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miércoles, 30 de enero de 2019

Doce vinos disfrutados en 2018



Como cada año por estas fechas, me gusta escribir sobre algunos de los momentos y vivencias experimentados durante el año recién terminado. Siempre a través de una selección de vinos disfrutados. Para evitar alargarme trato de que las botellas recordadas no sean más de 12. Muchas de ellas han sido disfrutadas durante viajes de muy grato recuerdo: París, Berlín, Manhattan, Brooklyn y de nuevo París.

El orden de la lista sólo es aproximadamente cronológico.

1.- BloOm Lot 15, Aurélien Lefort    
      (fotografía de cabecera)

Tras quitarle la chapa, la efervescencia nos hizo perder casi 1/5 del líquido. Pero viva la alegría, y más con un vino tan de mi gusto, con sabor a fruta y realmente delicioso. Gamay d'Auvergne. Sirva este Pet Nat de Aurélien Lefort, disfrutado en casa, de sólo 10,5 % de graduación, para iniciar esta lista, comenzar los recuerdos del 2018 e indicar también lo mucho que me gustan los vinos que elabora este vigneron. Vinos que persigo desde que tuve la ocasión de probarlos por primera vez hace más de tres años en la Spring Tasting, feria que se celebra en Londres. Desde entonces, varias botellas he podido disfrutar, bien en casa, o durante estancias en París, o en lugares más lejanos. En Japón, por ejemplo, un país con numerosos amantes del vino sin aditivos, sus vinos son de los más buscados.

En este último año he bebido algunos: PRimA Lot16, Les épines à quoi servent-elles Lot15, NuLlepaRT-cEDex Lot17... También me gustaría nombrar otro pet nat que me pareció igual de asombroso que el que he citado. Se trata de 1=1, añadas 2016 y 2017 en la misma cuvée, un tremendo gustazo, fresco, goloso sin empalagar... una maravilla. Os muestro alguna foto:


2.- Un Trajet Inutile 2015, Daniel Sage

Leo mis notas en referencia a esta botella bebida en una visita a París en enero de 2018: "Délicieux, un des pet'nats de ma vie. Belle soirée à Pacchio"


En esas fechas, Pacchio era el nombre de este restaurante llamado desde al poco de mi visita Faggio Osteria. Fabio Lombardi, quien nos atendió, es el propietario. En la pequeña cocina, tras la barra, elabora el chef japonés Masaaki Yamamoto sus platos a cual más rico. La selección de vinos es extraordinaria, tanto que pienso que es difícil beber mejor que en este local.

Pensando en el pet nat de Daniel Sage, Ardèche, ahora, muchos meses después, repito mis palabras basadas en mi recuerdo, se trata de uno de los mejores pétillants naturels que he probado en mi vida.

3.- Les Grandes Orgues 2015, Frédéric Gounan


En el restaurante Gresca, en Barcelona. No siendo la primera botella de la cena, ni la última, recuerdo como uno de mis amigos tras beber este vino que compartíamos entre varios, y antes de que decidiéramos cuál sería el siguiente, comentó que se bebería fácilmente otra botella del mismo. No me extrañó. Esta pinot noir de L'Arbre Blanc, Auvergne, es una delicia.

4.- La Sonorité du Vent 2014, Kenjiro Kagami


También en el restaurante Gresca. Cena entre amigos, después de cinco vinos y de degustar los platos que salen de la cocina de Rafa Peña, queríamos un sexto vino, buscábamos algo sorprendente y a la altura de lo bebido (vinos de Claude Courtois, Yvon Métras, el vino de Frédéric Gounan nombrado anteriormente, Le Petit Gimios...). Rafa, uno de los pocos cocineros que conozco cuyo gusto por el vino es parejo a su gusto por la cocina, nos sacó una botella que cumplía nuestras más altas expectativas. La Sonorité du Vent 2014, chardonnay de este vigneron japonés afincado en la zona del Jura, es probablemente su vino que más me ha gustado. No es que haya bebido muchos vinos de Kenjiro Kagami, su producción es muy limitada, pero entre los pocos más de media docena bebidos, este me pareció sublime. Intentaré seguir bebiéndolos.

5.- GinTonic 2015, Milan Nestarec


En el 2018, en mayo, acudimos a una nueva edición de la RAW, la importante feria internacional, en esta ocasión en Berlín. Naturalmente recorrimos varios de los locales donde disfrutar de vinos de nuestro gusto. En Ottorink Winbar, el bar de vinos más antiguo de la ciudad, elegimos una botella de Milan Nestarec para acompañar la cena. Estoy de acuerdo con el elaborador checo autor de este vino, this is my GinTonic! Tremendo y elegante sauvignon blanc en contacto con las pieles. Creo que mi favorita entre sus cuvées.



6.- Bat-Nat 2016, Michael Volker

Otro pet'nat en la lista. Degustado también durante nuestra estancia en Berlín, en este caso en Motif Wein, creo que mi local preferido de la ciudad. Una tienda de vinos y degustación que ocupa pocos metros cuadrados, pero donde te encuentras muy a gusto, rodeado de vinilos, buena música, fantásticos vinos y buen rollo. Se localiza en Neukölln, el barrio de moda.


Bat-Nat 2016 se trata de una elaboración de 2Naturkinder, la bodega de Melanie Drese y Michael Völker, situada en Franconia. Su variedad es schwarzriesling (meunier). Había probado la mayoría de sus vinos a excepción de esta cuvée y me gustaría volver a beberlo en alguna otra ocasión.

7.- Marie Rosé 2017, Baptiste Cousin


Siempre he sido fan de los vinos de Olivier Cousin; de hecho, fueron de los primeros vinos naturales que me impactaron, ya hace años, así que tenía ganas de beber los de su hijo.  Fue en el restaurante Wildair, localizado en el Lower East Side de Nueva York.

Este rosé, variedad grolleau gris, del joven elaborador de Anjou estaba tremendo.

8.- En Remont 2016, Julie Balagny


En Remont 2016 de Julie Balagny es el vino que más me ha gustado hasta ahora de esta vigneronne de Beaujolais. Lo degusté también en Nueva York, en Manhattan, en el barrio de Tribeca, donde se localiza un bonito restaurante abierto no hace mucho de nombre Frenchette. Pasamos una genial velada cenando aquí, y el vino que elegimos nos pareció sublime. Gamay. Beaujolais. Fleurie. Julie. Deliciosamente delicioso.

9.- Feints 2017, Evan Lewandowski


Cada vez que hemos visitado Nueva York, siempre encontramos un día para acercarnos a uno de mis restaurantes preferidos, localizado en Brooklyn. Ocupa un Pullman car de los años 20, un vagón de los antiguos ferrocarriles, su nombre es Diner. Un clásico ya en la ciudad, pero aún fascinante tras casi 20 años desde su apertura.

En esta ocasión, el vino que elegimos para acompañar la comida no fue únicamente por su preciosa etiqueta. Se trataba de Feints 2017 Cuvée Zero de Ewan Lewandowski, quien instalado en Salt Lake, en el estado de Utah, comenzó su trabajo bajo la marca Ruth Lewandowski en 2012. Uvas blancas (38% arneis) y tintas (32% dolcetto, 16 % barbera y 14% nebbiolo) que provienen de Fox Hill, viñedo en Mendocino County. Aromas a frambuesas, aromas terrosos, también florales, especiado, de fresca acidez y muy bebible. Lo disfrutamos.

10.- Love Potion 2017, The Other Right


Una shiraz deliciosa, salvajemente sabrosa. En cuanto se abrió un poco, su fragancia te regalaba un vino riquísimo y no dejabas de beberlo. Una poción para enamorar. Así es este vino de The Other Right, la marca de la pareja afincada en Adelaide Hills, Alex Schulkin y Galit Shachaf, cuyos vinos busco y beberé allá donde me los vuelva a encontrar. Lo disfruté en The Ten Bells, el ya decano y primer bar de vinos naturales de Nueva York, un lugar donde siempre me he sentido muy a gusto en todas mis visitas. Situado en Broome St., en Manhattan.

11.- Désaltérofilles L15, Benoit Rosenberger


Fabuloso Pet Nat, fresco, muy bebible, placentero a tope. Disfrutado en Chambre Noire, uno de nuestros bares de vinos preferidos de París. Un vino que hasta entonces sólo lo había podido ver en el instagram de mis amigos japoneses, y en contadas ocasiones. Según nos han contado, Benoit Rosenberger, vigneron de Auvergne, trabaja en una bodega de espacio muy limitado, por las descripciones calculo que no debe ocupar mucho más que el pequeño comedor de mi casa

12.- Megablend L17, Cantina Indigeno


Megablend es trebbiano y montepulciano d'abruzzo, sólo 10.5 %. Estos zumos de vino tan naturales son los que a mí más me gustan. Lo elegí de la carta de vinos de Martin Boire et Manger, el bar restaurante situado en Boulevard du Temple, 11ème. Fue nuestra segunda visita a París en el 2018.  

El vino de Cantina Indigeno es el único italiano de esta corta selección de 12 botellas, pero me gustaría añadir al menos otro más cuyo recuerdo persiste, Le Primeur pour les filles (2017), variedad aleatico, de Le Coste. Sabía y olía de forma muy particular, estaba buenísimo. Había bebido en otras ocasiones su Primeur 2013 y 2015, pero esta añada me siguió sorprendiendo. Bravo Clementine Bouveron.



Hasta aquí esta relación de vinos, muy resumida, que sirve como excusa para recordar buenos y grandes momentos del año recién terminado. 

Vicente

© elvinoquebebo.com


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