miércoles, 27 de diciembre de 2017

En Copenhague (2ª parte): Manfreds, Ved Stranden 10, Den Vandrette, Relæ, Rødder & Vin...



En Copenhague nos sentimos cada vez más a gusto. Se trata de una ciudad cómoda, muy agradable, con buen ambiente, donde abundan modernos y bonitos restaurantes y bares, domina el diseño escandinavo y existe una extensa oferta de vinos naturales. Es la ciudad perfecta para el ciclista y para el peatón, cada uno por su sitio. Y ofrece la posibilidad de cercanas excursiones y la visita a uno de mis museos preferidos, seguramente el que más me atrae de todos los que he conocido en cualquiera de mis viajes: Louisiana.

Si en la primera parte de mi estancia os comenté mi experiencia visitando algunos bares, tiendas y restaurantes especializados en vinos naturales (Spisehuset, Rodder & Vin, Vin de Table, Gaarden & Gaden, Ancestrale, 108...), prosigo ahora con más direcciones que os resumo:



Este es uno de los restaurantes o bares de vino donde más disfruté. Me gustó mucho. Inaugurado en 2011 en una bonita calle, Jægersborggade, del barrio de Nørrebro. La mayor concentración de locales dedicados al vino natural se encuentra en este barrio.

Reservamos para un mediodía. Acomodados en una mesa con vistas a la fabulosa bodega, nos informaron sobre la carta y elegimos el menú compuesto por 5 pequeños platos para compartir entre dos, seleccionados por el chef; a ello le añadimos el famoso Manfreds tartare tamaño medium. Es curioso que siendo un restaurante enfocado en ingredientes vegetarianos, uno de sus platos más populares sea el de su carne cruda, pero así es. Comimos deliciosamente: Manfreds tartare of beef with cress and rye bread; poached egg yolk with fennel; cream and sourdough...



La oferta de vinos naturales es extensa y realmente fabulosa, también tienen una selección por copas. Nosotros elegimos una botella de Eureka, un pétillant de Jean-François Chéné (La Coulée d'Ambrosia), sus vinos me gustan. Y seguidamente, añadimos un par de copas distintas: uno de mis rosados preferidos, el de Pierre et Anne-Marie Lavaysse, Le Petit Rosé de Gimios, y un orange wine de Julien Courtois, Esquiss', añada 2010, otro fuera de serie. ¡Cómo no me va a gustar este lugar! Para repetir.



Wine bar y tienda cuyo nombre coincide con su dirección, localizado en el centro de la ciudad, moderno y de aspecto vintage. Además de botellas sirven vinos por copas. No tienen carta de vinos pero puedes elegir entre los recientemente abiertos o proponer alguno para degustarlo por copas. Junto a un aperitivo disfrutamos de dos vinos austriacos: Pitt Nat Rosé 2016 de Weingut Pittnauer (variedades blaufränkisch y St. Laurent) y Pinot Noir 2015 de la bodega Renner. Este último está elaborado por las hermanas Stefanie y Susanne, la actual generación, quienes introducen la etiqueta Rennersistas en esta su primera añada. Nos encantó. Ambos vinos, servidos en elegantes copas Zalto, fueron un acierto.



Bar de vinos, en funcionamiento desde 2013. Localizado muy cerca de Nyhavn, el famoso canal y zona de ocio turística de la ciudad.

Tienen una buena selección de vinos por copas, aunque a mí esa noche me apetecía más una botella, así que sin ningún problema me ofrecieron entrar en su bodega para elegir a mis anchas la botella que deseara. Difícil lo tuve, vi referencias de Bernabé Navarro, Mariano Taberner de Bodegas Cueva, Tissot, Eric Pfifferling, Nicolas Renaud, Sylvain Bock... Como un niño rodeado de caramelos, me decidí finalmente por Tino Rosa de Gianfranco Manca, bodega Panevino, quien realiza en Cerdeña algunos de mis vinos italianos preferidos.


Probé también, de la lista de vinos por copas, una de Alain Allier (domaine Mouressipe), Galapia 2013, 100% mourvèdre, que estaba tremendo, y nos invitaron a la última copa que les quedaba del rosado de la bodega georgiana Our Wine, 70% rkatsiteli y 30% saperavi fermentadas y criadas en qvevri. Este vino no es rock'n'roll, no, éste es punk 100%. Muy de mi gusto.

Pan y mantequilla, para el Panevino, una completa ensalada y el plato de salchicha con mostaza, col y nabos encurtidos, formaron la parte sólida de la cena. Estuvimos acomodados en una amplia y larga mesa compartida con otros clientes.

Den Vandrette... Buena comida, buen vino y buena música. Muy grata experiencia y buen ambiente.




Situado enfrente de Manfreds. Relæ llegó primero, en 2010, fue fundado por dos ex-Noma, una importante referencia culinaria. El restaurante está galardonado con una estrella Michelin, aunque eso es lo de menos para mí. Eso sí, es más asequible que otros premiados como Kadeau o como Noma.


Ofrecen dos menús degustación, que se diferencian por el número de platos. También un maridaje de vinos. Las elaboraciones son sencillas aparentemente, pero con técnicas de cocina que ensalzan los productos, siempre completamente ecológicos y de calidad.

Sentados frente a la cocina, disfrutamos de los platos y de la actividad alrededor nuestro. Una experiencia muy interesante. Las copas: Ancestrale 2015 de Colombaia (mitad trebbiano, mitad malvasia); romorantin de Philippe Tessier, Cour-Cheverny 2014; T (trebbiano) de Francesco Guccione 2014, bodega siciliana que me gusta mucho; grignolino de Auriel, 2015, productor que no conocía, y finalmente un vermouth, no recuerdo el nombre, con el postre.


Terminando nuestra estancia en Copenhague, no nos faltó una segunda visita a la tienda de Solffin Danielsen, ya uno de nuestros sitios preferidos de la ciudad y de la que os he hablado en la primera parte que escribí sobre la estancia en Copenhague:


De nuevo disfrutamos de otro fantástico momento en Rødder & Vin. En esta ocasión compartimos una espectacular chenin de François Saint-Lô con los asistentes: Le Chenin de Vie


La tienda de Solffin es también un lugar de encuentro y donde entablar nuevas amistades. Conocimos a Isabelle y Karl, una pareja sueca amigos de Solffin y ahora amigos nuestros también. Karl, sommelier e importador de vinos, me comentó un joven proyecto ya en marcha, la elaboración de sidra en pequeña escala bajo la marca Frukt-Stereo. Los ingredientes de sus sidras son fruta 100% fermentada en su levadura natural y nada de aditivos. La fruta proviene de pequeñas granjas e incluso de jardines de casas particulares de la región que se extiende alrededor de Malmö. Probé una de sus sidras y realmente me encantó. A los pocos días visitamos también Malmö, capítulo que os contaré pronto, y tuve la oportunidad de disfrutar de otras de sus sidras, se trata de un proyecto al que auguro un gran éxito.



Rødder & Vin ocupa un pequeño local localizado en el barrio de Nørrebro. Una vez dentro, es imposible para cualquier aficionado o enamorado del vino observar su principal estantería repleta de tal extraordinaria selección de vinos y salir con las manos vacías. Mi compra en esta ocasión fue Grange Bara Lot15, syrah de Daniel Sage, quien elabora algunos de mis vinos preferidos, esta botella tiene sólo 9,5% de graduación alcohólica.

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Entre otros vinos y entre las dos tiendas visitadas en Copenhague, Vin de Table y Rødder & Vin, nos llevamos algunas joyas como souvenir.


Varios son los restaurantes y bares de vinos apuntados para visitar en una futura estancia: Bæst, localizado en Nørrebro; Terroiristen, a pocos pasos de Manfreds, en la misma acera; Nabo o Kadeau, ambos en Christianshavn, y por supuesto, Rosforth & Rosforth, la tienda ubicada debajo de Knippelsbro, el puente que permite cruzar hasta el barrio de Christianshavn desde muy cerca de donde se encuentra el bonito edificio de la antigua bolsa de Copenhague. En nuestra visita a Rosforth & Rosforth coincidimos con la celebración del salón Vini di Vignaioli, uno de los eventos vinícolas entre los que suelen acoger; en cualquier caso, volveremos a acercarnos al local de este importante importador en la próxima visita a Copenhague.



Copenhague dispone de una buena lista de museos a visitar, como el Design Museum Danmark o la National Gallery of Denmark entre otros, muy recomendables, pero existe un espectacular museo localizado a escasos 35 minutos en tren desde Central Station. Tras bajar en Humlebæk Station y recorrer un corto paseo, encontramos Louisiana Museum of Modern Art, fundado en 1958. Es mi museo preferido y el más bello de entre todos los que he visitado en cualquier viaje; lo era hace nueve años, en mi primera visita, y continua siéndolo ahora tras volver a visitarlo. Los motivos de mi elevado entusiasmo son varios: la belleza de su entorno, en plena naturaleza, rodeado de jardines y frente al mar, grandioso; las esculturas expuestas al aire libre y perfectamente integradas en el paisaje; la sala dedicada a Alberto Giacometti con algunas de sus mejores obras, como "Hombre que camina" o "Mujer de pie",  y las geniales exposiciones temporales que organizan a lo largo del año.

En nuestra visita coincidimos con dos extraordinarias muestras: la asombrosa, emocionante y variada obra del artista sudafricano William Kentridge (Premio Princesa de Asturias de las Artes 2017) y la exposición, especialmente pinturas, del artista danés TAL R.

Tras nuestra estancia en Copenhague, proseguimos nuestro viaje en la cercana Malmö...

Vicente




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