No
es difícil comer bien en Lisboa. De hecho, justo al lado de nuestro hotel de la
Praça do Rossio (o Dom Pedro IV), en el barrio La Baixa, comimos muy a gusto en
un par de ocasiones en una sencilla casa de comidas, localizada en una esquina frente
a la bonita fachada de estilo neomanuelino de la estación de Rossio. Nos
poníamos las botas: petiscos (aperitivos), recetas de bacalhau, sardinhas
asadas, bifanas (carne de cerdo marinada)...
De
todas formas, mi afición no se limita a la comida, el vino me importa y no me
vale cualquiera, valoro la pequeña producción, artesanal, y la honestidad en su
elaboración, de ahí mi búsqueda de restaurantes o bares donde dispongan de
estos vinos, vinos, no infusiones de madera ni compota de frutas.
Si
además nos encontramos con un pequeño restaurante, íntimo, de carácter
familiar, con personalidad, donde cuidan el detalle, con una cocina atrevida,
que ofrezca algo distinto y en el que se esté muy a gusto y perfectamente
atendidos, ese lugar hay que visitarlo. Estoy hablando del restaurante Leopold,
uno de los que más disfrutamos.
Localizado
en el barrio de Mouraria, rua de São
Cristovão 27. Thiago Feio,
preparando los platos de degustación, y su esposa Ana Cachaço, atendiendo,
informando y sirviendo, llevan dos años en este pequeño, muy pequeño
restaurante que anteriormente fuera una antigua panadería.
Sólo
cuatro mesas, cuatro, amplias y cómodas. Dos comensales en nuestro caso, como
durante todo el viaje. Creo que tuvimos suerte de poder disponer de una mesa
reservando sólo unas pocas horas antes.
Para
el nombre del restaurante se inspiraron en el museo de arte moderno de Viena
donde se expone, aparte de otras obras, la mayor colección de Egon Schiele. La
decoración es minimalista, la enorme ventana a la calle nos muestra el
contraste con un barrio todavía algo deprimido aunque también con un encanto
peculiar. Vajilla de cerámica local de calidad, menú degustación de seis platos
y una corta pero adecuada selección de vinos. De fondo, música de Tom Waits.
Se trata de una cocina
de autor, con algunas elaboraciones realizadas a baja temperatura, con delicadas
notas orientales en algunos de sus platos (gotas de miso, alga kombu, hierbas
japonesas, shitake) y producto autóctono (mantequilla de leche de oveja de
Avenzao, pan de trigo de Alentejo, ternera de Azores, plátanos de Madeira,
quesos de Azores...), siempre en combinaciones exitosas y sorprendentes. Para
terminar, unos higos confitados y hojas de menta presentados en una bonita y
antigua caja de tabaco. Nos informan que los higos son de una zona de Portugal
muy cercana a Badajoz.
No se me olvida nombrar
los vinos que saboreamos, dos botellas elegí, valía la pena. Humus
2014 para empezar, un blanco de la variedad local fernao pires elaborado
por el viñeron Rodrigo Filipe, quien trabaja de forma natural, sin adicionar
sulfuroso. La bodega, Encosta da Quinta, se localiza al norte de Lisboa.
Percibimos notas cítricas, salinas, algún recuerdo a pipas de girasol,
magnífica acidez e ideal para esta cocina. Sólo 11% de graduación alcohólica.
Y
seguidamente otro vinazo, clasificado en su fecha como Vinho Regional Beiras
(Bairrada), Poço do Lobo 1995, Caves Sao Joao, variedad 100%
arinto, una de las más antiguas de Portugal. Complejo, con notas de miel, fruta
seca y una acidez que le ha permitido
envejecer y seguir mostrando frescura. Una vez más una elección estupenda para disfrutar
con la cocina de este restaurante.
Tenemos ganas de volver, pero creo que será ya en
el nuevo establecimiento al que se trasladaran muy pronto. Cerca, en Castelo.
BELÉM
Desde
la estación de Cais do Sodré sale la línea de tren que lleva a Cascais. Desde
la estación de Rossio podemos coger el tren a Sintra y admirar, entre otros, el
famoso y bello Palácio do Pena, si lo permiten las frecuentes neblinas, imagino
que su nombre tiene relación. Por cierto, en este palacio se rodó la película
española "El perro del hortelano". Para visitar otro lugar
imprescindible, a unos treinta minutos de transporte, subiremos al tranvía nº 15
cuyo recorrido comienza en la Praça da Figueira. Nos llevará a Belém. También
se puede acudir en bus, en tren o en barco.
En
Belém podemos comenzar visitando la famosísima Antiga Confeitaria de Belém,
creo que ya he comentado que elaboran los mejores pastéis do Belém que he
probado, recién horneados, crujientes, espolvoreados con canela a gusto.
Al
lado tenemos el Mosterio dos Jerónimos, de estilo manuelino. Muy cerca, el
Museu Colecção Berardo, de arte
moderno y contemporáneo. Y acercándonos al río Tajo, un fenomenal paseo bordeándolo
con vistas al Ponte 25 de Abril, al Cristo Rei (estatua situada en el margen de
enfrente), al monumento de los descubrimientos (Padrão dos Descubrimentos), monumento monolítico de 52 metros de
altura construido en 1960, y a la Torre de Belém, de 1515. De todo ello podemos
disfrutar acompañados de buen vino en la magnífica terraza (esplanada) del
siguiente restaurante:
Espléndida terraza
situada a mitad del paseo mencionado, dentro de un entorno extraordinario. El
día que acudí no destacó especialmente la comida, sí la selección de vinos. Aquí
se celebra una importante feria de vinos a primeros de julio, Vinho ao Vivo, donde
participan productores de varios países europeos.
Siempre
prefiero solicitar una botella antes que unos vinos por copas, pero ante la variada
selección por copas ofertada opté por degustar varios vinos.
Espumante
Ataíde
Semedo Cuvée Bruto 2013. DOP Bairrada. De burbuja fina, seco, no está
nada mal. Sus uvas: bical, cerceal, chardonnay y pinot noir. Método
tradicional.
Vale da
Capucha Gouveio 2013 Vinho Regional Lisboa, elaborado por Pedro Marques.
Suelo arcillo calcáreo de origen oceánico. Bien esta godello.
Vinha
do Outeiro 2012
Coleçao
Uvelhas Negras Quinta da Pellada & Os Goliardos. Dão. En colaboración con Álvaro Castro.
Un vino fresco, atlántico, con recuerdos a tinto gallego, especias, bosque...
Afrocheiro 70%, touriga nacional 30%.
Centurião 2007 Uvelhas
Negras Quinta do Mouro & Os Goliardos, vinho regional alentejano. Vino de carácter
maduro, fruta madura, y ciertos recuerdos al Priorat, o al Douro. Mezcla de
alicante bouschet, aragonez, cabernet sauvignon y petit syrah. La aragonez es
la tempranillo, llamada tinta roriz en el norte de Portugal.
TRANVÍAS
Al
igual que los elevadores, además de medio de transporte, los tranvías se han
convertido en atracción turística.
Creo
que ya he nombrado el tranvía nº 28, el más famoso de la ciudad. Recorre Alfama
hasta la Praça do Comercio, para seguidamente atravesar Chiado y llegar al
barrio de Estrela. El tramo que recorre por Alfama y Castelo es el más buscado.
Existe
otro tranvía muy curioso, el nº 12. Un tranvía que realiza un recorrido
circular, su parada inicial/final es en Praça da Figueira. Aconsejo subirse a
él para acercarse al Castelo de São
Jorge, construcción árabe de mediados del siglo XI. También pasa junto a espectaculares
miradores como el de Santa Luzia y Largo das Portas do Sol. Uno de los puntos
más interesantes de su recorrido es la Sé (catedral de estilo gótico). Justo al
lado, hay una dirección donde tenía ganas de acudir, Cruzes Credo, local de
buena pinta, buen ambiente, pero donde no nos quedamos a cenar, la causa es que
permiten fumar dentro de su sala. Lo veo incompatible con la comida y con el
vino.
Restaurante
situado encima del Mercado de Santa Clara, en una zona muy agradable de Alfama,
delante de la cúpula del Panteón Nacional. Alrededor se monta, martes y
sábados, el mercadillo de pulgas Feira da Ladra, tipo rastro.
Una
buena forma de llegar hasta aquí es aprovechar el tranvía 28 y bajar en la
parada justo antes de la monumental iglesia
de estilo renacentista São Vicente de Fora, dedicada a San Vicente Martir,
patrón de la ciudad.
El restaurante abrió hace dos años y medio. Su carta se centra en las
setas, de ahí su nombre. En sus paredes exponen pinturas con la posibilidad de
comprarlas, actualmente una serie de Anabela
Moreira titulada "Retratos de interior".
Cenamos
muy bien aquí, a destacar las croquetas, de portobello. También el llamado huevo
perfecto, a baja temperatura, con trufa, crema de queso y almendras ahumadas, y
el risotto de hongos porcini, trompetas da morte, corteza de naranja, romero y
nueces. Delicioso todo. De postre, crême brulée con boletus edulis y trufa, de tremendo
sabor.
Para
beber:
Gilda
2013,
Bairrada, de Tiago Teles. Merlot, tinta barroca y tinta Cao. Suelo arcillo
calcáreo y fuerte influencia atlántica. Fresco y vertical.
Fraga Alta Reserva 2006, Douro, vinicultora Lucinda Todo Bom. Llamándose así,
cómo no lo iba a pedir. Fruta madura, notas de chocolate, necesita respirar un tiempo,
con más volumen que el anterior, más ancho. Son distintos, claro, éste es del
Douro y en un estilo algo más clásico. Touriga nacional, touriga franca y sousão, son las variedades de este vino.
Muy
bien atendidos, al igual que en todos los sitios donde acudimos, Santa Clara
dos Cogumelos es un restaurante para repetir.
MIRADORES
No
lejos del restaurante dos Cogumelos, en un corto paseo, se puede visitar dos
extraordinarios miradores: el de Graça, junto a la iglesia del mismo nombre,
dispone incluso de un quiosco donde tomar algo, como en muchas plazas
lisboetas, y el miradouro da Senhora do Monte, el más alto de la ciudad, con
vistas al castillo y al Ponte 25 de Abril. Lugares ambos muy románticos.
Otros famosos son: Miradouro de São Pedro de Alcántara, en Bairro Alto,
con hermosas vistas a Graça y al Castillo de Sao Jorge, podemos acceder a él
subiendo en el funicular da Glória; Miradouro de Santa Catarina, ya sabéis, al
lado del Noobai Café, con fabulosas vistas; el de Santa Luzia y, a un paso, el
de Largo das Portas do Sol, también de bellísimas vistas.
Hasta
aquí nuestra visita a Lisboa, ya tenemos apuntadas nuevas direcciones para un
próximo viaje: LX Factory, en Alcântara, centro de creatividad que ocupa una
antigua fábrica textil, y el restaurante Os Gazeteiros, en Castelo. Este último
recomendado por Sílvia Mourão, fundadora de Os Goliardos, distribuidores e importadores,
quienes realizan un enorme trabajo de acercamiento en Portugal de diferentes
vinos europeos de pequeña producción, reflejo de su terroir.
Volveremos
a Lisboa, o a Portugal, lo antes posible.
Vicente
Muchas Gracias, Vicente :) Que tour fantastico! Sílvia (Os Goliardos)
ResponderEliminarGracias Sílvia por visitar mi blog y felicitaciones por tu trabajo en Os Goliardos.
EliminarVicente