Poco
a poco vamos conociendo Sevilla y sus rincones. A lo ya descubierto en nuestra
anterior visita sumamos nuevas direcciones de interés:
(un encanto)
En
la Antigua Abacería de San Lorenzo (calle Teodosio 53), situada en el Barrio
del mismo nombre, puedes tomar un desayuno para que no se te quite la sonrisa
en todo el día: café y medio mollete (de Espera) de carne mechada y otro medio
de jamón ibérico, claro. Sus chacinas son de la tierra, de cerdo ibérico de
bellota. Por cierto, aquí en Sevilla no parece necesario pedir que te pongan
jamón del bueno, es que no hay otro. Mientras te calientan y preparan la
tostada y añaden un chorrito de aceite, te invitan a servirte fruta y cereales.
(tapas deliciosas y la mejor oferta en vinos)
La
Pepona (calle Javier Lasso de la Vega con calle Orfila). Juanlu Fernández, el
gerente, y el resto del equipo, perfectamente coordinado, hacen que los
clientes se sientan verdaderamente a gusto. Tapas tradicionales con toque
moderno y producto de calidad. Pedimos "Sardinas maceradas en tosta de pan
de sésamo y compota de tomate" y "Alcauciles rellenos de jamón y
champiñones", deliciosos. Respecto al vino, 86 referencias con la posibilidad
de probarlos por copa o media copa, y según nos adelanta Juanlu, pronto pasarán
de los 100 vinos. Y además, en buenas copas (Riedel). En nuestro caso,
empezamos con la Manzanilla La Gabriela (Bodegas Sánchez Ayala) y el Fino
Inocente (Valdespino); seguimos con el Fino en Rama Fernando de Castilla
(lote febrero 2014); comparamos La Sacristía AB en sus sacas 1ª 2013
y 1ª 2014; y si ya hasta entonces estaba resultando una sesión fascinante, terminamos
con un vino de pañuelo, como dijo Josué al servírnoslo, el Amontillado de más de 60
años de Gutiérrez Colosía embotellado especialmente para La Pepona,
en verdad esencia para perfumar y guardar en pañuelo. Definitivamente, de los
mejores bares para disfrutar del vino, en Sevilla y en varios miles de
kilómetros alrededor.
(hay que verlo y saborearlo)
En la calle Gerona 40
encontramos el bar más antiguo de Sevilla, de 1670. De pie en su barra
saboreamos una tapa de Pavía de bacalao (bien rebozada) y otra de espinacas con
garbanzos (condimentadas con comino). De beber, una copa de la reciente Saca
de Otoño 2014 de Manzanilla Barbadillo en Rama y otra del Fino
La
Panesa de Hidalgo, botellas que nos abren expresamente. Animado por la
selección de vinos por copas que ofrecen en su carta, disfrutamos del Amontillado
Fino Imperial VORS, también por copas, por su elegancia muy probablemente
mi amontillado preferido.
(tienda de vinos y degustaciones)
Calle
San Pablo 24. Tienda de vinos, jamones y quesos, tapas y restaurante. Dos visitas
hicimos, en una un desayuno donde no faltó el jamón, cómo no, y en otra dos
botellas que nos llevamos: el moscatel dulce Ariyanas Terruño Pizarroso 2008 y
el Romé 2012, un rosado que no encuentro donde vivo. Ambos vinos de la
malagueña Bodegas Bentomiz. En esta tienda tienen una gran selección de vinos
de jerez y andaluces: Ximenez-Spínola, Marenas, Barranco Oscuro...
(cuidada selección de vinos)
Otro sitio para comprar vinos o disfrutarlos en un agradable rincón de la pequeña
tienda. Muy buena selección, vinos españoles, franceses e italianos: As
Furnias, Swartz, COS, Occhipinti, Hidalgo, Dard et Ribo... ¡Caramba!
También están especializados en cervezas no industriales. Su dirección, calle Jesús del Gran Poder 32.
También están especializados en cervezas no industriales. Su dirección, calle Jesús del Gran Poder 32.
(tartas artesanas)
Calle
Carlos Cañal 10. Auténticas tartas clásicas del centro de Europa, elaboradas
con paciencia y productos de calidad, nada industriales. Para llevar, enteras o
por ración. Varias probé, de limón, de manzana, grosellas... deliciosas. Alegrías
dulces.
Sí, recorrer algunos de los mercados de una
ciudad me divierte y me une a ella.
Mercados:
de la calle de La Feria, de Triana...
(mi
debilidad)
Cerca
de la Alameda de Hércules, camino de la Basílica de la Macarena y la Muralla
Almorávide tenemos el Mercado de Feria (calle de la Feria), junto a la
Parroquia Omnium Sactorium y delante del antiguo Palacio de los Marqueses de la
Algaba. Compramos aceite sevillano de reciente prensado, variedades hojiblanca
y manzanilla de Morón de la Frontera, en un pequeño puesto llamado Lujo
Ibérico, repleto de cosas buenas: vinos, conservas, aceites de oliva virgen
extra...
Pienso
que es imprescindible visitar el Mercado de Triana y desayunar en él, sería lo
suyo si viviera cerca, por ejemplo en el Bar La Muralla, café y mollete de
jamón es mi vicio, ya sabéis. El mercado está en la Plaza del Altozano, junto
al puente de Isabel II, el puente de Triana. Desde él se puede visitar los
restos del Castillo San Jorge.
Algunos
otros mercados serían el Arenal, cerca de la plaza de la Real Maestranza; el
Mercado de Encarnación, en la Plaza del mismo nombre, llamada también de las
setas por la forma de la estructura edificada, por cierto vale la pena subir en
ascensor para admirar las bellas vistas; también el reciente Lonja del Barranco
(calle Arjona 1), en este caso mercado gastronómico con diversas paradas para
consumir al estilo del Mercado San Miguel de Madrid o el Mercado Victoria de
Córdoba.
Domingo,
última mañana en Sevilla, ya conocía varios de los lugares monumentales de la
ciudad, como el Real Alcázar, en mi opinión una de las grandes maravillas construidas
en el mundo, pero faltaba una visita pendiente, el Museo de Bellas Artes, sito
en un antiguo convento. No me esperaba un museo tan extraordinario: obras de Murillo (expuestas principalmente en la impresionante sala V,
antigua iglesia del Convento), Zurbarán, Valeriano Domínguez Bécquer (retrato
de su hermano Gustavo Adolfo), Gonzalo Bilbao ("Las Cigarreras"),
Gustavo Bacarisas ("Sevilla en fiestas")... Una maravilla.
Bar Las
Teresas
(mi rincón)
Después
de tanta belleza decido acercarme a uno de mis bares preferidos, Las Teresas.
Fundado en 1870. Se encuentra en el precioso barrio de Santa Cruz (calle Santa
Teresa 2). Sus chacinas son exquisitas, elijo unas tapas de jamón y morcilla
ibérica de bellota, también otra de lomito de lomo, todo de Jabugo, y una tapa
de menudo (callos). Para tales manjares, pido una copita de Palo
Cortado Tradición, abren una botella expresamente. El vino, de color
oro viejo, se muestra punzante, también percibo un suave dulzor, y notas
salinas. Nueces, avellanas, tostados finos, acidez, equilibrio... ¡Qué bueno!
Ya
de mi anterior visita sabía que este bar disponía de los vinos de Bodegas
Tradición con la oportunidad de degustarlos por copas. Veo también una botella
de Fino
Imperial Amontillado, creo que me merezco en este fin de semana
disfrutar de otra copa de tal vez el amontillado que más me gusta. De color
ámbar, curiosamente más oscuro que el Palo de Tradición, elegancia en nariz y
paladar, sutilidad, notas de frutos secos, tabaco, hierbas secas, fondo de
crianza biológica, caramelo, aromas de vainilla, madera fina, avellanado,
intenso y tremendamente agradable. Largo, larguísimo. Un vino redondo.
El
arte de Murillo, jabugo y los mejores vinos, todo en una misma mañana. Momentos
de felicidad.
Vicente
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