Blog de un aficionado al vino. Un paseo simple a través de mis aficiones, un punto de vista personal en un instante determinado. Siempre dispuesto a aprender, disfrutar y compartir.

martes, 25 de diciembre de 2012

CHAMPAGNE JACQUESSON MILLÉSIME 2002



No esperé más tiempo y decidí abrir esta botella. Me excusé pensando que los vinos son para beberlos y disfrutarlos, no para mirarlos. Consumido dos años y medio después de su degüelle:

Color amarillo dorado brillante. Finas burbujas, continuas y abundantes. En nariz, frutos secos, avellana tostada, flores secas, brioche, toques de miel y notas calcáreas, tiza. En boca muestra una excelente acidez, carbónico perfectamente integrado, final especiado. Estructurado, de estilo vinoso. Con tensión mineral. Pureza. Siendo ya disfrutable, aguantará buenos años de guarda. Gran vino de una gran añada.

Compuesto de chardonnays de Avize (35%) y de Chouilly (7%) y los pinots noirs de Dizy (35%), Aÿ (15%) y de Mareuil-sur-Aÿ (7%), vinificados sobre lías en foudres. Cuvée no filtrada. Dosage de 3,5 gr/l. Fecha de degüelle: 2º trimestre 2010.

La Maison Jacquesson, fundada en 1798, conoció un enorme éxito en el siglo XIX, siendo premiada incluso por Napoleón Bonaparte. Adolphe Jacquesson, hijo del fundador, contribuyó a la historia de Champagne con diversas innovaciones técnicas, tanto en la viña como en la bodega, como la invención en 1844 del muselet, alambre metálico que retiene el corcho. Sin embargo, poco a poco, la marca fue declinando hasta que en 1974 es comprada por Jean Chiquet instalándose en Dizy, al norte de Epernay.

En la actualidad la casa está dirigida, desde hace más de 20 años, por los hermanos Jean-Hervé y Laurent Chiquet, quienes reorientaron totalmente la línea de su padre. Su objetivo es priorizar la calidad frente a la cantidad, encaminados a obtener la expresión de los terroirs de Champagne. Un trabajo y estilo basado en bajos rendimientos, óptima maduración, una viticultura exigente, vinificaciones y crianzas sobre lías en foudres, embotellamiento sin filtración…

La Maison ha ido aumentado las hectáreas en propiedad, ahora aproximadamente 30, disminuyendo la cantidad de uva comprada correspondiente a unas 10 hectáreas en parcelas vecinas. Todos los viñedos están situados en Grands Crus y Premiers Crus en las zonas de Côte de Blancs y Vallée de la Marne. La producción está limitada a unas 300000 botellas anuales.

Desde hace unos años, elaboran anualmente una cuvée con un fuerte porcentaje de una misma añada, tratando de reflejar sus características siempre diferentes de un año a otro, complementado con el aporte de vinos de reserva. La primera de estas cuvées, compuesta principalmente por la cosecha del 2000, recibió el nombre de cuvée 728, siguiendo el orden de enumeración que figura en el libro de embotellamiento de la casa. Recientemente ha salido al mercado la Cuvée 736 basada en la añada 2008. Una pequeña cantidad de las botellas de esta serie numerada son conservadas para su cuvée Dégorgement Tardif.

Este concepto, de la serie 700, entre ensamblaje y millésime (en referencia al vino base), interrumpió la elaboración de sus cuvées millésimées, siendo la botella degustada, Millésime 2002, la última en elaborarse como tal.

Por contra, continúan elaborando eventualmente, en las mejores añadas, 4 cuvées correspondientes a 4 parcelas o viñedos (lieux-dits) de unas características y personalidad determinadas.

Para mayor información: Champagne Jacquesson

Un hecho insólito tuvo lugar hace escasamente 2 años. En julio de 2010, en el fondo del mar Báltico, entre Finlandia y Suecia, fueron descubiertas y rescatadas 168 botellas de champagne. La mayor parte de ellas llevaban la desaparecida marca Juglar, asociada a principios del XIX a la Maison Jacquesson. Otra parte de las botellas pertenecían a Veuve Clicquot, y algunas a Heidsieck. Datadas por los expertos en el primer tercio del XIX, el hallazgo supone un nuevo récord de antigüedad para una botella de champagne todavía bebible.

Traduzco seguidamente las notas de cata publicadas por Champagne Jacquesson correspondientes a una botella de cerca de... ¡200 años!:

“ El vino de la botella de Juglar es de una tonalidad anaranjada, sus aromas son increíblemente potentes, evocando el cuero, el tabaco, pero también los frutos secos y muy maduros. En boca se percibe inmediatamente un dosage muy elevado, del orden de 70 gramos de azúcar por litro, correspondiendo por otra parte a las costumbres de consumo de la época. Pero lo que más sorprende es el asombroso frescor del vino, que ha conservado toda su acidez y muestra una enorme longitud en boca. “

A mí me ha impresionado.

Vicente



jueves, 6 de diciembre de 2012

DOMAINE DE TRÉVALLON 2000, VIN DE PAYS DES BOUCHES DU RHÔNE



Trévallon es, probablemente, el último vino mítico aparecido en el viñedo francés. Su historia está plena de interesantes anécdotas.

En los años 50, Jacqueline de la Baume, esposa del pintor y escultor René Dürrbach (*), realizó una reproducción en tapiz de la obra “Guernica” (**), supervisada y encargada por el amigo de la familia, el artista Pablo Picasso. Posteriormente, la réplica tejida es vendida a Nelson Rockefeller y con el dinero obtenido la pareja se permitió la compra de un terreno localizado en Provenza, a 25 kilómetros de Avignon, cumpliendo así el deseo de trasladarse a esta tranquila zona. Con los años se convertirá en el Domaine de Trévallon.

En 1973, su hijo Eloi Dürrbach decide interrumpir sus estudios de arquitectura en Paris para emprender la laboriosa tarea de plantar las primeras viñas sobre 3 de las hectáreas, en una tierra inundada de roca calcárea y virgen de cualquier cultivo y, por lo tanto, de cualquier producto químico. La viña queda integrada perfectamente junto a los olivos y almendros del entorno.

Ya en el siglo XIX, Jules Guyot, agrónomo que dio su apellido a una de las técnicas de poda, pregonaba en su libro “Étude des vignobles de France” que el cabernet sauvignon existía en la Provenza antes de la llegada de la filoxera y recomendaba su ensamblaje con la syrah. Así pues, las actuales 20 hectáreas de viñedo del Domaine de Trévallon están plantadas en cabernet sauvignon y syrah a partes iguales, reservando únicamente 2 de las hectáreas para la elaboración del Trévallon blanco compuesto de roussanne, marsanne y desde 1998 un poco de chardonnay.

En 1976 sale a la luz el primer millésime de Trévallon y el camino hacia el éxito llega inesperadamente: Aubert de Villaine del domaine de la Romanée Conti les visita impresionado tras probar una botella del domaine y les presenta su importador en Estados Unidos, Kermit Lynch, quien también seducido por sus tintos decide comprarle numerosas cajas, pero además, el vino (Trévallon 1982) llega a manos del crítico Robert Parker, ya muy influyente entonces, y proclama que es uno de los grandes descubrimientos de su vida. A partir de entonces comienzan a ser reconocidos internacionalmente. 

Sin embargo, los acontecimientos no terminaron aquí, en 1993 aproximadamente se crea la Appellation d´Origine Les Baux de Provence, pero no permiten la inclusión del domaine si no rebaja la proporción del cabernet sauvignon hasta el 20 % y añaden también al ensamblaje una porción de grenache. Todo ello bajo el pretexto de que su proporción 50/50 cabernet sauvignon / syrah no correspondía a la tipicidad de la zona, contrariamente a lo indicado por el doctor Guyot.

Eloi  Dürrbach no cede a la presión y el domaine es descendido a la clasificación de Vin de Pays des Bouches-du-Rhône (***). Lo que en un principio podía suponer un inconveniente, en realidad les permitió distinguirse del conjunto de la appellation.

De las 50 originales etiquetas diseñadas en su momento por René Dürrbach, seleccionan una por año en relación a las características de la añada. Así, el Trévallon 2001 presenta una etiqueta más exuberante, la del 1997 es de un único color correspondiendo a una añada más simple, en el 2003 los colores son más cálidos… El nuevo diseño fue utilizado por primera vez en el millésime 1996. En el 2002 no salió al mercado ninguna botella al no considerarse de suficiente calidad.

La filosofía de trabajo en el domaine se basa en interferir lo menos posible, tanto en las viñas como en la bodega: nada de pesticidas ni de insecticidas, vendimia de los racimos en plena madurez, nada de levaduras exógenas ni de correcciones de acidez.

No realizan despalillado y las dos variedades se vinifican por separado. La crianza, en barricas y foudres, es de dos años para los tintos. Vinifican sin SO2. Clarifican con claras de huevo y embotellan sin filtración.

“Es el exceso de tecnología lo que provoca la estandarización del gusto”. “La base del trabajo es el viñedo. El viñedo es un todo: el terroir, el suelo, la viña y las personas”.
Eloi Dürrbach

Para mayor información: Domaine de Trévallon

Domaine de Trévallon 2000

Tras degustar en anteriores ocasiones otras añadas de este vino (un 1999 con finas notas mentoladas, un 2004 especiado o un 2006 lleno de juventud y potencial), no ha dejado de sorprenderme este 2000 con años de vida por delante a pesar de su edad. (Recomendable dejarlo respirar en decantador a fin de que se exprese al máximo). En él destacan las notas de aceituna negra, tapenade, aromas balsámicos, provenzales, fruta negra, ciruela, madura. Siempre elegante. Todavía joven, mezcla de finura y potencia, agradable y profundo, de largo final. Percibimos más claramente su perfil de cabernet sauvignon. Buscaré otra botella para volver a disfrutarlo dentro de unos cinco años. Un vino tremendo, mediterráneo, provenzal. Para deguste en mesa.

Vicente


(*) El escultor y pintor René Dürrbach fue contemporáneo y amigo de numerosos pintores entre los cuales, Albert Gleizes (uno de los fundadores del cubismo), Fernand Léger, Robert Delaunay y Pablo Picasso. 

(**) Pablo Picasso reprodujo en tapiz algunas de sus obras. Del sobrecogedor “Guernica” existen tres réplicas. El comprado por Nelson Rockefeller, realizado en 1955, se encuentra actualmente en la ONU, en Nueva York, donado por los herederos del hombre de negocios norteamericano. El tapiz realizado en lana, es la exacta reproducción de la obra pintada.

(***) A partir del 1 de agosto de 2009, todos los vins de pays reconocidos en Europa fueron convertidos en IGP (Indicación geográfica protegida). Es por ello que en la añada 2009 del Domaine de Trévallon aparece en la etiqueta la nueva clasificación: Indication Géographique Protégée.



La historia del Domaine narrada por Eloi Dürrbach


viernes, 23 de noviembre de 2012

MUCHO MÁS QUE BEAUJOLAIS NOUVEAU: CRUS DEL BEAUJOLAIS



Como cada año desde hace varias décadas, en el tercer jueves de noviembre llega a las tiendas de vinos el famoso Beaujolais Nouveau, el primer vino de la nueva añada. Su degustación se ha convertido en una tradición, tanto en Francia como en numerosos países, desde Nueva York a Tokio: “Le Beaujolais Nouveau est arrivé”, símbolo del vino festivo y fácil de beber, de carácter fresco y frutal, de pronto consumo. Sin embargo, una serie de escándalos y fraudes durante los últimos años (abusos de chaptalización), y a la utilización, por una parte de los productores, de levaduras potenciando de forma artificial los aromas a caramelo, a gominola de fresa, o a plátano (levadura 71B), han dañado considerablemente la imagen de la región. Afortunadamente existen, cada vez más, elaboradores que trabajan correctamente, sin necesidad de potenciar químicamente los aromas característicos de este tipo de vinos ni emplear métodos como la chaptalización (adición de azúcar al mosto con el fin de mejorar el grado alcohólico en el vino, procedimiento desarrollado a finales del siglo XVIII por el químico Jean-Antoine Chaptal).

La región de Beaujolais ocupa unos 55 kilómetros a lo largo al norte de Lyon. Gamay, la cepa desterrada hace siglos de la Côte d´Or, en la Bourgogne, es la variedad local que reina en esta zona, su nombre completo es Gamay Noir à Jus Blanc.

En el sur, en suelos arcillo-calcáreos, encontramos la appellation Beaujolais (clasificado Beaujolais Supérieur si el mosto presenta medio grado más de alcohol). En el norte, en suelos graníticos, la AOC Beaujolais-Villages agrupa 38 pueblos. De estas dos denominaciones se produce el Beaujolais Nouveau o Primeur (casi la mitad de la producción total de la región). Pero la mayor calidad se da en los llamados Crus del Beaujolais, vinos más longevos y de mayor complejidad que provienen de las laderas graníticas y pizarrosas localizadas al norte de la región, rocas desmenuzadas denominadas localmente roche pourrie, algunas ricas en óxido de hierro (Côte du Py).

Los diez Crus, ordenados de sur a norte, son: Brouilly, Côte de Brouilly, Régnié, Morgon, Chiroubles, Fleurie, Moulin-à-Vent, Chénas, Juliénas y Saint-Amour. Curiosamente Beaujolais es una zona vinícola conocida mayormente por sus vinos más sencillos en lugar de por los mejores.

El método de vinificación empleado en la zona se basa en la maceración carbónica: explicado de forma resumida, los racimos enteros se introducen en cubas herméticas saturadas de dióxido de carbono, en ausencia de oxígeno, produciéndose la fermentación en el interior de las uvas (fermentación intracelular). Este procedimiento confiere a este vino típicos aromas amílicos como el caramelo o el plátano. Una maceración más específica de la zona es la denominada maceración semicarbónica: en el fondo de la cuba abierta, el jugo de uva producido por aplastamiento debido a su peso, fermenta y libera gas carbónico, así en la parte superior, los racimos enteros desarrollan la fermentación intracelular al estar en una atmósfera anaeróbica compuesta de gas carbónico.

Vignerons

Jules Chauvet es considerado el padre del movimiento de los vinos naturales. Vigneron y negociante en Beaujolais, desaparecido en 1989, también era químico y un catador excepcional. Ya en los años 50 marcó profundamente las bases de la enología moderna. Sus conocimientos y su defensa del vino natural inspiraron, a principios de los ochenta, a cuatro vignerons locales de la región: Guy Breton, Jean-Paul Thévenet, Jean Foillard y Marcel Lapierre. La filosofía que compartía el grupo, impregnada por las enseñanzas de su maestro, suponía la vuelta a antiguas prácticas tradicionales de viticultura y vinificación: la importancia de las viejas cepas, el no uso de herbicidas o pesticidas, vendimia tardía en perfecto estado de maduración, selección de las uvas más sanas, mínimo añadido de dióxido de azufre o nada en absoluto, utilización de las propias levaduras de la uva y el rechazo a la chaptalización y a la filtración. El resultado fue la vuelta a los aromas naturales, a la expresión del terroir, lejos de la producción industrial y de la comercialización masificada, lejos de los aromas de chicle o de la fruta de moda y por lo tanto, lejos de los aromas artificiales.   

“Los buenos vinos no están siempre detrás de las grandes etiquetas, pero sí detrás de los grandes viticultores”
Jules Chauvet

Durante estas últimas semanas hemos disfrutado de algunas buenas botellas de la zona:

Una de las grandes figuras del Beaujolais, admirado por todo el mundo vinícola, es sin duda Marcel Lapierre. Hoy en día, Mathieu, su hijo, continúa el magnífico trabajo iniciado por su padre, desaparecido en otoño de 2010. Trabajando juntos, adoptaron las prácticas propias del viñedo biodinámico. Imprescindible probar sus vinos para conocer la esencia de Beaujolais.

Morgon 2011 M. Lapierre. Elaboran dos versiones, una sin realizar filtración pero ligeramente sulfité, protegido contra variaciones de temperatura, y otra sin sulfitos añadidos (“Sans sulfite ajouté ni filtration” como se observa en la etiqueta de la foto de cabecera), en este caso también indica que debe ser conservado a una temperatura inferior a 14º C. Siendo el primero un buen vino, prefiero la segunda versión: perfume floral, rosas, frescos frutillos rojos, cereza, frambuesa. Sin recuerdos de madera en nariz ni en boca. Delicadeza y sutilidad. Me gusta mucho. También elabora, el proveniente de viñas más jóvenes, Raisins gaulois. 

Otro de los grandes del Beaujolais, Jean Foillard, se hizo cargo en 1980 del domaine de su padre y pronto siguió las enseñanzas de Jules Chauvet.

Morgon Côte du Py 2010 Jean Foillard, de color rubí claro, casi transparente, limpio. Nariz sutil. Paso largo. Retronasal con recuerdos a piel y cuero. Al segundo día se mostró algo ahumado con notas claras a mina de lápiz y a cerezas. También destacó su evolución hacia notas más florales. Un vinazo, muy elegante, profundo, estructurado y largo. Ya me sorprendió muy gratamente el 2009. La Côte du Py, situada al sur del pueblo de Villié-Morgon, es uno de los más importantes terroirs de Beaujolais capaz de producir vinos de larga guarda.  

Jean Foillard también elabora otras cuvées, entre ellas un Fleurie y el extraordinario Morgon 3.14 procedente de sus viñas más viejas. Este año probé por primera vez su Beaujolais Nouveau 2012: de ribete violáceo, sensaciones en nariz de abundante fruta roja, fresa madura, caramelo de cereza. Juvenil y primario. Ligero en boca. Un vino honesto. Sin embargo, aparte de que la añada 2012 se ha desarrollado de forma muy complicada en la zona, he de confesar que no me entusiasmó.  
 



Jean-Paul Thévenet (Polpo para sus amigos), tal vez menos conocido que los dos anteriores, mantiene una pequeña producción de su Morgon Vieilles Vignes. Desde hace años trabaja sus escasas 5 hectáreas junto a su hijo Charly, quien también elabora su propio vino en Régnié. Ambos siguen desde 2008 los principios biodinámicos. El vino de Charly Thévenet me sorprendió gratamente.

Régnié Grain & Granit 2010 Charly Thévenet: fruta roja ácida, frambuesa, también cierto lado vegetal, ahumados, cuero, grafito, hierbas, especias. Vertical. Delicado. Lo disfrutamos a lo largo de tres días, evolucionando constantemente.



Otro joven vigneron, de tan solo 25 años e hijastro de Georges Descombes, se erige como un nuevo talento en la zona: Damien Coquelet.

Morgon Vieilles Vignes Côte du Py 2011 D. Coquelet: su nariz discreta se transformaba en fruta roja y negra a su paso por boca. Enorme fructosidad. Increíble textura. Intenso. Sedoso. No le dímos tiempo a envejecer en botella, tampoco a respirar una vez abierto. Además del Morgon, trabaja en Chiroubles y también elabora un Beaujolais Nouveau. En noviembre de 2013 lo celebraré con su vino joven.



Pero muchos otros vignerons destacan y son una elección segura: Guy Breton, Georges Descombes, Yvon Métras, Jean-Claude Lapalu, Cristophe Pacalet, Karim Vionnet, Xavier Benier, Philippe Jambon, Pierre Marie Chermette (Domaine Vissoux), Cyril Alonso (PUR)... Un equipo de ensueño para cuidar y elevar considerablemente la reputación de la región.

Si bien es el vino más famoso, hay mucho más allá del Beaujolais Nouveau. Entre los Crus del Beaujolais existen grandes vinos para disfrutar en cualquier época del año y algunos, si se desea, también podemos guardarlos durante una buena temporada (recomendable tomarlos en formato magnum, al estilo local). Ello no descarta que me guste celebrar la fiesta del Bojo Nouvo, aunque sea unos días más tarde. Sin más pretensiones, me parece una bella excusa de celebración y reunión. Este año coincidió con el pasado jueves día 15. Espero en otra ocasión poder festejarlo junto a los elaboradores en las tiendas de vino de Paris, donde el fabuloso ambiente festivo calienta la temperatura de estas fechas.

Vicente

NOTA: Los vinos de M.Lapierre y de Thévenet se los compré a Julien, de la tienda La part dels àngels. Los de Foillard y Coquelet los adquirí en L´ànima del vi, la tienda de Benoît, donde también trabajan con los vinos de Lapierre.



viernes, 9 de noviembre de 2012

Y EN OTOÑO… AL PRIORAT



Sana costumbre la que hemos adoptado estos últimos años: acercarnos en otoño a la comarca del Priorat. Una escapada a estas tierras, aunque sea corta, nos desconecta de la ciudad y sus ruidos. Sobre todo si nos alojamos en una bella y acogedora casa como Cal Compte, en Torroja del Priorat. Unamos a ello el paisaje, los paseos entre los viñedos, alguna visita siempre interesante a algún vitivinicultor, buen vino, comida casera y una magnífica compañía entre amigos y tenemos el pack completo.

Si en recientes ocasiones habíamos disfrutado de emocionantes visitas como por ejemplo a Terroir al Límit, en esta oportunidad nos citamos con Bixente Capfrain, el enólogo y responsable de Bodegas Mas Alta. Tiempo hacía que deseaba visitar esta Bodega situada en el pueblo La Vilella Alta, sus propietarios son cinco empresarios belgas, alguno de ellos importante distribuidor de grandes vinos en su país. El asesoramiento corre a cargo de Michel Tardieu, enólogo-consultor experimentado principalmente en el Ródano. Casualmente hacía escasos días que había acudido a una cata degustación realizada en Monvinic y dirigida por este famoso enólogo, donde nos exponía su filosofía y convencimiento de la idónea utilización del raspón en la vinificación aportando frescura, vivacidad y equilibrio frente al alcohol. De hecho, se estaba experimentando su utilización cada vez en mayor proporción en Bodegas Mas Alta.

En esta casa elaboran diversas botellas, siendo destinadas actualmente a la exportación en un 95%, principalmente a Bélgica: Els Pics, Artigas, Cirerets, La Basseta, La Creu Alta. En todas destacan las dos variedades más importantes del Priorat, la Garnacha y la Cariñena. El Cabernet Sauvignon tiende a ser sustituido, pero la Syrah presenta muy buenos resultados. También elaboran el blanco Artigas (Garnacha Blanca, Macabeo y Pedro Ximénez).

Como menciono, Bixente, de origen francés, el verdadero pilar de la bodega y de los trabajos día a día, nos recibió y atendió muy amablemente. Recorrimos las distintas parcelas en las que trabajan, elevadas pendientes, viñas centenarias, otras más jóvenes plantadas en antiguos bancales, impactantes imágenes de los viñedos y bellas panorámicas.       

Nos enseñaron las instalaciones de la bodega: doble mesa de selección, encubado por gravedad, depósitos de hormigón, barricas de roble francés… Seguimos la visita catando de diversas barricas, espléndidos los blancos de la añada recién vendimiada y sobre todo, la barrica de Serine (como se denomina la Syrah en el Ródano), espectacular su expresividad. Y terminamos con la cata-degustación de distintas botellas.

Todo el tiempo aprendiendo de Bixente, en una conversación fluida y entretenida, nos llevamos un grato recuerdo, del recibimiento y de los vinos.   

Compramos una botella de La Creu Alta 2007 (Mazuela y Garnacha de viejas viñas y una punta de Cabernet Sauvignon), potente y elegante, es el vino que más nos impactó de la cata en la visita. La disfrutamos esa misma noche cenando muy a gusto en Cal Compte, junto a la chimenea. De un color subido casi negro, intenso, brillante e impenetrable, densa lágrima que tinta la copa, fruta negra muy madura, moras, balsámicos, eucaliptos, suaves especiados, con estructura, buena acidez, agradable textura. Final de fruta dulce concentrada, notas licorosas. Largo y persistente, con gran intensidad frutal. Gran vino.

Cenas caseras en Cal Compte y para comer, nos aconsejaron una dirección, el restaurante La Cooperativa en Porrera. Productos cercanos y de calidad en elaboraciones tradicionales con toques personales y actuales. También venden vino, disfrutable a buenos precios en mesa. Entre la extensa selección de botellas del Priorat, optamos por recordar un vino de Terroir al Límit, su blanco Pedra de Guix, en este caso 2010: floral, cítrico, fruta blanca, fruta de hueso, con tensión, envolvente y muy largo. Disfrutable y con larga vida. Seguimos coincidiendo mis amigos y yo en que es el blanco del Priorat que más nos gusta, desde su primera añada. Tuvo buena compañía: estofado de verduras con quinoa, lentejas con chopitos, empedrat de bacallà…

La noche anterior habíamos tenido la suerte de ser convidados por nuestros amigos de la zona a unas copas del extraordinario Les Manyes 2010 Terroir al Límit: Garnacha 100% a la altura de las mejores del sur de Francia. Finos especiados, balsámicos, frescos frutillos rojos, notas terrosas, notas de piel, todo ello en retronasal con un intenso y larguísimo postgusto. Excelente vino, excelente añada.

Con los postres, entre los que destacan las trufas de chocolate negro y el pastel de frutas, optamos por unas copas del Vi dolç natural Nus 2009 de Mas d´en Gil: notas de fruta roja, naranja confitada… nada empalagoso.

Y no me resistí a probar La quinta essència dels llops, aguardiente de vino de diversas bodegas, todas relacionadas con René Barbier. Finamente aromático, ligeros toques de hierbas. Muy interesante. (38% de graduación).

Nos agradó tanto este local, de decoración desenfadada, que reservamos mesa para el día siguiente, acompañando esta vez los platos con dos atrayentes botellas: Laurel 2010 y Nit de Nin 2010. Conversando con el encargado de sala y copropietario, y dada su anterior profesión, surgió la pregunta de un maridaje musical para estos vinos, Jazz fue la respuesta. Nos convenció.

Laurel 2010: 80% Garnacha, 20% Syrah. Mucha fruta, madura, negra, balsámicos, recuerdos a pegamento, carnoso y amplio, con cuerpo, taninos maduros. Con potencia y volumen, sabroso. Acompañó fantásticamente, como anotó nuestro amigo Guillermo, el plato de Fricandó (guiso de ternera).

Laurel es el hermano pequeño de Clos Erasmus (Bodegas Clos i Terrases), el prestigioso vino de Daphne Glorian, una de los cinco precursores del resurgimiento del Priorat a finales de los 80. Su esposo, el norteamericano Eric Solomon, es un importante importador de vinos.

En 2004, la enóloga Ester Nin comenzó a trabajar junto a Daphne Glorian y, además de participar en otros proyectos, desarrolló su apuesta personal Nit de Nin, aprovechando los mismas instalaciones en Gratallops que para el Clos Erasmus (la antigua bodega de Alvaro Palacios).

Nit de Nin 2010: 60% Garnacha y 40% Cariñena de viejos viñedos de Porrera. Elaborado atendiendo los principios de la biodinámica. Violetas, monte bajo, boca fresca, mentolados, fruta silvestre, con nervio. Elegante, equilibrado, listo para ser bebido. Exquisito. Como anécdota, creo que era día flor. Siendo Laurel un buen vino, nos gustó aún mucho más el estilo de éste.

Por cierto, además de los vinos de la zona, no se me olvidan otras botellas que tuvimos la oportunidad de degustar durante ese fin de semana: Foradori 2008 DOC Teroldego Rotaliano de Elisabetta Foradori, fantástico; As Tornas dos Pasas Escolma 2008, un sensacional tinto de Ribeiro; el siciliano Nero di Lupo 2010 de Cos, calidad y personalidad; y sobre todo, el Clos des Rosiers 2009 Monopole del Domaine Chantal Rémy, traído por nuestros amigos Juan Luis y Amparo de su estancia en Morey-Saint-Denis, un vino delicado, floral, casi aéreo, de fresca acidez, seductores frutillos rojos... delicioso.

Una escapada de fin de semana muy bien aprovechada. Volveremos.

Vicente

NOTA: la primera fotografía está realizada por Juan Luis (El ojo público) desde una de las terrazas de Cal Compte.







domingo, 21 de octubre de 2012

OVERNOY, GANEVAT, TISSOT, MACLE… HABLEMOS DEL JURA Y SUS VINOS



He de confesarlo, estoy enamorado de los vinos del Jura: tintos frescos, frutales, especiados, de baja carga alcohólica; blancos con notas de frutos secos, magnífica acidez, complejos. Vinos definidos por su personalidad y singularidad.

En este pequeño artículo, nos adentraremos de forma general en esta interesante zona vinícola,  hablaremos de algunos de los más importantes vignerons y también de los vinos que hemos degustado últimamente. Espero que os guste.

Cinco cepas se cultivan en este viñedo de aproximadamente 2000 hectáreas, extendido a lo largo de unos 100 kilómetros de norte a sur y localizado en el este de Francia, en la región Franche-Comté, lindando con Suiza. Además de las conocidas Pinot Noir y Chardonnay (la más extendida, aquí llamada a veces Melon d´Arbois o Gamay Blanc), originarias ambas de la vecina Borgoña pero cultivadas desde hace siglos en el Jura, se trabajan otros tres varietales locales, la tinta Poulsard (denominada también Ploussard), la tinta Trousseau (relacionada con la Bastardo de Portugal y la Merenzao gallega) y la blanca Savagnin, conocida también como Naturé. Aunque se realizan ensamblajes entre distintos varietales, los monovarietales también son frecuentes.

Seis son las Appellations d´Origine Contrôlée: Arbois ocupa unas 850 hectáreas (desde 1970 el nombre Pupillin puede añadirse a la AOC para aquellos vinos obtenidos del terreno delimitado alrededor de este pueblo); Château-Chalon, AOC y también nombre del pueblo, 100% Savagnin y dedicado a la producción del Vin Jaune; L´Étoile, pequeña appellation de 56 hectáreas; Côtes du Jura, extendida a lo largo de toda la región vinícola; Crémant du Jura, espumosos elaborados según el método tradicional; y finalmente, Macvin, licor elaborado a partir de mosto y marc (aguardiente de orujo). 

En esta zona se cultiva la vid desde la época romana. Como curiosidad, mencionaremos la presencia española en esta región durante más de 100 años, desde mediados del XVI. A finales del XIX había más de 20.000 hectáreas dedicadas a la vid, sin embargo la filoxera, las dos guerras mundiales y las crisis económicas menguaron considerablemente su extensión. En la actualidad, encontramos vinos tintos, blancos, rosados, espumosos, vinos de paja (vins de paille, vinos dulces obtenidos a partir de uvas pasificadas de forma natural en estancias aireadas), vinos amarillos (vins jaunes) y vinos de licor.

Una de las más felices alianzas queso-vino es, sin duda, entre el famoso queso Comté y el Vin Jaune (vino amarillo). Este queso de larga reserva, seguramente mi preferido y llamado por muchos el rey de los quesos, se elabora exclusivamente con leche fresca de vacas locales de la raza Montbéliarde (unos 500 litros para un solo queso), se prensa en forma de rueda, de gran diámetro, y alcanza entre los 30 y 55 kilos de peso. Recibió la primera Appellation d´Origine Protégée. Su aroma afrutado y sus notas con recuerdos a avellanas y nueces conjugan perfectamente con el Vin Jaune. Este vino seco emplea únicamente la variedad Savagnin, tras su fermentación, madura en barricas de 228 litros sin ser llenadas por completo, favoreciendo la aparición de una fina capa de levaduras llamada voile (velo), similar a la flor de los vinos andaluces. Aquí, en este frío clima, la capa es más fina y no se emplea el sistema de soleras y criaderas. Este velo, además de preservar el vino, le transfiere aromas muy particulares (goût de jaune) recordando principalmente la nuez. El vino envejece seis años y tres meses evaporándose una gran porción del líquido, quedando de cada litro de mosto la cantidad de 0,62 litros que es a su vez la capacidad de la botella empleada denominada clavelin. Se trata de uno de los vinos más singulares, complejos y duraderos del mundo.


Vignerons

La palabra vigneron tiene difícil traducción exacta en España, tal vez vitivinicultor, sin embargo, opino que hay palabras que es mejor no traducir de su lengua original. Este bonito vocablo francés, en contraposición a los vocablos winemaker o enólogo,  describe perfectamente la labor del artesano tanto en el campo como en la bodega, y si bien es aplicable en la mayoría de las regiones vinícolas de Francia, lo es sin ningún tipo de titubeo en el viñedo jurasiano.

De nombrar un vigneron de referencia en esta zona, idolatrado a nivel mundial por todos los seguidores de las elaboraciones sin empleo de sulfuroso, ese es Pierre Overnoy. Influenciado por Jules Chauvet (considerado el padre del movimiento de los vinos naturales) vinificó en 1984 su primer vino sin sulfuroso. Nunca ha utilizado productos químicos (herbicidas, pesticidas, fungicidas…). Siempre a la búsqueda de vinos puros y vivos que den la expresión más auténtica de sus tierras y las características de la añada, este veterano vigneron, a lo largo de los años, ha conocido e intercambiado conocimientos con interesantes personas de idéntica filosofía vinícola, como Marcel Lapierre, Jean Foillard y otros amigos vignerons, con quienes fundó la Association Vin Naturels.  

Hoy en día, Emmanuel Houillon, formado en el oficio desde muy joven por Pierre, se ocupa del domaine Maison Pierre Overnoy de 6,5 hectáreas, asegurando la continuidad de la misma filosofía. Los Overnoy-Houillon no dejan entrar en sus botellas ninguna otra cosa más que uva.

Recomiendo la lectura del libro “La parole de Pierre”, editado por Méta Jura (yo lo compré vía internet a través de la librería Athenaeum). Desarrollado a través de 14 entrevistas con Pierre Overnoy, a quien tuvieron que convencer para la realización de la obra, nos permite conocer el trabajo y la experiencia de este hombre sencillo y ejemplar vigneron, en relación a la tierra, la viña, el vino… y otros aspectos, como indican sus palabras: “Estoy contra el culto a la persona. Cada vez que ha habido culto a una persona, no importa en qué país, eso ha conducido a catástrofes…” o “La Tierra, no son nuestros padres quienes nos la han dado, sino nuestros hijos quienes nos la han prestado”.

Los vinos de esta casa, etiquetados bajo la subdenominación Arbois-Pupillin se diferencian visualmente por el color del lacre de la botella: blanco para Chardonnay, amarillo para Savagnin, rojo para Ploussard.

Son vinos difíciles de encontrar debido a su pequeña producción. Recomiendo comprarlos allá donde los veáis. Quien prueba un vino de esta casa es como si bebiera por primera vez. Las dos últimas botellas que hemos disfrutado han sido:

- Arbois Pupillin 2009 Maison Pierre Overnoy (lacre rojo).
De capa media, visualmente entre el color rubí y el de un vino rosado. Últimas copas turbias. Aromas especiados, perfume a frutillos rojos, cerezas, fresas, uva, fresco, y largo. Un vino que invita a beber. ¡Qué bueno!

- Arbois Pupillin 2005 Maison Pierre Overnoy (lacre amarillo).
Precisa airearse en decantación. Color dorado y tonos ambarinos asemejándose al oro viejo. Cierta turbiedad. Ahumados, carácter oxidativo, manzana al horno, nuez, yodo, infusión, notas calcáreas, algo lácticas, salinidad. Potencia en boca, buena acidez y longitud. Complejo y profundo, sin artificios, puro. De gran personalidad. Vino ouillé, es decir, durante todo el periodo de crianza se ha utilizado el método del ouillage, de manera que el volumen de vino evaporado durante esos años (la parte de los ángeles) ha ido rellenándose de nuevo para evitar el contacto con el aire y protegerlo de una rápida oxidación.

Otro importante referente, localizado en Rotalier, practicante de la agricultura biodinámica, es Jean-François Ganevat. Emplea preparaciones a base de plantas naturales para proteger sus viñas (tisanas de ortigas, cola de caballo…), utiliza las levaduras indígenas presentes de forma natural en la uva, vinifica sin ayuda de sulfuroso, sin clarificación ni filtración… Recordemos que aparece como personaje en uno de los capítulos de la novela gráfica “Les Ignorants” de Étienne Davodeau, ya comentada en este blog.

Conocido como Fanfan por sus amigos, Ganevat elabora diversas cuvées bajo la appellation Côtes du Jura, y hemos tenido la suerte de disfrutar de algunas de ellas, bien cenando en uno de mis restaurantes preferidos, Ca Pepico (Meliana-Valencia), o bien comprándolos en la tienda Mesquevins (Moncada-Valencia):


  • Plein Sud Trousseau 2010. Delicioso. Especias, fresas del bosque, puro zumo fermentado, un placer en la mesa.
  • Cuvée Julien 2009. Pinot Noir. Color rubí, limpio. Nariz un poco reducida al principio, algo de ahumados, algo animal, explotando al poco hacia los frutos rojos, frescos, toques de regaliz, masa de pan, caramelo de fruto rojo. Ligero perlado en boca (un estabilizante natural). Recto. Digestivo.
  • Les Chalasses Vieilles Vignes Chardonnay 2008. Toques de limón, naranja, piña y curry. Con estructura. Excelente. Ouillé durante 24 meses.
  • Cuvée de Garde Assemblage 2006. Chardonnay y Savagnin al 50%. No ouillé, es decir, vinificado bajo velo, durante 48 meses. Muy interesante, con un gran potencial. Para guardar más tiempo, como indica el nombre.
  • J´en veux !!! Vin de table. Cuvée elaborada a partir de 17 antiguos varietales del Jura. Ligeras notas a piel y cuero curtido. Frutos rojos, pieles de cerezas, fresco, fruta y vino. ¡Vaya nariz! Tan solo 9,5 grados de alcohol y vinificado sin sulfitos, naturalmente.

El Domaine Jean Macle, dirigido actualmente por su hijo Laurent Macle, es una bodega imprescindible para entender los vinos del Jura. Además de su extraordinario y mítico Vin Jaune Château Chalon, elaboran un espléndido Côtes du Jura, ensamblaje de chardonnay y savagnin, y a precio asequible, los aromas del Côtes du Jura 2007 me recordó a la manzana madura y a los frutos secos. También elabora un Macvin. Pocas etiquetas y mucha calidad.

El Domaine André et Mireille Tissot, gestionado actualmente por Stéphane Tissot, trabaja varias parcelas en un total de 40 hectáreas aproximadamente de viñedo y, a pesar de su extensión, siguen métodos biodinámicos, ¡un esfuerzo enorme!. Elaboran varias cuvées, incluso vinos de paja (vins de paille). La primera vez que probé un vino del Jura, hace algunos años, fue de esta casa, un sorprendente Savagnin con claras notas a corazón de manzana.

Jacques Puffeney, Lucien Aviet, Julien Labet, Philippe Bornard, Étienne Thiebaud, Rémi Treuvey, Raphaël Monnier, Pascal Clairet… Frente a un mundo vinícola uniforme, la lista de vignerons jurassiens es larga y esperanzadora.

Los vinos del Jura no son muy conocidos en España, en cambio recuerdo su éxito en muchos de los wine-bars de Nueva York. Poco a poco vamos conociendo algo más sobre esta micro región vinícola francesa, lugar de origen del científico Louis Pasteur, quien realizó importantes avances en trabajos relacionados con la fermentación. Pasteur, como buen amante del vino, consideraba que una comida sin vino era como un día sin sol. Una de sus citas decía:

“Le vin est la plus saine et la plus hygiénique des boissons”
“El vino es la más sana e higiénica de las bebidas”

Vicente