Ya he comentado en anteriores ocasiones mi gusto por los vinos alsacianos y, entre otros, por los que elabora Jean-Michel Deiss. Hace poco volví a recordar mi viaje por Alsacia disfrutando de uno de sus vinos. Un muy buen amigo mío, tan amante del vino como yo, o más, trajo de su reciente visita al Domaine Marcel Deiss un ejemplar del Altenberg de Bergheim Grand Cru 2007: color dorado, limpio y brillante; nariz explosiva, vibrante, esencias de flores amarillas, pain d´épices (pan de especias), fruta exótica, miel, finas notas de melocotón y albaricoque; boca almibarada, rico, denso, untuoso, sedoso, de intenso sabor y con agradable acidez, elegante y expresivo… Es sensual, da placer y enamora. Lástima que se termine enseguida. Un vino con gran potencial de guarda que en esta añada se nota claramente semidulce con presencia del azúcar residual debido principalmente al porcentaje de uva afectada por la Botrytis cinerea. Entre otros, puede ser acompañado perfectamente por platos donde domine el foie gras como ingrediente, y también con ciertos quesos. Pero solo, sin ningún otro alimento, se disfruta enormemente. ¡Un vino para convertir a los abstemios! ¡Un vino para los sentidos!
El Grand Cru Altenberg, microclima de exposición sur y suelos arcillo-calcáreos originados por antiguas formaciones geológicas ricas en fósiles, está situado en Bergheim, a escasos 3 kilómetros de Ribeauvillé. Con una alta densidad de plantación, el viñedo se caracteriza por la madurez de sus uvas, amplificada con frecuencia por la podredumbre noble.
Jean-Michel Deiss conduce sus 27 hectáreas del domaine repartidas en 9 comunas bajo aspectos biodinámicos (aunque no lo indica en sus etiquetas), y defiende el método ancestral de la complantación, que resumidamente consiste en la mezcla en la misma parcela de distintos varietales, siendo al mismo tiempo la floración y maduración de las cepas, así como su vendimia, teniendo como objetivo el desarrollo de vinos con la expresión del terroir en lugar de vinos dominados por el varietal. De esta forma tenemos su viñedo en Schoenenbourg, el de Mambourg o el citado Altenberg de Bergheim, en el cual están complantados todos los varietales tradicionales alsacianos, incluido el Chasselas Rosé.
Los tres mencionados son sus Grands Crus, clasificados en el
domaine como vinos de Terroirs. De idéntica forma denomina a sus vinos equivalentes
a los Premiers Crus (clasificación curiosamente inexistente en Alsacia): Langenberg,
Engelgarten, Rotenberg, Burlenberg (tinto), Crasberg, Gruenspiel, Burg… Todos ellos,
también en complantación y con indicación del lieu-dit en la etiqueta en lugar
del nombre del varietal.
También trabajan los llamados, por el domaine, vinos de
Fruit, donde domina el varietal (Pinot Blanc, Muscat, Pinot Gris, Riesling,
Gewürztraminer), y los vinos de Temps, es decir, de paciencia (Vendanges
Tardives y Sélection de Grains Nobles).
Los vinos de este domaine merecen ser degustados por todo amante del vino, y viceversa, todo buen aficionado debe probar estos vinos. Yo estoy deseando volver a visitar esta casa donde fuímos atendidos espléndidamente por la enóloga Marie-Hélène Cristofaro y su equipo, una magnífica excusa para disfrutar de la Route des Vins d´Alsace, sus pueblos, sus vinos, su gastronomía y su gente.
Vicente
Marcel Deiss elabora vinos que siempre guardaré en mi memoria. Puedo recordar cada día que he probado un Altemberg. Cada uno de esos momentos me produjeron una enorme felicidad. Catar un vino alsaciano es volver a Estrasburgo, a Colmar y a sus innumerables pueblos de cuento. Lástima que me haya bebido los que tenía en mi bodega.
ResponderEliminarHola Juan Luis, a ver si en la próxima ocasión acudimos juntos a Alsacia y visitamos de nuevo los Deiss, Hugel, Trimbach y nos acercamos también al Domaine Audrey et Christian Binner, Albert Mann, Bott-Geyl, Humbrecht, Frick, Ostertag, Kreydenweiss... ¡Y cargamos el coche de botellas! ¡Para una buena temporada!
ResponderEliminarLa primera vez que abrí un Altenberg en el comedor de mi casa, antes incluso de servirlo, una maravillosa fragancia de flores invadió mi pequeño apartamento. Mari Cruz percibió el perfume desde la habitación contigua. Nunca había pasado algo igual. Fue un Altenberg de Bergheim 2005 Grand Cru, comprado también en el Domaine. ¡Inolvidable!
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