Blog de un aficionado al vino. Un paseo simple a través de mis aficiones, un punto de vista personal en un instante determinado. Siempre dispuesto a aprender, disfrutar y compartir.

viernes, 27 de junio de 2014

DE TAPAS Y VINOS POR SEVILLA



Sevilla es una de las ciudades más bellas que hemos visto. Destaca por su arquitectura monumental: Real Alcázar, la catedral, la Giralda, la Torre del Oro, el Parque de María Luisa, la Plaza de España, la Maestranza… Durante el fin de semana a caballo entre mayo y junio, paseamos entre sus calles de bonitos edificios saboreando la vida de sus barrios. Nos detuvimos en varias de sus tabernas y bares disfrutando de sus tapas y eligiendo algunos de nuestros vinos preferidos.

Bar Eslava, en el barrio de San Lorenzo. Combinan con buen gusto tradición y modernidad en sus tapas y raciones. Tras quedar encantados con dos de sus tapas estrella, el huevo sobre bizcocho de boletus con trufa y el cigarro Bécquer, elaborado con chocos y calamares en su tinta con algas y envuelto en pasta brie, nos animamos a seguir probando las delicias de esta casa: salmón ahumado sobre salmorejo, sangre encebollada, sardinillas malagueñas… y jamón de bellota, eso no puede faltar. 

Un placer disfrutar de unas tapas tan ricas con unas copas del Fino La Panesa (Bodegas Emilio Hidalgo), un vino de enorme calidad e infinidad de matices.

Taberna Sol y Sombra, en la calle Castilla, en el barrio de Triana. Consta de una zona de taberna y otra como salón comedor. Ambas opciones son recomendables. Rodeados de antiguos carteles de ambiente taurino nos sentamos a disfrutar de sus platos: de primeros, coquinas de Isla Cristina y salmorejo con jamón y huevo (muy buenos ambos platos), y de segundos, arroz con carrillada de cerdo ibérico (sabrosísimo, nos encantó) y cola de toro a la sevillana. Una botella del riojano Muga Rosado 2012, de buena acidez, frutos rojos, fresco, acompañó una estupenda cena. A la salida aprovechamos para recorrer la calle del restaurante hasta la calle Betis, un agradable paseo por Triana bordeando el río. 

Bar Las Teresas, fundado en 1870 y localizado en pleno barrio de Santa Cruz. Otro bonito local. Excelente aperitivo el que tomamos aquí, jamón de Jabugo y morcón ibérico, también de Huelva, y unas copas de una de las 1500 botellas de Fino Tradición (saca de octubre de 2013). Estamos en la gloria. Disponen también de toda la serie VORS de Bodegas Tradición y por copas. ¡Qué más se puede pedir!

Casa Morales, negocio familiar desde 1850, muy céntrico, situado casi al lado de la catedral. Dispone de dos bonitas salas, una de ellas con unas enormes tinajas de vino. Tomamos manzanilla de la casa, se me olvidó preguntar de qué bodega era, de todas formas muy fina, Palo Cortado Leonor de González Byass y Oloroso Botaina, todo lo pedimos por copas. Aquí probamos un taco de tortilla de patatas jugosa y sabrosa, la tapa perfecta. También degustamos su menudo con garbanzos, la pringá… Y de postre, Nectar Px de González Byass.

Bodeguita Romero, céntrica, a un paso de la Maestranza. Su montadito de pringá es un fuera de serie, extraordinario. Tampoco se queda atrás la carrillada ibérica. Si además lo acompañamos con copas de Manzanilla San León, Manzanilla San José de Barón servida directamente del barril, Tío Pepe en Rama 2014 y la Manzanilla Pasada Cuevas Jurado de Lustau, este es nuestro lugar.

Bodega Góngora, también en el centro de la ciudad, fundada en 1939, cerca del ayuntamiento y de una de las calles más transitadas, la calle Sierpes. Exquisitos los chipirones a la plancha y las gambas rebozadas. Pedimos también jamón de bellota, como está mandao, y un magnífico cazón en adobo.

Para beber, queríamos probar los vinos de la bodega sevillana llamada también  Góngora, situada en Villanueva del Ariscal, en la comarca del Aljarafe. Así, quedamos sorprendidos con el fino Pata de Hierro y sobre todo el amontillado, este último servido directamente del barril. Ambos elaborados a partir de la uva garrido fino. Entre otros vinos también producen vino naranja, un vino aromatizado con piel deshidratada de naranjas amargas.

No nos fuimos de la ciudad sin probar en el gastrobar La Brunilda una de sus tapas con más éxito, chipirón sobre migas y huevas de arenque, una sabrosa tapa mar y tierra.

Quedaron pendientes muchas direcciones, las tabernas y los restaurantes bien cuidados abundan por aquí, de hecho no vimos bar feo. A Sevilla hay que volver.

Vicente


Bar Las Teresas

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