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miércoles, 31 de mayo de 2017

Vino Vivo 2017 - Salón de Vinos Naturales de Madrid



A principios de mayo, el domingo día 7, se celebró la 3ª edición del salón de vinos naturales de Madrid, organizado por la Asociación de Productores de Vinos Naturales (PVN). En esta ocasión se desarrolló en el espacio La Industrial, en la calle San Vicente Ferrer, en pleno barrio de Malasaña.

En mi recorrido de vinos sin aditivos, probamos vinos de muy diversas zonas, desde Valdeorras al Priorat, del Ampurdán a Zamora, también del Penedés, de Valencia, Bullas, Montilla, Granada, La Mancha, Gredos... Viticultores de prácticamente toda la geografía española estaban presentes.

Fue una jornada divertida, alegre, feliz, festiva.

Comentaré de forma muy resumida algunas de las mesas que visité:



La primera mesa que visitamos del salón. Sidra artesanal de producción familiar de la zona de la Alpujarra granadina. Elaborada en el Cortijo Fuente Guijarro. Localizado a una altitud de 2000 metros en el Parque Natural de Sierra Nevada, en su cara sur.

Trabajan con una gran variedad de manzanos antiguos, no utilizan aditivos ni manipulaciones de ninguna clase. Son sidras para beber a cualquier hora del día, del orden de los siete u ocho grados alcohólicos. Alguna más aromática, otras con mayor cuerpo, con fermentación terminada en botella, con doble fermentación utilizando el zumo de las propias manzanas. Sabores a fruta y especias, zumo seco fermentado y adictivo.


Dos días antes había probado una de sus garnachas en el magnífico restaurante Montia de San Lorenzo de El Escorial, Forcípula 2015. Le comenté cuánto me gustó, además acompañado por unos callos a la madrileña, tal como nos lo presentaron, formaba una pareja explosiva.

Raúl Calle, ingeniero forestal, desarrolla en Gredos un proyecto familiar desde 2012, recuperando viñedos perdidos de garnacha y albillo en la zona de Ávila.


Nos cuenta que su primer vino elaborado tenía que llamarlo forcípula, dada su profesión y su relación con este instrumento de medida. Probamos sus cuatro vinos de la mesa: el mencionado; un rosado espectacular, Churumbi, para beber a litros; una garnacha de magnífica acidez, nueva elaboración todavía sin nombre, de ahí lo de Raw escrito en la botella, y finalmente su vino Canto de los pollitos. Todos garnacha, garnacha de Gredos, todos de gran nivel, nos encantaron.



De la zona de Bullas. No es la primera oportunidad que catamos sus vinos, ni que los bebemos, lo hicimos recientemente en una de las ferias de vinos naturales en Montpellier. Degustamos en esta ocasión: Uva Negra Vino Blanco, forcallat 80% y monastrell; 3 Monas, divertida etiqueta, monastrell sin acabar, traída esta muestra expresamente; el pétillant, degollado dos días antes para el salón; la monastrell de maceración o las vinificadas en barricas. Sus vinos se caracterizan por su naturalidad y honestidad, siendo su único ingrediente la uva, 100%. Vinos auténticos.



En la comarca de Valdeorras. Nacho González recupera y trabaja sólo tres hectáreas en distintas parcelas, alguna ha sido heredada de su abuela. Cepas viejas de godello, palomino, doña blanca, garnacha tintorera, mencía y sumoll. Utiliza en casi todas sus elaboraciones tinajas de barro. En varios de sus blancos realiza maceraciones largas con sus hollejos. Sus vinos son tan interesantes como sus etiquetas, bellamente diseñadas por un artista amigo suyo. En esta degustación, añada 2016, me enamoré de su clarete Proscrito, 95% palomino y 5% garnacha tintorera, frescura, fruta ácida, zumo de uva fermentada.



Localizados en la población de Venta del Moro, en la comarca de Utiel-Requena. Producción familiar. Viejas cepas de más de 60 años y variedad bobal. No esconde en sus vinos su personalidad mediterránea. Me gustó Sexto Elemento 2015, pero aún me gustó más su botella David y Goliath, más fresco, también afrutado y sin perder elegancia. De viñedos en mayor altitud. Sus vinos no se encuentran dentro de ninguna denominación de origen.

Las etiquetas también son muy interesantes, desplegables y con abundante información. Acabamos la degustación en esta mesa con Marisandro, un vino con 250 días de maceración y 2 años en barricas de ciento y pico años. Rico, rico.



Airén, malvar, albillo, chelva y también tempranillo y garnacha. Variedades de su zona. Está instalado en El Tiemblo, Ávila, pegado a la Sierra de Gredos. Siempre experimentando, sus vinos cada vez me gustan más. En esta sesión, añada 2016, sobresalían para mi gusto la malvar, dos semanas de maceración, y Alba, albillo con dos días de maceración. Destacan sus blancos, pero sus tintos presentaban una acidez colosal.

Aunque lo importante es el vino, me alegro también que utilice etiquetas más expresivas.


Por supuesto, no fueron las únicas mesas que catamos, también probamos los vinos de Vicent Tomàs, de la zona de la Vall d'Albaida, su blanco de tortosí y tardana o el de macabeo y la uva de mesa rosseti, destacaban para mi gusto; también presentes, Los Comuns, del Priorat, con vinos más frescos de lo que estamos acostumbrados en esta región; de Ignasi Seguí, Vinyes Singulars, en el Penedés, probamos el xarel.lo (con frescas notas que nos recordaba al plátano, la pera, manzana, fruta ácida) y también sus pet'nat; la garnacha blanca, gris o tinta del Ampurdán de La Gutina, ofrecida por Barbara Magugliani; los vinos de Purulio, de Torcuato Huertas, en la Alpujarra granadina, que no dejan de encantarme; también los de José Miguel Márquez, Bodegas Marenas, de quien saboreamos con gusto Montepilas (vino con idéntico nombre que su variedad autóctona) y Mediacapa (pedro ximénez); disfrutamos con los vinos de Barranco Oscuro, Garnata estaba fantástico; tremendo el pinot noir de Ramón Saavedra, Bodega Cauzón; probamos también otros de los vinos que nos gustan, los de Samuel Cano, Bodega Patio. También quiero destacar los vinos de Bodegas Coruña del Conde, Dagón o Alumbro; de Burgos, Valencia y Zamora respectivamente. De esta última, Microbodega del Alumbro, estamos enamorados de su clarete, mitad tempranillo, mitad palomino. No visitamos todas las mesas presentes en el salón, pero en próximas ocasiones tendré oportunidad de ello.

Este salón supone otra buena excusa para visitar cada año esta ciudad.

Madrid Calling!

Vicente








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