Blog de un aficionado al vino. Un paseo simple a través de mis aficiones, un punto de vista personal en un instante determinado. Siempre dispuesto a aprender, disfrutar y compartir.

viernes, 23 de noviembre de 2012

MUCHO MÁS QUE BEAUJOLAIS NOUVEAU: CRUS DEL BEAUJOLAIS



Como cada año desde hace varias décadas, en el tercer jueves de noviembre llega a las tiendas de vinos el famoso Beaujolais Nouveau, el primer vino de la nueva añada. Su degustación se ha convertido en una tradición, tanto en Francia como en numerosos países, desde Nueva York a Tokio: “Le Beaujolais Nouveau est arrivé”, símbolo del vino festivo y fácil de beber, de carácter fresco y frutal, de pronto consumo. Sin embargo, una serie de escándalos y fraudes durante los últimos años (abusos de chaptalización), y a la utilización, por una parte de los productores, de levaduras potenciando de forma artificial los aromas a caramelo, a gominola de fresa, o a plátano (levadura 71B), han dañado considerablemente la imagen de la región. Afortunadamente existen, cada vez más, elaboradores que trabajan correctamente, sin necesidad de potenciar químicamente los aromas característicos de este tipo de vinos ni emplear métodos como la chaptalización (adición de azúcar al mosto con el fin de mejorar el grado alcohólico en el vino, procedimiento desarrollado a finales del siglo XVIII por el químico Jean-Antoine Chaptal).

La región de Beaujolais ocupa unos 55 kilómetros a lo largo al norte de Lyon. Gamay, la cepa desterrada hace siglos de la Côte d´Or, en la Bourgogne, es la variedad local que reina en esta zona, su nombre completo es Gamay Noir à Jus Blanc.

En el sur, en suelos arcillo-calcáreos, encontramos la appellation Beaujolais (clasificado Beaujolais Supérieur si el mosto presenta medio grado más de alcohol). En el norte, en suelos graníticos, la AOC Beaujolais-Villages agrupa 38 pueblos. De estas dos denominaciones se produce el Beaujolais Nouveau o Primeur (casi la mitad de la producción total de la región). Pero la mayor calidad se da en los llamados Crus del Beaujolais, vinos más longevos y de mayor complejidad que provienen de las laderas graníticas y pizarrosas localizadas al norte de la región, rocas desmenuzadas denominadas localmente roche pourrie, algunas ricas en óxido de hierro (Côte du Py).

Los diez Crus, ordenados de sur a norte, son: Brouilly, Côte de Brouilly, Régnié, Morgon, Chiroubles, Fleurie, Moulin-à-Vent, Chénas, Juliénas y Saint-Amour. Curiosamente Beaujolais es una zona vinícola conocida mayormente por sus vinos más sencillos en lugar de por los mejores.

El método de vinificación empleado en la zona se basa en la maceración carbónica: explicado de forma resumida, los racimos enteros se introducen en cubas herméticas saturadas de dióxido de carbono, en ausencia de oxígeno, produciéndose la fermentación en el interior de las uvas (fermentación intracelular). Este procedimiento confiere a este vino típicos aromas amílicos como el caramelo o el plátano. Una maceración más específica de la zona es la denominada maceración semicarbónica: en el fondo de la cuba abierta, el jugo de uva producido por aplastamiento debido a su peso, fermenta y libera gas carbónico, así en la parte superior, los racimos enteros desarrollan la fermentación intracelular al estar en una atmósfera anaeróbica compuesta de gas carbónico.

Vignerons

Jules Chauvet es considerado el padre del movimiento de los vinos naturales. Vigneron y negociante en Beaujolais, desaparecido en 1989, también era químico y un catador excepcional. Ya en los años 50 marcó profundamente las bases de la enología moderna. Sus conocimientos y su defensa del vino natural inspiraron, a principios de los ochenta, a cuatro vignerons locales de la región: Guy Breton, Jean-Paul Thévenet, Jean Foillard y Marcel Lapierre. La filosofía que compartía el grupo, impregnada por las enseñanzas de su maestro, suponía la vuelta a antiguas prácticas tradicionales de viticultura y vinificación: la importancia de las viejas cepas, el no uso de herbicidas o pesticidas, vendimia tardía en perfecto estado de maduración, selección de las uvas más sanas, mínimo añadido de dióxido de azufre o nada en absoluto, utilización de las propias levaduras de la uva y el rechazo a la chaptalización y a la filtración. El resultado fue la vuelta a los aromas naturales, a la expresión del terroir, lejos de la producción industrial y de la comercialización masificada, lejos de los aromas de chicle o de la fruta de moda y por lo tanto, lejos de los aromas artificiales.   

“Los buenos vinos no están siempre detrás de las grandes etiquetas, pero sí detrás de los grandes viticultores”
Jules Chauvet

Durante estas últimas semanas hemos disfrutado de algunas buenas botellas de la zona:

Una de las grandes figuras del Beaujolais, admirado por todo el mundo vinícola, es sin duda Marcel Lapierre. Hoy en día, Mathieu, su hijo, continúa el magnífico trabajo iniciado por su padre, desaparecido en otoño de 2010. Trabajando juntos, adoptaron las prácticas propias del viñedo biodinámico. Imprescindible probar sus vinos para conocer la esencia de Beaujolais.

Morgon 2011 M. Lapierre. Elaboran dos versiones, una sin realizar filtración pero ligeramente sulfité, protegido contra variaciones de temperatura, y otra sin sulfitos añadidos (“Sans sulfite ajouté ni filtration” como se observa en la etiqueta de la foto de cabecera), en este caso también indica que debe ser conservado a una temperatura inferior a 14º C. Siendo el primero un buen vino, prefiero la segunda versión: perfume floral, rosas, frescos frutillos rojos, cereza, frambuesa. Sin recuerdos de madera en nariz ni en boca. Delicadeza y sutilidad. Me gusta mucho. También elabora, el proveniente de viñas más jóvenes, Raisins gaulois. 

Otro de los grandes del Beaujolais, Jean Foillard, se hizo cargo en 1980 del domaine de su padre y pronto siguió las enseñanzas de Jules Chauvet.

Morgon Côte du Py 2010 Jean Foillard, de color rubí claro, casi transparente, limpio. Nariz sutil. Paso largo. Retronasal con recuerdos a piel y cuero. Al segundo día se mostró algo ahumado con notas claras a mina de lápiz y a cerezas. También destacó su evolución hacia notas más florales. Un vinazo, muy elegante, profundo, estructurado y largo. Ya me sorprendió muy gratamente el 2009. La Côte du Py, situada al sur del pueblo de Villié-Morgon, es uno de los más importantes terroirs de Beaujolais capaz de producir vinos de larga guarda.  

Jean Foillard también elabora otras cuvées, entre ellas un Fleurie y el extraordinario Morgon 3.14 procedente de sus viñas más viejas. Este año probé por primera vez su Beaujolais Nouveau 2012: de ribete violáceo, sensaciones en nariz de abundante fruta roja, fresa madura, caramelo de cereza. Juvenil y primario. Ligero en boca. Un vino honesto. Sin embargo, aparte de que la añada 2012 se ha desarrollado de forma muy complicada en la zona, he de confesar que no me entusiasmó.  
 



Jean-Paul Thévenet (Polpo para sus amigos), tal vez menos conocido que los dos anteriores, mantiene una pequeña producción de su Morgon Vieilles Vignes. Desde hace años trabaja sus escasas 5 hectáreas junto a su hijo Charly, quien también elabora su propio vino en Régnié. Ambos siguen desde 2008 los principios biodinámicos. El vino de Charly Thévenet me sorprendió gratamente.

Régnié Grain & Granit 2010 Charly Thévenet: fruta roja ácida, frambuesa, también cierto lado vegetal, ahumados, cuero, grafito, hierbas, especias. Vertical. Delicado. Lo disfrutamos a lo largo de tres días, evolucionando constantemente.



Otro joven vigneron, de tan solo 25 años e hijastro de Georges Descombes, se erige como un nuevo talento en la zona: Damien Coquelet.

Morgon Vieilles Vignes Côte du Py 2011 D. Coquelet: su nariz discreta se transformaba en fruta roja y negra a su paso por boca. Enorme fructosidad. Increíble textura. Intenso. Sedoso. No le dímos tiempo a envejecer en botella, tampoco a respirar una vez abierto. Además del Morgon, trabaja en Chiroubles y también elabora un Beaujolais Nouveau. En noviembre de 2013 lo celebraré con su vino joven.



Pero muchos otros vignerons destacan y son una elección segura: Guy Breton, Georges Descombes, Yvon Métras, Jean-Claude Lapalu, Cristophe Pacalet, Karim Vionnet, Xavier Benier, Philippe Jambon, Pierre Marie Chermette (Domaine Vissoux), Cyril Alonso (PUR)... Un equipo de ensueño para cuidar y elevar considerablemente la reputación de la región.

Si bien es el vino más famoso, hay mucho más allá del Beaujolais Nouveau. Entre los Crus del Beaujolais existen grandes vinos para disfrutar en cualquier época del año y algunos, si se desea, también podemos guardarlos durante una buena temporada (recomendable tomarlos en formato magnum, al estilo local). Ello no descarta que me guste celebrar la fiesta del Bojo Nouvo, aunque sea unos días más tarde. Sin más pretensiones, me parece una bella excusa de celebración y reunión. Este año coincidió con el pasado jueves día 15. Espero en otra ocasión poder festejarlo junto a los elaboradores en las tiendas de vino de Paris, donde el fabuloso ambiente festivo calienta la temperatura de estas fechas.

Vicente

NOTA: Los vinos de M.Lapierre y de Thévenet se los compré a Julien, de la tienda La part dels àngels. Los de Foillard y Coquelet los adquirí en L´ànima del vi, la tienda de Benoît, donde también trabajan con los vinos de Lapierre.



viernes, 9 de noviembre de 2012

Y EN OTOÑO… AL PRIORAT



Sana costumbre la que hemos adoptado estos últimos años: acercarnos en otoño a la comarca del Priorat. Una escapada a estas tierras, aunque sea corta, nos desconecta de la ciudad y sus ruidos. Sobre todo si nos alojamos en una bella y acogedora casa como Cal Compte, en Torroja del Priorat. Unamos a ello el paisaje, los paseos entre los viñedos, alguna visita siempre interesante a algún vitivinicultor, buen vino, comida casera y una magnífica compañía entre amigos y tenemos el pack completo.

Si en recientes ocasiones habíamos disfrutado de emocionantes visitas como por ejemplo a Terroir al Límit, en esta oportunidad nos citamos con Bixente Capfrain, el enólogo y responsable de Bodegas Mas Alta. Tiempo hacía que deseaba visitar esta Bodega situada en el pueblo La Vilella Alta, sus propietarios son cinco empresarios belgas, alguno de ellos importante distribuidor de grandes vinos en su país. El asesoramiento corre a cargo de Michel Tardieu, enólogo-consultor experimentado principalmente en el Ródano. Casualmente hacía escasos días que había acudido a una cata degustación realizada en Monvinic y dirigida por este famoso enólogo, donde nos exponía su filosofía y convencimiento de la idónea utilización del raspón en la vinificación aportando frescura, vivacidad y equilibrio frente al alcohol. De hecho, se estaba experimentando su utilización cada vez en mayor proporción en Bodegas Mas Alta.

En esta casa elaboran diversas botellas, siendo destinadas actualmente a la exportación en un 95%, principalmente a Bélgica: Els Pics, Artigas, Cirerets, La Basseta, La Creu Alta. En todas destacan las dos variedades más importantes del Priorat, la Garnacha y la Cariñena. El Cabernet Sauvignon tiende a ser sustituido, pero la Syrah presenta muy buenos resultados. También elaboran el blanco Artigas (Garnacha Blanca, Macabeo y Pedro Ximénez).

Como menciono, Bixente, de origen francés, el verdadero pilar de la bodega y de los trabajos día a día, nos recibió y atendió muy amablemente. Recorrimos las distintas parcelas en las que trabajan, elevadas pendientes, viñas centenarias, otras más jóvenes plantadas en antiguos bancales, impactantes imágenes de los viñedos y bellas panorámicas.       

Nos enseñaron las instalaciones de la bodega: doble mesa de selección, encubado por gravedad, depósitos de hormigón, barricas de roble francés… Seguimos la visita catando de diversas barricas, espléndidos los blancos de la añada recién vendimiada y sobre todo, la barrica de Serine (como se denomina la Syrah en el Ródano), espectacular su expresividad. Y terminamos con la cata-degustación de distintas botellas.

Todo el tiempo aprendiendo de Bixente, en una conversación fluida y entretenida, nos llevamos un grato recuerdo, del recibimiento y de los vinos.   

Compramos una botella de La Creu Alta 2007 (Mazuela y Garnacha de viejas viñas y una punta de Cabernet Sauvignon), potente y elegante, es el vino que más nos impactó de la cata en la visita. La disfrutamos esa misma noche cenando muy a gusto en Cal Compte, junto a la chimenea. De un color subido casi negro, intenso, brillante e impenetrable, densa lágrima que tinta la copa, fruta negra muy madura, moras, balsámicos, eucaliptos, suaves especiados, con estructura, buena acidez, agradable textura. Final de fruta dulce concentrada, notas licorosas. Largo y persistente, con gran intensidad frutal. Gran vino.

Cenas caseras en Cal Compte y para comer, nos aconsejaron una dirección, el restaurante La Cooperativa en Porrera. Productos cercanos y de calidad en elaboraciones tradicionales con toques personales y actuales. También venden vino, disfrutable a buenos precios en mesa. Entre la extensa selección de botellas del Priorat, optamos por recordar un vino de Terroir al Límit, su blanco Pedra de Guix, en este caso 2010: floral, cítrico, fruta blanca, fruta de hueso, con tensión, envolvente y muy largo. Disfrutable y con larga vida. Seguimos coincidiendo mis amigos y yo en que es el blanco del Priorat que más nos gusta, desde su primera añada. Tuvo buena compañía: estofado de verduras con quinoa, lentejas con chopitos, empedrat de bacallà…

La noche anterior habíamos tenido la suerte de ser convidados por nuestros amigos de la zona a unas copas del extraordinario Les Manyes 2010 Terroir al Límit: Garnacha 100% a la altura de las mejores del sur de Francia. Finos especiados, balsámicos, frescos frutillos rojos, notas terrosas, notas de piel, todo ello en retronasal con un intenso y larguísimo postgusto. Excelente vino, excelente añada.

Con los postres, entre los que destacan las trufas de chocolate negro y el pastel de frutas, optamos por unas copas del Vi dolç natural Nus 2009 de Mas d´en Gil: notas de fruta roja, naranja confitada… nada empalagoso.

Y no me resistí a probar La quinta essència dels llops, aguardiente de vino de diversas bodegas, todas relacionadas con René Barbier. Finamente aromático, ligeros toques de hierbas. Muy interesante. (38% de graduación).

Nos agradó tanto este local, de decoración desenfadada, que reservamos mesa para el día siguiente, acompañando esta vez los platos con dos atrayentes botellas: Laurel 2010 y Nit de Nin 2010. Conversando con el encargado de sala y copropietario, y dada su anterior profesión, surgió la pregunta de un maridaje musical para estos vinos, Jazz fue la respuesta. Nos convenció.

Laurel 2010: 80% Garnacha, 20% Syrah. Mucha fruta, madura, negra, balsámicos, recuerdos a pegamento, carnoso y amplio, con cuerpo, taninos maduros. Con potencia y volumen, sabroso. Acompañó fantásticamente, como anotó nuestro amigo Guillermo, el plato de Fricandó (guiso de ternera).

Laurel es el hermano pequeño de Clos Erasmus (Bodegas Clos i Terrases), el prestigioso vino de Daphne Glorian, una de los cinco precursores del resurgimiento del Priorat a finales de los 80. Su esposo, el norteamericano Eric Solomon, es un importante importador de vinos.

En 2004, la enóloga Ester Nin comenzó a trabajar junto a Daphne Glorian y, además de participar en otros proyectos, desarrolló su apuesta personal Nit de Nin, aprovechando los mismas instalaciones en Gratallops que para el Clos Erasmus (la antigua bodega de Alvaro Palacios).

Nit de Nin 2010: 60% Garnacha y 40% Cariñena de viejos viñedos de Porrera. Elaborado atendiendo los principios de la biodinámica. Violetas, monte bajo, boca fresca, mentolados, fruta silvestre, con nervio. Elegante, equilibrado, listo para ser bebido. Exquisito. Como anécdota, creo que era día flor. Siendo Laurel un buen vino, nos gustó aún mucho más el estilo de éste.

Por cierto, además de los vinos de la zona, no se me olvidan otras botellas que tuvimos la oportunidad de degustar durante ese fin de semana: Foradori 2008 DOC Teroldego Rotaliano de Elisabetta Foradori, fantástico; As Tornas dos Pasas Escolma 2008, un sensacional tinto de Ribeiro; el siciliano Nero di Lupo 2010 de Cos, calidad y personalidad; y sobre todo, el Clos des Rosiers 2009 Monopole del Domaine Chantal Rémy, traído por nuestros amigos Juan Luis y Amparo de su estancia en Morey-Saint-Denis, un vino delicado, floral, casi aéreo, de fresca acidez, seductores frutillos rojos... delicioso.

Una escapada de fin de semana muy bien aprovechada. Volveremos.

Vicente

NOTA: la primera fotografía está realizada por Juan Luis (El ojo público) desde una de las terrazas de Cal Compte.