Tours es una agradable
ciudad que destaca por su bella catedral, Saint-Gatien, donde se observan
distintos estilos góticos, desde el primitivo al flamígero, su fachada es
impactante. También destacan en esta ciudad las casas medievales del siglo XV,
localizadas en el entorno a la Place Plumereau, su casco viejo. Además, Tours
es el lugar ideal desde el que desplazarse para recorrer la Touraine, región
bañada por numerosos y espectaculares castillos reflejo de la época
renacentista.
De Tours hacia el
oeste
Desde
Tours, cuna de Honoré de Balzac (1799-1850), hacia el suroeste, encontramos
Chinon, el pueblo dominado por su fortaleza real y ligado a la figura de François
Rabelais (1494-1553), el autor de Gargantúa y Pantagruel. Aquí fue también
donde en 1429 Juana de Arco reconoció y convenció al delfín de Francia de su
misión contra los ingleses.
En
esta zona impera la cabernet franc. Muy conocidos son los vinos de Chinon, de
Bourgueil y de Saint-Nicolas de Bourgueil.
No lejos de Chinon, encontramos
el bello castillo de Azay-le-Rideau, y hacia el nordeste, de vuelta a Tours, los
castillos de Langeais y Villandry, famoso este último por sus jardines.
Restaurante Casse-Cailloux
(Tours)
De Tours hacia el este
Si
comentaba algunos de los lugares al oeste de Tours, hacia el este también abundan
los sitios interesantes. Nada más salir de Tours nos topamos con dos famosos
pueblos con nombre de vino, Vouvray y Montlouis-sur-Loire.
Nuestra
idea era visitar algunos de los castillos más famosos de la zona y realizar un
picnic en condiciones, así que, panes de la boulangerie Hardouin y una
selección de quesos de uno de los mejores afinadores, Rodolphe Le Meunier. Todo
ello comprado en Les Halles de Tours, un mercado muy completo que contaba
además con dos tiendas de vinos donde por ejemplo podías encontrar todos los
champagnes de Egly Ouriet, ¡caramba!
No
fue difícil encontrar un lugar donde realizar el picnic, en nuestro caso unas
mesas dispuestas para ello cerca del Castillo de Chambord. Para acompañar los excelentes
quesos íbamos bien provistos: un pétillant rosado elaborado en Azay-le-Rideau
sin sulfitos añadidos, Red is Dead de Le Sot de l'Ange, domaine
de Quentin Bourse, y un romorantin de Philippe Tessier, otro de mis nombres
preferidos, La Portée Dorée 2011 AOC Cour-Cheverny, la appellation donde
únicamente utilizan esta variedad. El primero, comprado en Angers, en À boire
et à manger, te abre el apetito; el segundo, comprado en La Cave Insolite, la
tienda de François Chidaine en Montlouis-sur-Loire, una visita que no nos
faltó, lo que pide es queso de calidad para acompañar. Momentos felices al aire
libre.
En
cuanto al castillo de Chambord, obra impulsada por el rey Francisco I, es el
más grandioso de todos, la vista panorámica desde sus terrazas o su doble
escalera de caracol, que se supone diseñada por Leonardo da Vinci, son sus
puntos más destacables. La escalinata está construida de manera que las
personas que suben y bajan no puedan encontrarse.
Otros castillos, de imagen impactante, son el de
Cheverny, utilizado como modelo por Hergé para las aventuras de Tintin, o el de
Clos-Luzé, muy cerca del de Amboise y donde Da Vinci pasó sus últimos años, en
el parque que le rodea se exponen maquetas de sus proyectos, algunos militares,
y enormes telas colgadas entre los árboles representando varias de sus pinturas
más famosas y jugando con la luz natural simulando la técnica del sfumato que
empleaba en sus pinturas. Leonardo se instaló aquí en 1516 invitado por
Francisco I. Otra visita imprescindible es el castillo de Chenonceau,
construido sobre el río Cher, no perderse un vistazo a sus cocinas de la época.
Château de Chenonceau
Restaurante L'Hédoniste
(Tours)
Nos
despedimos de Tours de la mejor manera posible, cenando en L'Hédoniste, su
propietario Jacky Serre inauguró este restaurante y cava de vinos en el 2007. Sabía,
consultando su página web, de su extraordinaria selección de vinos, entre
otros, los de Claude Courtois, de los vinos que más aprecio, pero descubrí
además que se come muy muy bien, ¡deliciosa la velouté de panais aux
Saint-Jacques poêlées et brunoise de Granny Smith! Como en el restaurante
anterior, podíamos elegir entre entrée+plat, plat+desert o menu complet.
De
beber, Jacky nos dió a probar algunos vinos que tenía por copas, por si nos decidíamos
por alguna botella, todos muy interesantes, pero ya os podéis imaginar cuál fue
nuestra elección:
Vin de
Soif 2013
de Claude
Courtois, con unas 19 variedades tintas, es un vino de sed, tal como
indica su nombre, fresco y con ciertas notas de pimienta.
Terminamos
la cena en L'Hédoniste con unas copas gentileza de la casa: Sous
le soleil... 2008 del Domaine Ombre et Soleil,
localizado en los Pyrénées Orientales. Un Vin Doux Naturel, un VDN de nariz
amontillada, aunque por momentos nos recordaba más a Madeira que a Jerez. En
todo caso, de tremenda complejidad en aromas y muy bueno, garnacha 100%.
Graduación de 16,5 %, únicamente 2 mg de SO2 al embotellar. Christophe Guittet,
el vigneron, aconseja en su etiqueta un acorde musical: "Bag's
groove" de New Gary Burton Quartet. ¡Fantástico!
Comentábamos
que estábamos disfrutando de la cena con unos magníficos vinos, algunos de uno
de nuestros vignerons preferidos, precisamente en un restaurante de la zona a
pocos kilómetros de Sologne, donde la familia Courtois
trabaja sus pocas hectáreas en Les Cailloux du Paradis. No habíamos realizado
ninguna visita a ningún vigneron durante nuestro viaje, ante la numerosa oferta
de buenos vitivinicultores de la zona no nos habíamos decidido por ninguno,
algo que teníamos que subsanar. Siempre he pensado que de elegir un único vigneron
al que visitar en todo el Valle del Loira ese tenía que ser Claude Courtois,
así que, animados también por nuestro nuevo amigo Jacky, al día siguiente nos
dirigimos hacia el viñedo de la familia Courtois. Una de las visitas de las que
mejor recuerdo guardaré.
Vicente
Las fotografías nº 1, 2, 5, 8, 9 y 10 fueron realizadas
por mi amigo Juan Luis Vanrell, "El Ojo Público".
Genial!!!! Como siempre
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