Uno de los momentos más agradables de beber vino es reunirse
con los amigos y compartir esta maravillosa afición. Con esa idea nos acercamos
a Valencia, en concreto a uno de sus barrios más emblemáticos, Ruzafa. En el
corazón de este barrio, muy cerca del Mercado Municipal, teníamos una cita en
casa de nuestros amigos con su grupo de enópatas para disfrutar de los vinos y
platos aportados por cada pareja. Resultó una vez más un fabuloso fin de semana
en Valencia.
Vayamos al grano. En vísperas del gran día nos
disponemos a cenar un grupo reducido, hay que agudizar los sentidos. Los vinos
degustados:
Tío Pepe en Rama 2014. Resalta
la aromaticidad de las levaduras de la flor. Boca fresca con apuntes salinos. Quinta
edición en rama, embotellado directamente de la bota, la etiqueta indica el 24
de abril. En este 2014 realizaron una
selección de entre más de 600 botas de las soleras fundacionales Tío Pepe
Constancia y Tío Pepe Rebollo. Puro zumo de flor indica su enólogo. Buena
definición.
Vieux Savagnin 2003 Arbois Pupillin, Houillon-Overnoy. Botella con lacre amarillo,
savagnin. Un vino ouillé, sin velo, vinificado en barricas de 600 litros . Sin
filtración y sin SO2 añadido. Complejo, intenso, persistente, expresivo. Notas
de frutos secos, especias, cítricos… Seco, en perfecto equilibrio
acidez/alcohol. Una vivacidad increíble y enorme longitud, con gran potencial
de guarda. Sorprendente también por venir de una añada tan particular, la
canícula no le afectó. Lástima que se presente en botellas más pequeñas, de 50
cl., y en número muy limitado. Solo por este vino del Jura vale la pena
recorrer cientos de kilómetros. ¡Me declaro jurassien!
Frutas rojas, bosque húmedo, tierra mojada, mentolados,
taninos suaves… fresco y equilibrado. Albarello 2008 de José
Luis Mateo García (Quinta da Muradella - Monterrei), un vino que me
trajo recuerdos muy agradables del viaje por tierras gallegas.
Viña Tondonia 1964. Una
gran añada riojana y una de nuestras bodegas preferidas. En nariz predomina la
madera antigua, con multitud de matices. En boca se muestra menos expresivo. De
cualquier modo, a quién no le apetece probar un vino de esta vejez, en este
caso de un año en el que no habíamos nacido ninguno de los presentes, y de una
bodega mítica, que se lo pregunten a los neoyorkinos. Por cierto, el vino se
mantenía mejor que yo.
Caramba con Mario y Nuria, las dos botellas que han traído
son el tremendo savagnin ouillé y este rioja. ¿Qué hacéis viviendo tan lejos? O
soy yo el que vive lejos.
Las botellas de la primera noche
Al día siguiente, repetimos escenario pero siendo siete parejas
las asistentes, la noche promete.
Empezamos de nuevo con nuestro conocido Tío Pepe de González
Byass para seguir con Manzanilla Pasada Barbiana, saca del
pasado diciembre, totalmente en rama y en tamaño Magnum. Se trata de una
selección especial realizada por el enólogo Salvador Real de las bodegas Delgado
Zuleta, producida y embotellada especialmente para Armando Guerra y su Taberna
der Guerrita. De ahí la traemos.
Una
manzanilla que más que pasada podríamos llamar media, debido a su tiempo en
criaderas durante unos 6 años. Frescura y salinidad. Cerramos los ojos y nos
trasladamos a Sanlúcar, a Bajo de Guía: marea baja, aroma de algas, brisa de
poniente sanluqueño. Las 300 unidades ya están agotadas, no me extraña, esperaremos a la
nueva saca de octubre para hacer un nuevo encargo a Er Guerrita. En magnum
gusta mucho más.
Se abre un nuevo vino, ahora a ciegas, todos acertamos el
tipo de vino, una joya así sólo puede ser un amontillado. Amontillado VORS Muy Viejo Del
Duque de González Byass: frutos secos, avellanas, maderas nobles,
complejidad, concentración, carácter, ¡una bestia! Uno de los grandes vinos de
la velada. Para saborearlo, un tartar de salmón. ¡Qué más se puede pedir!
En reuniones así no pueden faltar los vinos jerezanos,
vinos singulares capaces de ofrecer joyas únicas en el mundo.
Tampoco pueden estar ausentes los vinos de Champagne.
Primero, una muestra de la Côte de Blancs, Frank Bonville Blanc de Blancs Prestige Grand
Cru. Acompañó unas fresquísimas gambas, rápidamente consumidas, como el
champagne.
El segundo champagne es el Brut Nature George Laval.
Vincent Laval elabora en Cumières, a escasos 5 Kilómetros de
Epernay, este Premier Cru fermentado en barrica. Sus etiquetas llevan el nombre
de su padre. Finas burbujas, fruta blanca madura, levadura, manzana asada,
vinoso… 50% chardonnay y el resto pinot noir y meunier a partes iguales. Proviene
únicamente de la añada 2009, aunque usualmente mezcla dos cosechas en esta
cuvée. La etiqueta indica siempre el degüelle, octubre 2012 para nuestra
botella. Se trata de una bodega de pequeña producción, posee poco más de 2 hectáreas . Su cuvée
Hautes Chênes es su vino estrella. Uno de los grandes.
Varios platos degustamos elaborados por los asistentes: ajoarriero, canapés de salmón ahumado con cítricos confitados,
mejillones con laurel en falso escabeche caliente… Paco (Paco Cinillas) nos
sorprendió con el dominio de su barbacoa adaptada para cocinar con humo
empleando diferentes maderas naturales: carrasca, roble, naranjo… Impresionante
el timbal de patata y pulpo con ajoaceite ligero y espolvoreado con merkén, una
especia picante de origen chileno, desconocida por mí hasta ahora. Los aromas
ahumados del pulpo y el picante que quedaba en la boca, sin llegar a invadir en
ningún momento la garganta, eran limpiados perfectamente por el joven Chablis
1er Cru aportado por el cocinero.
Seguimos. La zona del siguiente vino fue rápidamente
identificada, aunque no era tan fácil, el noroeste de España. Gorvia
2008 Quinta da Muralleda, un vinazo de José Luis Mateo García, a partir
de dona branca.
Otra botella a ciegas, no lleva etiqueta, bueno, la que
lleva colgada es escondida. Huele claramente a moscatel y a maceración larga.
Es Benimaquía
Tinajas 2012, un vino naranja (macerado durante tiempo en sus pieles).
Un gran trabajo el que realiza Rafa Bernabé en sus Viñedos
Culturales. Viñedos en este caso de la Marina Alta alicantina. Sin
adición de sulfuroso. Nariz franca, paso fresco por boca, nos gustó más su
nariz que su boca.
Llega el gran tinto de la noche. Ahumados, fruta
negra y roja, notas especiadas, buena acidez. Una shiraz, que no syrah, aunque
yo llegué a pensar en Côte-Rôtie. Nombre latino para una famosa botella
sudafricana, Columella 2006 de Eben Sadie (20% de monastrell que
casi no apreciábamos). Nos gustó mucho.
Pasamos al dulce. Trimbach Gewurztraminer Vendange Tardive
2002, una delicia alsaciana de 75 cl. Elegante, equilibrado en dulzura
y acidez proporcionando amplitud y largura en boca. En nariz, notas de miel,
pétalos de rosa, membrillo, confitura, especias… muy bueno. Unos 80 g/L de
azúcar residual.
Varios extra-ball aparecieron durante la noche,
entre ellos, el austriaco Grüner Veltliner Beerenauslese
2000 Weingut
Spielauer, con un elegante y moderado dulzor. Tampoco se me olvida el
exquisito bizcocho de almendras que lo acompañó, fino y esponjoso.
Mi última copa la destiné a disfrutar de nuevo con el
Amontillado VORS, un vino de sabor casi infinito para una noche que nos pareció
corta.
Un fantástico fin de semana, buenos vinos, buena
comida y mejor compañía. A veces pienso que con reuniones así no iríamos nunca
a los restaurantes. Pero también tuvimos la oportunidad de visitar alguno,
casualmente coincidimos con la décima edición de la semana Cuina Oberta, una
buena idea que celebran en Valencia desde hace años.
Saludos a nuestros amigos Nuria, Mario, Isabel, Salva, Maria José, Esteban,
Asun, Paco, Pilar, Paco, Amparo y Juan Luis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comments are moderated and will not appear until the author have approved them.