sábado, 12 de marzo de 2016

En Lisboa: Leopold, À Margem, Santa Clara dos Cogumelos... (2ª Parte)



No es difícil comer bien en Lisboa. De hecho, justo al lado de nuestro hotel de la Praça do Rossio (o Dom Pedro IV), en el barrio La Baixa, comimos muy a gusto en un par de ocasiones en una sencilla casa de comidas, localizada en una esquina frente a la bonita fachada de estilo neomanuelino de la estación de Rossio. Nos poníamos las botas: petiscos (aperitivos), recetas de bacalhau, sardinhas asadas, bifanas (carne de cerdo marinada)...

De todas formas, mi afición no se limita a la comida, el vino me importa y no me vale cualquiera, valoro la pequeña producción, artesanal, y la honestidad en su elaboración, de ahí mi búsqueda de restaurantes o bares donde dispongan de estos vinos, vinos, no infusiones de madera ni compota de frutas.   

Si además nos encontramos con un pequeño restaurante, íntimo, de carácter familiar, con personalidad, donde cuidan el detalle, con una cocina atrevida, que ofrezca algo distinto y en el que se esté muy a gusto y perfectamente atendidos, ese lugar hay que visitarlo. Estoy hablando del restaurante Leopold, uno de los que más disfrutamos.

Lisboa se ha modernizado con gusto y lo notamos en todos los restaurantes que hemos visitado.



Localizado en el barrio de Mouraria, rua de São Cristovão 27. Thiago Feio, preparando los platos de degustación, y su esposa Ana Cachaço, atendiendo, informando y sirviendo, llevan dos años en este pequeño, muy pequeño restaurante que anteriormente fuera una antigua panadería.

Sólo cuatro mesas, cuatro, amplias y cómodas. Dos comensales en nuestro caso, como durante todo el viaje. Creo que tuvimos suerte de poder disponer de una mesa reservando sólo unas pocas horas antes.

Para el nombre del restaurante se inspiraron en el museo de arte moderno de Viena donde se expone, aparte de otras obras, la mayor colección de Egon Schiele. La decoración es minimalista, la enorme ventana a la calle nos muestra el contraste con un barrio todavía algo deprimido aunque también con un encanto peculiar. Vajilla de cerámica local de calidad, menú degustación de seis platos y una corta pero adecuada selección de vinos. De fondo, música de Tom Waits.


Se trata de una cocina de autor, con algunas elaboraciones realizadas a baja temperatura, con delicadas notas orientales en algunos de sus platos (gotas de miso, alga kombu, hierbas japonesas, shitake) y producto autóctono (mantequilla de leche de oveja de Avenzao, pan de trigo de Alentejo, ternera de Azores, plátanos de Madeira, quesos de Azores...), siempre en combinaciones exitosas y sorprendentes. Para terminar, unos higos confitados y hojas de menta presentados en una bonita y antigua caja de tabaco. Nos informan que los higos son de una zona de Portugal muy cercana a Badajoz.


No se me olvida nombrar los vinos que saboreamos, dos botellas elegí, valía la pena. Humus 2014 para empezar, un blanco de la variedad local fernao pires elaborado por el viñeron Rodrigo Filipe, quien trabaja de forma natural, sin adicionar sulfuroso. La bodega, Encosta da Quinta, se localiza al norte de Lisboa. Percibimos notas cítricas, salinas, algún recuerdo a pipas de girasol, magnífica acidez e ideal para esta cocina. Sólo 11% de graduación alcohólica.


Y seguidamente otro vinazo, clasificado en su fecha como Vinho Regional Beiras (Bairrada), Poço do Lobo 1995, Caves Sao Joao, variedad 100% arinto, una de las más antiguas de Portugal. Complejo, con notas de miel, fruta seca y  una acidez que le ha permitido envejecer y seguir mostrando frescura. Una vez más una elección estupenda para disfrutar con la cocina de este restaurante.

Tenemos ganas de volver, pero creo que será ya en el nuevo establecimiento al que se trasladaran muy pronto. Cerca, en Castelo.


BELÉM

Desde la estación de Cais do Sodré sale la línea de tren que lleva a Cascais. Desde la estación de Rossio podemos coger el tren a Sintra y admirar, entre otros, el famoso y bello Palácio do Pena, si lo permiten las frecuentes neblinas, imagino que su nombre tiene relación. Por cierto, en este palacio se rodó la película española "El perro del hortelano". Para visitar otro lugar imprescindible, a unos treinta minutos de transporte, subiremos al tranvía nº 15 cuyo recorrido comienza en la Praça da Figueira. Nos llevará a Belém. También se puede acudir en bus, en tren o en barco.

En Belém podemos comenzar visitando la famosísima Antiga Confeitaria de Belém, creo que ya he comentado que elaboran los mejores pastéis do Belém que he probado, recién horneados, crujientes, espolvoreados con canela a gusto.

Al lado tenemos el Mosterio dos Jerónimos, de estilo manuelino. Muy cerca, el Museu Colecção Berardo, de arte moderno y contemporáneo. Y acercándonos al río Tajo, un fenomenal paseo bordeándolo con vistas al Ponte 25 de Abril, al Cristo Rei (estatua situada en el margen de enfrente), al monumento de los descubrimientos (Padrão dos Descubrimentos), monumento monolítico de 52 metros de altura construido en 1960, y a la Torre de Belém, de 1515. De todo ello podemos disfrutar acompañados de buen vino en la magnífica terraza (esplanada) del siguiente restaurante:



Espléndida terraza situada a mitad del paseo mencionado, dentro de un entorno extraordinario. El día que acudí no destacó especialmente la comida, sí la selección de vinos. Aquí se celebra una importante feria de vinos a primeros de julio, Vinho ao Vivo, donde participan productores de varios países europeos.

Siempre prefiero solicitar una botella antes que unos vinos por copas, pero ante la variada selección por copas ofertada opté por degustar varios vinos.

Espumante Ataíde Semedo Cuvée Bruto 2013. DOP Bairrada. De burbuja fina, seco, no está nada mal. Sus uvas: bical, cerceal, chardonnay y pinot noir. Método tradicional.

Vale da Capucha Gouveio 2013 Vinho Regional Lisboa, elaborado por Pedro Marques. Suelo arcillo calcáreo de origen oceánico. Bien esta godello.

Vinha do Outeiro 2012 Coleçao Uvelhas Negras Quinta da Pellada & Os Goliardos. Dão. En colaboración con Álvaro Castro. Un vino fresco, atlántico, con recuerdos a tinto gallego, especias, bosque... Afrocheiro 70%, touriga nacional 30%.

Centurião 2007 Uvelhas Negras Quinta do Mouro & Os Goliardos, vinho regional alentejano. Vino de carácter maduro, fruta madura, y ciertos recuerdos al Priorat, o al Douro. Mezcla de alicante bouschet, aragonez, cabernet sauvignon y petit syrah. La aragonez es la tempranillo, llamada tinta roriz en el norte de Portugal.




TRANVÍAS

Al igual que los elevadores, además de medio de transporte, los tranvías se han convertido en atracción turística.

Creo que ya he nombrado el tranvía nº 28, el más famoso de la ciudad. Recorre Alfama hasta la Praça do Comercio, para seguidamente atravesar Chiado y llegar al barrio de Estrela. El tramo que recorre por Alfama y Castelo es el más buscado.

Existe otro tranvía muy curioso, el nº 12. Un tranvía que realiza un recorrido circular, su parada inicial/final es en Praça da Figueira. Aconsejo subirse a él para acercarse al Castelo de São Jorge, construcción árabe de mediados del siglo XI. También pasa junto a espectaculares miradores como el de Santa Luzia y Largo das Portas do Sol. Uno de los puntos más interesantes de su recorrido es la Sé (catedral de estilo gótico). Justo al lado, hay una dirección donde tenía ganas de acudir, Cruzes Credo, local de buena pinta, buen ambiente, pero donde no nos quedamos a cenar, la causa es que permiten fumar dentro de su sala. Lo veo incompatible con la comida y con el vino.



Restaurante situado encima del Mercado de Santa Clara, en una zona muy agradable de Alfama, delante de la cúpula del Panteón Nacional. Alrededor se monta, martes y sábados, el mercadillo de pulgas Feira da Ladra, tipo rastro.

Una buena forma de llegar hasta aquí es aprovechar el tranvía 28 y bajar en la parada justo antes de la monumental iglesia de estilo renacentista São Vicente de Fora, dedicada a San Vicente Martir, patrón de la ciudad.

El restaurante abrió hace dos años y medio. Su carta se centra en las setas, de ahí su nombre. En sus paredes exponen pinturas con la posibilidad de comprarlas, actualmente una serie de Anabela Moreira titulada "Retratos de interior".

Cenamos muy bien aquí, a destacar las croquetas, de portobello. También el llamado huevo perfecto, a baja temperatura, con trufa, crema de queso y almendras ahumadas, y el risotto de hongos porcini, trompetas da morte, corteza de naranja, romero y nueces. Delicioso todo. De postre, crême brulée con boletus edulis y trufa, de tremendo sabor.

Para beber:

Gilda 2013, Bairrada, de Tiago Teles. Merlot, tinta barroca y tinta Cao. Suelo arcillo calcáreo y fuerte influencia atlántica. Fresco y vertical.

Fraga Alta Reserva 2006, Douro, vinicultora Lucinda Todo Bom. Llamándose así, cómo no lo iba a pedir. Fruta madura, notas de chocolate, necesita respirar un tiempo, con más volumen que el anterior, más ancho. Son distintos, claro, éste es del Douro y en un estilo algo más clásico. Touriga nacional, touriga franca y sousão, son las variedades de este vino.

Muy bien atendidos, al igual que en todos los sitios donde acudimos, Santa Clara dos Cogumelos es un restaurante para repetir.

En una bonita noche y desde este bonito lugar recomiendo regresar paseando hasta el centro.




MIRADORES

No lejos del restaurante dos Cogumelos, en un corto paseo, se puede visitar dos extraordinarios miradores: el de Graça, junto a la iglesia del mismo nombre, dispone incluso de un quiosco donde tomar algo, como en muchas plazas lisboetas, y el miradouro da Senhora do Monte, el más alto de la ciudad, con vistas al castillo y al Ponte 25 de Abril. Lugares ambos muy románticos.

Otros famosos son: Miradouro de São Pedro de Alcántara, en Bairro Alto, con hermosas vistas a Graça y al Castillo de Sao Jorge, podemos acceder a él subiendo en el funicular da Glória; Miradouro de Santa Catarina, ya sabéis, al lado del Noobai Café, con fabulosas vistas; el de Santa Luzia y, a un paso, el de Largo das Portas do Sol, también de bellísimas vistas.


Hasta aquí nuestra visita a Lisboa, ya tenemos apuntadas nuevas direcciones para un próximo viaje: LX Factory, en Alcântara, centro de creatividad que ocupa una antigua fábrica textil, y el restaurante Os Gazeteiros, en Castelo. Este último recomendado por Sílvia Mourão, fundadora de Os Goliardos, distribuidores e importadores, quienes realizan un enorme trabajo de acercamiento en Portugal de diferentes vinos europeos de pequeña producción, reflejo de su terroir.

La selección de restaurantes visitados fue fácil de confeccionar, solo tuve que leer el listado que Os Goliardos recomiendan en su web, confirmar su buen gusto, elegir los vinos que más me apetecían y disfrutar. Lástima que el bar de vinos que regentaban lo cerraran hace año y medio, ahora se centran en la distribución y en proyectos de colaboración con elaboradores locales.

Volveremos a Lisboa, o a Portugal, lo antes posible. 

Vicente

2 comentarios:

  1. Muchas Gracias, Vicente :) Que tour fantastico! Sílvia (Os Goliardos)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Sílvia por visitar mi blog y felicitaciones por tu trabajo en Os Goliardos.

      Vicente

      Eliminar

Comments are moderated and will not appear until the author have approved them.