada vez nos gustan más. Disponen de 6 hectáreas. En esta ocasión, de entre los vinos que traían, destacó para mi gusto su Wilde Heimat 2015, silvaner cultivada en parcelas más altas, vinificada en contacto con las pieles y utilizando barrica, aunque no se note la madera en ningún momento. He de decir que nos gustan todos sus vinos. A los pocos días tras la feria, en uno de mis lugares favoritos en Berlín, Motif Wein, localizado en Neukölln, tuvimos la suerte de disfrutar con su Bat-Nat 2016, un pet nat de schwarzriesling (meunier), de color rojo, sumamente fresco, buena acidez y definitivamente delicioso.

Hasta ahora tres bodegas alemanas de gran nivel. Algún productor alemán más presente en la feria nos faltó probar. Stefan Vetter, en la zona de Franconia, también destaca. Una botella para nosotros dos de su Sylvaner 2015 la degustamos con entusiasmo comiendo en S.Bart, un pub-restaurante de vinos que visitamos en el barrio de Kreuzberg en días posteriores a la feria.



Localizados al este de Austria, en Oggau, cerca del lago Neusiedler, en la zona vinícola de Burgenland, al límite con Hungría, donde trabajan 18 hectáreas cultivadas según los principios de la biodinámica. Es una de las bodegas austriacas que más fama ha adquirido desde hace unos pocos años. Se lo merece.


En su mesa estaban presentes las tres únicas elaboraciones de una añada que había resultado climatológicamente difícil pero sin embargo bien resuelta con un tinto, un rosado y un blanco, mezcla cada uno de ellos de distintas uvas que suelen ir destinadas a diferentes vinos. Así, su Weiss 2016, variedades grüner veltliner, weissburgunder (pinot blanc), gewürztraminer y welschriesling, es la mezcla de las elaboraciones destinadas hasta entonces a los vinos Timotheus, Theodora, Emmeram y Mechthild. Este blanco me pareció fascinante, por su complejidad y disfrute a partes iguales.



La actual generación de esta bodega localizada en la región de Burgenland la componen las hermanas Susanne y Stefanie Renner, quienes elaboraron su primera añada en 2015. Cuentan con 13 hectáreas. Había probado en una ocasión uno de sus vinos y al conocer que estaban presentes en esta feria, tenía marcada su mesa en mis anotaciones como visita imprescindible. Verdaderamente sus vinos me encantan, blancos, tintos, tremendo Zweigelt 2016, y también su Rosé Waiting for Tom 2017 (blaufränkisch y zweigelt). In a hell mood 2017, pet' nat de pinot noir, en un 75%, y chardonnay, me pareció fantástico.




Seis meses de maceración en contacto con sus pieles, añadas 2013 y 2015, grüner veltliner y pinot blanc (weissburgunder), de viñas de más de 45 años, éstas son algunas de las características de su vino estrella, de nombre Sol, nombre también de la antigua parcela de la que procede. Un gran vino. Su bodega, bodega familiar, se localiza en Weinviertel, al norte de Viena. Trabaja 10 hectáreas, certificación Demeter. Las variedades utilizadas en su mayoría son blancas.



Varias bodegas austriacas más visitamos, la selección era espléndida. Degustamos los vinos de Meinklang, bodega de la zona de Burgenland, en realidad una granja dedicada a la obtención de cereales de escasa producción, cultivo de huertos frutales, hierbas silvestres y por supuesto de viñas; también los vinos de Alexander Koppitsch, quien elabora en Neusiedl am See, Burgenland; tres bodegas localizadas en Styria, al sureste del país, casi en la frontera con Eslovenia, me refiero a tres maestros de la variedad sauvignon blanc, entre otras, como son Weingut Strohmeier, Weingut Maria & Sepp Muster y Weingut Werlitsch, y cuyos vinos compaginan intensidad, complejidad y elegancia; no dejé de probar los vinos de Claus Preisinger, vinos con clase, también en la zona de Burgenland...

Algunos me faltó probar entre los austriacos, espero que haya otras oportunidades. De Johannes Zillinger, quien cultiva según principios biodinámicos y cuya bodega familiar se encuentra en la zona de Weinviertel, noreste del país, tuve la ocasión de probar a los pocos días su Pet' nat Revolution, añada 2017, variedades grüner veltliner y riesling. Me gustó mucho. Fue en Motif Wein, tienda de vinos y degustación localizada en el popular barrio berlinés de Neukölln.

Realmente la selección y nivel de los vinos alemanes y austriacos me impresionó.













También quisimos dar un paseo por el resto del mundo vinícola sin salir del bonito mercado en donde se celebra la RAW de Berlín. De entre las numerosas referencias ofrecidas probamos las siguientes:

La mesa con los vinos sudafricanos de Testalonga era de las más visitadas, los vinos de Craig & Carla Hawkins, Swartland, los bebemos en casa y también los catamos en ferias internacionales como esta. Su pet' nat I wish I was a ninja 2017 era de los pocos vinos suyos que aún no había bebido nunca y aproveché para saborearlo y refrescar boca y garganta, es decir, que no lo escupí.

Ambyth, la bodega californiana de Phillip Hart & Mary Morwood Hart, la conocemos por la RAW de Londres, pero nos paramos delante de su mesa para catar sus vinos y confirmarnos de nuevo que nos gustan.

Un descubrimiento para mí en esta feria han sido los vinos polacos de Dom Bliskowice, J'16, variedad johanniter, su vino insignia, y R'16, riesling.

De Esencia Rural, la bodega de La Mancha, hemos bebido varios de sus vinos en los últimos y recientes años, pero aún no había tenido la oportunidad de charlar un rato con su autor Julián Ruiz Villanueva. Ha sido en Berlín, rato que me ha servido para catar sus vinos y a la vez usar relajadamente nuestro idioma por un momento y dejar de pensar en inglés o en francés. De Sol a Sol Tinaja Airén 2016 (173 días de maceración pelicular) y el Rancio Cencibel 2013, ambos con menos de 10 mg/L de sulfuroso total y sin ningún aditivo añadido, destacaban para mi gusto.

Domaine de Kalathas y su vitivinicultor y propietario Jerôme Charles Binda. Es una bodega que conozco a través de sus publicaciones en instagram y tenía ganas de probar sus vinos. Se localiza en la isla griega de Tinos, en las Cícladas. Pappou!, Sante Obéissance, Notias... Vinos elaborados a partir de variedades locales y endémicas.











Quiero remarcar mi visita a las mesas de Côme Isambert y Fruktstereo, donde disfruté mucho con las sidras que elaboran. 


Elaboradores de sidras de manzanas, sidras de peras (perry) y también de vino. Trabajan en el sur de Suecia, en la región de Escania. Toda la fruta, recogida por familiares y amigos, proviene de pequeñas granjas e incluso de jardines de casas particulares. Elaboran a pequeña escala, sin ningún tipo de aditivo, con la única intervención de sus levaduras propias y naturales. Experimentan continuamente y con éxito. Las etiquetas son divertidas, pero su contenido es aún mejor. Degustamos Yellow Cidermarine 2016, Plumenian Rhapsody 2016 (40% manzanas Cortland, 40 de ciruelas Victoria y 10% de pinot noir), Frukt-Stereo 2017, Ciderday Night Fever, F.W.A Straight outta Grönby y Britney's Pears (perry). ¡Una selección bestial! ¡Viva la cider revolution!



Manzanas, peras, chenin, grolleau, cabernet y gamay; estos son los ingredientes que utiliza Côme Isambert en sus vinos y sidras. Provienen de cultivos del Valle del Loira y de Normandia a los que no se suma aditivo alguno durante su elaboración ni en ningún momento.

Nos sorprendió el Crémant de Loire 2013, nos gustan los espumosos y éste de chenin está increíble. Permanece cinco años de crianza sobre lías. Probamos después su botella, aún sin etiquetar, de chenin + poire, nos encantó.

A continuación, las dos elaboraciones que realiza en colaboración con Fruktstereo: Tour de Fruit y 50 Percent. El primero, Tour de Fruit 2017, es una mezcla de manzanas provenientes de Normandía y chenin del Loira botritizada, prensado conjuntamente. Se elabora como un pet nat, fermentación en botella durante 5 meses, y ha sido recientemente degollado. Me pareció algo único. Para la elaboración de 50 Percent 2017 utilizan distintas variedades de peras y manzanas de Normandía y se mezclan con membrillo, fermentación en botella durante 5 meses y degüelle también reciente, en marzo de este año. Graduación de 6,5 % y menos de 6 g/L de azúcar residual. Sólo puedo decir que no duden en beberlo allá donde lo encuentren. Get rich or drink Cider! (650 botellas).

También probamos los tintos Côme Isambert Grolleau-Cabernet Franc 2015 y el Cristal Closed 2015. Una mesa completísima.


Decenas de vinos probados en los dos días de feria y muchas más decenas de vinos que espero probar en otras oportunidades. La oferta de la RAW es extensa y sumamente interesante. Fueron dos días de diversión y disfrute, también aprendizaje y descubrimiento de nuevos productores y vinos, todo ello en un marco elegido con muy buen gusto como el bonito Markthalle Neun situado en Kreuzberg.

Hasta la próxima ocasión.
Vicente

© elvinoquebebo.com




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