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aquí una serie de artículos describiendo nuestro reciente recorrido por el
Valle del Loira. Una bella zona famosa por sus castillos, ciudades, pueblos
y el río más largo de Francia, la Loire.
Durante todo nuestro viaje
hubo un protagonista, el vino natural. Posiblemente se trate de la zona donde
más vignerons han decidido elaborar sus vinos defendiendo una intervención
mínima y lejos de cualquier producto sintético. Sabíamos que en París, desde
hace años, cualquier bistrot o bar no dedicado al vino natural estaba casi
condenado al fracaso, o que en Lyon cada vez adquiere mayor importancia el vino
natural, siendo en general muy extendido su consumo por Francia, pero en
Nantes, Angers, Saumur o Tours, la oferta es sensacional. Tampoco es de
extrañar cuando pensamos en la lista de vignerons que trabajan por esta tierras.
Nuestra
primera estancia fue en Nantes, moderna y agradable ciudad que ofrece una
increíble oferta gastronómica.
Varios vinos probamos: le boît sans soif de La Coulée d'Ambrosia, un grolleau para quitarnos la sed, efectivamente; ça c'est bon, de Laurent Lebled, de la zona de Touraine, cerca de Chinon, bien por esta gamay en maceración carbónica, y un vino del mismo elaborador que nos aconsejó Julie, on est su l'sable, una cabernet franc que nos encantó. Tomo nota de este productor hasta ahora desconocido por mí.
Antes de irnos, un detalle
de precioso color rosado, gentileza de la casa, un Pétillant Naturel, Le
Jus Brifiant 2014, espumoso a base de gamay elaborado por Julien Prével
en Montlouis-sur-Loire. ¡Qué cosa más rica! Un tipo de vino que me gusta mucho,
por su frescura, digestibilidad y alegría. Vive la France!
Seguimos
probando vinos por copas. De acompañamiento, algunas tartines (tostadas) de
pollo y saint-jacques (vieras). Ambiente festivo, lleno, pero encontramos mesa
sin reservar. Hay movimiento. Disponen de mesas altas y taburetes y una buena
barra. Vemos que en esta ciudad se bebe vino, y además también la gente joven.
Nos alegramos.
Para
que os hagáis una idea de los vinos que tienen por copas, nosotros probamos Poivre
et Sel 2014 de O. Lemasson - Les Vins Contés (pinot
d'aunis mayormente), Sauvignon 2012 de Philippe
Tessier y Le Rosé d'Ancenis 2013 de La Paonnerie (gamay cerca de Nantes).
Les Bouteilles
Restaurante
con estanterías llenas de grandes botellas: Selosse, Conterno, Romanée-Conti...
Bien sentados, habíamos reservado el día anterior pues se llena de clientes
habituales, nos dispusimos a disfrutar de la comida de este restaurante. Tenía
buenas críticas y nosotros nos unimos a ellas. Menú diario no extenso, ¿para
qué?, varias opciones como entradas, dos principales para elegir, tres o cuatro
postres y posibilidad de plato de quesos a añadir. Delicioso el "Carpaccio
de pieds de cochon tiède, vinagrette aux herbes" y el "Dos de cabillaud
(bacalao) de St. Guénole, spaguettis de courgettes au chorizo ibérico Joselito
et jus mousseux d'asperges".
Bé2M
Bistrot, bar de vinos y épicerie, todo en uno. Lo encontramos por casualidad, paseando. Lo que empezó con unas copas se convirtió en una larga cena. Tenía ganas de probar vinos únicamente de la zona, no ya de la Loire sino del Pays Nantais. Así que, elegimos un vino por copas, au verre, Gros Pet 2011 de Domaine de l'Ecu, Appellation Gros Plant du Pays Nantais, uva folle blanche, floral, acidez. Y ya más animados, para acompañar la cena, dos botellas, lo que no terminamos nos lo llevaríamos, Excelsior 2007 AOC Muscadet de Luneau Papin, melon de bourgogne, y Ange 2012 del Domaine de l'Ecu, pinot noir. Tardó demasiado en abrirse el blanco, en cambio Ange dio placer desde el principio. Bella etiqueta para un delicioso vino, delicado y fino, acidez justa, sabor que se te queda en la boca. Un vino de Frédéric Níger Van Herck y Guy Brossard, actual y anterior propietario. Solo 865 botellas y 20 magnums. El domaine consta de 22 hectáreas, en certificación ecológica desde 1975 y biodinámica desde el 98.
Bistrot, bar de vinos y épicerie, todo en uno. Lo encontramos por casualidad, paseando. Lo que empezó con unas copas se convirtió en una larga cena. Tenía ganas de probar vinos únicamente de la zona, no ya de la Loire sino del Pays Nantais. Así que, elegimos un vino por copas, au verre, Gros Pet 2011 de Domaine de l'Ecu, Appellation Gros Plant du Pays Nantais, uva folle blanche, floral, acidez. Y ya más animados, para acompañar la cena, dos botellas, lo que no terminamos nos lo llevaríamos, Excelsior 2007 AOC Muscadet de Luneau Papin, melon de bourgogne, y Ange 2012 del Domaine de l'Ecu, pinot noir. Tardó demasiado en abrirse el blanco, en cambio Ange dio placer desde el principio. Bella etiqueta para un delicioso vino, delicado y fino, acidez justa, sabor que se te queda en la boca. Un vino de Frédéric Níger Van Herck y Guy Brossard, actual y anterior propietario. Solo 865 botellas y 20 magnums. El domaine consta de 22 hectáreas, en certificación ecológica desde 1975 y biodinámica desde el 98.
Tampoco
habíamos reservado en este bistrot. Nos encontramos que no nos podían atender,
el cocinero titular estaba de vacaciones y preferían dar salida
únicamente a las reservas previas, algo comprensible. Sin embargo, tal vez mi
cara de chasco o el brillo de mis ojos al observar las botellas expuestas en
las estanterías propició que el propietario, Stan Guyot, quien incluso se
defendía en español, conocimiento que guardaba de una estancia en Asturias en
su juventud, cambiara rápidamente de idea y se esforzara en atendernos, de
maravilla, por cierto. En realidad, nos contó que le sabía mal pues veníamos de
lejos.
No
coincidimos, pero también organizan actuaciones musicales con frecuencia. ¡Qué
más se puede pedir!
Buena
cocina en este pequeño restaurante situado en una larga calle (rue Fouré) donde
abundaban otros establecimientos, también con buena pinta. Está cercano al
Bé2M.
En su carta de vinos no habían muchas
referencias, pero sí donde elegir tranquilamente: Château Thébaud Clos des Morines
2010, AOC Muscadet Sèvre et Maine, del domaine La Pépière, melon
de bourgogne, ya sabéis. Se mostró expresivo. Y Les Saint Martin 2012,
grolleau de Les Roches Sèches, que mejoró al decantar, con un final
especiado en boca. En cuanto a los platos, cocina de mercado, excelente terrina
del chef, exquisito pulpo asado de Le Croisic (población atlántica junto a la
desembocadura del Loira), moelleux au chocolat... Comimos muy bien.
En
todos los locales que visitamos se podían comprar vinos para llevar a precio
menor que si los consumías en el local, funcionando como tienda y bar de vinos,
en algunos también vendían sus productos de ultramarinos (épicerie). De todas
formas, en Nantes existe una tienda de vinos fantástica situada en plena île,
Verygood. Multitud de referencias, muy interesantes, de aquí me llevé una
botella difícil de encontrar que no bebía desde hace algunas añadas, Sayonara
Pas pour tout l'monde 2011 de Thierry Puzelat, ya os contaré.
Cerca
del castillo de la ciudad descubrimos otra tienda de vinos con buenas
referencias, de corte más elegante, 920 La cave à manger. Vale la pena entrar.
Y
para rebajar lo comido en los tres días, nada mejor que buenos paseos por la
ciudad para descubrir sus rincones: Théatre Graslin, Passage Pommeraye, Place
Royale, Église Sainte Croix, Jardin Japonais, Porte Saint-Pierre, Cathédral
Saint-Pierre, Château des Ducs de Bretagne, Le Lieu Unique, el ambiente del Quartier
Bouffay, Les Machines de l´île y su elefante, un gigantesco mecano. No te
aburres.
Fotografía nº 6 realizada por Juan Luis Vanrell "El Ojo Público"
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