De elegir un único
vigneron y su viñedo al que visitar en todo el Valle del Loira ese es Claude
Courtois. La familia Courtois trabaja y vive desde hace años en un pequeño
rincón de Sologne tal y como muestra la contraetiqueta de algunas de sus
botellas. El domaine, denominado Les Cailloux du Paradis, se localiza en
Soings-en-Sologne, al sur de Blois. Siendo Sologne una región conocida por sus
extensos bosques y no tanto por vinos de tan elevado nivel de calidad, todo
empieza a comprenderse al llegar a este domaine. Nuestra primera imagen fue tal
y como pensaba, el lugar se definiría mejor como una granja plena de vida y
salud: viñas, flores silvestres, hierba, plantas, insectos, árboles frutales,
pájaros, casa, bodega, herramientas de trabajo... Un entorno que nos transmitía
a la vez tranquilidad, sensación de vida y mucho esfuerzo.
Hoy en día es común oír
hablar de agricultura ecológica, vinos naturales, biodinámicos... pero hace más
de un cuarto de siglo que en este lugar se rechaza todo tipo de aditivo químico,
ni en el campo ni en la bodega. Claude Courtois es un pionero, nunca ha
trabajado de otra forma. El respeto hacia el entorno natural, un verdadero
ecosistema, es el origen de la calidad del producto. Pero para conseguirlo es
necesario mucho sudor, un trabajo exigente y preciso.
Cuentan con unas 6
hectáreas de viñedo. En ellas se deja que crezca la hierba a fin de obligar a
que las raíces profundicen en busca de agua. El viñedo se aprecia rebosante de
salud, señal de que hay vida orgánica en sus suelos. Estos están compuestos
fundamentalmente de arcillas y sílice, ricos en sílex. Trabajan con multitud de
variedades, muchas de pie franco, y los rendimientos son muy bajos.
Nada
más salir del coche se adelantó Paradis, el perro, con un cariñoso recibimiento.
Seguidamente nos atendió Etienne, quien ha retomado las riendas del domaine
familiar. Otro de sus hijos, Julien, trabaja a muy poca distancia en su propia
producción, Clos de la Bruyère, vinos que también están entre mis preferidos:
Ancestral, Originel, Autochtone...
El
recorrido por las diferentes bodegas y salas, algunas bajo el nivel del suelo,
guiados por Etienne, pipeta en mano, fue muy instructivo. Te dabas cuenta
enseguida de que se trataba de una bodega real, artesanal, un trabajo de
vigneron. Allí no existía ni una sola barrica nueva, todas a partir de los 15
años y algunas alcanzaban incluso el centenar. Las barricas provienen de
Bourgogne.
Catamos
una muestra del Racines Blanc 2014,
una mezcla de 12 variedades, el Racines rouge tiene 20 y pico. Precisamente
habíamos cenado la noche anterior con este blanco de la añada 2011 en
L'Hédoniste en Tours, una botella para recordar. Probarlo ahora de la
barrica es un lujazo, aunque joven, yo ya lo embotellaría. Seguimos con un pinot noir 2014, floral, frutal,
fresas. Luego los Racines tintos 2013 y 2014, fruta y frescura a tope, y con
un potencial de envejecimiento tremendo.
Una vez catados algunos de los vinos en crianza, nos tenían preparado un almuerzo sin florituras, buen pan, ensalada de zanahoria, exquisitos quesos de cabra de un vecino a 10 minutos del lugar, huevos duros (estábamos en Pascua) y un Pâté de Pacques (receta francesa) con el que nos agasajó Claude Courtois. Para beber, varios vinos de la casa. Qué más se puede pedir. Mientras comemos y bebemos charlamos sobre sus vinos y particularidades.
Una vez catados algunos de los vinos en crianza, nos tenían preparado un almuerzo sin florituras, buen pan, ensalada de zanahoria, exquisitos quesos de cabra de un vecino a 10 minutos del lugar, huevos duros (estábamos en Pascua) y un Pâté de Pacques (receta francesa) con el que nos agasajó Claude Courtois. Para beber, varios vinos de la casa. Qué más se puede pedir. Mientras comemos y bebemos charlamos sobre sus vinos y particularidades.
Quartz Lot 013. Sauvignon blanc. Perfecto
vino para comenzar, Etienne nos comenta que encuentra más mineral el 2012,
teniendo éste más acidez y más notas cítricas (limón). Proviene de suelos
arcillosos y silíceos (silex). Fermentación y crianza en barrica. La añada la
conoceremos por el número de lote, esta botella es del 2013. Ocurre los mismo
para los siguientes vinos. Están clasificados como Vin de France, un Vin de
Table, y no se les permite indicar la añada en la etiqueta.
Romorantin Lt 011. En crianza durante
40 meses. Aromático, floral, tensión en boca. Es también un Vin de Table. No
existe una appellation Sologne que sería bien merecida. La romorantin, variedad
blanca originaria de Borgoña, fue introducida en la zona por el rey Francisco I
a principios del siglo XVI.
Cuvée des Etourneaux L 011. Esta cuvée de los estorninos fue el primer vino que probé de esta casa, de Etienne Courtois, fue en un bistrot de París, no se me olvida. Dos variedades de gamay, gamay de chaudenay y gamay à jus blanc.
Racines Rouge (2012). Está espléndido este vino. Muy bueno. Ya os contaré más porque ahora
tengo una botella en mi casa, bueno, de éste y de todos. Ça c'est du vin! El
potencial de envejecimiento no seré yo quien lo compruebe, tengo ganas de
disfrutarlos. Tanto el Racines tinto como el blanco, vinos emblemáticos que
destacan por su complejidad mineral, son elaborados todavía por el propio
Claude Courtois.
Evidence Lt 07-9. Un vino de menu
pineau cuya fermentación puede durar 3, 4, 5, 10 años, hasta que se acabe el
azúcar. Botella de 500 ml. Nos cuentan que esta variedad es originariamente la
traminer, la uva del Südtirol, ahora norte de Italia (Alto Adige). También
presenta similitudes con la savagnin.
Hablamos
sobre otros de sus vinos, Nacarat,
gamay más pinot noir, no lo han elaborado ni en el 2012, ni en el 2013 y 14,
años en que no sobró uva, añadas difíciles por diversas circunstancias. El
2013 fue un año con lluvias, dando menor concentración. EL 2012
no fue mala añada pero la producción fue pequeña. Lo mismo con Or Norme, otro de sus vinos. También
hablamos de sus problemas con la syrah, no por sus resultados, sino por los
problemas con la administración. Sufrieron una fuerte multa económica en el
2005, se les exigió también arrancar los pies de syrah plantados en 2001 al
considerarse una variedad no local. Absurdo. Años después, desde el 2010, está
permitido su cultivo. Los pies de syrah fueron finalmente implantados con la
variedad gascon.
No
acabó ahí esta inolvidable experiencia. Nuevo recorrido entre barricas. Etienne
nos da a probar una muestra de Romorantin
en maceración y acto seguido una
extraordinaria comparación entre el Evidence
2008, el 2010 y el 2012, vinos que saldrán al mercado al
cabo de una decena de años cada uno de ellos. A partir del 2008 se extendió el
envejecimiento hasta 10 años en lugar de 5. En el 2012 no se nota ya el azúcar, en
cambio sí lo notamos en el barril del 2010. Tendré que esperar hasta el 2018
como mínimo para comprarlos, valen la pena, mucho.
Uno
de los detalles que me impactaron fueron las antiguas prensas verticales que
utilizaban, permitiéndoles trabajar con pequeños volúmenes de uva.
En
esta casa realizan una gran variedad de vinos, todos diferentes. Originalidad, finura,
energía, pureza, equilibrio, autenticidad son algunas de sus características.
Grandes aficionados de todo el mundo buscan sus botellas, en EEUU, Canadá,
Japón, Inglaterra, Dinamarca, Italia...
Fueron unas horas muy agradables, un tiempo que transcurrió rápidamente al lado de gente tan amable y acogedora.
El
paraíso está en Sologne, en concreto en Les Cailloux du Paradis.
Gracias
Vicente
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