Seguimos disfrutando de
esta ciudad, de su ambiente y de sus locales. La encontramos cambiada en
comparación a nuestra última visita, hace algunos años. Londres ha mejorado.
Los barrios están más cuidados y sus inmensos parques siguen siendo una
envidia, te sumergen inmediatamente en la naturaleza en medio de la gran ciudad.
Además, si el buen tiempo acompaña todavía es todo más atrayente.
Uno de los restaurantes
de vinos naturales más conocidos. En pleno Soho, junto a Carnaby street. La
planta baja, ground floor, es el wine bar; en el primer piso está el comedor. El
menú diario tiene buen precio y la carta de vinos es bastante extensa. Yo le
había echado el ojo a una botella de Henri Milan, Papillon Rouge 2013
(fotografía de cabecera). Sans soufre ajouté indica claramente en su etiqueta.
Había leído sobre alguna botella de este vino que no había salido muy bien, no
en este restaurante, yo he de decir que me pareció muy bueno, igual fue el día
ideal para beberlo. Un vino de la Provence con agradables notas especiadas, intensa
fruta e increíblemente fresco, casi lo
acabamos con las entradas, los primeros platos. Somos dos en mesa, como durante
todo nuestro viaje.
Fuimos atendidos
magníficamente por María, quien nos recomendó probar unas copas del Moelleux
Jurançon 2013 de Domaine de Souch. Suave y elegante, bien
de acidez y aunque en nariz le falta cosas, principalmente tiempo, su potencial
de guarda es grande. Nos cuentan la historia de esta bodega, cuya propietaria, actualmente
de 87 años, elaboró su primer vino a los 71 cumpliendo el sueño de ella y su
marido, fallecido poco antes.
Bar y tienda, hay varios
en la ciudad: Farringdon, Soho, Marylebone... Nosotros entramos en los dos primeros.
Se tratan de locales que no están nada mal, lo comprobamos de la siguiente
forma:
En
el de Farringdon probamos unas copas de Sequillo 2013, de la bodega del
mismo nombre, un vino de Swartland de variedades blancas (chenin, clairette,
viognier...) y 12 meses de crianza en foudres, que acompañamos con un excelente
queso azul inglés. En nuestra segunda visita, en el de Soho, disfrutamos del Amontillado
Goyesco de Rodríguez La Cave (Delgado Zuleta), unas copas junto a un plato
de jamón de Teruel. Así da gusto.
En ambos locales vi interesantes referencias y mucha variedad entre sus vinos expuestos en las estanterías.
No
creáis que solo comemos y bebemos, también paseamos o callejeamos y visitamos
varios de los museos de la ciudad. En Londres se encuentran algunos de los más
importantes del mundo, y además son gratuitos. British Museum, Tate y National
Gallery son de sobra conocidos, también el Victoria and Albert Museum o el
Natural History, sin embargo hay otro, tal vez no tan popular, que es nuestro
preferido en Londres: John Soane's Museum. Pequeño y encantador, ocupa dos antiguas casas
victorianas comunicadas donde se exponen las colecciones de pinturas y
antigüedades que reunió este arquitecto, Sir John Soane, durante su vida
(1753-1837). Repleto de curiosidades, la casa-museo presenta un peculiar gusto ecléctico
y excéntrico que resulta fascinante. Está ubicado en el distrito de Holborn.
Si
tuviera que elegir personalmente únicamente 5 museos, los 5 que me han parecido
más impactantes de los que he visitado en Europa, éste sería uno de ellos. Y
los otros cuatro: Louisiana, cerca de Copenhaguen, el museo más bello; Vasa
Museum en Estocolmo, hay que entrar a verlo, no adelanto nada; Galería Borghese
en Roma, Bernini es espectacular; Musée Rodin en París, uno de mis rincones en
esa ciudad, y de regalo, alguno de los museos belgas donde se expone la magnífica
pintura flamenca.
Tras
este intermedio, seguimos enumerando nuestras visitas en Londres.
En el extremo del barrio
de Fitzrovia, al norte del Soho y muy cerca del fabuloso Regent's Park, se
encuentra este pequeño wine bar, uno de los que más me gustó. También el vino
que pedí fue uno de los que más disfruté de toda la semana, Novello
2013 de Tom Shobbroock. Tuve suerte, me abrieron la última botella de
la que disponían. No sé aún si es sangiovese su uva, Tom trabajó durante años
en Italia, de cualquier forma, fue abrirlo y disfrutar de un campo de flores.
Vertical y fresco, tiene materia, buena acidez, es largo. Me huele también a
ploussard, pero de Overnoy, el color es casi idéntico. Un tinto de color rosado.
Bonito, bello, precioso vino australiano, este en concreto es de la zona de
Adelaide Hills. En Australia también elaboran buen vino natural.
En
este wine bar ofrecen también vinos por copas, entre otros, el Racines blanco
de Courtois. ¡Qué nivel!
Conversamos
con el sumiller, Renato, originario de Cerdeña, un enamorado del vino y de la
botella que hemos abierto. Nos invita a probar una copa de un orange wine,
macerado durante 5 días en sus pieles, Nottediluna 2013 de Ca'
de Nocci, Emilia Romagna. De 11,5% de graduación y variedades moscato
giallo, spergola y malvasía aromática. Parece que hay una fiebre en el mundo
anglosajón por el orange wine, suelen tener varias referencias en casi todos
los sitios que acudimos. Este de Emilia Romagna está bastante, bastante bien.
Entre los pequeños
platos que preparan, uno de los que más nos gustó fue el Smoked duck, fennel
& orange salad (pato ahumado con ensalada de hinojo y naranja).
No pude evitar irme sin darme un último gustazo, unas copas de Madeira de edad mediana: Oliveiras Sercial y Terrantez, 1969 y 1977. Con más materia el Terrantez, más mineral el sercial. Fantásticos los dos, no me hagáis elegir.
No pude evitar irme sin darme un último gustazo, unas copas de Madeira de edad mediana: Oliveiras Sercial y Terrantez, 1969 y 1977. Con más materia el Terrantez, más mineral el sercial. Fantásticos los dos, no me hagáis elegir.
Sherry & tapas bar.
En la zona de King's Cross. Fue mucho mejor de lo que me esperaba, extraordinario
ambiente dentro y fuera del local, muy buena selección de vinos de Jerez y
también de tapas representativas de toda España. Probamos un plato de magnífico
jamón, y otro de morcón, ambos ibéricos de bellota, también pedimos queso
idiazábal. Para beber, Tío Pepe en Rama 2015,
ya lo tenían, y una copa de Manzanilla Pastrana. ¡Qué más se
puede desear! Por cierto, el precio, tal y como están las cosas por aquí, no
está nada mal.
Me
alegro de que triunfe así un bar con muy buenas referencias de jereces en pleno
Londres. Estos vinos se lo merecen.
Vicente
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