viernes, 30 de octubre de 2015

Bugey Cerdon, rosé pétillant méthode ancestrale: Raphaël Bartucci, Balivet y Renardat-Fache



Hace ya algunos años tuve por primera vez en mis manos una de estas botellas. Me lo había enviado un amigo francés con buen gusto por el vino, me indicó que era un espumoso que no usaba el método tradicional sino ancestral, demi-sec y rosado, de una zona vinícola poco conocida de Francia. Sinceramente, no me esperaba gran cosa, pero los gustos de mi amigo son fiables así que seguí su recomendación acompañándolo con un postre de chocolate. El vino me sorprendió, aromas a frutos rojos, fresco, muy natural, bajo de alcohol, acidez que contrarrestaba el azúcar residual resultando dulce pero nada empalagoso, un vino festivo, delicioso con el postre. Era una botella de Bugey Cerdon de Renardat-Fache.

Bugey Cerdon es un vino espumoso rosado cuya producción se extiende por diez comunas. Una de ellas, Cerdon, da también el nombre a la denominación. Se sitúa dentro del viñedo de Bugey (AOC desde 2009), en la región Rhône-Alpes, departamento de l'Ain, es decir, al este de Francia, a medio camino entre Lyon y Ginebra, adyacente a Savoie.

Se diría que es un viñedo escondido, tal vez un secreto guardado, rodeado de zonas vinícolas prestigiosas como Borgoña, Saboya, Jura y Ródano. Ocupa únicamente 136 hectáreas, de suelos arcillosos calcáreos, con pendientes de entre 250 a 550 metros de altitud.

Toda la producción de Bugey Cerdon consiste en vino espumoso, pétillant rosado que se obtiene a partir de gamay, poulsard o un ensamblaje de ambas. Se elabora siempre según la méthode ancestrale, se trata de una fermentación alcohólica incompleta, prosiguiendo ésta en botella sin realizar ningún tipo de dosage, es decir, sin licor de tiraje.

El buen Cerdon presenta también acidez y notas calizas aparte de azúcar, fruta y bajo contenido de alcohol. Ahora estos vinos casi que los persigo, no conozco muchos productores pero creo que he probado algunos de los mejores:

Raphaël Bartucci

De padres calabreses, instalado en Mérignat desde 1981, un pequeño pueblo que no llega a los 200 habitantes, posee 2 hectáreas y produce unas 15.000 botellas anualmente. Tiene la certificación Ecocert de agricultura biológica (ecológica) desde 1997.

Su botella (foto de cabecera), añada 2013, gamay, tiene color rojo fresa, aromas a fresas del bosque, suficiente acidez y no resulta excesivamente dulce, menos de lo que esperaba. La espuma es ligera y en boca es fresco. Solo 7% de graduación, vinificado sin maceración, sin chaptalización y sin añadido de levaduras ni sulfuroso. Fermentación espontánea en botella, método ancestral. Perfecto con pasteles de frutos rojos, en nuestro caso cheesecake de arándanos. Se degusta muy placenteramente y se bebe rápido. Huele también a piedra caliza.


Cécile et Vincent Balivet

Su domaine, Gaec Philippe Balivet ocupa 7 hectáreas de viñedo, también en Mérignat. Un 90% de viñas de gamay y un 10% de poulsard. Con certificación Ecocert desde 1999. Producción de 30.000 botellas apróximadamente.

Hace poco bebí dos de sus vinos, Bugey Cerdon y Bugey Cerdon Récolte Cécile. La primera 100% gamay y la segunda gamay y poulsard a partes iguales. Ambas botellas con una graduación alcohólica de 7%.

La cuvée Récolte Cécile es de color rosa fresa brillante. El dulzor es discreto, la espuma cremosa deja paso rápidamente a finas burbujas. Sus aromas recuerdan a la cereza dulce y al caramelo de pequeños frutos rojos, refrescante en boca. Un postre en sí, digestivo incluso. La otra botella, la de gamay 100% también la he disfrutado mucho.


Élie et Alain Renardat-Fache

Alain, desde 1974, y su hijo Élie, desde el 96, éste último 6ª generación produciendo vino en la zona y a la cabeza del domaine actualmente, son los creadores de aquella botella que degusté hace años como comentaba al principio. Su viñedo, 12 hectáreas, se localiza en Cerdon. Producen algo más de 100.000 botellas.

Este artículo lo he estado preparando degustando una botella suya, de la añada 2014. Mezcla de gamay y poulsard, muy agradable de nuevo, predominando los frutos rojos, cremoso, no empalagoso, de baja graduación, 7,5%, refrescante. Un brioche y unas cookies de chocolate han completado la degustación.

Aparte de diversas tartas, pasteles de frutos rojos, galletas o brioches, se me ocurren otras compañías para estos vinos, como sorbetes, fondue de chocolate y fresas, fruta pochada, crêpes de azúcar o simplemente pan con chocolate. Y si no, para combatir la sed.

Vicente

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