Blog de un aficionado al vino. Un paseo simple a través de mis aficiones, un punto de vista personal en un instante determinado. Siempre dispuesto a aprender, disfrutar y compartir.

jueves, 22 de diciembre de 2016

París: Passerini, Retro'Bottega, Le Vin au Vert, Le Baratin, La Cave des Papilles...



Vino natural. En París no es una moda, es una costumbre, un modo de beber, un modo de vida. Es agradable ver a los jóvenes beber vino, en grupo, en pareja, solos... pero vino.

Vamos por la tercera entrega de nuestros restaurantes preferidos:

Passerini (11ème arrondissement) (Fotografía de cabecera)

¡Caramba! Aquí se come de maravilla. Elegimos: Truite marinée aux céréals, carottes et oseille (acedera); Butternut rôti, champignons d'autommne, noisettes et ricotta. Ambos platos como entrantes, y de segundos, deliciosa pasta, ravioli y tagliolini. Tienen tienda de pasta, Pastificio, a la vuelta de la esquina.

Con estos platos tenía que elegir un grandísimo vino: Ageno 2011, de Elena Pantaleoni, La Stoppa, Emilia Romagna. ¡Un fuera de serie! Tan bello al beberlo como su color. Malvasia de candia aromática, Ortrugo y trebbiano.

Es el nuevo restaurante del chef Giovanni Passerini, con anterioridad regentó el restaurante Rino. Posteriormente a nuestra visita fue galardonado como el cocinero del año por la publicación Le Fooding. No me extraña, se come deliciosamente.

Retro'Bottega (11ème)

Sabores italianos y caseros en este pequeño bistrot de Pietro Russano, propietario, sommelier y cocinero, a quien le gusta denominar a su local cave à manger. Y así es, un lugar con encanto, de poquísimas mesas en su interior, cuenta también con terraza y como en otros sitios se puede comprar aquí vino para llevar. Dispone de otro establecimiento, también en el 11ème, Squatt Wine Shop, tienda que desde hace pocos meses es además bar de vinos.


La mayoría de veces elijo yo la botella, pero estuvimos encantados de degustar el magnífico vino que nos propuso Pietro: Ansonaco dell'Isola del Giglio 2013, Carfagna. Ansonaco es la variedad, la zona es Toscana. ¡Vaya botella! ¡Cómo me alegra haberlo probado! Respecto a los platos, consistentes y sabrosos, la Porchetta es espectacular, nunca he probado una mejor. Cena deliciosa, trato cercano, productos de calidad... Este es mi rollo.


Le Vin au Vert (19ème)

Este es un tipo de local que me entusiasma, tienda de vinos y restaurante, comida casera, una cave à manger. Elegir el menú del día y a la vez una de entre las numerosas botellas dispuestas en las estanterías es siempre un placer para mí, sobre todo con una selección de vinos así. En nuestro caso fue una botella del Jura: Tony Bornard, Le Vin de Ploussard ouvre l'esprit. Razón tiene el nombre de este vino. Nos atendió Sébastien, muy amable, propietario, con quien charlamos un rato.

Vin au Vert, en la calle Dunkerque nº 70, a unos pasos de Montmartre. Para repetir.




Le Baratin (20ème) 

¡Qué decir de este lugar! Otra extraordinaria cena en este emblemático bistrot. Lugar de peregrinaje para aficionados de todo el mundo al vino natural, al vino artesanal, de pequeño productor. La chef Raquel Carena en los fogones y su marido Philippe Pinoteau presente tras la barra, llevan ya más de 25 años dirigiendo el local. Los platos que degustamos en la cena: moules et palourdes (almejas) sautés au pioreau et potiron, grouse entière en deux cuissons, turbot sauvage poêlé, compote de coing à l'orange... pero, había donde elegir: cervelle de veau pochée, tête de veau en cocotte, agneau de lait, calamar de Saint-Jean de Luz...


De beber, optamos por varias copas, de Vouvray à Aveyron, también Savoie, de Rioja à Morgon, Côtes du Rhônes, Loire, Corse... Chenin, gringet, gamay, garnacha, cabernet franc, muscat... Le Baratin sigue siendo Le Baratin!!

Allá donde voy, me gusta siempre pedir una botella, o más, en lugar de consumir por copas, pero en este sitio prefiero la segunda opción. Ofrecer un vino de Xavier Caillard por copas no es tan habitual. Además del Genèse Rouge 2006 de Les Jardins Esméraldins, probamos: Pet Nat Le Naturel, de Sébastien Brunet, en Vouvray; Selves 2014, Nicolas Carmarans, Aveyron; Pur Jus 2014, de Dominique Balluard, Savoie; Ganko 2013 de Olivier Rivière, Rioja, Côte du Py 2014, Jean Foillard, Morgon; Les Jas 2015, Le Clos des Grillons, Nicolas Renaud y finalmente, Muscat à Petits Grains 2013 de Antoine Arena. ¡Todos fantásticos!



Nos gusta comer y beber en bistrots y nos gusta también visitar tiendas y hacer compras. Cruzamos el Sena hasta el 14ème arrondissement donde se encuentra esta conocida tienda de vinos consagrada al vino natural desde 2001. Exactamente en la peatonal rue Daguerre. Local repleto de buenos vinos, muy activo en la organización de eventos y presentaciones de manos del propio vigneron.


En esta ocasión me hice un regalo muy de mi gusto: Aurélien Lefort, Sylvie Augereau, domaine l'Égrapille, domaine des Bodines y Les Caprides. Una selección de la que salí muy contento. A fecha de hoy algo me queda, pero poco.


Musée Rodin (7ème)

En la rive gauche, además del Musée d'Orsay o del Musée du Quai Branly, museo etnológico, ambos en el 7ème, encontramos en el mismo distrito el Musée Rodin, uno de mis preferidos. La sala dedicada a Camille Claudel siempre me resulta emocionante y no desaprovechamos nuestra estancia en París para visitarlo una vez más.

En París no sólo se encuentra arte en los museos, también en algunas calles las muestras son abundantes: en Belleville, en la rue Dénoyez; también en la zona de Buttes-aux-cailloux, un barrio que nos gusta especialmente... y en numerosos rincones de la ciudad.


Artista: Eddie Colla


Hasta aquí la tercera entrega de los locales que más nos gustan de París, pero hay más...

Vicente

miércoles, 21 de diciembre de 2016

París: Le Lapin Blanc, Coinstot Vino, Le Clown, Biondi, Le Chateaubriand...



Más de 350 locales donde optar por el vino natural, y de ellos, más de 200 dedicados exclusivamente a este vino sin aditivos. Sí, hablamos de París.

Proseguimos nuestro recorrido:

Le Lapin Blanc (20ème arrondissement)

(Le Lapin Blanc cerró en enero del 2018)

En el 20º distrito, en la rue Ménilmontant, se localiza este bistrot dirigido por Claire y Gaelle. Cocina casera y vinos naturales. Nos acercamos con gusto para saborear su menú, formule midi, entrée+plat, plat+dessert o los tres platos, nuestro caso siempre. Agradable lugar, precio ajustadísimo y un vino delicioso que disfrutamos, de Patrick Desplats, uno de mis vignerons preferidos, Vent Y Tourne 2013. Gamay, cabernet sauvignon y pineau d'aunis. Anjou, Loire. (Fotografía de cabecera).

Como anuncian en la pizarra de su fachada, cantina al mediodía, bar de vinos a la tarde noche, brunch los fines de semana. Cocina de temporada.

Coinstot Vino (2ème)


Este bistrot y tienda de vinos me gusta porque se bebe de maravilla, se come muy bien y, además, se encuentra en el Passage Panoramas, un pasaje cubierto de 1799, ya citado por Zola y que siempre forma parte de uno de nuestros paseos por la ciudad, una ruta de pasajes: Galerie Véro-Dodat, las Galeries du Palais Royal (creadas en 1786), la elegante Galerie Vivienne, Passage Choiseul, Passage Panoramas y los pasajes Jouffroy y Verdeau. 

Atendidos perfectamente por Guillaume Dupré, propietario y alma del local, elegimos un vino de Oregón, Mirabai 2013, pinot noir de Kelley Fox. Ganas tenía de probar este vino. Nos encantó. Por cierto, donde bien se bebe bien se come: salade de tomates anciennes, de entrante; pluma de cochon Ibérique y dos de cabillaud, de platos principales; paulova aux fruits de saisons de postre.

Le Clown (11ème)

Local situado a un paso del Cirque d'Hiver. De los mismos propietarios que el restaurante Saturne. Bonitos motivos circenses en la decoración, en paredes y techo.


Magma Rock 2015, gamay de Vincent Marie, domaine No Control en Auvergne. Este fue el vino que elegimos degustar en este restaurante. Optaron por servirlo en decantador. No es la primera vez que lo menciono, Auvergne es una de mis zonas vinícolas preferidas actualmente, en ella destacan numerosos vignerons: Aurélien Lefort, Patrick Bouju, Pierre Beauger, Jean Maupertuis, François Dhumes, Cathérine Dumera et Manuel Duveau, Frédéric Gounan... La lista impresiona.

Los dos platos principales que saboreamos eran exquisitos: Pigeon, myrtille et piment de Gernika y Pithiviers de canard, foie gras et datte (pastel salado).




Biondi (11ème)

En la misma calle que el anteriormente citado, rue Amelot. Se trata del segundo restaurante dirigido por el chef argentino Fernando De Tomaso. Comer en La Pulperia, el primer restaurante abierto, no nos lo perderemos en una próxima visita a esta ciudad. Y es que salimos muy satisfechos de este lugar, donde se come muy bien, y eso que no optamos por la carta sino por el menú del lunes, de precios realmente ridículos en París. Acompañamos la comida con el rosé de grenache, cinsault, carignan y clairette de L'Anglore Tavel 2015, Eric Pfifferling, ¡qué más se puede pedir! Bueno, sí, repetir y probar otros suculentos platos de su cocina. No nos perdimos su pulpo a la brasa de la carta, pero ¡¡queremos más!!



Nuestra experiencia en este restaurante fue muy grata. Una cena exquisita compuesta por un menú degustación no excesivamente largo y una selección de vinos por copas, elegida por el sommelier, muy de nuestro gusto y combinando perfectamente con los platos.


Entre otras copas: Les Grandes Orgues 2013, pinot noir en magnum de Frédéric Gounan, L'Arbre Blanc, Auvergne; Cuvée du Hasard 2011, chardonnay de Labet, el padre, Rotalier, Jura; Les Perles du Mont Blanc 2012, grignet del domaine Belluard, Savoie; Favola 2008, el gran vino de Dario Princic (tocai, chardo, sauvignon, pinot grigio y ribolla gialla en maceración); Cédrat, licor de Laurent Cazottes... Solo de recordarlo salivo. Enhorabuena a los sommeliers Jules Chatillon y Beatriz.


Y entre los platos elaborados por el chef Iñaki Azpitarte y su equipo: Amuse Bouches; Raie, manzanilla, navet; Daurade Royale; Canard de Rouen y dos postres.

A dos pasos de este restaurante está Le Dauphin, también del mismo propietario. Local que visitaremos pronto. Y justo entre ambos La Cave, donde poder comprar algunas botellas que no abundan, como alguna australiana de Lucy Margaux Vineyards, una de mis bodegas preferidas.



Durante nuestra estancia en París coincidimos con una espectacular muestra de las obras del artista Blase en la elegante Galerie Vivienne. Exposición ya finalizada en fecha de esta publicación, pero en cualquier caso os recomiendo aprovechar futuras exposiciones de este artista, en esta galería o en otros lugares.

Su obra se basa en la restauración de antiguos cuadros añadiéndoles su visión personal con toques contemporáneos.


 Nothingman (2016)


 Les métiers oubliés (2016) www.blasepheme.com


Hasta el 5 de febrero se puede disfrutar en este museo de las obras de Alberto Giacometti y el malagueño Pablo Picasso, una exposición que muestra cierta relación entre ambos creadores. Y aprovechar para visitar una vez más la colección permanente del museo, legado del pintor, y también los cuadros que formaban parte de la colección particular del artista, cuadros de sus amigos: Henri Matisse, Paul Cézanne, Renoir, Gauguin...


Homme qui marche II (1960), Alberto Giacometti
L'Ombre (1953), Pablo Picasso


Portrait de Marie-Thérèse (1937)

Tengo algunas cosas más que contar. Seguimos...

Vicente

lunes, 19 de diciembre de 2016

París: Achille, Amarante, Le Verre Volé...



Me gusta mucho visitar París. Uno de los principales motivos, que no el único, es su oferta de vinos naturales, extraordinaria. Su variedad cultural es otra de las causas. 

De cualquier forma, nunca paso sed en esta ciudad, he aquí porqué:

Achille (11ème arrondissement)

(Este restaurante cesó su actividad en septiembre de 2017)

Iniciamos nuestro recorrido por París cenando en este pequeño restaurante, se trata del nuevo proyecto de Pierre Jancou, abierto este año, en julio (recordemos su trabajo en La Crèmerie, Racines, Vivant, Heimat...).

Bien atendidos por la sommelière Justine Loiseau, saludamos al chef Svante Forstop, a quien conocemos de su anterior etapa en Vivant Cave. Dos excelentes fichajes para este bistrot.

Ostras al horno con puerro gratinado, de primero, dorada con salsa de mantequilla, sauce au beurre, como plato principal, y fromages au lait cru de postre, fue nuestra elección para una cena muy agradable. Buena música, boleros de fondo, y una interesante selección de vinos entre los que destacan los de Auvernia, Patrick Bouju, Pierre Beauger... Una zona donde encuentro muchos de los vinos que me encantan. También disponen de referencias de otras regiones y algunos italianos.

Elegimos una botella de Catherine Dumera y Manuel Duveau, del domaine L'Égrappille, Auvergne, en Puy de Dôme. Sortie nº20 2015, me informan que se trata de colombard y chardonnay en maceración, añadiendo un poco de gamay  pressé. Un vino que acompañó perfectamente los platos, y viceversa. Achille, 43 rue Servant.


Amarante (12ème)

No lejos de la Place de la Bastille y más cerca aún de la Promenade Plantée (uno de mis paseos preferidos), se encuentra este bistrot restaurante del chef Christophe Philippe. Cocina tradicional francesa: pied de cochon desossé et croustillant, pintade de Dorgnone, ris de veau, mousse au chocolat... J'aime bien manger ici!

De la selección de vinos, se nos fueron los ojos hacia uno de François Saint-Lô, los ojos y los sentidos. On l'aime nature! 2013, Saumur, cabernet franc. Joli vin, belle etiquette, sans souffre ajouté. En la etiqueta indica: "L'herbe c'est comme le poil, ça fait mal quand on l'épile".

Por cierto, si os acercáis un domingo por este restaurante, día que permanece abierto, os aconsejo previamente daros una vuelta por el Marché de la Bastille. También cerca, a unos 10 minutos del Amarante está el Marché d'Aligre. Una buena forma de abrir el apetito.



Le Verre Volé (10ème) (Fotografía de cabecera)

Bistrot icono de los vinos naturales. Desde hace más de 15 años. Cyril Bordarier transformó su tienda de vinos ofreciendo la opción de cave à manger. Localizada junto al bonito canal de St. Martin, nos acercamos en esta ocasión un lunes al mediodía, día en el que cierran por descanso la mayor parte de los restaurantes. Sabroso menú del día: Crème de courge (calabaza), ricotta et noix de Pécan; Spaguetti aux escargots d'Ardèche, sauce tomate et chorizo...





Para beber empezamos con un vino de Olivier Cohen, Du Vin pour les Anges 2015, merlot en esta añada. Vin glouglou, vin de soif, del Languedoc.

Bien atendidos por el sommelier, solicitamos a continuación una botella de Valentin Valles, joven vigneron quien además de trabajar con Eric Pfifferling en el domaine l'Anglore realiza por su cuenta una actividad de négoce con sus vinos. Los que he probado hasta ahora me han encantado. En este caso, Rollier 2013, garnacha y syrah. Délicieux!

De las veces que más hemos disfrutado en este lugar. 




Además del bistrot en el distrito 10º y de Le Verre Volé sur Mer en su misma calle, rue Lancry, del que no puedo dar datos pues no lo hemos visitado, tienen dos establecimientos más en el 11ème arrondissement. Bien abastecida de botellas, la Cave Le Verre Volé se encuentra en la animada rue Oberkamph y a la vuelta de la esquina, en la Rue de la Folie Méricourt, tenemos su épicerie.



Un lugar que nos gusta visitar por varios motivos: su selección de quesos, yogures de Bordier, jambon de Bigorre... y mi costumbre de comprar aquí algunas sidras para el apartamento (de Cyril Zangs y de Jacques Perritaz), no vaya a pasar sed. Siempre bien atendidos, actualmente incluso en español, gracias a Sarah, quien lo habla perfectamente. 




Ya lo he comentado en otras ocasiones, me encanta realizar este paseo de unos 4,5 km, recorrido ajardinado sobre una antigua vía férrea elevada que atraviesa el 12º arrondissement desde detrás de la Ópera de la Bastilla hasta el Boulévard Péripherique, dirección Vincennes. Finalizaron su construcción en 1993. Posteriormente, han tenido la misma idea en el barrio de Chelsea en Nueva York, la Hight Line.





Centre Pompidou (4ème arrondissement)

La oferta cultural en París es grandiosa, nosotros coincidimos con varias exposiciones: Rembrandt en el Musée Jacquemart-André (hasta el 23 de enero), Giacometti en el Musée Picasso (hasta el 5 de febrero) y la del artista belga René Magritte en el Centre Pompidou, titulada La Trahison des Images (hasta el próximo 23 de enero). Este museo, abierto al público desde 1977, aparte de por su edificio diseñado por Renzo Piano y Richard Rogers, destaca por sus importantes exposiciones temporales y también por su colección permanente: obras de Matisse, Juan Gris, Kandinski, Picasso, Sonia Delaunay, Mondrian...


Ceci n'est pas une pipe (1929)

Seguiremos comentando nuestra última estancia en París.
Hasta luego

Vicente

miércoles, 31 de agosto de 2016

En Singapur: Burnt Ends, Caveau Bar...



Este año, en la pasada primavera, visitamos Singapur. Va siendo hora de contar nuestra experiencia, sobre todo porque nos gustó aún más de lo esperado, y además, aunque en un principio parecía difícil, encontramos donde beber los vinos que nos gustan, vinos auténticos.

Singapur está formada por una isla principal y otras 64 pequeñas islas. Situada entre Malasia al norte e Indonesia al sur. Considerada una ciudad-estado, presenta una alta densidad de población, 5 millones y medio de habitantes en una extensión de sólo 707 km2. Se independizó del Reino Unido en 1963, como parte de Malasia, y se separó de ésta dos años más tarde. Se trata de un país pequeño, una ciudad cosmopolita, de arquitectura vanguardista, muy limpia, sus calles están impolutas, de las ciudades más limpias que hemos visitado, organizada, tranquila y segura, es muy fácil de visitar. También destaca la amabilidad de sus habitantes, quienes componen una sociedad multirracial, conviviendo perfectamente diferentes religiones y culturas.

Tres barrios destacan por su variedad cultural: Chinatown, Little India y el barrio árabe donde sobresale Arab Street, calle repleta de tiendas de telas. También muy interesantes, la zona de Marina Bay, Colonial Distrit, Clarke Quay, Orchard Road... Y por qué no, Isla Sentosa, donde encontraremos playas y diversas atracciones.


En la ciudad existe una mezcla de modernidad y tradición, templos budistas, hinduistas...  los rascacielos, si bien de hormigón, acero y vidrio, presentan formas singulares, dominando el diseño más espectacular, sin olvidarnos de los asombrosos jardines, proporcionando en su conjunto una agradable visión.

Destacan el impresionante Hotel Marina Bay Sands; los jardínes Gardens by the Bay, situados justo detrás, cuya estética nos recordaba imágenes de la película Avatar; el lujoso Hotel Raffles, exponente de la época colonial; la noria Singapore Flyer y sus vistas; el edificio simulando la flor de loto ocupado por el Museo de la Ciencia, frente a la famosa estatua de Merlion, y también en la bahía, el bonito edificio del Teatro Ópera Esplanade, en forma de durián, la fruta más representativa, aunque esté prohibido comerla en ciertos lugares públicos, como el metro, debido a su fuerte olor. En el metro, realmente no está permitido consumir ningún tipo de alimento, ni líquido, por motivos de limpieza. Incluso se observan carteles con posibles multas por mascar chicle, por el mismo motivo.

Dicen que llueve frecuentemente, y me lo creo, pero no ocurrió así durante los diez días de nuestra estancia, aunque quizá hubo momentos en que lo deseamos, la temperatura y humedad son elevadas. Los lugareños aprovechan la comodidad de los múltiples centros comerciales para comer y realizar cualquier compra; también para trasladarse por la ciudad, protegidos del calor exterior gracias al aire acondicionado, la mayoría están interconectados por túneles subterráneos y comunicados con estaciones de metro. Es una ciudad desarrollada para el consumidor, la renta per cápita es altísima. Singapur es uno de los centros financieros más importantes del mundo.


De todas formas, en Singapur es posible comer de forma barata, en los establecimientos denominados Hawker. Son lugares sencillos donde se ubican distintos puestos ofreciendo platos propios de la cocina tailandesa, indonesia, malaya, india, coreana, vietnamita, china, japonesa, birmana, balinesa... de todas partes de Asia. Hay puestos específicos para comprar bebidas, frutas o dulces. Las mesas y sillas son comunes. La venta ambulante fue sustituida por este tipo de espacios. Los Food Court son sitios similares, aunque disponen de aire acondicionado y están dispuestos generalmente en centros comerciales.

De entre los primeros, nosotros visitamos Lau Pa Sat, también conocido como Telok Ayer Market (localizado en 18 Raffles Quay) y Maxwell Road Food Centre (1 Kadayanablur St.) y entre los segundos, Singapore Food Trail (en la base de la Singapore Flyer), Takashimaya (391 Orchard Road, en los grandes almacenes japoneses dentro del centro comercial Ngee Ann City) y el Food Republic localizado bajo la Fountain of Wealth.

Respecto a restaurantes donde destaque su cuidado por el vino, siempre nuestro máximo interés, visitamos los siguientes:



Abierto desde 2011. Disponen de una extensa carta de vinos donde predominan las botellas de renombre, sobre todo francesas, también de Italia. Ofrecen también una selección de 16 vinos por copas, esto ayuda a probar algunos vinos pues los precios son muy elevados en Singapur debido a los fuertes impuestos.

Bebimos unas copas de The Boxer 2013, de Mollydooker, shiraz de Mclaren Vale. Tenía ganas de probar algo de esta bodega. El vino presentaba unas notas de madera tostada algo exageradas para mi gusto, vainilla, eucaliptus, regaliz... Había que probarlo, por supuesto.


La cocina es internacional, de estilo europeo principalmente e inspiración francesa: lobster bisque, salmon en croûte, coq-au-vin, crème brulée... Todo bien, y muy bien atendidos.

Nos invitaron a unas copas de riesling de Reichsgraf von Kesselstatt, trocken, un detalle. Muy amables, nos ayudaron a reservar mesa para otro día en otro wine bar. Fue una velada muy agradable.



Pequeño wine bar localizado en la zona comercial de Orchard Road, exactamente en 1 Scotts Road, Shaw Centre 01-12, en referencia al local 12 del centro comercial, a la altura de la calle.

Selección de vinos por copas, unos 16, y carta de vinos importante entre los que elegimos con ganas una botella de Frappato 2012 de Azienda Agricola COS, la bodega siciliana de Giambattista Cilia y Giusto Occhipinti, vinos de los que no me canso nunca. Textura suave, una caricia sutil, vertical, fresa deshidratada, acidez perfecta, punto mineral, pétalos de rosa... ¡Qué bien nos sentó en Singapur!

Otros vinos que vimos en la carta eran de Roulot, Fourrier, Comte Lafon, Liger-Belair, Armand Rousseau, Chave, Isole e Olena, Fritz Haag... También Thierry Allemand, Foradori e incluso una garnacha de Sierra de Gredos, de Comando G. Los precios, los de Singapur.


Previamente, por copas, habíamos saboreado Scharzhof 2014 Egon Müller, como mi amigo Juan Luis comentó, para tener un grifo en casa, y Kritt Gewwürztraminer 2012 de Marc Kreydenweiss, un vino más complejo de lo que parece en un primer instante.

Acompañando, clams and spicy pork sausage in white wine and tomatoes, lobster roll, char grilled australian wagyu rump steak... platos sabrosos. Disfrutamos de la cena.



Este local, para mí, es un fuera de serie. Localizado en 20 Teck Lim Road, en Chinatown. Uno de los restaurantes que está adquiriendo más fama en esta zona asiática. Su chef es australiano, Dave Pynt; también el sommelier, Andrew Cameron, a quien puedo considerar el introductor del vino natural en Singapur y que, por cierto, poseía conocimientos de español, aprendido en Costa Rica. El bonito y moderno restaurante está especializado en carnes a la brasa de extraordinaria calidad, disponen de una barra con asientos para los comensales, cocinan frente a ellos, únicamente 18 plazas.

No había reservado y debido a su tamaño y a su incipiente fama dudaba que iba a tener la oportunidad de probar este restaurante, pero no, excelentemente atendidos por Andrew, responsable de la selección de vinos, estuvimos esperando 20 minutos, algo que no me preocupó pues es el tiempo que suelo dedicar a leer la carta de vinos, especialmente si se trata de una selección tan exquisita como la que estaba leyendo. Eso y unas copas, hizo que transcurriera rápidamente el tiempo para que nos ofrecieran acomodo en la barra mencionada.

Aquí no hay humos ni olores desagradables, la máquina de extracción funciona perfectamente. Realmente la carne elegida era deliciosa, se derretía en la boca como mantequilla. Además probamos algunos platitos cuya mezcla de ingredientes nos gustaron: leek, hazelnut and brown butter y beef mermelade and pickles.

Y respecto a los vinos, no podía pedir más, todos de mi gusto. Como podía esperarse, y era lo que yo buscaba, todos australianos aparte de una selección de champagnes.


Disfrutamos con cuatro vinos por copas: Chenin Pet Nat 2015 de James Erskine, de Brewitt Springs, South Australia; Cullen "Amber" 2014, Margaret River (2/3 semillon, 1/3 sauvignon); Si Vintners 2014 (semillon/chardonnay), también Margaret River, Western Australia, y Fruit of the Sky 2014, pinot noir de Patrick Sullivan, quien realiza algunos de mis vinos preferidos, de Australia y del mundo, de Yarra Valley, Victoria. ¡Cómo no me iba a enamorar de este restaurante!

Andrew, nuestro nuevo amigo australiano, a quien agradecemos su trato, nos presentó al chef, nos invitó a pasar a la cocina y nos enseñó la bodega de vinos. Comentando la posibilidad de comprarle alguna botella para llevárnosla no tuvo ninguna objeción, disminuyendo en ese caso el coste hasta aproximadamente la mitad de su valor si era consumida en el restaurante. Así que me llevé tres maravillas, tres fantásticos vinos, un juego de colores, sabores y aromas que disfrutamos en la habitación de nuestro hotel, vinos para el recuerdo:


Salmon Brut, un pétillant naturel de pinot noir del Domaine Lucci, es decir, Lucy Margaux. Un vino refrescante, muy bebible, con notas florales y de frutos rojos, fresas.  Esta bodega, junto a los vinos de Patrick Sullivan que mencionaba antes y los de Tom Shobbroock que he destacado en otras ocasiones en mi blog, forman parte de mis vinos australianos preferidos.

Slint Vineyard Chardonnay 2015 de Ochota Barrels, de Adelaide Hills, South Australia. Un elaborador que presentaba sus vinos esa tarde en el restaurante y a cuya presentación estábamos gentilmente invitados, pero ante la falta de tiempo por nuestra parte, teníamos otros planes, optamos por comprar esta botella. Únicamente 1975 unidades. Frescura, elegancia, notas cítricas, lima, ni pizca de madera en sus aromas. Nos gustó también.

Britannia Creek 2014, Patrick Sullivan. El vino del viaje, asemeja agua de manantial vitaminada, para combatir el calor de Singapur. Fresco, muy buena acidez, notas frutales de melocotón, orejón, lichi. Es elegante, cristalino, limpio, puro, con un punto mineral, punto calizo, también algunos recuerdos a frutos secos y notas de miel. Es complejo, cada una de las cinco variedades presentes aportan sus características: sauvignon, chenin, muscat, semillon y chardonnay. Delicioso. Espero toparme alguna vez más con otra botella.

Guardamos un bello recuerdo de nuestra estancia en Singapur.

Vicente


Singapur skyline

martes, 12 de julio de 2016

CA' PEPICO, para disfrutar una y otra vez



Sin necesidad de cruzar los Pirineos, en diversos puntos de la geografía española, me llama la atención una serie de restaurantes que destacan sobradamente por la cuidada e inigualable selección de vinos que ofrecen, primando la calidad sobre la cantidad y donde además es posible comer muy bien. Lugares que llevan tiempo trabajando con ganas. No están premiados con estrellas Michelin ni galardones similares, ni falta que les hace.

De forma rápida me viene a la mente, Villa Mas en Sant Feliú de Guíxols, Bodega Cigaleña en Santander, Taberna Laredo en Madrid o Taberna der Guerrita en Sanlúcar de Barrameda. En esta lista personal en la que muy probablemente coincida con otros muchos aficionados al vino, se podrían añadir otros más, seguro, pero uno que se encuentra claramente entre mis preferidos es Ca Pepico, el bonito restaurante de Pepe Ferrer y su hermana Ana. Localizado al norte de la ciudad de Valencia, en Meliana, en concreto en el Barri de Roca, en medio de la huerta y ocupando una antigua casa de pueblo, un restaurante con historia.

De estética muy agradable, colores blancos y azules, sensaciones mediterráneas, calidez. Mesas amplias, comodidad. Personal atento, profesional, amable, respetuoso. Cocina casera, sencilla, con productos siempre de temporada, de su entorno, platos tradicionales de la zona, de elaboración cuidadosa, respetando la calidad de la materia prima. 

Excelentes en nuestra última visita los calamares con habitas y ajetes tiernos y el plato de tacos de mero. En esta casa, además de pescados y carnes destacan los arroces y muchos platos a compartir como entrantes: clóchinas, tellinas, navajas, esgarraet, alcachofas, croquetas... Ahora en verano, deberíais probar el tomate valenciano en ensalada, carnoso y riquísimo. No nos olvidemos de los postres.

Pasión por el producto y pasión por el vino.

Desde mi primera visita, hace unos años, maravillosos vinos han pasado por mis manos, y mi hígado, vinos de Emmanuel Lassaigne, Overnoy-Houillon, Ganevat, Selosse... de cualquier zona vinícola y por supuesto de Jerez, Pep siempre ha sido un enamorado de estos vinos.


La bodega del restaurante está en permanente movimiento. La selección de champagnes de pequeño productor me impresiona (Pierre Peters, Benoit Lahaye, Marguet, Marie Courtin, Emmanuel Brochet, Léclapart, Prévost, Vincent Charlot-Tanneux...), siempre cuenta con los mejores Jura, una muestra de Borgoña, Loira, rieslings alemanes, pequeñas producciones y botellas a veces difíciles de encontrar que son buscadas por cualquier buen aficionado, las novedades de zonas más cercanas tampoco faltan. Una recopilación de vinos apasionante. Y por si fuera poco, los precios son ajustadísimos, en alguna ocasión incluso mejor que en tiendas especializadas.

Si se tienen dudas a la hora de decidir hay que preguntar a Pep, encontrará lo que te gusta o te hará descubrir otros vinos, tal vez una nueva visión, un nuevo camino. Es cierto que tenemos gustos afines, y una inagotable curiosidad, a veces pienso que me lee el pensamiento cuando hablamos de vinos.

En nuestra última visita, hará apenas un par de semanas, empezamos el aperitivo con unas copas de los vinos mostrados en la fotografía de cabecera. Aperitivo a base de tomate rallado, aceite de oliva virgen extra y suave allioli. Mientras, elegíamos los platos y las botellas. Optamos por una botella de savagnin ouillé de Overnoy-Houillon (en muy pocos sitios de España pueden disponer de estos vinos) y otra de Clos Rougeard Les Poyeux (casi imposible de encontrar hoy en día en restaurantes y tiendas a lo largo de todo el Valle del Loira, yo no lo logré). Deliciosos ambos, sublimes. Aun siendo difícil continuar con este nivel, unas copas de La Bota de Amontillado nº 49 Bota "A.R." del Equipo Navazos nos hizo casi levitar. Hubo más copas de otros vinos, hablo de un restaurante para disfrutar.




Os daréis cuenta de mi entusiasmo al hablar de este lugar que describo aquí, creo que por primera vez, pero apuesto que me entenderéis al nombrar los vinos bebidos, vinos que me recuerdan los buenos momentos. El vino siempre es para recordar, nunca para olvidar.

Ca' Pepico, como los otros restaurantes que he nombrado al principio, es uno de esos lugares de peregrinaje donde acudir los amantes del vino. Cada vez que salgo de este restaurante ya estoy pensando en cuándo volver.

Pep Ferrer dispone también de una tienda de vinos en Montcada, población cercana. Su nombre, Mesquevins. Sus vecinos pueden tener la seguridad y la suerte de beber muy bien.

Hasta una próxima visita.

Vicente