Un largo paseo marítimo,
playa, scooters y mods son las imágenes que hasta ahora siempre me han venido a
la mente al pensar en la ciudad de Brighton, importante centro turístico situado
en la costa sur de Inglaterra, a poca distancia de Londres.
En
realidad son imágenes de mediados de los 60 que recreó la película Quadrophenia
(1979), basada en la ópera rock de idéntico título del grupo The Who. Hoy en
día, es fácil encontrar todavía recuerdos de esa época mod en forma de chapas,
posters, discos de música ska, camisetas e incluso las famosas parkas verdes.
El lugar ideal para comprar este estilo de ropa es en la tienda "Jump the
gup", localizada en Gardner Street, una de las calles más transitadas de
la zona de North Laine, el barrio de moda de la ciudad donde distraerse callejeando
y visitando sus diversas tiendas. También podemos observar numerosas muestras
de arte en la calle en forma de expresivos murales, graffitis.
Brighton
sigue siendo un lugar muy visitado, incluso lugar de residencia de algunos
londinenses. Los sitios más conocidos son el Royal Pavilion, construcción del
siglo XIX de estilo indio en su exterior; Brighton Pier, el muelle construido
en 1899, ocupado por una sala de juegos, parque de atracciones y chiringuitos,
un conjunto que me resultaba algo decadente; la Brighton Wheel (2011), una
enorme noria al borde de la playa, y el largo Paseo Marítimo.
Entre
las calles de North Laine, la zona más divertida, y el mar se encuentra un
restaurante y wine bar de vinos naturales llamado Plateau. Una dirección que yo
no me podía perder.
Estuvimos atendidos muy
amablemente por Marta, española, y Christian, australiano. Comimos muy bien,
algunos bocados (bites) para comenzar, artichokes y squid, y dos platos
principales del día, dorada y cordero. Todo muy sabroso. En la extensa carta de
vinos le eché el ojo a una botella de gamay, Dense avec Une Tranche 2011.
Vino seleccionado por Philippe Jambon, elaborado por Benoît
Camus en el sur del Beaujolais. Sans sulfites ajoutés
indica en su etiqueta. Servido en decantador, su nariz es perfumada, floral, notamos
fruta a tope, buena acidez, naranja sanguina. Es sedoso, muy bebible, rico, muy
rico, delicioso. Si todos los vinos fueran así. Este lo borda.
Conversamos largamente
con los dos sumilleres, el gusto por el vino siempre acerca todavía más. Christian
nos aconsejó una botella que por supuesto compramos, Domaine Lucci Gris Noir del
2013,
indicado por el lote (L1303). Un vino del sur de Australia, de la zona de
Adelaide Hills, que abrimos de vuelta a casa.
De
color difícil de describir, entre el rosa y el naranja sanguina. Es ligeramente
turbio. Huele muy bien, fresas silvestres estrujadas, frambuesas, notas florales.
Seco, su acidez es refrescante, tiene toques especiados. Te lo puedes beber a
tragos. Algo tánico al día siguiente, en la última copa. Se trata de un pinot
gris que macera un tiempo en sus pieles y nos da sensaciones entre un skin
contact (orange wine) y un rosado. Nos gustó mucho.
La bodega, denominada Lucy Margaux Vineyards, fue creada en 2002 por Anton van Klopper y su
familia. Producen vinos expresivos sin ningún tipo de aditivos artificiales o
naturales. Intentaré comprar más botellas de esta casa.
En
el restaurante nos recomendaron visitar una tienda de vinos situada a pocos
pasos, Ten Green Bottles. Hacia allá fuimos.
Nos informaron sobre
este último vino. Se trata del trabajo de una joven pareja
inglesa, Birds&Bats, que desde no hace mucho selecciona en sus viajes el
vino de pequeños productores de lugares únicos aportando en la elección de sus
propios ensamblajes su estilo y filosofía. En la mayoría de las ocasiones,
compran la uva y elaboran ellos mismos el vino. Su idea es un vino, un lugar y
una única añada.
En
este caso, su primera selección, es un vino realizado por la propia bodega de
origen, Ariousios, en la isla de Chios, cerca de la costa turca, a partir de
dos variedades autóctonas, chiotiko krassero y ayanittis, yo tampoco las
conozco. Taninos sabrosos, fruta generosa, está buenísimo. Se aprecia algo la
crianza en madera, tres años, pero pasa vertical. Bonita etiqueta y buen vino.
Hasta
aquí nuestras horas en Brighton, nos llevamos un grato recuerdo.
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