Como
va siendo habitual, me gusta echar una mirada atrás y recordar algunos momentos
asociados a un vino, siempre momentos felices. En mi lista del 2019 noto cierta
variedad, una botella australiana, una italiana, una alemana, una austriaca,
dos vinos españoles, uno del norte y otro del sur, y el resto, es decir, la
mitad de la lista, franceses, siendo habitual que sean mayoría. Algunos son
bebidos en casa, otros en nuestro viaje a Madrid, o en Cádiz, y hay también algunos
vinos que nos recuerdan nuestra estancia en Göteborg, Oslo y Bergen.
El
orden es simplemente un orden en el tiempo, no en el valor.
Una
botella que merece formar parte de esta lista sólo ya por el tiempo esperado.
Os cuento, hace dos o tres años le pedí a uno de mis cavistas si me podía
conseguir una botella del tinto de Kenjiro, tomó nota, pasó el tiempo y yo ya
me había olvidado de mi petición, más teniendo en cuenta lo difícil que resulta
encontrar sus vinos, si es complicado los blancos, mucho más el poulsard. Cuál
fue mi sorpresa cuando recibí un mail informándome que de entre las 6 botellas
que disponía un ejemplar era para mí. Además de estar tremendamente agradecido
a mi cavista, el vino está realmente bueno, para no dejar ni una gota.
No
es de extrañar que aparezca este vino en mi lista de doce. La primera vez lo
probé en un viaje a Japón, añada 2014 en aquella ocasión y nuestra segunda
visita a La Pioche en Tokio, nunca se me olvidará ese viaje, hace ya más de
tres años. Esta vez, en Madrid, en Bendito Vinos y Vinilos, un sábado por la
mañana disfrutando del brunch, el vino volvió a mostrar sus virtudes, una gamay prensada directamente, fruta fermentada, deliciosa.
3.-
HT! Hautement Tellurique 2016 de Yahou Fatal
Manuel et Catherine Dumora
Me
gustan mucho los vinos de esta pareja, éste aún no lo había probado, fue en La
Caníbal, también durante nuestra estancia en Madrid en marzo del 2019. Me
pareció una delicia muy de mi gusto; se trata de una de mis zonas preferidas,
Auvergne.
4.- Pipe Dream 2015 de Unico Zelo
Brendan y Laura Carter
Brendan y Laura Carter
(fotografía de cabecera)
Nero d’Avola de Adelaide Hills, tan
bueno como la mejor nero d’Avola siciliana, expresivo, jugoso y potente. Así se
mostraba este vino disfrutado durante nuestro viaje a Göteborg, en el
restaurante Garden. Cuando visito Nueva York, Japón o como en este caso los
países nórdicos, trato de beber aquellos vinos que no llegan a España.
Comentario aparte merece su etiqueta, una
ilustración del artista Ruben Ireland, bellísima, cómo no va a encabezar
su fotografía esta relación de vinos.
5.- P’tit Luchini de Mai
et Kenji Hodgson
También en Göteborg, no es la primera
vez que bebo los vinos de esta pareja, pero esta botella estaba en un momento
tremendo, expresión de la chenin en su forma más deliciosa. Desconozco la
añada.
6.- Su chi no’nau 2013 de
Panevino
Gianfranco Manca
Gianfranco Manca
Uno
de los mejores vinos que he probado de Panevino. Recuerdo su Alvas Lote 08,
disfrutado en el Ristorante Consorzio en Torino, hace ya 8 años, el primer
orange wine que había bebido, o su Survivor Grogu L15 disfrutado muy cerca de
la Piazza Navona en Roma, en el restaurante Retrobottega, hace poco más de dos
años. Así que en cuanto vi su Su chi no’nau en la carta de vinos de Brutus,
Oslo, pensé que era el momento de beberlo. Un vino extraordinario. Cannonau.
Cerdeña. La cena en Brutus fue también extraordinaria.
7.- Domaine Peyra
Vieilles Vignes L04
En
una ocasión disfrutamos de un par de copas de este domaine, fue hace un par de
años y así lo expresé literalmente en este blog en su momento:
"One of the best
wines I've ever tasted, así se lo comenté al sommelier Solfinn Danielsen, quien
me lo ofreció en una cena pop-up organizada en el restaurante Spisehuset,
visitado el primer día de nuestra estancia en Copenhague. Se trata de un vino
que ya no se hace, mi pareja y yo tuvimos la suerte de disfrutar de unas copas
de esta extraordinaria gamay elaborada en su día por el domaine de Peyra,
asociación de Stéphane Majeune, Jean Maupertouis y Boris Garnier, en pleno
corazón de Auvergne (Auvernia), en Puy de Dôme. De aromas especiados realmente
especiales, no me extraña que se trate de un vino venerado y buscado por los
amantes del vino natural de todo el mundo.”
Esta
vez dispuse de una botella para mí y mi pareja, fue en Oslo, en el restaurante Smalhans,
y esto anoté en mi libreta:
“Este
vino es una joya, se mostró colosal, con tremenda acidez, laaaargo, increíble,
emocionante, especial, fuera de serie.”
Su
graduación es de 11% solamente.
8.-
Glück 2014 de Weingut Werlitsch
Brigitte and Ewald Tscheppe
Aunque
lo he catado en alguna otra ocasión, este vino, esta botella, me va a recordar
siempre la cena en el restaurante Lysverket y en parte de nuestra estancia en
Bergen en el pasado mes de junio. Sauvignon blanc y chardonnay, de Styria.
10,5% de graduación. Orange wine. El restaurante Lysverket ocupa parte de la
planta cero del museo Kode 4 de Bergen, con vistas a un pequeño lago.
9.-
Wildrosé 2017 de Weingut Brand - Brand bros
Los
vinos de estos dos hermanos, Daniel y Jonas Brand, los caté en la RAW de Berlín
del 2018. Me sorprendieron muy gratamente. Esta vez con una botella en mi
poder, me pareció buenísimo: flores, arándanos, frambuesas, mandarina, cereza,
notas especiadas, bien de acidez, super natural, salvaje. Rosado a partir de la
variedad blauer portugieser y pinot noir. Pfalz. Disfrutado en casita.
10.- Proscrito Lot 17 de
La Perdida
Nacho González
También
lo había catado anteriormente, aunque de la añada 2016, fue en Vino Vivo 2017,
el salón de vinos naturales de Madrid. Esta vez disfruté de una botella entera,
en el pasado verano, un clarete 95% de palomino y 5% de garnacha tintorera, de
Valdeorras. Destaca su frescura, fruta ácida, es un zumo de uva fermentada.
11.-
Mahara de Vinifícate – Mahara viticultores
Siempre
que acudimos al restaurante El Campero, en Barbate, acompañamos los platos de
atún con varias copas de Jerez. Siempre menos en esta ocasión en que, aparte de
algunos finos o manzanillas, pedimos esta botella elaborada en San Fernando por
Mahara Viticultores o bodega Vinifícate, compuesta por los hermanos José y
Miguel Gómez. Zumo del sur, zumo de palomino.
12.-
Jour de Fête Lot 13 de Marie et Vincent Tricot
De
idéntico nombre que la película de Jacques Tati, se trata de un pétillant
natural a base de gamay, un vino de Auvergne. Rosado de color rosado, rico,
algo dulce pero no dulzón, me gustó mucho. Jour de Fête para terminar mi
relación de 12 botellas, 12 vinos para el recuerdo.
Hasta
la próxima.
Vicente
©
elvinoquebebo.com
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