En
Göteborg, ciudad que hemos visitado por primera vez, de tamaño medio, muy
tranquila y ordenada, pasamos unos días disfrutando del paseo por sus calles y
recorriendo varios de sus bares y restaurantes, alguno de ellos ya se encuentra
entre mis preferidos.
Systembolaget
es la cadena estatal de tiendas, el único lugar donde es posible comprar vino
en Suecia. Tras entrar en un par de ellas, sin encontrar nada que me llamara la
atención, era difícil pensar que sin embargo la selección de botellas que vi en
los bares y restaurantes dedicados al vino natural podía ser tan fabulosa.
Primera noche y primera
cena en Gotemburgo. Me siento feliz por la elección. Se define como Bistro
& Vinbar. Puedes elegir consumir a la carta o del menú degustación con
maridaje de vinos. No admiten billetes o monedas a la hora de pagar (cash free
restaurant).
Había consultado su instagram
previamente, así que me atreví a pedir directamente como aperitivo una botella
de ideal tamaño mediano, una sidra sueca con la que me apetecía inaugurar
nuestra estancia en este viaje. Acerté. Cider revolution 2017 de Fruktstereo,
sidra de manzanas y peras que elabora nuestro amigo Karl Fredrik Sjostrom en Skåne,
al sur del país, concretamente en Malmö, sin aditivos ni sulfitos añadidos.
La otra botella que vi en el instagram
del restaurante y que tenía en mente aparecía también entre las referencias de
su carta de vinos: Pipe Dream 2015 de Unico Zelo.
Nero d’Avola elaborado por Brendan y Laura en Adelaide hills. Tras su
preciosa etiqueta se mostraba una variedad difícilmente distinguible de la
mejor nero d’Avola siciliana. La bebida, los deliciosos platos y el lugar,
lograron hacernos disfrutar de la velada. ¡Ojo! Había reservado hora para las
19:15, y no eramos los primeros, un horario nada extraño en estas latitudes.
Los platos: croquetas de camarones con
huevas de trucha y eneldo, pepino braseado, como entrantes; caballa, esparragos
y alga, como principal; platito de quesos y de postre ruibarbo (rabarber) y
tarta de almendras.
Entre otros vinos disponibles vi de
Barranco Oscuro, Vinos Ambiz, Coutelou, Claus Preisinger, Koppitsch,
Rennersistas, La Sorga, Le Pelut, Slobodne, Domaine de Kalathas, Milan
Nestarec, Angiolino Maule, Gentle Folk... Vinos variados de alrededor del
mundo.
Plato del mediodía, minestrone,
fantástico para un día no frío pero sí algo lluvioso. Este céntrico bar además
tiene una tremenda colección de vinos. Y buen café.
Acompañamos el plato con unas copas
del Susucaru Rosso 2017 de Frank Cornelissen. Sí,
Susucaru tinto, no rosado, 85% de nerello mascalese, el resto nerello capuccio
y minella druvor. Pasamos un rato muy agradable.
Bar La Lune (fotografía de cabecera)
Me encanta este lugar, pequeño, con buen
ambiente, buen rollo, deliciosos platillos y vinos top. ¡Qué más se puede
pedir! Sí, repetir, como fue nuestro caso, pero vayamos por partes.
Se trata de un bar de vinos. Sin reservas. De reciente apertura, abierto
por Oskar Ahlvin a principios de noviembre del 2018. Tienen una pequeña carta con
los posibles platos a saborear, unos diez en total. Las botellas están a la
vista, bien en los estantes o bien en el armario de vinos. Ojo con los magnums
del estante superior.
En nuestra primera visita, elegimos
tres platillos, burrata con caponata y pan carasau, caballa ahumada con
ruibarbo y flores de apio y finalmente paté con encurtidos y mostaza. Para
beber Perséphone en péril Lot 2018, carignan de Daniel Sage,
Ardèche. Estupendo.
Atentos al instagram del local, lo
digo porque a los dos días vimos en él fotos de la nueva mercancía que les
llegó y decidimos pasarnos de nuevo tras cenar en otro sitio que ya teníamos
reservado, la última noche en Gotemburgo había que celebrarla. La mercancía
consistía, entre otras botellas, en la última novedad de Kenjiro Kagami,
Ja-Do! 2015, poulsard del Domaine des Miroirs, que
nos bebimos casi sin darnos cuenta.
En mis notas leo: ”My
favourite place in Göteborg”.
Restaurante italiano,
platos del norte de la península italiana. Aquí se cena de maravilla. Nina Rydqvists
permanece al frente de su cocina y Andrea Consonnis en sala y a quien podemos preguntar
cualquier cosa respecto al vino. Un lugar de trato encantador y con una lista
de vinos extraordinaria, fuera de serie. Me apeteció probar Ordinaire
2017 de Julie Balagny, Beaujolais. Me gustan mucho sus
vinos, aunque su cuvée En Remont sigue siendo mi preferida.
Los deliciosos platos: insalata scampi (langostinos) e lardo, spaghetti
nero ai gamberi y risotto alla lavanda. Pedimos de la carta, pero es posible un
menú degustación.
Respecto a la carta de vinos, consta de varias hojas, encontramos vinos de Sage, Desplats, Pierre Beauger, Lefort, Rosenberger, Inoue Mito, Labet, Overnoy, Etienne Thiebaud, Kenjiro Kagami, Yvon Métras, Giuseppe Rinaldi, Le Coste, Roagna, Bini, Cappellano... ¡Una locura! Una lista mareante. Vinos buscados en todo el mundo por los amantes del vino natural. Me faltaban días.
Respecto a la carta de vinos, consta de varias hojas, encontramos vinos de Sage, Desplats, Pierre Beauger, Lefort, Rosenberger, Inoue Mito, Labet, Overnoy, Etienne Thiebaud, Kenjiro Kagami, Yvon Métras, Giuseppe Rinaldi, Le Coste, Roagna, Bini, Cappellano... ¡Una locura! Una lista mareante. Vinos buscados en todo el mundo por los amantes del vino natural. Me faltaban días.
Restaurante abierto
desde otoño del 2014. Localizado en el Folkteatern, cuya programación consta de
diversos eventos musicales: DJ's, conciertos, proyecciones de películas... Su
dirección, Olof Palmes Plats.
Disfrutamos del Rosato de
Lamoresca, 2017, de sólo 11%, frescura siciliana, ligero,
bien de acidez, con sabor a fresa y nada, nada empalagoso. Los platos del
restaurante, igualmente frescos: moules-frites; ensaladas, remolacha amarilla; laxsashimi
(de salmón); tarta de arándanos y trufas de chocolate. Estuvimos también muy
bien atendidos.
Teníamos reservada mesa
para este restaurante en la última noche. Los platos más que correctos, la botella
elegida genial, estaba en un punto tremendo, P’tit Luchini,
chenin de Mai et Kenji Hodgson. Después de cenar tranquilamente y
pasar un buen rato, como os he contado visitamos de nuevo Bar La Lune.
Nos gustó Gotemburgo, una ciudad tranquila, fácil de pasear, con
numerosas zonas verdes, canales, un importante puerto, tranvía, el coqueto
barrio de Haga, repleto de cafés y tiendas con sus características casas de
madera, sobresale la torre defensiva Skansen Kronan, construida en 1641 en lo alto de la
colina Risasberget, desde la que se puede contemplar la ciudad y los tejados rojos de
Haga en primer término. En la ciudad destaca también el mercado Feskekörka (Iglesia
del pescado), data de 1874, un lugar donde degustar un plato de ostras noruegas.
Nos gustó Gotemburgo y nos gustan los
trenes, así que partimos hacia el país vecino, en concreto a su capital, Oslo.
Vicente
© elvinoquebebo.com
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