viernes, 29 de mayo de 2015

Vino más natural que el de los Courtois no existe. Visitamos Les Cailloux du Paradis



De elegir un único vigneron y su viñedo al que visitar en todo el Valle del Loira ese es Claude Courtois. La familia Courtois trabaja y vive desde hace años en un pequeño rincón de Sologne tal y como muestra la contraetiqueta de algunas de sus botellas. El domaine, denominado Les Cailloux du Paradis, se localiza en Soings-en-Sologne, al sur de Blois. Siendo Sologne una región conocida por sus extensos bosques y no tanto por vinos de tan elevado nivel de calidad, todo empieza a comprenderse al llegar a este domaine. Nuestra primera imagen fue tal y como pensaba, el lugar se definiría mejor como una granja plena de vida y salud: viñas, flores silvestres, hierba, plantas, insectos, árboles frutales, pájaros, casa, bodega, herramientas de trabajo... Un entorno que nos transmitía a la vez tranquilidad, sensación de vida y mucho esfuerzo.


Hoy en día es común oír hablar de agricultura ecológica, vinos naturales, biodinámicos... pero hace más de un cuarto de siglo que en este lugar se rechaza todo tipo de aditivo químico, ni en el campo ni en la bodega. Claude Courtois es un pionero, nunca ha trabajado de otra forma. El respeto hacia el entorno natural, un verdadero ecosistema, es el origen de la calidad del producto. Pero para conseguirlo es necesario mucho sudor, un trabajo exigente y preciso.

Cuentan con unas 6 hectáreas de viñedo. En ellas se deja que crezca la hierba a fin de obligar a que las raíces profundicen en busca de agua. El viñedo se aprecia rebosante de salud, señal de que hay vida orgánica en sus suelos. Estos están compuestos fundamentalmente de arcillas y sílice, ricos en sílex. Trabajan con multitud de variedades, muchas de pie franco, y los rendimientos son muy bajos.


Nada más salir del coche se adelantó Paradis, el perro, con un cariñoso recibimiento. Seguidamente nos atendió Etienne, quien ha retomado las riendas del domaine familiar. Otro de sus hijos, Julien, trabaja a muy poca distancia en su propia producción, Clos de la Bruyère, vinos que también están entre mis preferidos: Ancestral, Originel, Autochtone...

El recorrido por las diferentes bodegas y salas, algunas bajo el nivel del suelo, guiados por Etienne, pipeta en mano, fue muy instructivo. Te dabas cuenta enseguida de que se trataba de una bodega real, artesanal, un trabajo de vigneron. Allí no existía ni una sola barrica nueva, todas a partir de los 15 años y algunas alcanzaban incluso el centenar. Las barricas provienen de Bourgogne.

Catamos una muestra del Racines Blanc 2014, una mezcla de 12 variedades, el Racines rouge tiene 20 y pico. Precisamente habíamos cenado la noche anterior con este blanco de la añada 2011 en L'Hédoniste en Tours, una botella para recordar. Probarlo ahora de la barrica es un lujazo, aunque joven, yo ya lo embotellaría. Seguimos con un pinot noir 2014, floral, frutal, fresas. Luego los Racines tintos 2013 y 2014, fruta y frescura a tope, y con un potencial de envejecimiento tremendo.




Una vez catados algunos de los vinos en crianza, nos tenían preparado un almuerzo sin florituras, buen pan, ensalada de zanahoria, exquisitos quesos de cabra de un vecino a 10 minutos del lugar, huevos duros (estábamos en Pascua) y un Pâté de Pacques (receta francesa) con el que nos agasajó Claude Courtois. Para beber, varios vinos de la casa. Qué más se puede pedir. Mientras comemos y bebemos charlamos sobre sus vinos y particularidades.
    
Quartz Lot 013. Sauvignon blanc. Perfecto vino para comenzar, Etienne nos comenta que encuentra más mineral el 2012, teniendo éste más acidez y más notas cítricas (limón). Proviene de suelos arcillosos y silíceos (silex). Fermentación y crianza en barrica. La añada la conoceremos por el número de lote, esta botella es del 2013. Ocurre los mismo para los siguientes vinos. Están clasificados como Vin de France, un Vin de Table, y no se les permite indicar la añada en la etiqueta.

Romorantin Lt 011. En crianza durante 40 meses. Aromático, floral, tensión en boca. Es también un Vin de Table. No existe una appellation Sologne que sería bien merecida. La romorantin, variedad blanca originaria de Borgoña, fue introducida en la zona por el rey Francisco I a principios del siglo XVI.

L'Icaunais Lt 012. Gascón 100%. Etienne nos informa que existen únicamente 3 hectáreas en todo el mundo, 0,75 aquí. Icaunais es el gentilicio de los habitantes de Yonne, en la región de Borgoña, de donde es originario su padre. En esta zona estaba muy difundida esta variedad antes de la filoxera.


Cuvée des Etourneaux L 011. Esta cuvée de los estorninos fue el primer vino que probé de esta casa, de Etienne Courtois, fue en un bistrot de París, no se me olvida. Dos variedades de gamay, gamay de chaudenay y gamay à jus blanc.

Racines Rouge (2012). Está espléndido este vino. Muy bueno. Ya os contaré más porque ahora tengo una botella en mi casa, bueno, de éste y de todos. Ça c'est du vin! El potencial de envejecimiento no seré yo quien lo compruebe, tengo ganas de disfrutarlos. Tanto el Racines tinto como el blanco, vinos emblemáticos que destacan por su complejidad mineral, son elaborados todavía por el propio Claude Courtois.

Evidence Lt 07-9. Un vino de menu pineau cuya fermentación puede durar 3, 4, 5, 10 años, hasta que se acabe el azúcar. Botella de 500 ml. Nos cuentan que esta variedad es originariamente la traminer, la uva del Südtirol, ahora norte de Italia (Alto Adige). También presenta similitudes con la savagnin.


Fleur de Damoiselle Lt 06-11. Otra maravilla. También en 0,5 l. Menu pineau, esta vez bajo velo de flor. Sesenta meses de crianza. Aprendemos que todos los vinos, incluidos los tintos, pueden crear ese velo de flor de forma natural en cualquier lugar, si las barricas no son ouillés, es decir, dejando un espacio libre, y si son bien elaborados, de forma sana, sin emplear recetas industriales.


Hablamos sobre otros de sus vinos, Nacarat, gamay más pinot noir, no lo han elaborado ni en el 2012, ni en el 2013 y 14, años en que no sobró uva, añadas difíciles por diversas circunstancias. El 2013 fue un año con lluvias, dando menor concentración. EL 2012 no fue mala añada pero la producción fue pequeña. Lo mismo con Or Norme, otro de sus vinos. También hablamos de sus problemas con la syrah, no por sus resultados, sino por los problemas con la administración. Sufrieron una fuerte multa económica en el 2005, se les exigió también arrancar los pies de syrah plantados en 2001 al considerarse una variedad no local. Absurdo. Años después, desde el 2010, está permitido su cultivo. Los pies de syrah fueron finalmente implantados con la variedad gascon.

No acabó ahí esta inolvidable experiencia. Nuevo recorrido entre barricas. Etienne nos da a probar una muestra de Romorantin en maceración y acto seguido una extraordinaria comparación entre el Evidence 2008, el 2010 y el 2012, vinos que saldrán al mercado al cabo de una decena de años cada uno de ellos. A partir del 2008 se extendió el envejecimiento hasta 10 años en lugar de 5. En el 2012 no se nota ya el azúcar, en cambio sí lo notamos en el barril del 2010. Tendré que esperar hasta el 2018 como mínimo para comprarlos, valen la pena, mucho.

Uno de los detalles que me impactaron fueron las antiguas prensas verticales que utilizaban, permitiéndoles trabajar con pequeños volúmenes de uva.


En esta casa realizan una gran variedad de vinos, todos diferentes. Originalidad, finura, energía, pureza, equilibrio, autenticidad son algunas de sus características. Grandes aficionados de todo el mundo buscan sus botellas, en EEUU, Canadá, Japón, Inglaterra, Dinamarca, Italia...

Fueron unas horas muy agradables, un tiempo que transcurrió rápidamente al lado de gente tan amable y acogedora.

El paraíso está en Sologne, en concreto en Les Cailloux du Paradis.

Gracias 


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