El
panorama del vino natural en Barcelona es muy bueno actualmente. Ya no sólo hay
un par de locales dedicados al vino sin aditivos, como hace una docena de años.
Ahora hay bastantes bares y restaurantes especializados y cada vez abren más.
Yo tengo mis preferidos, aquellos que frecuento y repito. He aquí mi lista, más
de 15 direcciones, el orden es únicamente fruto del azar.
Uno de nuestros favoritos, por su estilo tan moderno y por su extensísima carta de vinos. Conocido por todo el mundo, recibe la visita de numerosos turistas y también gente local, como nosotros. Ambientazo, apetitosos platos y fantásticos vinos. Lástima su política de doble turno y máxima extensión de 2 horas. Corto tiempo a veces para abrir más botellas. En cualquier caso, siempre he salido con ganas de volver.
Aquí
hemos pasado grandes momentos, desde que abrieron hace unos 12 años, bebiendo
vinos de Radikon, del padre y del hijo, de Gabrio Bini, de Jean-Yves Péron, de
Kenjiro Kagami, de Richard Leroy, de La Sorga, de Le Petit Domaine de Gimios, de
Lucy Margaux...
El bar suele estar lleno, no me extraña, y me alegro de ello. Numerosos turistas y gente local lo visitan. Aunque algún rinconcito siempre se puede encontrar para depositar las copas, por ejemplo, encima del piano.
El restaurante de Borja Sierra y su hermana Patri, cocinero y sommelière respectivamente. Un restaurante familiar que ofrece alta cocina de barrio, como simpáticamente anuncian, en forma de desayunos o almuerzos y también comidas, sin posibilidad de reserva para los primeros y con reserva en el horario de comida. Yo he probado ambas opciones. Mi preferido es el almuerzo de los sábados, día que cierran aproximadamente a las 13h del mediodía, pero yo acudo a las 10 ó 10:30 y en un breve periodo de espera siempre conseguimos mesa.
Entre los
platos que almorzamos: tartar de tomate y vieiras con emulsión de soja, cigrons
amb butifarra de perol, cap i pota amb sanfaina, huevos fritos con jamón de
bellota... Esto, junto con la bebida y la atención, hace que Granja Elena sea
el lugar ideal donde almorzar, no existe nada mejor.
Un restaurante top, por los platos y por los vinos. Un gran cocinero, Rafa peña, enamorado del vino, y eso se nota. Es uno de los poquísimos casos que conozco en que el chef es un verdadero amante de los vinos.
Trabajan con doble turno y mesa disponible durante 2 horas. Lástima, a veces deseas más. Tanto la carta de platos como la de vinos se actualiza online casi al instante, eso me encanta, así sabes qué vinos pedir incluso antes de acudir. Un puntazo, más cuando se trata de un extenso listado.
En la
última visita al restaurante con mi pareja cenamos y bebimos de maravilla.
Disfrutamos con Six Roses 2022, rosado de Benoit
Rosenberger, gamay d'Auvergne, y Veronnet 2022, gamay, de
Corentin Houillon, sobrino de Emmanuel Houillon y vigneron en
Savoie. Pur jus de raisins como únicos ingredientes en ambas botellas.
Para acompañar, todo delicioso: caballa lacada; col a la brasa y panceta; su famoso bikini de lomo ibérico; codorniz a la brasa y un plato que fue la estrella de la noche, mollejas de ternera con setas de temporada. La tabla de quesos también fenomenal, en calidad y en cantidad para los dos.
No se me olvidan otras veladas en este restaurante saboreando vinos de Daniel Sage, Kenjiro Kagami, Jean-Pierre Robinot, L'Arbre Blanc de Fred et Carotte...
Si antes hablamos de Gresca, ahora del Bar Torpedo. Situado no lejos del restaurante y también propiedad de Rafa Peña, en este caso asociado a Juan Luis Pérez. Me contó Juanlu que él, Rafa y su grupo, cansados de consumir comida basura cuando se alargaba la noche, la única disponible a esas horas, se les ocurrió la idea, genial idea pienso, de montar un local de comida rápida, fácil, pero de calidad, acompañándola de fantásticos vinos naturales. Así lo hicieron.
Para
beber: pétillants de Fernando Angulo, botellas de Corentin Houillon, de Hannah
Fuellenkemper, de Pierre Andrey, del domaine Dandelion... muchas de ellas
verdaderos unicornios.
Es el lugar ideal para beber, comer y compartir. Además, el local nos parece muy moderno y chulo. Todo verde.
Tres amigos, Charly, Gemma y Sergi, encargados de cocina, sala y vinos respectivamente, iniciaron esta aventura hace poco más de dos años. Como parte de su currículum, los tres trabajaron en Gresca anteriormente. Una puerta sin rótulo nos abre a un local de diseño moderno y espacioso. Nos gusta. Pocas mesas, algunas altas y otras bajas, y también asientos frente a la cocina.
Un plato que pido cada vez que he ido es el Yakitori de anguila a la brasa con kimchi de nabo seco. Me encanta. También hemos repetido la lengua de ternera con salsa ravigote y piparras, o el cogollo a la brasa.
Taberna vasca. La taberna de Nico y Belén. Platos gustosos para acompañar vinos de Jerez, riojas viejos y vinos naturales. Todo ello me gusta. La lista la completa una cuidada y larga selección de vinos para todo aficionado, tanto vinos españoles como internacionales, especialmente de Francia y de Italia.
Es un lugar donde disfruto mucho. Fabulosas cenas y grandes momentos he convivido aquí con mis amigos del Maitea.
Volviendo a sus cartas, de platos y vinos, ambas expuestas online, no me pierdo nunca los platos de temporada, desde las cocas de sardinas a la brasa, a las pochas, pasando por las alcachofas de El Prat de Llobregat confitadas, la tortilla de bacalao, los guisantes del Maresme con butifarra del perol, sin olvidarnos del chuletón de vacuno madurado, o los sabrosos pinchos y las croquetas. Aquí se come muy bien.
Cocina japo-mediterránea. Nos gusta este sitio. Solemos ir para celebraciones personales, coincide que está cerca del trabajo de mi pareja. Generalmente vamos al mediodía y pedimos el menú degustación. Nos sentamos en la barra.
Tienen una carta de vinos naturales no muy numerosa, pero con botellas bien seleccionadas para el rico menú. Servicio atento muy agradable y eficiente. Sommelières japonesas. Todo muy bien.
Aquí hemos bebido, entre otros, champagne de Charles Dufour, de la Côte des Bar; pétillant de Jean-Pierre Robinot, de Anjou; jacquère de Caroline Ledédenté, de Bugey... Vinos que acompañan perfectamente este tipo de comida.
Cocina thai y vinos naturales combinan de forma fantástica. Recuerdo un Pad Thai Kung Sod armonizando con el delicioso Au Chant de la Huppe 2022 de Henri Chauvet, gamay y pinot noir, Auvergne, 11,5 % de graduación. Una suerte probar esta última botella que les quedaba.
En una
reciente visita con amigos, disfrutamos de todos los entrantes, variedades de
ensaladas y diversos currys. Para beber, champagne para empezar, chardonnay
para seguir, gamay para continuar y sidra para terminar junto al postre de
arroz glutinoso y mango. El monstruo fue el Talloup 2014 de Allante
& Boulanger, Jura, extraordinario.
No es el
primer vino de Allante et Boulanger que disfruto aquí. En otras visitas cayeron
Sous Poids 2018 y Phenomaynal 2019. Sí,
fenomenal. También hemos disfrutado aquí de alguna botella de Aurélien
Lefort.
Bar de vinos y quesos. También tienda. Vinos de todo el mundo y quesos de leche cruda. En todo caso artesanales. Más de 30 referencias de vinos por copas a la semana. También se puede degustar la botella que elijas entre una numerosa oferta expuesta, y otros platos como embutidos, patés, panes y aceites. El lugar es bonito, cómodo y elegante. Si no te decides qué elegir puedes dejarte aconsejar por Delia y su equipo. A lo largo de los años ha ido evolucionando el local, de ahí la incorporación desde el 2022 de la amplia selección de quesos. El buen gusto de Delia me ha permitido conocer y disfrutar comprando aquí algunos vinos de Sudáfrica, del centro de Europa o de Nueva Zelanda, entre otros. También alguna botella francesa. Así, Testalonga, Strohmeier, Muster, Kindeli...
En
nuestra más reciente visita, a modo de merienda / cena, optamos por una botella
del sekt The Spiral N⁰ 1 2014 del austriaco Franz
Strohmeier. Brut Nature con fecha de degüelle 01/2024. Variedad blauer
wildbacher. Muy bueno.
Para acompañar: tabla de 5 quesos, deliciosa selección al gusto de Delia; lomito ibérico de bellota y barreja de verduras fermentadas. Todo exquisito.
Siempre pienso que he venido pocas veces aquí.
A Contracorrent Bar, inaugurado en tiempos de casi pandemia, cerca del Arco de Triunfo y cerca de nuestra casa, le ha seguido Contracorrent Bistró, éste en pleno barrio de Gracia. Ambos son estupendos. Sus propietarios, Nicola en cocina y Anna en sala, atienden en el bistró.
En el Contracorrent de Gracia ofrecen un menú corto y otro largo. Nosotros, como era de prever elegimos el segundo. Todos deliciosos, destacó el plato de lentejas caviar, tendón de vaca y pescado de roca a la llama. Espero que no lo quiten nunca de la carta. Acompañamos perfectamente el menú con Les Oeillets Amphore 2019 de Jean-Yves Péron. 11% de graduación, jacquère, Savoie. En cualquier caso, hay variedad de referencias en los estantes a la vista, sin carta, o dejándose aconsejar por Anna.
Localizado en el barrio de Gracia. Es la trattoria restaurante de Gianluca y su socio Pablo, el primero comanda en la sala y el segundo en cocina. Trabajan con doble turno de reservas.
La carta de vinos está personalizada en el propio Gianluca, quien te escucha y te saca diversas opciones. En cuanto a la carta de platos hay que decir que aquí además también se come muy bien.
En la
primera ocasión que visitamos este restaurante nos sorprendió el tiradito de
dorada salvaje y leche de tigre al parmesano, buenísimo; el plato de endivias,
stracchino, gramola casera y uvas, muy rico; el delicioso bonito, espinacas y
beurre monté al dashi; la mezzemaniche a la carbonara, una carbonara de
verdad... Y todo ello acompañado de pan de masa madre con mantequilla
tostada.
Para beber elegimos una botella de Catherine Dumora, L'Egrappille, Auvergne, Cr(i) 2022. Compuesto en su mayoría por chardonnay. Vibrante y tonificante.
El local ha sido recientemente remodelado, estrenando nuevo look.
Hasta aquí mi lista de bares y restaurantes, os comento ahora tres tiendas físicas de la ciudad donde poder comprar vino natural. El orden es también pura casualidad.
Bonita tienda con la extensa selección de vinos de la distribuidora Cuvée 3000. Localizada en la calle Aribau. Tienen otra tienda en Madrid. También puedes comprar online.
Las dos últimas botellas que he comprado in situ han sido La Peur du Rouge en su versión Pet Nat, de Axel Prüfer, domaine Le Temps des Cerises, y el también pétillant Le Petit Rosé de Gimios. Chardonnay el primero y muscat y varias variedades tintas el segundo. No recuerdo bien las añadas.
Se trata de la tienda de Julien, a quien tengo el placer de conocer desde hace más de 15 años. Se localiza en la calle Enric Granados. Especializada principalmente en Bourgogne y Champagne, podemos también encontrar vinos naturales de todas las regiones francesas: Julien Guillot (Clos des Vignes du Maynes - Bourgogne), Lapierre, Thévenet, Dutraive (Beaujolais), Richard Leroy, Stéphane Bernaudeau, Hervé Villemade (Loire), Michel Gahier, Tony Bornard (Jura), Damien Bastian, domaine des Còtes Rousses, Camille et Mathieu Apffel, Bartucci (Savoie), Gramenon, Dard et Ribo, Thierry Allemand (Rhône)... Una maravilla.
Recuerdo comprar y probar por primera vez una chenin de Richard Leroy, era Les Noëls de Montbenault 2010, gracias a la recomendación de Julien. Tampoco se me olvida la cuvée Ja-Nai 2016 de Kenjiro Kagami, el primer tinto que bebía del domaine des Miroirs, una botella que perseguía desde hacía tiempo. O Reynard 2007, Cornas de Thierry Allemand, que aguanté sin abrir hasta el 2020, en plena pandemia mundial. Todas unas delicias.
Bonita tienda, localizada en la calle Madrazo e inaugurada hace pocos meses. Cuentan con una muy buena selección de vinos, principalmente de España, Francia e Italia. Y muy buen rollo. Un lugar a frecuentar. Algunas de las botellas de las que disponen son difíciles de encontrar. Mis primeras compras fueron las de la foto.
No quiero
finalizar sin nombrar otros restaurantes que he frecuentado menos, pero que
destacan también, como Monocrom, en Sarrià, en la Plaza de Cardona; La Violeta,
en la Barceloneta, en la plaza del mercado; Bandini's, un bonito local situado
en el barrio de Sant Antoni; Palo Verde, especializado en platillos cocinados
al carbón, y Mikan, cocina del nordeste asiático. Estos dos últimos situados
muy cerca el uno del otro, en la zona de Aribau.
Hasta aquí mi recorrido. Hasta la próxima.
Vicente