Blog de un aficionado al vino. Un paseo simple a través de mis aficiones, un punto de vista personal en un instante determinado. Siempre dispuesto a aprender, disfrutar y compartir.
Seguimos
degustando borgoñas, si en la última ocasión fue una sesión con algunos grandes borgoñas clásicos, disfrutamos ahora con nuevos vinos de un perfil diferente,
no tan clásicos. Nos acercamos primero al bar de vinos "Plaça del Vi 7"
cuya localización, en Girona, coincide con su nombre. Y al día siguiente,
visitamos el restaurante "Villa Más" sito en Sant Feliu de Guíxols.
Plaça
del Vi 7 es un restaurante abierto hace unos 2 años en la capital gerundense, desde
su nacimiento se ha convertido en una de las mecas del amante del vino. Dispone
de una carta extraordinaria dando gran importancia a referencias de vino natural.
Su comida es sabrosa, de presentación moderna y bien elaborada, con sabor
tradicional. Está dirigido por Roger Viusà, a quien siempre es aconsejable comentar
la elección del vino. El equipo de trabajo es rápido y eficiente, y el lugar
pequeño, agradable y bonito.
Disfrutamos
con varios platos a compartir, todos deliciosos, no se nos olvida el "Parmentier
de patata con calamares de Roses y huevo frito", ni el "Salteado de
tubérculos con regaliz" o el "Guisado de berberechos con salsifí en
salsa verde". Y con ellos dos botellas que pienso fueron un acierto.
Le Têtu
2010
Chardonnay elaborado por Jean-Marie Berrux en Meursault. Siendo
un vino de Borgoña, lo primero que nos sorprende de la botella es su etiqueta,
verde y con una grafía moderna. También su nombre es muy poco habitual en la
zona, sin referencia a algún viñedo o climat. Otra extrañeza es que indique la
variedad de uva, y por último, que sea elaborado sin SO2 añadido,
información que indica en pequeño (sans soufre ajouté). No hay otra información
en la etiqueta, no tiene contra, aparte de indicar appellation bourgogne y el
grado alcohólico (12,5 %). Muy interesante.
Se
trata de un vino "natural". En referencia a vinos sin levaduras añadidas ni enzimas,
ni azúcar, sin empleo de ósmosis inversa, ni microoxigenación, ni ajustes de
acidez, sin filtración y sin empleo de ningún producto químico a excepción, si
es necesario, de muy poco sulfuroso añadido (en el caso de este vino nada). Un
vino natural no es tan habitual en Borgoña, siendo más frecuente en otras zonas
de Francia como por ejemplo el Loira.
Al
olerlo, se identifica el buen rollo natural, percibimos notas asidradas al
principio. Manzana, pera, miel, levadura, nos tiene despistados. Cambia hacia
un perfil más mineral, preciso, vertical, recto. Y es un Meursault. Fresco y
vibrante, para tragar y disfrutar.
Proviene
de viñas propias conducidas en biodinámica, 1,5 hectáreas. Además de su vino Le Petit Têtu, haciendo referencia a su
obstinación en poseer su propio domaine a pesar de la dificultad, Jean-Marie
Berrux elaboró este Le Têtu en 2010, proveniente de una única parcela, con una
crianza algo más larga y sin SO2, ni siquiera al embotellar.
Para el resto de elaboraciones, forma pareja con
Jean-Pascal Sarnin bajo el nombre Sarnin-Berrux comprando las cosechas de una
selección de parcelas de los vignerons con quienes colaboran.
Marsannay
Longeroies 2011
La
Maison Romane
Pinot noir elaborado por Oronce
de Beler. Nos cuentan que este elaborador, establecido en
Vosne-Romanée, trabaja parcelas de importantes casas de Borgoña cobrando mediante
una cantidad de uva y produciendo así sus propios vinos.
El
vino se mostró floral, con recuerdos a caramelo de cereza. Sutilidad,
elegancia. Es agradable de beber, da placer. Nos gustó mucho y nos sorprendió
por su redondez siendo de Marsannay donde los vinos se caracterizan
generalmente por una mayor rusticidad.
Tal
y como indica también su página web, Oronce de Beler funda su pequeña casa de
negocio en 2005 y complementa su trabajo de labranza en distintos viñedos, ayudándose
de su caballo percherón llamado Prosper, con la compra de uva y elaboración de vinos
bajo su propia marca, La Maison Romane. En los tintos vinifica con el racimo
entero. Sigue los ciclos lunares y trabaja sin bombas, por gravedad.
Hacía
tiempo que no visitábamos este restaurante-bar de vinos, si en la última
ocasión disfrutamos con vinos de Vincent Dancer y Julien Guillot, ahora hemos descubierto
nuevos elaboradores. Para la próxima no esperaremos tanto tiempo.
La
siguiente parada fue en el restaurante Villa Más, cuyo propietario es también
socio del anterior restaurante.
Para comer, menú del día: Sopa de galets, fideuá
y canelón de turrón de yema de postre. Para beber, intentamos seguir una línea
similar a la experiencia de la anterior noche.
Saint-Aubin
1er Cru En Remilly 2012
Catherine
& Dominique Derain
Fruta blanca, notas
cítricas, suavidad, sutilidad. Chardonnay de perfil mineral, recto, casi como
un cuchillo. No se nota la madera en absoluto, sí percibimos notas de miel y
cera. Joven pero ya disfrutable, aunque si se dispone de algo de paciencia evolucionará
en complejidad.
Catherine y Dominique Derain, antiguo tonelero,
siguen los principios de la agricultura biodinámica en sus 6 hectáreas del
domaine. Instalados en Saint-Aubin desde 1988, trabajan en diversas
appellations de Borgoña. Con certificación Ecocert. En Remilly, donde poseen 0,70
hectáreas, es un lieu-dit situado en la soleada pendiente sur de Montrachet.
Beaune
Chouacheux Premier Cru 2007
Fanny
Sabre
Fresas, cerezas... Algo especiado
en retrogusto, expresivo, ligero y sutil. Pinot noir muy bebible, con una gran
frescura, buena acidez. En un momento estupendo para beber, lo probé hace unos
cuatro años y me ha gustado mucho más ahora.
Fanny
Sabre, joven vigneronne, posee un domaine de 4,5 hectáreas de extensión, creado
en los 80 por sus padres. Vinifica en una bodega localizada en Beaune. Ayudada
en un principio por Philippe Pacalet, realizó su primera añada en 2006. Utiliza
racimo entero, maceración semicarbónica, no usa productos sintéticos,
únicamente SO2 en pequeñas dosis. Nunca utiliza madera nueva.
Bonitas jornadas por Gerona. Mientras escribo
estas notas, para entrar en situación, me ayudo de un chardonnay recién
comprado:
Saint-Romain
2012
Sarnin-Berrux
Notas de flores secas, fruta blanca y amarilla,
especias, azafrán, cítricos, notas mielosas, notas de mantequilla sin excesos.
Cierta tensión, con frescor, vertical.
Como
ya adelantaba un poco más arriba, Sarnin y Berrux realizan un trabajo conjunto
de négociant desde 2007 comprando uva cultivada ecológicamente, algo no tan
habitual en esta zona, y elaborando distintas cuvées en al menos una docena de
appellations, también en algunas del sur de Francia. Vinifican actualmente en
Monthélie, muy cerca de Saint-Romain, no utilizan aditivos, únicamente una mínima
cantidad de SO2 al embotellar para su protección en el transporte y
durante la guarda.
Hace
algunos años, cenando en Beaune, la capital vinícola de Borgoña, el simpático
Lolo, propietario de Caves Madeleine, nos comentaba que de Barcelona sólo
conocía el trayecto que realizaba el autobús para salir del aeropuerto y acudir
hasta una localidad de la costa gerundense donde se localizaba el restaurante
de su amigo Carlos, quien, muy probablemente, disponía de la mejor carta de
borgoñas en España y de gran parte de Francia. Como habréis adivinado, se
trataba del restaurante Villa Más.
Con dicha presentación, no es de extrañar que acercarse
a Sant Feliu de Guíxols signifique regalarse una sesión de botellas de una de
las grandes zonas vinícolas del mundo. Y con esa idea acudimos no hace mucho cuatro
jóvenes amiguetes dispuestos a abrir, a que nos abrieran, algunas botellas
mientras comíamos en la terraza de este bonito restaurante.
Chablis Premier Cru Montée de Tonnerre
2009
Domaine François Raveneau
Sensación
de profundidad, de mineralidad. Al principio algo cerrado, con apuntes amargos
nada molestos. Va cambiando al rato y surgen notas mieladas. Tiene nervio,
frescura, es vertical y directo, a pesar de ser una añada cálida. Un vino
fantástico, con recorrido, de un elaborador casi mítico en Borgoña, terruño
100%.
El
domaine fue creado en 1948 por François Raveneau unificando las parcelas de su
familia con las propiedades de su esposa, siendo dirigido actualmente por sus
hijos Bernard y Jean-Marie. Disponen de casi 8 hectáreas de terreno de caliza
kimmeridgian, tanto Grand Cru como Premier Cru. En Montée de Tonnerre poseen
2,51 ha con viñas de 50 años de promedio de edad. Durante la crianza, unos 18
meses, utilizan poco porcentaje de barrica nueva.
Muchos entendidos consideran que un Premier Cru en manos de los hermanos
Raveneau es como mínimo tan bueno como la mayoría de los Grand Cru de otros
productores.
Armonioso.
Miel de flores en nariz, una miel fina, como si de una selección de panales se
tratara. Es un caramelo. Mantequillas, lácticos. Extraordinaria textura,
sedosa. También acidez, y grasa, pero siempre sutil, equilibrado y elegante. Fuegos
artificiales comentaba uno de los amigos, terciopelo decía otro...
Poca presentación necesita esta casa para los amantes del vino. Llevado
por Anne-Claude desde 1994 dando un enfoque más natural hasta llegar a la
práctica de la biodinámica en su totalidad en 1997. El viñedo fue comprado por
su abuelo Joseph Leflaive a principios del XX justo después de la filoxera. Actualmente
consta de unas 24 hectáreas. Se trata de uno de los grandes domaines del mundo.
Sus vinos blancos son muy buscados: Montrachet, Chevalier-Montrachet,
Bienvenues-Bâtard-Montrachet, Clavoillon, Les Pucelles, Les Folatières...
Puligny-Montrachet 1er
Cru Champgain 1996
Paul Chapelle &
ses Filles
Hasta
ahora hemos probado dos chardonnays en añadas cálidas, 2009 y 2005, buscamos
una fría con esta botella recomendada por el sumiller.
Un
vino elaborado en un estilo totalmente clásico. De color vivo. Noto algo de
sulfuroso en nariz en un primer instante, también fósforo. Va abriéndose,
aunque su nariz es rústica y austera. En boca, con volumen. El anterior vino,
por ejemplo, era más delgado. Encontramos aquí mucha mantequilla, muy láctico,
notas cítricas si acaso. Bien de acidez, es un 96, 28 años.
No
fue mi botella preferida, aunque no se puede negar su capacidad de
envejecimiento. Algunos compañeros de mesa la apreciaron mucho más.
La propiedad de la familia en el viñedo
Champgain se localiza en una parcela muy bien situada en la parte superior de
la pendiente. Utilizan únicamente entre un 10 y un 15% de barrica nueva. El
domaine es reciente, creado en 1976 por Paul Chapelle, quien ejercía hasta
entonces como enólogo consultor de importantes bodegas de la Côte de Beaune. Ya
retirado hace años, hoy en día dirige el domaine su hija Christine.
El
primer pinot noir de la tarde. En una añada, en principio, sin aristas.
Perfume, finura, cestillo completo de pequeñas cerezas, griottes, guindas...
Una nariz que enamora. En boca, especiado, potente, con carácter.
Al
hablar de los vinos de Roumier, no puedo evitar recordar una noche en el Bar du
Square en Beaune: rock en directo, vinos por copas y varios parroquianos,
muchos jóvenes, con botellas de borgoña genérico, genérico sí, pero de G.
Roumier. Y muy poca cerveza entre los asistentes.
Christophe
Roumier (3ª generación) dirige el domaine desde 1981. Les Combettes, 0,27
hectáreas de terreno arcilloso calcáreo, se comercializa desde 2005 bajo la
appellation 1er Cru dejando de ser utilizado como ensamblaje para los vinos
Chambolle-Musigny. Despalilla completamente, crianza de 14 meses, 25% roble
nuevo. Trabaja otras propiedades en Musigny, Bonnes Mares, Corton Charlemagne,
Ruchottes-Chambertin, Les Amoureuses... ¡Una maravilla!
Segundo
tinto, elegimos uno de los más grandes, Armand Rousseau. Charmes-Chambertin en
una añada más bien cálida. Notamos ese punto cálido pero también complejidad,
estructura y sensualidad. En nariz, fruta madura, especiado y continuamente
mejorando. En boca es una bomba, directo, con una acidez maravillosa y
tremendamente elegante, taninos sedosos, finura. Un enorme borgoña, muy
completo.
Domaine
creado a principios del XX, dirigido hoy en día por Éric Rousseau. Compuesto
por 15 hectáreas: 8 y pico Grand Cru y casi 4 en 1er Cru. Es el domaine de más
nivel de Gevrey y uno de los más importantes de toda la Côte d'Or, y por lo
tanto del mundo. Su propiedad en Charmes-Chambertin consta de 1,47 hectáreas. Dispone
también de parcelas en Chambertin, Clos de Bèze Chambertin, Clos Saint-Jacques,
Clos de la Roche en Morey-Saint-Denis... En la elaboración realiza despalillado
en un 90%.
No
quisimos terminar todavía, queríamos más, el siguiente vino es sugerido por el eficiente
sumiller:
Meursault Charmes 1er
Cru 1997
François Jobard
Jobard,
el padre. Cálido, opulento, graso... y también sentimos notas balsámicas, eucaliptus,
cítricos confitados, mantequilla dulce. Opulencia y cremosidad. Acidez
discreta, pero el vino no necesita más. Sin batônnage, al igual que el de
Raveneau. Una chardonnay del 97 y sin el más mínimo indicio de oxidación.
Domaine
con unas 6 hectáreas en Meursault, uno de los grandes pueblos de la Borgoña a
pesar de no contar con ningún Grand Cru. François Jobard le dio la fama al
domaine, quien empezó a trabajar en 1957 junto a su padre. En 2002 se le une su
hijo Antoine, mencionando ambos nombres en la etiqueta e iniciándose la
transición hacia el domaine Antoine Jobard a partir de 2007. La parcela de
Charmes consta de 0,26 ha, suelo arcilloso-calizo y 25 años de edad media de
las viñas.
Ninguna
botella fue decantada, la sesión duró cinco horas y media. De comer pedimos el
menú del día, bien. Hasta aquí un día de grandes vinos clásicos.
Vicente
Por cierto, actualmente
el restaurante Caves Madeleine ha pasado a ser regentado por su cocinero. Su
anterior propietario, Lolo (Laurent Brelin), ha abierto, desde hace
aproximadamente un año, un nuevo Bar à Vins y Épicerie Fine denominado "La Dilettante Beaune".
A unos 100
Km al noroeste de la Côte-d’Or, cerca de Champagne, se extiende el
viñedo de Chablis, o Chablisien. Ocupa actualmente 4700 hectáreas
aproximadamente, en el valle del río Serein, en el departamento de Yonne. Ya
existían vides en la época romana, pero su desarrollo tuvo lugar a partir del
siglo XII gracias a la labor de los monjes cistercienses de la abadía de
Pontigny.
Debido a su localización, la parte más septentrional de
Borgoña, las viñas están expuestas a las heladas, al igual que en Champagne.
Para paliar este problema se ha usado desde estufas entre las hileras de vides
a sistemas de aspersión regando con agua y formando una fina capa de hielo
sobre las yemas con el fin de protegerlas de un daño mayor.
Se divide en cuatro categorías o AOC, siendo chardonnay la
cepa cultivada: Petit-Chablis, Chablis (principal área de producción), Chablis
Premier Cru (entre los que destacan Montée de Tonnerre, Mont de Milieu,
Fourchaume…) y Chablis Grand Cru.
Tanto los premiers como grand cru se asientan sobre un
subsuelo calcáreo y arcilloso denominado kimméridgien, caracterizado por la
abundancia de minúsculas conchas (de la familia Exogyra virgula). Se trata de
una formación rocosa del Jurásico Superior, de hace unos 150 millones de años. Algunos
terrenos bajo la AOC Chablis
se sitúan también sobre otro tipo de suelo, el portlandien, calcáreo, poco
arcilloso y sin fósiles marinos. Las viñas de Petit-Chablis están plantadas en
llano y sobre portlandien.
Existe un solo Grand Cru repartido en siete climats
contiguos. De oeste a este: Bougros, Preuse, Vaudésir, Grenouilles, Valmur, Les
Clos y Blanchots. Ocupan en total una centena de hectáreas situadas en la
comuna de Chablis, en la ribera derecha del Serein, en una altitud de entre 100
y 250 metros
y de exposición generalmente al suroeste.
Les Clos, ya destacado por los monjes cistercienses, consta
de unas 28 hectáreas
y es, además del más extenso, el considerado comúnmente de mayor prestigio.
El domaine Dauvissat, valorado junto al de Raveneau como el
más importante de Chablis, está dirigido por Vincent Dauvissat desde el retiro
de su padre René. La vinificación de forma tradicional en barricas es poco
intervencionista evitando que el vino quede marcado por la madera. Para algunas
parcelas utiliza feuillettes, las barricas de tamaño más pequeño, 132 litros, típicas en
Chablis. Desde 2002 sigue los principios y preparaciones de la agricultura
biodinámica pero sin certificación. El domaine consta de unas 11 hectáreas repartidas
en varias parcelas. Su propiedad en Les Clos alcanza 1,7 hectáreas.
Chablis Grand Cru Les
Clos 2009 - Vincent Dauvissat
De color amarillo dorado, perfumado, floral, flor blanca, apuntes
de miel. Al poco rato, notas de frutos secos, almendra. Buena acidez, en
equilibrio con la untuosidad. Percibimos las características propias del
chardonnay. Destacan también las sensaciones minerales, tensión y vivacidad,
con nervio pero elegante. La nariz evoluciona hacia cera de abeja. Muy largo,
persistente, intenso. Precisión. Complejo, de largo recorrido.
Una suerte tener la oportunidad de probar este vino.
Vicente
NOTA: Fuera de la AOC
Chablis pero en el departamento de Yonne existen otros
viñedos a destacar como por ejemplo las appellations comunales Irancy (pinot
noir) y Saint-Bris (sauvignon blanc) y las regionales Côtes d’Auxerre o
Bourgogne Épineuil (pinot noir), entre otras.
El nombre de Perrières es bastante común en la región de
Borgoña como muestran los Premiers Crus Nuits-Saint-Georges Les Perrières,
Beaune Les Perrières o Saint-Aubin Les Perrières, entre otros, siendo el de
mayor prestigio el correspondiente Perrières de Meursault, una joya situada al
suroeste del pueblo y calificada 1er Cru pero considerada por muchos expertos a
la altura de un Grand Cru. Su nombre está relacionado con su suelo pedregoso y las
antiguas canteras de la zona.
Más de 20 viticultores trabajan en Perrières, entre los que
destacan Jean-Marc Roulot, Coche-Dury y
el Domaine des Comtes Lafon, entre otros.
Existe un Perrières-Dessous y un Dessus (debajo y encima) diferenciados
por el desnivel. Muchos consideran que la parte más baja, donde el suelo de
caliza degradada es más profundo, produce los mejores vinos. También existen
Aux Perrières y Clos des Perrières.
En 1855 el doctor J. Lavalle clasificó por vez primera los
distintos pagos de la Côte d´Or considerando Les Perrières (Dessus y Dessous)
como Tête de Cuvée, la máxima categoría. En su opinión, después del auténtico
Montrachet, no conocía ningún vino blanco más exquisito que Les Perrières.
Meursault
se encuentra en la Côte de Beaune, entre Volnay, al norte, y Puligny-Montrachet
al sur. En la plaza central del pueblo destaca la iglesia
de Saint-Nicolas y el bello Hôtel de Ville (ayuntamiento)
con el techo de tejas vidriadas. La comuna no posee ningún Grand Cru, pero sí
varios Premier Cru entre los que destacan Genevrières, Charmes y Perrières. Aquí reina la chardonnay, aunque en la comuna de Meursault
se produce también una pequeña cantidad de tinto.
Meursault Perrières 1er Cru 2008 Vincent Dancer
Vincent Dancer, instalado en Chassagne-Montrachet,
retomó en 1996 el viñedo familiar. Trabaja aproximadamente un total de cinco
hectáreas repartidas en parcelas de Puligny-Montrachet, Meursault, Pommard y
Beaune, además de Chassagne-Montrachet. Elabora también algunos vinos tintos.
Emplea prácticas biodinámicas en su viñedo.
Es un apasionado por la fotografía, como demuestra en su blog
donde exhibe bellas imágenes relacionadas con la viña:
Su Meursault Perrières 1er Cru 2008 se trata de un vino no
filtrado que proviene de su propiedad situada en Perrières-Dessous de únicamente 0,29
hectáreas y viñas
de 46 y 29 años. Tiene un periodo de crianza de 16 meses y fue embotellado en
enero de 2010. Producción de 1800 botellas.
Color dorado con reflejos plateados. Rápidamente notamos su perfume: principalmente cítricos (limón), mantequilla, miel, cera, silex,
complejidad. En boca acompaña su acidez perfectamente delineada e integrada, es
elegante y fresco. También graso, con suavidad en su textura. Profundidad.
Destaca sobre todo su finaexpresión
mineral, tensión, pedernal, gran pureza. Aúna presencia y sutilidad, untuosidad
y frescura.
Disfrutado recientemente junto a un sustancioso arroz meloso
en uno de nuestros restaurantes preferidos: Ca' Pepico (Meliana-Valencia). Situado en medio de la huerta valenciana, compagina calidad y cercanía en el
producto, una extraordinaria y amplia selección de vinos y excelente servicio.
Nos quedamos con el recuerdo del momento, entre amigos y acompañados con
este gran chardonnay. Muy bueno. Nos gustan los vinos de mi tocayo Vincent Dancer.
“Donde hay viña hay civilización. En Babilonia, en la Antigua Grecia… había vino. No siempre bueno, pero hacían vino”. Así se expresaba el entrañable Hubert de Montille, uno de los protagonistas del controvertido documental Mondovino, realizado por Jonathan Nossiter en 2004. El veterano abogado/vigneron, durante toda su intervención, defiende rotundamente la cultura vinícola basada en la appellation d´origine y en la expresión del terroir en contraposición a la marca, que la define como parte del mundo anglosajón, y expone su gusto por el vino no maquillado por la influencia de la madera. Sus preferencias son los vinos profundos, largos y rectos en detrimento de los exuberantes pero cortos y sin complejidad.
La película, claramente orientada a defender el terroir y la producción familiar frente a la globalización y el poder de las grandes empresas vinícolas, fue alabada por muchos y denostada por otros que la juzgaban de simplificar la compleja realidad y ofrecer una imagen sesgada e injusta.
En mi opinión, durante el interesante reportaje/película, pleno de humor, hay realmente momentos de gran inspiración. Ahora que he vuelto a verla, una de mis escenas favoritas es la reflexión del importador norteamericano Neal Roshental, sentado en el Diner de Brooklyn (restaurante de grato recuerdo para nosotros), definiendo como diabólico el uso de las barricas de madera nueva, opinando que era peor incluso que la cirugía estética, al perder el vino su alma.
Precisamente celebramos el reciente fin de año con los amigos con los que compartimos viaje a Nueva York. Decidimos, para la ocasión, disfrutar de dos botellas que nos permitirían experimentar un poco en las diferencias de terroir y en las características de los vinos del Domaine de Montille: Volnay 1er Cru Les Champans 2007 y Pommard 1er Cru Les Rugiens 2006.
La creación del Domaine de Montille se remonta a antes de la revolución francesa. Instalados en la Côte de Beaune, en Volnay, contaba originalmente con 12 hectáreas, viéndose reducidas a apenas 3 hectáreas por la venta de parcelas a principios del siglo XX. En 1947, Hubert de Montille se hizo cargo de la finca elaborando vinos de gran personalidad. Retirado Hubert ya hace unos años, la propiedad está actualmente en manos de sus hijos Étienne y Alix. El pasado año lograron la certificación Ecocert tras iniciar años atrás los principios biodinámicos. En 2003, los dos hermanos crean la Maison DEux Montille Soeur Frère, el lado négociant (compra de uva) dedicado principalmente a los vinos blancos. Alix, cuyo marido es Jean-Marc Roulot (todo un referente en Meursault), se encarga de los blancos y su hermano Étienne se ocupa de los tintos del Domaine. En junio de 2012 compraron Château de Puligny-Montrachet (20 hectáreas aproximadamente), ya dirigido desde 2001 por el propio Étienne. Con esta última adquisición, las explotaciones familiares alcanzan actualmente unas 35 hectáreas a lo largo de la Côte de Beaune y la Côte de Nuits, gran parte de ellas en Premier y Grand Cru. Esta extensión supone una propiedad muy grande en Borgoña y resulta, cuando menos, curiosa dicha expansión, sobre todo tras escuchar, hace algunos años en Mondovino, la filosofía del domaine defendiendo las características de las pequeñas bodegas frente a las grandes corporaciones vinícolas. ¿Qué pensará de todo ello Hubert de Montille?
Pero centrémonos en sus vinos y en su calidad, que es lo que nos interesa. Hemos leído que el estilo del padre se basaba en vinos puros, austeros y rectos, necesitando largos años de espera para expresar su extraordinario potencial, y que desde la llegada del hijo los vinos se hacen más amables, más placenteros y armoniosos permitiendo su consumo desde los primeros años, aunque manteniendo sus características tradicionales. Estamos listos para catarlos, o mejor aún, para beberlos.
Pommard Premier Cru Les Rugiens 2006
Volnay Premier Cru Les Champans 2007
La AOC Volnay cuenta con 207 hectáreas, más de la mitad en Premier Cru, y la AOC Pommard se extiende sobre 321 hectáreas, siendo 122 en Premier Cru. Eternos rivales, mientras los vinos de Volnay son definidos generalmente como elegantes y delicados, los de Pommard son calificados como más robustos y masculinos. En ambos pueblos se cultiva exclusivamente Pinot Noir. En realidad, se pueden observar distintos terroirs dentro de cada AOC debido a las múltiples diferencias entre las parcelas/climats que las integran.
El Domaine de Montille posee 0,96 hectáreas en En Champans, uno de los más extensos climats de Volnay, de suelos calcáreos, arcillosos y en pendiente.
De las 5,83 hectáreas que forman Les Rugiens-Bas, 1,02 son del Domaine, siendo a su vez el mayor propietario (¡cómo nos gusta Bourgogne!). El nombre proviene del color rojizo de los terrenos arcillo-calcáreos ricos en fósiles y óxido de hierro. Ni en Volnay ni en Pommard existe ningún Grand Cru, sin embargo Les Rugiens-Bas y Les Petits-Épenots, ambos en Pommard pero de características diferentes entre sí, son considerados, por muchos entendidos, merecedores de la más alta categoría.
Ante todos estos preámbulos la degustación de las dos botellas prometía y mucho. Lástima no haber encontrado idéntico millésimé.
El primer día, Les Champans 2007 (70% sin despalillar), se mostró inicialmente algo ahumado dando paso rápidamente a una encantadora mezcla de flores y frutos rojos. Pétalos de rosas, también carne, especiados, la nariz era delicada, sutil, elegante, sensual, y su boca presentaba una acidez y frescura espectacular. Mientras, Les Rugiens 2006 (vinificado con racimo entero en un 50%) comenzó cerrado, abriéndose lentamente, con austeridad, era más ahumado, también mineral, férrico (como aquellas ampollas bebibles de vitaminas que me recetaban de pequeño), una nariz sutil, con cierta rusticidad terrosa, atrayente, y una tremenda acidez en boca, en sentido siempre positivo. Un punto común de las dos botellas era su bajo grado alcohólico y la integración completa de la madera.
El rey de la Nochevieja fue Volnay, intenso y redondo. Sin embargo, aunque al día siguiente presentaba idénticas cualidades, lo cual es mucho, no parecía evolucionar y dar más de sí, era fácil de beber. En cambio, el Pommard, perdón, Les Rugiens 2006 de Pommard, gustó mucho más en Año Nuevo, daba por fin sus frutillos rojos, las flores, una elegancia a tope, y su boca y retronasal nos hacía desear que no se terminase. Sin duda más completo, con una complejidad a base de capas, largo y persistente.
Curiosamente, en esos días habíamos disfrutado también de otros dos vinos de la casa: Rully 1er Cru Les Cloux 2006 DEux Montille Soeur Frère, que acompañó deliciosamente los distintos platos del mejor restaurante chino que he visitado jamás, Shanghai; y Beaune 1er Cru Les Grèves 2006 Domaine de Montille, intenso vino proveniente de una parcela de tan solo 1,26 ha que posee el domaine en el lieu-dit Les Grèves, en el corazón del viñedo de Beaune (degustado en el Bar à Vins, un pequeño oasis dentro de la Fábrica Moritz).
Y hasta aquí el relato de dos vinos de enorme calidad bebidos entre dos años. El objetivo lo conseguimos: aprendizaje, disfrute, viaje a través de una copa y recuerdos para el futuro. Feliz Año Nuevo 2013.
Vicente
* La WEB del Domaine de Montille es excelente, permitiendo incluso unas preciosas vistas panorámicas de 360º en algunas de sus mejores parcelas.
A varios de mis amigos y a mí nos entusiasma reunirnos de vez en cuando alrededor de un vino de nuestro gusto. Solemos elegir una botella estrella y acompañarla de otras a la altura de la ocasión. Hasta ahora hemos podido degustar grandes botellas de enormes productores que nos han hecho soñar y disfrutar: Sélosse, Châteaux Figeac, Vega Sicilia, Roulot, Dagueneau, Leroy…
En esta ocasión, la estrella seleccionada, la niña de nuestros ojos, fue Romanée Saint-Vivant 2006 del Domaine J.J. Confuron y, como expresó nuestro amigo Xavi, la niña resultó ser un monstruo. Destacó sobre los demás vinos, pero sus acompañantes tampoco fallaron: Buen inicio con la Manzanilla AB Sacristía 2011; imprescindible un Champagne en cualquier reunión, en esta ocasión, el fantástico Rosé de Gatinois; impresionante La Bota de Manzanilla Pasada nº 30 del Equipo Navazos; estupendo el aromático Riesling de Rheingau, Terra Montosa 2008 de Georg Breuer; tremendo Cornas Les Ruchets 2002 de Jean-Luc Colombo, en su punto exacto para ser degustado; un Ribera distinto, Viñas de Anguix 2009 de Goyo García Viadero, fresco y atlántico; riquísimo el Tokaji Château Dereszla 2005 6 puttonyos, y finalmente, el Sauternes Premier Cru Classé Château Sigalas Rabaud 1988, que al despertar, se mostró espléndido. Diversos platos acompañaron los vinos durante la cena excepto para el protagonista de la noche, un vino que no necesita maridaje.
Romanée Saint Vivant Grand Cru 2006
Domaine Jean - Jacques Confuron
Grand Cru de la Côte de Nuits, en la comuna Vosne-Romanée, el viñedo Romanée Saint-Vivant consta de 8,71 hectáreas, limita al norte con el Premier Cru Les Suchots, al sur con el Grand Cru La Grande Rue, al este con el pueblo Vosne-Romanée y al oeste con los Grands Crus Romanée-Conti y Richebourg. Toma su nombre de la antigua Abadía medieval de Saint-Vivant, actualmente restaurándose. El viñedo cuenta con varios propietarios, siendo mayoritario el Domaine Romanée-Conti.
El Domaine Jean-Jacques Confuron dispone únicamente de 0,5 hectáreas del Grand Cru Romanée Saint-Vivant, plantadas en 1929. Produce unas 1800 botellas. Para su crianza utilizan entre un 80 y un 100% de barrica nueva. No clarifican ni filtran. La bodega está situada en Premeaux-Prissey, justo al lado de Nuits-Saint-Georges. El Domaine, dirigido desde 1988 por Sophie et Alain Meunier perteneció anteriormente al padre de Sophie. Elaboran 12 vinos en un total de 8 hectáreas repartidas por la Côte de Nuits en 12 AOC, entre ellas, Chambolle Musigny Premier Cru, Vosne Romanée Premier Cru, y los Grands Crus Clos Vougeot y Romanée Saint-Vivant. Realizan una viticultura orgánica evitando la utilización de tratamientos químicos.
Mis sensaciones:
Bello color rubí. Placentero desde el primer instante, nariz seductora muy intensa y persistente, llena de matices. Flores (rosas, violetas…), fruta roja, perfume atrayente, encantador. Destacan sobremanera las especias finas, sutiles, con clase y elegancia, canela, nuez moscada… También palo de rosa y otros aromas desconocidos por mí hasta ahora en un vino. En boca es redondo, equilibrio de fruta, fresca acidez y madera, ésta última prácticamente imperceptible al estar perfectamente integrada. Elegancia, finura e intensidad son sus adjetivos más apropiados. Final largo, larguísimo. Vino sensual y envolvente. Una delicia, de gran complejidad, un vino de reflexión que apetece tomar sin comer. Emociona y enamora. Lo exprimimos hasta la última gota.
La próxima reunión no tiene fecha aún, pero ya estamos cavilando en el vino estrella y, seguramente, no saldremos de Bourgogne.
Viaje al corazón de la Bourgogne, donde todos los pueblos tienen nombre de vino. Un sueño hecho realidad, una semana en el paraíso.
La tierra del Chardonnay y del Pinot Noir comprende más de una centena de appellations, alguna con menos de 1 hectárea (La Romanée, la apellation más pequeña de Francia), Clos de Vougeot (la mayor de la Côte de Nuits) cuenta con 50 hectáreas y 84 productores. Toda España no llega al centenar de denominaciones. En Francia existen 450 AOC.
El viñedo borgoñón es un claro modelo de terroir y antiglobalización. Un mosaico herencia de la época galo-romana y de los monjes benedictinos y cistercienses, pasando por los grandes duques de la Borgoña (Philippe II, llamado Le Hardi, El Intrépido, ordenó en 1395 arrancar de Borgoña la cepa Gamay). Más tarde, tras la revolución francesa, llegaría la burguesía, y después, el derecho napoleónico (que dividía a partes iguales las tierras entre todos los herederos de la misma familia), los négociants, la filoxera a finales del XIX, y ya en el siglo XX aparecerá la figura de los viticulteurs-récoltants, es decir, los vignerons. Amor y culto al terruño transmitido a través de los siglos.
La Bourgogne vinícola se extiende de norte a sur por: Chablis, Côte de Nuits, Côte de Beaune, Côte Chalonnais y el Mâconnais.
Mucha gente, incluso parece que oficialmente así es, incluye aquí el Beaujolais. No es mi caso.
Pienso que Beaune es la base ideal para descubrir y visitar los pueblos y viñedos a lo largo de este jardín que es la Côte de Beaune y la Côte de Nuits, las 2 côtes míticas que visitamos nosotros y que forman la Côte d´Or (nombre que les viene por el color dorado de los viñedos en otoño).
Del 12 al 19 de junio estuvimos instalados cómodamente en Beaune en una muy recomendable chambre d´hôte en casa de Marie e Yves. Desayunábamos zumo de naranja recién exprimido, confiture y yogures caseros, compota, cereales y croissants recién traídos del horno. Un lujo francés.
En Beaune puedes disfrutar de numerosas tiendas de vino, restaurantes, bars à vins, pastisseries, una fabulosa fromagerie, el mercado de los sábados, de una alucinante visita a los Hospices, de la Colegiata de Notre-Dame, de la mejor librería de vinos que mis ojos han visto, y por supuesto, de tranquilos paseos por la ciudad, alrededor de ella y a través de sus viñedos.
Un lugar mágico cargado de historia (construido entre los siglos XIV y XVI), es también un domaine y además cada año, en el tercer fin de semana de noviembre, se celebra, desde 1851, la tradicional subasta de sus vinos cuyo resultado es destinado al hospital.
BEAUNE: TIENDAS DE VINOS, LIBROS Y QUESOS, RESTAURANTS Y BARS À VINS
Un especialista en viejos millésimes. Vale la pena entrar en esta tienda, aunque sólo sea para mirar las botellas, al menos así podemos ver joyas como el Vosne-Romanée Cros-Parantoux de Henri Jayer, otro Cros-Parantoux 1998 de Emmanuel Rouget o un Chambolle-Musigny Les Amoureuses 2002 de Georges Roumier, La Tâche 1996… Para soñardespiertos.
En el centro de Beaune. Una visita obligada para todos los apasionados a la literatura sobre el vino. Cientos de obras. La librería más importante que jamás he visto en el tema vino.
Restaurante y bar à vins. Una carta de vinos muy completa con primeras figuras y una selección de 10 ó 12 copas.
Tienen tapas pero además los platos de los distintos menús estan muy bien elaborados, entre ellos los escargots à la bourguignon, presentados en este restaurante en una versión más moderna (si te gustan los caracoles, te vas a hartar, en Borgoña los hacen en multitud de recetas).
·Bourgogne, Mes Vieilles Vignes Blanc 2007, Vincent Girardin
·Moulin-à-Vent, Les Hautes de Rochelle 2009, Vincent Girardin
·Bourgogne, Rouge 2009, Domaine Mongeard-Mugneret
·Côte de Nuits Village 2007, Domaine Gachot Monot
·Mercurey, 1er Cru 2008, Domaine Génot-Boulanger
(Los pongo todos para que os hagáis una idea de lo que tienen por copas, pero el que más me impresionó fue el Chardonnay de Larue de Saint-Aubin, graso, fruta blanca, algo amielado, me gustó mucho).
- Ma Cuisine
Passage Saint-Hélène
Con este restaurante, ésto se pone ya serio.
La carta de vinos es simplemente demencial. Muchísimas referencias, grandes productores y grandes botellas, sólo falta que compren mejores copas para servir. El sommelier y copropietario se excusó con un: “J´ai des grands vins et des petits verres”. Ciertamente pudimos disfrutar de un espléndido Gevrey-Chambertin 2008 de Armand Rousseau, una maravillosa pinot noir, perfume floral, delicado, fino, elegante, sutil, envolvente, largo, con un retronasal de cerezas en licor, invitaba a beber. Un village de un productor extraordinario. Una delicia.
Aquí cenamos también muy bien (platos sabrosos, no perderse de postre las tartas de frutas, caseras, por supuesto).
- Caves Madeleine
8, rue du Faubourg Madeleine
Restaurante imprescindible. Ambiente muy agradable, una larga mesa a compartir y algunas más independientes. ¿La carta de vinos? Uno mismo puede elegir y coger entre las botellas expuestas. Yo preferí preguntarle a Lolo, el propietario, muy majo.
Empezamos, muy bien, con 2 estupendas copas:
·Meursault, 1er Cru Genevrières 2007, A. Jobard
·Beaune, 1er Cru Cuvée Dames Hospitalières 2008, Hospice de Beaune (elaborado porLucien Le Moine para Lolo, Caves Madeleine).
Esta botella acompañó perfectamente la cena. Empiezo a ver que el 2008 es una añada que me gusta y es perfectamente bebible ya (aunque podemos esperar largos años también).
La cocina también es buena en este restaurante. Probamos 2 platos típicos de la región: Jambon Persillé y Boeuf Bourguignon (un estofado con una carne que se derretía en la boca, y una salsa gustosa que se notaba cocinada lentamente).
Y gracias a la gentileza de Lolo también disfrutamos de:
·Chambolle-Musigny 1er Cru Les Amoureuses 2007 Lucien Le Moine
(Al principio,graso en nariz, también cerezas maceradas. Profundo, denso. Envolvente en boca, largo, muy largo, para acabar con los ojos cerrados, pan de frutos rojos).
Tapas y copas de vino, también se puede comer o cenar. Comedor al fondo con una estética muy chula. Nos gustó.
·Saint-Aubin La Princée 2009 Blanc, H. Lamy
·Saint Aubin 2009 rouge, Larue
(Una vez más me sorprenden los vinos de este pueblo, y de estos productores).
- Bar du Square
26, Boulevard Maréchal Foch
Lo descubrimos el último día pero vale la pena. Es como el bar de la esquina donde acuden los parroquianos del barrio. Al Bar du Square acude gente de todas las edades, algunas personas las habíamos visto durante estos días por Beaune (la chica de la pastisserie, el sommelier-propietario de algún restaurant, la chica del rent a car...).
El sitio es chulo, jovial, sociable y tienen además de embutidos, jamón yquesos, una lista sensacional de botellas de diversas zonas de Francia y una selección de unas 10 ó 12 copas.
·Meursault 2008, François Mikulski
·Bourgogne rouge 2007, Georges Roumier
(Sí, un genérico, pero de Roumier).
·Macon Villages 2008, Héritiers de Comte Lafon
·Volnay, 1er Cru Les Mitans 2009, B.Leroux
(Otro pueblo cuyos vinos me sorprendieron gratamente, de hecho, repetimos un par de copas).
Lo pasamos muy bien en este bar, sobre todo cuando empezó a actuar un grupo de jóvenes músicos de Paris que estaban de gira: THE ENJOYS. Una marcha alucinante, y otro descubrimiento: el maridaje de Pinot Noir y rock es perfecto.
Le Caveau des Arches
LES VILLAGES
En Borgoña se da una auténtica micro-parcelación. Esas pequeñas parcelas, llamadas climats o lieux-dits, tienen un nombre concreto y corresponden a unos orígenes topográficos o históricos. Así tendremos más de 1200 climats (candidatos actualmente al patrimonio mundial de la UNESCO), algunos son Grand Cru (son 33 y suponen el 1´5% de la producción), otros son Premier Cru (635 y el 10´5%), y otros Villages (el 36´5%).
Además, tendremos la categoría regional o genérica que suponen el 51´5% de la producción (éstos son los que en la botella indica Bourgogne y no el village).
Cada terroir presenta su propia personalidad. En su gran mayoría están expuestos al sol de levante. Siendo más valoradas aquellas parcelas situadas a mitad de ladera con una pendiente suave que favorezca el drenaje.
En la Côte de Nuits predominan los suelos calizos y margosos, mientras que en la Côte de Beaune son tierras calizas y arcillosas principalmente.
Los pueblos borgoñones han ido añadiendo a su nombre el de su más famoso viñedo: Montrachet a Chassagne y Puligny (en la Côte de Beaune), Chambertin a Gevrey (fue el primero, concedido en 1847 por el rey Louis-Philippe), Saint-Denis a Morey, Romanée a Vosne, y Musigny a Chambolle (en la Côte de Nuits).
Fáciles de visitar, en coche o en bicicleta (véloroute de Beaune a Santenay), y muchas veces a pie. Además el tren tiene paradas en Meursault, Beaune, Nuits-Saint-Georges, Gevrey-Chambertin y Dijon. Para haceros una idea de las distancias, de Beaune a Chassagne-Montrachet (al sur) sólo hay 14 Km, y de Beaune a Gevrey-Chambertin (al norte) 25 Km, y a Dijon 37 Km.
Desde Beaune hacia el sur (Côte de Beaune) encontraremos:
Beaune
Mundialmente conocido, en sus viñedos domina mayoritariamente el Pinot Noir, siendo uno de los más famosos el Premier Cru Clos des Mouches, tanto en tinto como en blanco.
“Clos de las Moscas”, este nombre le viene porque en este Clos existían colmenas, y las abejas eran llamadas antiguamente “moscas de miel”.
Aquí destacan los négociants-éleveurs: Louis Jadot, Joseph Drouhin…
Pommard
Vinos exclusivamente tintos. El vino preferido de Victor Hugo, y que bebían Henri IV y Louis XIV.
Nos encontraremos entre otros, con viñedos como Épenots (al norte, más sedosos y femeninos), o como Rugiens (al sur, más potentes, más viriles, rústicos).
Volnay
Vinos exclusivamente tintos. Premiers Crus como Taillepieds, Clos des Ducs, Les Mitans…Productores como Hubert de Montille, Domaine del Marquis d´Angerville, La Pousse d´Or, Michel Lafargue…
Vinos elegantes, frescos, femeninos…
En la entrada del pueblo, al estar un poco en alto, hay unas vistas panorámicas.
Y siempre dentro de la Côte de Beaune, llegamos a la que denominan Côte de Blancs, sí, al reino de la Chardonnay: Meursault, Puligny-Montrachet, Chassagne-Montrachet y Saint-Aubin.
El pinot noir ha casi desaparecido de Meursault y Puligny pero sigue siendo importante en Chassagne y Saint-Aubin.
Meursault
Meursault no tiene grands crus pero tiene, para muchos, los mejores villages al nivel de premiers crus: Les Luchets, Les Casses Têtes, Les Tillets, Les Meix Chavaux, Tessons, Narvaux…
Nombres poéticos para los premiers crus: Les Perrières, Genevrières, Les Gouttes d´Or…
Y grandes referencias: Coche-Dury, Roulot, Comtes Lafon…
Sus vinos: mantequilla, pan tostado, frutos secos y miel. Redondos, grasos.
Este pequeño pueblo nos gustó especialmente, tiene una plaza central con la iglesia de Saint Nicolas, la pharmacie, la boulangerie, el bar, el bonito ayuntamiento… Muy acogedor.
Puligny-Montrachet
Imprescindible un paseo entre los Grands Crus: Montrachet (7´99 hectáreas), Bâtard-Montrachet, Chevalier-Montrachet, Bienvenues-Bâtard-Montrachet. Los dos primeros compartidos con el siguiente pueblo: Chassagne-Montrachet.
Pero también destacan los premiers crus: Les Pucelles, Clavoillon, Les Folatières, Les Combettes, Champ Gain…
Cuentan que en los tiempos de la Edad Media, el señor de Puligny repartió sus tierras entre sus hijos: el hijo legítimo o “chevalier” (caballero), las hijas o “pucelles” (vírgenes) y el “bâtard”.
Destacan los domaines: Anne-Claude Leflaive, Étienne Sauzet…
Flores blancas, frutas exóticas, pureza, mineralidad, finura, largos casi hasta el infinito.
Chassagne-Montrachet
Los productores: Ramonet, Vincent Dancer, Morey-Coffinet…
Aquí tenemos los grandiosos Grands Crus Criots-Bâtard-Montrachet, Bâtard-Montrachet y Montrachet; también los premiers crus Les Fairendes, La Romanée, Dent de Chien…
Vinos grasos, con cuerpo, potentes a veces, largos…
En este pueblo no encontrarás ningún bar ni cafetería. Tienen un único restaurante, eso sí, con una estrella Michelin.
Tras Chassagne, rectos llegaríamos a Santenay y hacia la derecha a Saint-Aubin.
Saint-Aubin
Ganas tenía de ver este pueblo, sobre todo después de beber un par de vinos en Beaune que me gustaron mucho y además a muy buen precio. Se trata de un pequeño pueblo modesto, aquí no hay ningún restaurante, no hablemos ya de cafeterías.
Hubert Lamy, Larue y Marc Colin, destacan muy por encima de los demás. Y entre los climats: En Remilly, Châtenière, Murgers des Dents de Chien…
Vivos, finos y elegantes.Con los años, almendra, canela y cera de abeja.
Una vez aquí, vale la pena acercarse a Rochepot y Saint-Romain, el primero destaca por su castillo, el segundo está rodeado por montañas presentando ambos una panorámica realmente espectacular.
Saint-Romain es conocido también por la tonelería del pueblo, François Frères, proveedores de los mejores domaines de Borgoña.
Desde Beaune hacia el norte (Côte de Nuits) encontraremos:
Aloxe-Corton(estamos todavía en la Côte de Beaune)
Dos Grands Crus, uno exclusivamente blanco, el famoso Corton-Charlemagne que fue propiedad del emperador Carlomagno y es el más elevado de los grands crus de Bourgogne, entre 280 y 330 m de altitud, y otro tinto, Corton, el único grand cru tinto de la Côte de Beaune (también elabora blancos).
Es un paisaje espectacular, con la montaña de Corton al fondo coronada por un frondoso bosque, viñedos en sus laderas y el Château de Corton André en el pueblo.
Entre los productores, destacan: Follin-Arbelet, Bonneau du Martray (la bodega está situada en el pueblo Pernand-Vergelesses).
Nuits-Saint-Georges
Bonito nombre para un pueblo, ya estamos en la Côte de Nuits, los llamados Champs-Élysées de la Bourgogne.
En la appellation Nuits-Saint-Georges destacan los domaines: Henri Gouges, Thibault Liger-Belair, Lécheneaut, Chevillon, Faiveley… y los premiers crus Saint-Georges, Les Damodes, Les Pruliers, Clos de la Maréchale…
Nuits-Saint-Georges es uno de los municipios más grandes. Famoso también por su Hospicio donde se celebra una subasta de vinos similar a la de los Hospices de Beaune.
En julio de 1971 la Misión Apollo XV bautizó un cráter lunar de 2 Km de diámetro con elnombre de “Saint-Georges” en honoral heroico Capitán Ardant, personaje de la novela de 1869 de Jules Verne “De la Tierra a la Luna”, quien, al llegar a ver al astro en medio de la oscuridad, descorchó una botella de Nuits-Saint-Georges. En 1972 es inaugurada en Nuits-Saint-Georges la Place du Crátere Saint Georges.
Vosne-Romanée
Aquí está, el domaine de la Romanée Conti, cultivando el mito, dos monopolios, La Tâche (6 ha) y Romanée Conti (1´81 ha). Y también, otros grands crus como Échezeaux, Grands Échezeaux, Romanée-Saint-Vivant, La Grande Rue, Richebourg y La Romanée (0´85 ha, monopolio del domaine del Comte Liger-Belair). Y no nos olvidemos del famoso y mítico Premier Cru Cros-Parentoux.
Dicen que los galos que estaban largos años en las legiones romanas de César eran recompensados con una viña, que en las siguientes generaciones llamaron “Romanée”.
Por supuesto es imprescindible un paseo alrededor de estos grands crus muy cercanos al pueblo.
Sólo se elaboran vinos tintos. Otros productores: Méo-Camuzet, la familia Gros, Jean-Yves Bizot, Emmanuel Rouget (sobrino del gran Henri Jayer).
Vougeot
Un Grand Cru, Clos de Vougeot, con más de 80 productores para 50 hectáreas (el 2º propietario en extensión es la Maison Louis Jadot y cuenta con sólo 2´3 hectáreas). Y un fabuloso Château rodeado de viñas (antigua residencia de los monjes de Cîteaux, construido por éstos en el siglo XII) y donde se reúne la Confrérie des Chevaliers du Tastevin.
Uno de los paisajes que más nos impactó.
Chambolle-Musigny
Nada ostentoso,Chambolle es célebre gracias a su viñedo Grand Cru: Musigny, nombre que le viene de Musinus, propietario galo-romano en su época. También destaca el otro Grand Cru, Bonnes Mares (compartido con Morey-Saint-Denis). Sin olvidarnos del célebre Premier Cru Les Amoureuses.
Los vinos: toda la delicadeza de la pinot noir, finura, sedosidad, elegancia, seducción y sensualidad.
Y grandes estrellas: Domaine Georges Roumier, Domaine Jacques-Frédéric Mugnier, Domaine Comte Georges de Vogüé.
Todo es Pinot Noir a excepción de una pequeña parcela de Musigny de 0´66 hectáreas de Chardonnay. Su propietario, Domaine Comte Georges de Vogüé, replantó la parcela en 1992 y decidió que los vinos salgan de momento como AOC Bourgogne.
Morey-Saint-Denis
Un viñedo que cuenta con 5 grands crus y un equipo de primera línea entre los productores: Domaine Clos de Tart, Domaine des Lambrays, Arlaud, Domaine Dujac, Domaine Ponsot (uno de mis favoritos).
Vinos golosos, con fineza y potencia.
Nos gustó mucho este pueblecito, no sólo por el paisaje, también por la boulangerie de la Place Monumental (hacen unos éclairs de chocolat deliciosos y enormes, y a precio de pueblo). También me arrepiento de no haber comprado algunas botellas en Le Caveau des Vignerons, una tienda donde encuentras los vinos de todos los viticultores del pueblo a precio de los domaines. No lo hice debido al exceso de peso en el viaje de vuelta.
Gevrey-Chambertin
Pinot Noir exclusivamente. Nueve Grands Crus, entre ellos el Clos de Bèze (15 hectáreas plantadas por los monjes de la Abadía de Bèze en el año 630 y desde entonces no ha cambiado de tamaño), Griotte-Chambertin (2´7 ha), Latricières-Chambertin (unas 7 ha), Chapelle-Chambertin (5´5 ha) y por supuesto Chambertin (unas 12 ha).
También destacan los premiers crus, como Clos Saint-Jacques, Lavaux Saint-Jacques, Étournelles Saint-Jacques…
Y un equipo fuera de serie: Armand Rousseau, Mortet, Trapet, Esmonin, Denis Bachelet…
“Nada hace ver el futuro tan de color de rosa, como contemplarlo a través de una copa de Chambertin” decía Alexandre Dumas padre.
Chambertin, fue el vino favorito de Napoleón. También lo bebían Thomas Jefferson, Alexandre Dumas padre, Renoir y Monet.
Dijon
Vale la pena visitar Dijon, capital de la Bourgogne y admirar su bello casco antiguo. Tenemos un buen recuerdo comiendo en el Café Gourmand en la impresionante plaza des Ducs de Bourgogne.
Nos faltó visitar algunos pueblos como Pernand-Vergelesses, Savigny-lès-Beaune, Monthelie, Auxey-Duresses y Santenay (en la Côte de Beaune), Marsannay y Fixin (en la Côte de Nuits). Tal vez en otra ocasión será.
Meursault
L´Hôtel de Ville
Vistas desde Montrachet
Corton
Vosne-Romanée
Entre La Romanée y Romanée Conti
Dijon
Dijon
LAS VISITAS
Sólo 5 visitas, pero, todas diferentes, todas muy interesantes. Un acierto y un gustazo.
Este domaine es un négociant que dispone también de parcelas propias. Olivier Leflaive es el primo de Anne-Claude Leflaive del mítico domaine Leflaive. Se separó del famoso domaine para iniciar su propio negocio.
Olivier y su hermano Patrick, dos caballeros, disponen también de un hotel-restaurante. Reservé para comer, tienen un menú que incluye una degustación de 10 vinos, pudiendo pedir alguno extra (comida 25 euros + 35 euros los 10 vinos). La visita a la bodega es complementaria, en este caso en grupo.
·Chassagne-Montrachet, Meursault, y Puligny-Montrachet (todos 2007) (interesante comparación)
·Chassagne-Montrachet 1er Cru Abbaye de Morgeot 2007
·Meursault 1er Cru Charmes 2007
·Puligny-Montrachet 1er Cru Champ-Gain 2007
(Con los premiers crus mejoró mucho la cosa, tal vez el que más nos gustó fuera el Champ-Gain de Puligny)
·Corton-Charlemagne Grand Cru 2006 (un bebé)
·Pommard 2007 (rústico, suele ser típico de esta zona)
·Volnay 1er Cru Les Mitans 2007 (nada mal estaba)
·Bâtard-Montrachet Grand Cru 2007
(Éste es el extra que solicité, otro infanticidio).
Una degustación muy didáctica y aconsejable al poder comparar distintos villages y terroirs. Sin embargo, he de decir que no me enamoró ninguno de los vinos. Pero eso es otra cuestión.
2. Domaine Jean Trapet Père et Fils (Gevrey-Chambertin)
La Maison Louis Jadot trabaja con viñedos propios y también como négociant, controlando en total casi 200 hectáreas (en la Côte d´Or, Mâconnais y Beaujolais).
Estupenda visita atendidos muy amablemente por la representante comercial para Europa, una apasionada del vino. Una bodega impresionante y una degustación muy interesante donde aprendimos mucho. Consistió en un recorrido por la Bourgogne.
·Chablis 2010
(Lo más parecido a la mineraridad de un Blanc de Blancs, aunque, en este caso, preferimos la Champagne)
·Meursault 2008
·Puligny-Montrachet 1er Cru Les Folatières 2008
(Ésto va mejorando y mucho. Floral, mineral…)
·Corton-Charlemagne Grand Cru 2009
(Jovencísimo, de todas formas: prohibido escupir)
·Savigny-lès-Beaune 1er Cru Clos des Guettes 2002
(Interesante este vino de esta comuna que produce mayoritariamente tintos).
·Beaune 1er Cru Boucherottes 2002
(Éste nos gustó mucho. Hay que comprarlo. Camille, la representante comercial que nos atendía, nos confesó después que se había comprado una caja).
·Vosne-Romanée 1er Cru Les Beaux Monts 2006
·Nuits-Saint-Georges 1er Cru Aux Boudots 2009
·Échezeaux Grand Cru 2009
(Para esperar de 5 a 9 años mínimo, pero, repito: prohibido escupir)
5. Domaine Philippe et Vincent Lécheneaut (Nuits-Saint-Georges)
Los hermanos Lécheneaut, modestos y perfeccionistas, trabajan de forma artesanal 11 hectáreas repartidas en 65 parcelas en 19 AOC. Practican una agricultura sana y exigente.
Un placer catar junto a Vincent Lécheneaut. Nos propuso una muy interesante cata comparativa: vinos de distintos villages pero de la misma añada, misma vinificación, y evidentemente mismo elaborador y misma cepa:
·Morey-Saint-Denis, Chambolle-Musigny, Vosne-Romanée y Nuits-Saint-Georges, todos 2009.
(Los 2 primeros, más florales, más delicados, femeninos, sobre todo el Chambolle, muy seductor.Los 2 últimos, más estructurados, cassis y especias en el Nuits, fruta madura sobre un fondo especiado en el Vosne).
Y además probamos los 2 premier cru que tiene en su pueblo (más complejos):
·Nuits-Saint-Georges 1er Cru Les Damodes 2009
·Nuits-Saint-Georges 1er Cru Les Pruliers 2008
Nos llevamos una botella de su cava subterránea, elegida, desempolvada y etiquetada por Vincent, una botella a la que tenemos un gran aprecio, pero que no será indultada, será bebida.
Sinceramente, y sin desmerecer las demás, estas visitas (como también la de Thibault Morey) son las que más disfruto, catando junto al vigneron sus propios vinos, en sus bodegas subterráneas, hablando de sus características, de la parcela, de la climatología, de la añada… escuchando y aprendiendo.
Y hasta aquí nuestro viaje a la Bourgogne, una bella región, mucho más bonita de lo que imaginé. Un lugar para quedarse a vivir.