Mucho se ha escrito y mucho he oído sobre los tintos gallegos, se dice que representan el futuro del vino español, yo iría más lejos, estoy convencido de que ya forman parte del presente más exitoso. En muchos puntos de España están surgiendo excelentes vitivinicultores sumándose a los ya existentes y elaborando de una forma responsable en conexión con la naturaleza y alejados de modas. En Galicia, además, su clima generalmente atlántico y sus microclimas favorecen la obtención de tintos frescos, característica coincidente con los gustos actuales basados, afortunadamente, en una menor extracción, buena acidez, poco empleo de la madera y dando un importante valor a la recuperación de uvas autóctonas potenciando la originalidad frente a la globalización del vino.
Numerosos ejemplos de calidad podemos encontrar dentro, o fuera, de sus cinco denominaciones: Ribeira Sacra, Ribeiro, Rías Baixas, Monterrei y Valdeorras. Si desde hace años destacan por sus blancos (albariño, godello, treixadura, torrontés, doña blanca…), de los que me gustaría hablar en una próxima ocasión, ahora se suma el merecido prestigio de sus tintos.
A continuación citaré las botellas que hemos disfrutado durante las últimas semanas, vinos de nuestro gusto, de fuerte personalidad y de disfrute. Una muestra de algunos de los tintos producidos en esta región:
Guímaro Finca Capeliños 2010, Ribeira Sacra. Elaborado por Pedro M. Rodríguez Pérez. Pensaba guardarlo algún año, y seguro que mejora, pero me alegro de haberlo abierto y disfrutado, una delicia. Uno de esos vinos que te satisface y te convence una vez más de esta maravillosa afición. Precioso color rojo picota con ribete morado, capa media baja, nariz seductora de frutos rojos y flores (fresitas, frambuesas, rosas…), balsámicos, especias dulces… Un espectáculo elegante y sutil. En boca, frescura, buena acidez, con longitud, incita a seguir bebiendo, cautivador, una mencía extraordinaria.
En realidad, se trata del mismo vino, pero con diferente etiqueta, que El Pecado de Raúl Pérez, enólogo que ha contribuido enormemente a impulsar los vinos de todo el noroeste español colaborando, como en este caso, con viticultores de la zona y realizando pequeñas producciones con un carácter siempre innovador.
Capricho de Merenzao 2009, Adegas Ponte da Boga, Ribeira Sacra. De vivo color, en nariz violetas y sotobosque, un bouquet de hierbas del monte y flores, fruta roja silvestre, grafito… Envolvente, amplio y con final potente en boca, con buena acidez y alcohol integrado (14,5%). Un vino de carácter atlántico y extraordinaria personalidad. El enólogo es Dominique Roujou de Boubée, quien asesora diversas bodegas en España. En esta añada lleva 85% de merenzao y el resto brancellao, sousón y mencía a partes iguales. La merenzao, también conocida por aquí como bastardo o María Ardoña, es la denominada trousseau en el Jura.
Ribeira Sacra, donde domina la uva tinta, es la denominación estrella de la zona. Sus suelos graníticos o pizarrosos en laderas escarpadas de escandalosas pendientes, a orillas del Sil y el Miño, obligan a un duro trabajo que está dando muy buenos resultados.
Ribeira Sacra, donde domina la uva tinta, es la denominación estrella de la zona. Sus suelos graníticos o pizarrosos en laderas escarpadas de escandalosas pendientes, a orillas del Sil y el Miño, obligan a un duro trabajo que está dando muy buenos resultados.
A torna dos pasas Escolma 2008, Ribeiro. Brancellao, caíño y ferrol. Elaborado por Luis A. Rodríguez Vázquez. Color cereza, de capa media, limpio. Fruta negra y roja, madura, recuerdos de la madera, monte, violetas y regaliz de palo, también floral. Buena acidez y paso fresco por boca, postgusto a hierbas de monte. Uno de los vinos de esta zona que más gratamente me ha sorprendido.
Hush Silencio 2009, Viño de encostas, Ribeiro. Proyecto personal del vitivinicultor Xose Lois Sebio, enólogo de la excelente bodega Coto de Gomariz. Vino proveniente de viejas cepas de diversas variedades autóctonas. Color picota violáceo, de capa alta. Mora, violetas, algo de regaliz, carnoso pero fresco, por momentos recuerda al estilo de una syrah del Ródano, notas especiadas, buena acidez, sutiles hierbas aromáticas, humedad… Largo. Nos gustó. La etiqueta es un tributo a los míticos Deep Purple y su canción “Hush” (silencio). También desea reflejar las gotas de vino/sangre que vertieron estas cepas durante años.
Goliardo Loureiro 2009, Forjas del Salnés, Rías Baixas. Rodrigo Méndez destaca en esta denominación afamada por sus vinos blancos. Capa media alta, bonito color picota de aspecto denso. Nariz floral, fruta intensa no muy madura, punto yodado, toque salino, laurel… En boca, vertical, mismo carácter que en nariz, no se nota la madera, frescura atlántica. Muy buena combinación con pescado azul, en mi caso boquerones rebozados y atún a la plancha. No me extraña que su elaborador los denomine Tintos de Mar. Además de este loureiro elabora monovarietales de caíño y espadeiro. Entre sus blancos destaca A Telleira, el hermano gemelo del famoso Sekt de Raúl Pérez.
As Furnias 2011. Sin D.O. Elaborado en Creciente, Ribera del Miño, Pontevedra. Brancellao (45%), espadeiro (20%), sousón (15%) y caíño longo (15%). 2ª añada del vitivinicultor Juan González Arjones. Vinificado en esta añada sin raspón. Muestra carbónico en boca, también visualmente en el fondo de la copa. Fresca juventud, flores, fruta silvestre, hierbas en boca, buena acidez, cítricos. Muchas violetas. Ideal para acompañar una barbacoa. Seguramente lo acabarás antes de empezar a comer.
Sousón 2008, Quinta da Muradella, D.O. Monterrei. Sugerente nariz, donde domina la fruta roja y va ganando en complejidad e intensidad, balsámicos, sutiles especias. Boca fresca, vertical, rico postgusto. Acidez, fruta y alcohol equilibrados. ¡Qué rico!
El viñerón José Luis Mateo García, un enamorado del viñedo, del terruño, realiza desde hace años una importante labor en la comarca de Monterrei, trabajando con viejas cepas de bajos rendimientos y recuperando variedades locales. Entre las distintas referencias que elabora destacan también sus varietales de caíño y de albarello (brancellao), siempre de escasa producción.
No se me olvidan otros productores de calidad: Adegas Algueira o Dominio do Bibei en Ribeira Sacra; Casal de Armán, José Merens y, por supuesto, Coto de Gomariz, en Ribeiro; Adega Pedralonga en Rías Baixas… Y bastantes más que intentaré conocer, artesanos que elaboran tintos frescos, finos e intensos, originales, de viejas cepas, de variedades casi olvidadas, vinos auténticos con una clara apuesta por la expresión del terruño.
Cómo no, recuerdo Deep Purple y su “Hush” o su “Smoke on the water”, pero al hablar de Galicia no puedo evitar recordar los 80, los años de la movida musical. En aquel entonces también teníamos puesta la mirada hacia esta región: Siniestro Total, Os Resentidos, Golpes Bajos… Ahora, de nuevo, nos llega la frescura y originalidad de la zona, esta vez en forma de vino. Disfrutemos.
Cómo no, recuerdo Deep Purple y su “Hush” o su “Smoke on the water”, pero al hablar de Galicia no puedo evitar recordar los 80, los años de la movida musical. En aquel entonces también teníamos puesta la mirada hacia esta región: Siniestro Total, Os Resentidos, Golpes Bajos… Ahora, de nuevo, nos llega la frescura y originalidad de la zona, esta vez en forma de vino. Disfrutemos.
Vicente
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