jueves, 14 de mayo de 2015

Angers, "À boire et à manger"



Tenía apuntadas varias direcciones en Angers donde comer al mediodía y que destacaban por su excelente trato hacia el vino. Así, Autour d'un cep, Chez Rémi, L'Angevigne, Bistrot des Carmes... Sin embargo, siendo nuestra estancia en plenas Pascuas muchos estaban completos y alguno cerraba. No importó, fue fácil encontrar buenos sitios. Paso a detallaros.


Sin duda un enorme acierto entrar en À boire et manger, una extraordinaria tienda de vinos donde elegir entre las múltiples botellas y degustar algunas tablas de quesos y charcutería de primera calidad. Alex Forge es el caviste, bodeguero, con amplísimos conocimientos del vino. El lugar es cómodo, mesa amplia y al fondo una cava sin necesidad de ser climatizada, los gruesos muros conservan la temperatura adecuada.

Cuatro botellas abrimos:


Brutal!!! 2013 de Sébastien Dervieux, más conocido por Babass. Como opinaba Alex, no se trata de un vino rock'n roll, es punk directamente. Rica fruta, frescura, muy bebible y rápidamente consumido. Espumoso de chenin que me impactó. Sulfuroso o cualquier otro aditivo añadido: cero. Creo que de esta bodega, Les Vignes de Babass, localizada en Anjou, hay que probar todo lo que te encuentres. Nos llevamos alguna botella para España, también de los siguientes vinos.

Les Petites Coulées 2013, Savennières de Clément Baraut. En realidad proviene del prestigioso Roche aux Moines, viñedo donde trabajan otros 7 elaboradores (Tessa Laroche, Eric Morgat, Virginie Joly...). Su parcela se encuentra en pendiente y perpendicular al río. Sin embargo, en las etiquetas del 2012 y del 2013 aparece clasificado únicamente como Savennières al realizarse la vinificación fuera del lugar. Más expresivo en boca que en nariz, muestra frescura y acidez, precisión, tensión, carácter mineral y ciertas notas de fósforo. Es largo.

La siguiente botella, en cuanto la vi en las estanterías ya quería abrirla, Les Gruches 2012 de Gérard Marula, cabernet franc appellation Touraine. Muy fresco, fruta roja a saco. En nariz ya avisa, placer. Uno de mis cabernets preferidos, concentración y finura.

Finalizamos acompañando las tartas de chocolate y de fruta con una chenin dulce de Jo Pithon, 4 Vents 2011 Coteaux du Layon. El nombre le viene por proceder de viñas de 4 pueblos, Saint-Lambert, Saint-Aubin, Beaulieu y Rochefort. Chenin de botrytis equilibrado, nada empalagoso, 80 g/L de azúcar residual. Únicamente unos 80 mg/l de sulfuroso, muy poco en un vino dulce. La bodega: Pithon-Paillé. Buscaré su Quarts de Chaume.

Vinos degustados cómodamente en el local, nos llevamos otros vinos para casa y algunos más que reservamos para realizar un picnic al siguiente día, picniquer dicen los franceses. À boire et à manger, una dirección imprescindible en Angers.


Otra tienda de vinos que visitamos en esta ciudad, en este caso invertimos en libros: Tronches de Vin 2, segundo volumen de esta guía alternativa de vignerons y vinos realizada por un colectivo de blogueros, algunos de los más leídos en la blogosfera, y Mimi, Fifi y Glouglou , de Michel Tolmer, un libro muy divertido.



Restaurante caracterizado por una cocina sin florituras, sans chichis, y una buena oferta de vinos. David en sala y su hermano en la cocina son de la zona, vecinos pues de muchos de los vignerons cuyos vinos ofrecen. Uno de los significados de ardoise es pizarra, y así muestran el menú en este restaurante, escrito en tiza sobre una pizarra que te acercan, no solo los platos de temporada, también los vinos. Esto es habitual en muchos restaurantes franceses.

Tenían algunos vinos por copas muy interesantes, de Marc Pesnot, Joël Ménard... Finalmente, nos decidimos por pedir un par de botellas, primero una chenin que nos gustó mucho, La Roche Bérigon 2013 de Jean-Christophe Garnier, vigneron de Saint-Lambert du Lattay, mostró buena acidez, cítricos, peras, muy rico. La segunda botella, un vino de Pierre Borel, bodega Les Maisons Rouges, Vin de France 2011, cabernet franc de la zona de Bourgueil que aunque olía muy bien, en boca se mostró algo suave, con poco volumen. Nos invitaron a unas copas de Coteaux du Layon 2010 de Arnaud Crasnier, frutos secos, albaricoques confitados, la boca es impresionante.



Un buen lugar para continuar tras la cena. Un bar de vinos cuyo nombre recuerda a la película protagonizada por Alain Delon y Ives Montand en 1970, también es un posible guiño al color del vino en las copas. Abierto desde media tarde hasta las 2 de la noche. La música combina perfectamente con sus vinos naturales.


Viñedos, castillos y más...

Vale la pena visitar el castillo de Angers y el Tapiz del Apocalipsis, de finales del siglo XIV, expuesto a lo largo de un centenar de metros.

A poca distancia de la ciudad, a unos 20 Km, podemos visitar el prestigioso viñedo Roche aux Moines, una maravilla. Al lado tenemos otro nombre no menos mítico, Coulée de Serrant. Es la zona de Savennières.

Recomendamos también acercarse al pequeño pueblo de Béhuard, rodeado por el Loira, en él hay un bar con una buena selección de botellas, Le Béhu Bar. No lejos, en plan picnic, nos dispusimos a disfrutar abriendo un par de botellas compradas en À boire et à manger junto a los exquisitos quesos de la Fromagerie Bocahut, buena recomendación de Alex.

Pacotille 2013, chenin de Stéphanie Debout y Vincent Bertin, Deboubertin, en Anjou. Equilibrio entre acidez y redondez, largo, fresco. C'est bon!

Clopin Clopant 2013 de Didier Chaffardon. Grolleau que nos sorprendió, mejora a cada instante, se bebe rápido y sienta fenomenal, très digestif.


No lejos, siempre al sur de Angers, cruzamos viñedos que son conocidos por sus vinos dulces, aquí impera la botrytis, también las vendimias tardías, la variedad reinante sigue siendo la chenin. Las denominaciones son famosas: Coteaux du Layon, Quarts de Chaume, Bonnezeaux y Coteaux de l'Aubence. Para los grandes amantes del azúcar residual. Nosotros aprovechamos para acercarnos al Domaine de Bablut y saludar a Christophe Daviau.

No faltan los castillos en la zona: el de Brissac, Montrieuil-Bellay y el de Brézé. También una abadía, Abbaye de Fontevraud. Por cierto, en este último pueblo, en un pequeño bar que también ejercía como tienda me llevé una botella que buscaba hace tiempo, Les Murs 2012 de Eric Dubois, Clos Cristal - Hospices de Saumur, AOC Saumur Champigny. En este viaje encontramos cultura de vino en todos los rincones. Se trata de un vino que proviene de las viñas situadas en paralelo a lo largo de 3 kilómetros a los muros construidos por Antoine Cristal a principios del siglo pasado. Las viñas atraviesan el muro exponiéndose al sur y ganando en madurez manteniendo sus pies en el frescor del lado norte. Un vino que se puede guardar largos años o, como nos avisaron, disfrutarlo ya tras dejarlo respirar más de 4 horas en decantador, como mínimo. El placer se hace querer a veces.


Saumur

Cerca de Angers, a unos 70 kilómetros al sureste, siguiendo el curso del Loira, tenemos Saumur, famoso por sus salones de vino, como la Dive Bouteille, una de las más importantes ferias de vinos naturales, sino la que más.

Nos acercamos un lunes de Pascua, así que las dos primeras opciones que tenía apuntadas para comer estaban cerradas. No pasa nada, tenía más direcciones. En Le Bistrot de la Place comimos bien, yo demasiado, la Terrine de Campagne me llenó, culpa mía pues era à volonté. De beber, no tenían el vino que buscábamos, alguno de Clos Rougeard, pero sí La Porte Saint-Jean 2010, una botella de Silvain Pittière, yerno de los Rougeard. Evidentemente no se puede comparar en elegancia y profundidad, al menos en esta su primera añada, pero destacaba en nariz y cumplió perfectamente con nuestras ganas de beber cabernet franc.


Ya de vuelta al hotel, nos despedimos de la región angevina con un pétillant naturel, rosé, Sitting bulles 2013 de Sébastien Fleuret, micro vigneron argevin, 1,5 hectáreas. Pétillant à peaux rouges indica graciosamente en la etiqueta. Nariz frutal, ligeras burbujas, digestivo. El vino es embotellado antes de que se complete la fermentación, el gas carbónico que se produce realiza también una labor protectora, redondeando un estilo de vino destinado para cualquier momento del día, o de la noche. Para  beber regularmente, eso es un Pet' Nat.


Salud

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