domingo, 30 de diciembre de 2018

En París: Le Cadoret, Le Petit Keller, Goguette, Martin Boire et Manger, Gare au Gorille, Robert...



Cada vez que visito París, la estancia me parece corta. Disfruto y me siento muy cómodo en esta ciudad. Y hay tantos sitios donde comer y beber tan bien que cuando marcho de allí siempre me apunto nuevos restaurantes o bares a visitar en un próximo viaje. Algo que no deja de atraerme.


Localizado en Belleville, 19ème, muy cerca del Parque des Buttes-Chaumont. Y también cerca de bistrots ya legendarios como Le Baratin o Quedubon. Abrió hace aproximadamente un año. Su bonita fachada tradicional se mezcla en su interior con un comedor con estilo más moderno, con cocina abierta, y donde disfrutar, en nuestro caso al mediodía, de un delicioso menú a un precio ajustadísimo: chaudrée de moule ou boudin blanc maison; tartare de boeuf normand fermier; moelleux chocolat crème anglaise... Todo riquísimo.




Nos atendió Nadine Decailly, menciono el nombre completo porque la conocíamos de cuando dirigía Au Nouveau Nez, la tienda de vinos de la calle Saint-Maur, hoy con una cocina de estilo italiano. No sabíamos que Nadine trabajaba ahora aquí y nos hizo ilusión reencontrarla.




Para beber disponían de una carta bastante completa con referencias muy de mi gusto, entre ellas el vino que elegí, curiosamente una botella que aunque visible no estaba a la venta en un bar de vinos visitado pocos días atrás. Pero la suerte me acompaña. Se trata de NuLlepaRT-cEDex Lot 17 de Aurélien Lefort. Gamay d'Auvergne. Nos recomendaron su decantación (carafer) para darle tiempo a expresarse. De acidez alta, mostraba a la vez delicadeza y potencia. Lo degustamos con ganas mientras comíamos, no nos sobró ni una gota. En mi casa, tras esta visita a París que os resumo, tengo ahora guardada otra botella de este vino. Tuve la oportunidad de poder comprarlo en Crus et Découvertes.

Disfrutamos en este restaurante. Según vi, además de comidas y cenas ofrecían también desayunos. Si viviéramos en esta ciudad lo frecuentaríamos.



Localizado en la rue Keller (11ème), enfrente de la boutique de telas del Atelier Brunette, una dirección que mi pareja y yo solemos visitar en París. El restaurante abrió hace aproximadamente dos años y medio. Su chef y copropietaria es la japonesa Kaori Endo. Y quien provisiona de vinos al restaurante es su marido Mickael Lemasle, el responsable de Crus et Découvertes, la tienda de vinos localizada en el mismo barrio, rue Paul Bert, y que es una de mis tiendas preferidas, o mejor dicho, mi tienda favorita.

El restaurante es atrayente, suelo de azulejos a cuadros rojos y blancos, escalera de caracol que embellece el local, mesas de formica, carta de platos en la pizarra portátil... Pedimos varios entrantes: champignons de Paris confits à l'huile d'olive; oeuf nitamago mariné au rapadura et tamari; houmous azuki; tempura d'avocat au poivre sanshô (pimienta japonesa). También dos platos principales: tataki de saumon, vinaigrette miso saikyō (un tipo de pasta miso) y magret de canard grillé au sanshô, salsa céleri (apio), grenade et sirop d'érable. Como veis se trata de una cocina franco-japonesa. No descartamos los ricos postres dulces, poire confite à la cardamome, crème praliné et meringue au café y cake moelleux au thé matcha con chocolate blanco y frambuesas. Cenamos muy, muy bien.


Ofrecen varias opciones como vinos por copas, nosotros optamos de todas formas por una botella de Les épines, à quoi servent-elles? Lot 15 de Aurélien Lefort, Auvergne. Gamay. Pura fruta y maravillosa acidez, un vino en un momento extraordinario.



Prácticamente recién abierto en las fechas de nuestra visita. Se trata del nuevo restaurante dirigido por Guillaume Dupré (Coinstot Vino, Passage Panoramas). Está situado junto al Cirque d'Hiver, en la rue Amelot (11ème), la misma calle por lo tanto del restaurante Biondi y de Le Clown, y muy cerca de Martin Boire et Manger.

Con posibilidad de comprar vino a granel, servido con tirador a modo de grifo, bien para llevar en medidas de medio litro, un litro o litro y medio, o bien para consumir en el local, en este último caso también por copas. Si te lo llevas se debe dejar un pequeño depósito por el envase de cristal, es decir por la botella recuperable, esto es semejante a lo que en mi niñez se llamaba devolver los cascos. En esos días disponían del vino a granel de Olivier Cohen, Languedoc.

Comimos muy bien, dos platos principales: onglet de boeuf, oignons de Cévennes, épinards, maïs et jus au romarin y curry de pommes de terre ratte, noix, broccoli et poires. De postre: tartalette chocolat noir, framboises et coriandre y cheesecake leger, crumble sauge et poudre de betterave.


De entre la carta de vinos, algunos por botella y otros también con opción a copa, he de decir que disfruté a lo grande. Varias copas pasaron por nuestra mesa: el pétillant de Cantina Indigeno, rosado L17, de sólo 10,5 %, estupendo; Wastafeste Pinot Grigio 2016 Azienda Agricola Villa Job, Venezia Giulia, bodega que no conocía; el tinto de Cantina Giardino, L17; Tonton Rouge Cabernet Franc 2014, embotellado por Vincent Wallard, uva de Jérôme Lenoir; Monstrum 2015, 80% grenache noir y 20% grenache gris, un Vin Naturel Doux de Collectif Anonyme, Port Vendres, un monstruo, y finalizamos con un digestivo de calidad, una copa de Calvados (42º) de Julien Fremont, presente de la casa.

On avait soif!

Estuvimos muy bien atendidos por Paul y Guillaume.


El nombre le pega a la perfección a este bar restaurante, un local para beber y comer muy a gusto. Abierto desde hace casi 4 años, se localiza en el 24 Boulevard du Temple, en el 11ème.

Según he leído, gran parte del equipo pasó por Au Passage. A los mandos se encuentra Loïc Martin. Llegamos pronto, una tarde noche de día festivo entre semana. Nos atendieron muy bien.


Tardé en decidirme por el vino, la carta es extensa y predominan los vinos del sur, tras releerla finalmente opté por una botella que destacaba para mi gusto, Megablend L17 de Cantina Indigeno. Me lo sirvieron en carafe, me preguntaron también si prefería que lo agitasen para hacer desaparecer el carbónico, pero a mí no me molestaba. Había probado algunos vinos de esta bodega en Goguette y me encantaron. Megablend es trebbiano y montepulciano d'abruzzo, sólo 10.5 %. Estos zumos de vino tan naturales son los que a mí más me gustan.

Y para cenar, de entre los platos a elegir de la pizarra ambulante: brochette de coeurs de canard, topinambours, céleri, poitrine de cochon, chevre frais, gâteau chocolat crème cardamome... Realmente, se bebe y se come bien en Martin Boire et Manger.


De idéntico nombre que una canción de George Brassens, este restaurante se encuentra en el barrio des Batignolles, 11ème, en la Rue des Dames, muy cerca de las vías del tren. En su fachada de azulejos blancos no indica el nombre, pero no tiene pérdida. Ambientado también en blanco, su cocina se dispone al final del comedor de forma alargada, cómodo no obstante.


Como aperitivo y para iniciar la cena con calma pedí una botellita de Ciderman L17, sidra de Cyril Zangs, sólo 5% de graduación.

Nos aconsejaron sobre las cantidades informándonos del tamaño de los platos y optamos por probar varios de pequeño tamaño en lugar de compaginarlos con alguno de los dos platos más grandes que ofrecen para compartir entre dos. Así, probamos entre otros platos: panoufles d'agneau, lentilles vertes et fourme affinée; ravioles de canard, bouillon champi, piment-coriandre; bonito, boudin noir et épinard...  Todo delicioso.


El vino de la cena fue: L'Anglore Vintage 2015, Tavel, de Eric Pfifferling. Nunca falla.

Raro en nosotros, no pedimos postre en esta ocasión, estábamos llenos. Salimos bien satisfechos.



Abierto este año, hace unos meses. De los mismos propietarios que Martin Boire et Manger. La cocina la dirige el chef australiano Peter Orr, ex-Au Passage. Está situado en la calle de la Fontaine au Roi, 11ème, muy cerca del Canal Saint-Martin. Dispone de un bonito comedor, grandes ventanas a la calle y cocina abierta, su mobiliario es cómodo, de ambiente moderno y elegante a la vez, y sus platos refinados.


Nosotros acudimos un sábado al mediodía, y disfrutamos. Tanto con los primeros como con los segundos: parfait de foie gras et foie de volaille, pistaches et brioche; poulpe, coco de Paimpol, feuille d'huître; canard colvert, chou noir, pancetta, coing; veau fermier, pressé de pommes de terre, joue de boeuf, girolles. Por supuesto llegamos al postre: mousse au chocolat, fruit de la passion, granola et glace pistache. Todos los platos destacaron.




De entre los vinos ofrecidos en su carta nos apetecía mucho volver a beber Les Insouciants de Didier et Jules Grappe. Añada 2016. Pur jus, 11,2% de graduación, pinot noir, chardonnay, trousseau y poulsard. Algo reducido al primer instante, tras respirar un poco en el decantador cambió y acompañó muy bien toda la comida. La última vez lo habíamos bebido en nuestro viaje por el Jura, en aquella ocasión fue la añada 2015 y resultó también tremendo.



Nunca nos vamos de París sin aprovisionarnos previamente en esta tienda de vinos. Mi cavista preferido. Situado en la conocida rue Paul Bert, 11ème. Siempre bien atendido por Mickael Lemasle, me llevé algunas botellas no siempre fáciles de encontrar.

No sé si fue casualidad, pero lo cierto es que cuando recapitulé en los vinos comprados, me di cuenta de que todos eran de Auvergne. Está claro que es una de mis regiones favoritas.


Hasta aquí nuestra última estancia en París, espero volver pronto.

Vicente

© elvinoquebebo.com


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