Pienso
que hay que visitar Madrid como mínimo una vez al año. Se trata de una ciudad
multicultural, abierta y acogedora. Mérito todo ello de sus habitantes, nacidos
aquí o llegados de toda España y de cualquier parte del mundo.
Centro de arte por sus museos y exposiciones, en nuestra reciente visita a
Madrid no desaprovechamos la oportunidad de contemplar algunas de las obras de Alberto
Giacometti (1901-1966) expuestas en la Fundación Canal hasta el próximo 3 de
mayo. Sus esculturas de la figura humana siempre me han atraído. También hubo
tiempo para recordar un pequeño y encantador espacio, el Museo Sorolla, localizado en la antigua residencia
madrileña de este extraordinario pintor valenciano.
Pero, como sabéis, de lo que se habla en estas páginas es principalmente de vinos,
así que contaré nuestro recorrido por algunos de los restaurantes de esta
ciudad.
Viajando
al sur
Sí, el sur siempre lo
echamos de menos, y en Madrid podemos satisfacer nuestra añoranza comiendo en
este restaurante gaditano. Sus "Tortillitas de camarones" son
crujientes, nada aceitosas y muy ricas. También nos gustaron las "Sardinas
maceradas en vinagreta de jerez", deliciosas, y pedimos "Urta al
horno a la roteña". De postre: "Crema tostada de tocino de cielo y
limón helado" y "Tarta de manzana al estilo El Olivo" (en honor
a un anterior restaurante), ¡qué buenos!
Y la estrella del día,
una botella de Encrucijado 2012. Tengo una en casa, pero al ver en la carta de
vinos esta referencia no tuve la menor duda en pedirlo. Sutil, elegante, floral,
al beberlo notamos vainilla, también un punto graso, mantequilla, glicerina... siempre
vertical y muy fresco. Una auténtica maravilla. Un vino elaborado por el
enólogo sanluqueño Ramiro Ibáñez Espinar. Seis variedades autóctonas
andaluzas, 50% de palomino viejo y el
resto otras cinco variedades casi desaparecidas. Un vino único y diferente, embotellado en ese momento en el que el vino se clasifica para Palo Cortado sin
ser de nuevo encabezado hasta 17 ó 18 grados. De ahí la marca de la etiqueta,
la raya horizontal cortando la señal vertical del fino o manzanilla. ¡Ojo!
Producción limitada de 685 botellas de 50 cl. Ahora alguna menos.
Fabuloso
final en este rincón de Cádiz con unas copas servidas a ciegas, por gentileza
del chef José Calleja. Un vino muy viejo, se trataba del VORS de Barbadillo
Medium. ¡Una pasada!
Para
repetir asiduamente
Cuando
me enteré que disponían de unas 30 referencias de vinos naturales de diversos
lugares del mundo y que sus productos eran de tanta calidad como los de la
Taberna La Carmencita, son los mismos propietarios, me apunté esta dirección en
la agenda. De hecho acudí dos veces en los tres días de nuestra estancia en
Madrid.
Tommy
Ruff 2011 Barossa Valley. Mitad shiraz mitad mourvèdre de Tom Shobbrook.
Ahumados, pieles, animal, carne, toques salados. Me recuerda algunos vinos de
la Côte-Rôtie. La fruta no es una bomba. En boca es vertical, nada agresivo,
fresco, directo. De color carmesí.
Lulu de Patrick
Bouju, Domaine de la Bohème. Parcela de gamay de unos 60 años de la
región francesa Auvergne. Subsuelo de origen volcánico. Fruta y frescura.
¡Qué
bien comimos!
La
idea inicial de picotear algo en su zona de barra acabó en una excelente comida
en su comedor.
Degustamos
una copa de la Saca de octubre del 2014 de Fino Tradición para el aperitivo, deliciosas
croquetas de jamón y de trufa. Qué más se puede desear para empezar.
Elegir
una botella para acompañar la comida resultó difícil, conforme leía la carta
más referencias interesantes aparecían, pero ante platos con tan buena pinta
había que estar a la altura. Pur Sang 2010 de Benjamin
Dagueneau fue la elección. Delicieux! El sauvignon hecho perfume, se te
queda la nariz pegada y su elegancia en el paladar.
Respecto a la comida, el
mejor producto que puedas encontrar. Nuestra comanda fue: "Menestra de
verduras", recién preparada (cardo, borraja, judía y alcachofa); "Patatas
a la importancia con rape", sabor; y una ración de pulpo sobre puré de
patata, un pulpo tierno y sabroso difícil de igualar que estaba para hablarle y
compartir la copa con él. ¡Qué bien comimos!
Mi
restaurante preferido
Imprescindible
para mí visitar este restaurante cada vez que voy a Madrid. Siempre salgo con una
enorme sensación de felicidad después de cenar en él, sensación que saboreo
durante el relajante paseo de vuelta hacia el hotel, bordeando el Retiro,
saludando a la Puerta de Alcalá y llegando al Paseo del Prado. También son sensaciones
para el recuerdo.
Fotografía de Juan Luis Vanrell, "El Ojo Público"
Para
comer, a compartir, unos berberechos tan buenos como no recuerdo haber comido
nunca, unos apetitosos molletes de mollejas rebozadas, pulpo a la gallega,
fideuà, San Pedro a la plancha, chuletillas de conejo que cayeron como si
fueran pipas de lo ricas que estaban y una selección de quesos. Fenomenal.
Producto de primera calidad, como siempre.
Para
beber, una chardonnay de perfil afilado, una chenin biodinámica, una mencía
curiosa, una pinot noir deseada y una savagnin fabulosa. Finalmente el Substance
degüelle del 2007: un fuera de serie, no es champagne, no es vino, es
una puta locura, o para quien lo prefiera, la gloria bendita. Una botella de
reclinatorio y para reclinarse. ¿He comentado que el degüelle es de hace 8
años?
El Padre*
Antes
de acudir a este conocido restaurante, especialmente para los aficionados al
vino, nos acercamos a otro restaurante de reciente apertura, Alabaster, donde
degustamos una botella ideal para abrir los jugos gástricos y el apetito, un
champagne que no conocía y que me sentó de maravilla, Champagne Suenen Grand Cru,
un Blanc de Blancs de Aurélien Suenen, vigneron instalado en Cramant. Tomo nota
de este restaurante al que volveré para sentarme y disfrutar, bien en su zona
de barra o en su sala de comedor.
Ya en El Padre, y con un
grupo más numeroso, nos dejamos llevar por una cata a ciegas, seleccionada por
David, propietario y sumiller. Flojos los blancos que nos sirvieron, entre las
botellas que acompañaron los diversos platos destacaron Brise Cailloux 2011 Cornas
de Matthieu
Barret, Arbossar 2011 Priorat de Terroir al Límit y sobre todo un
vino aportado por uno de los compañeros de mesa, Poeirinho 2012 DOC Bairrada,
una novedad de Niepoort. Un vino expresivo y fresco cuyos viñedos se
encuentran a nivel del mar, la variedad de uva empleada se denomina baga.
Respecto al restaurante El Padre, habrá que repetir para inspeccionar y
exprimir su bodega.
*(Nota a posteriori: este restaurante, El Padre, ha sido traspasado, los hermanos David y Mario Villalón regentan desde finales de marzo de 2016 un nuevo restaurante, Angelita Madrid, localizado en la calle de la Reina nº4, en el barrio de Chueca).
*(Nota a posteriori: este restaurante, El Padre, ha sido traspasado, los hermanos David y Mario Villalón regentan desde finales de marzo de 2016 un nuevo restaurante, Angelita Madrid, localizado en la calle de la Reina nº4, en el barrio de Chueca).
Como
contaba al principio, Madrid es una ciudad multicultural, como el vino. Durante
nuestros tres días de estancia hemos viajado a través de aromas y sabores de
Sanlúcar, Jerez, Barossa Valley, Loira, Borgoña, Jura, Champagne... A la frecuente
afirmación "en Madrid se come muy
bien" añadiría "y se bebe
muy bien".
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