1.- Azienda
Agricola COS, Cerasuolo di Vittoria Classico 2009
Limpio y brillante. Frutos rojos, cerezas, piel, uva,
balsámicos. Ligero y de paso fácil. No es muy persistente en boca pero sí
tremendamente fresco. Infusión de hierbas aromáticas en el paladar. La botella
se termina fácilmente. El 2010 resultó igual de placentero. Nero d’avola y
frappato, variedades sicilianas que emplea en este vino esta casa que no tiene
desperdicio en ninguna de sus referencias tanto tintas como blancas.
2.- Cuvée Orégane 2009,
Jean-François Ganevat, Côtes-du-Jura
Unas cuantas botellas llevamos bebidas de este
productor jurassien practicante de la agricultura biodinámica y todas nos han
gustado. Las sensaciones que anoté de su cuvée Orégane, nombre heredado de su
yegua, fueron: “Pomelo, limón, piña, frescas notas evolucionando hacia fruta
ligeramente confitada. Especias, notas de mantequilla y tiza que se mezclan
formando un conjunto equilibrado en una gran botella del Jura mitad chardonnay,
mitad savagnin, travaillé comme autrefois”. Un vino complejo, sin adición de
sulfuroso, sin clarificación y sin filtración. En su vinificación se utiliza el
método del ouillage evitando el contacto con el aire e impidiendo la aparición
del velo.
3.- Domaine Valette,
Mâcon-Chaintré, Vieilles Vignes 2009
4.- Vin de Liqueur,
Overnoy-Houillon, Pupillin
Pocas unidades y difícil de encontrar esta sorprendente
botella. Vino de licor obtenido a partir de mosto y marc (aguardiente de orujo)
y posterior crianza, lo que sería un Macvin del Jura, una mistela. Notábamos su
alcohol en nariz pero sin embargo resultaba atrayente. Contrastaba en boca con
su finura y elegancia. Equilibrio entre el dulzor, el alcohol y la buena
acidez. Persistente, adictivo y digestivo. Una botella que siguió a su
Ploussard 2011. Noche Overnoy en el bar del barrio, el bar de vinos “L’Ànima
del Vi”. ¡Menudo bar!
5.- Guímaro, Finca
Capeliños 2010, Ribeira Sacra
Una delicia, nariz seductora y sutil, frutos rojos y flores,
fresas y rosas. Especias dulces, balsámicos. Fresca acidez. Incita a beber. Muy
bueno. Mencía en su mayor proporción. Un vino de Pedro M. Rodríguez Pérez.
Primera añada con este nombre en la etiqueta, anteriormente llamado GB1P. Cada
vez nos gustan más los tintos gallegos.
6.- Vin Rosé Pinot
Gris 2010, Le Clos du Tue-Boeuf
7.- Clos des Vignes
du Maynes, Mâcon Cruzille 2010 Aragonite
8.- Vega Sicilia “Único” Cosecha 1973
Los grandes vinos de categoría internacional, con los años,
se asemejan, aunque sean diferentes uvas. Este Vega Sicilia del 73 nos recordó
a los mejores barolos que habíamos probado.
Una maravilla, uno de los mejores champagnes que he
bebido, hacía tiempo que no lo probaba y esta botella se mostró espectacular.
Burbuja finísima, complejidad y personalidad en una excelente añada, toques cítricos,
craie (tiza), flor marchita, levadura… pureza. Para mí, la estrella del día, y
eso que le acompañaron grandes vinos como por ejemplo el Celler Batlle Gran
Reserva 2002 de Gramona, uno de los cavas punteros, o el Etienne Henri Sancerre
2003 de Henri Bourgeois, un extraordinario sauvignon blanc vinificado en
barricas.
10.- Meursault
Perrières 1er Cru 2008, Vincent Dancer
11.- Amontillado
1830 VORS, El Maestro Sierra
Almendra, nuez y turrón. Sal. Humo, tabaco, caramelo de café.
Especias orientales, curry. Espectacular nariz. Notamos también notas de
avellana y de azúcar tostado. Largo y complejo. De color caramelo. Semanas
después, seguía inconmensurable. Cada sorbo de este vino (foto de cabecera) nos
traía recuerdos de nuestro viaje por tierras gaditanas y, cómo no, de nuestra
visita a esta excelente bodega de Jerez.
12.- Viña Real
Reserva Especial 1962 y Corona Blanco Semidulce 1939
CVNE
En este caso no se trató de una botella sino de copas
degustadas en una sesión inolvidable: la cata degustación vertical de Viña Real
Gran Reserva celebrada hace un año en Barcelona, en Monvinic y dirigida
magistralmente por Luis Gutiérrez, poco antes de ser elegido representante de
Parker en España, y Víctor Urrutia, quinta generación de la familia fundadora
de la bodega CVNE (Compañía Vinícola del Norte de España).
Probamos una selección de añadas a lo largo de todas las
décadas, desde el año 2005 al 1949, siendo la botella correspondiente a 1962 el
vino que más me impresionó, no tenía nada que envidiar de los Grands Crus de
Borgoña ni del resto de las grandes botellas del mundo. Elegancia, sutilidad,
equilibrio y multitud de matices. La degustación finalizó con un vino único por
su historia y características, el Corona Blanco Semidulce Cosecha 1939.
¡Enorme! ¡Acojonante! 31 años de barrica y más de 40 en botella. La emoción se
desbordó entre los asistentes. Como expresó Luis Gutiérrez, a través de estos
Rioja habíamos bebido un trocito de la historia de España.
En el pasado otoño tuvimos la oportunidad de visitar esta
histórica bodega riojana, pudiendo admirar uno de sus tesoros, el cementerio de
antiguas botellas, erróneo nombre para unos vinos tan vivos como pude comprobar
en la cata mencionada.
Hasta pronto.
Ambas fotos fueron realizadas por compañeros de la cata vertical
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