martes, 30 de abril de 2013

UN MUNDO DE VINO

Protagonista: el vino. Esta fue la máxima en el evento llamado “Un mundo de vino”, celebrado hace escasos días en la pinada del restaurante Villa Más, en la localidad de Sant Feliu de Guíxols. Organizado por Josep Roca (El Celler de Can Roca), Carlos Orta (Villa Más) y Philippe Pinoteau (responsable del mítico bistrot parisino Le Baratin), al encuentro asistió una importante selección de elaboradores, del arco mediterráneo en su mayoría, con el propósito de ofrecer la expresión de sus viñedos a través de sus vinos.

Acompañó un día precioso, luz, brisa del mar y los aromas mediterráneos de la vegetación del lugar. Con el objetivo de disfrutar del momento, únicamente teníamos marcada la primera mesa como inicio de las degustaciones de la jornada, el resto serían elegidas al azar o por impulsos. Se trataba de los champagnes de Emmanuel Lassaigne, una de las pequeñas producciones que más nos gusta de la zona. Degustamos sus cuatro blanc de blancs: Les Vignes de Montgueux, Le Cotet (la parcela plantada por su padre hace casi medio siglo), La Colline Inspirée (el título de la novela que da nombre a esta cuvée realizada con las viejas viñas, vinificadas en barricas) y el Millésime Deux Mille Cinq (vinificación en cuba). Nos contaba Emmanuel que únicamente utilizaba un poco de soufre en el momento de prensar y nada durante el resto de la elaboración. Nuestra respuesta fue destacar la extraordinaria mineralidad de sus vinos: “C´est la craie!” “¡Es la tiza!”. Coincidíamos con el amable vigneron.

A continuación, los riesling de Wittmann, destacando sus fantásticos Grosse Gewächse Kirchspiel 2007 y Morstein 2007, más delgado el primero, en una zona más fría, siendo más cálido el segundo, más al sur. Deliciosa riesling.

Los blancos de Dario Princic en Friuli-Venezia Giulia, los degustamos un poco calientes al inicio de la jornada esperando ser refrescados, pero los encontré sumamente interesantes. Todos con maceración en madera abierta, con piel y sin raspón. Jakot 2010, Pinot Grigio 2010 (de un bonito color rosado), Bianco Trevez 2009, Favola 2008 y Ribolla Gialla fueron sus botellas. Tendremos que volver a probarlos.

Y seguimos con unos vinos puros, no pesados, limpios en boca y con ciertas notas balsámicas, los vermentinos de Antoine Arena. Sin menospreciar en absoluto sus Carco y Les Hauts de Carco del 2012, nos llamó la atención Grotte d´Isole 2012, en un terreno más al sur menos calcáreo y más arcilloso, y su Vin de Table fuera de la AOC Patrimonio, Bianco Gentile, una cepa casi desaparecida plantada en el 96, con un amargor y mineralidad que le da longitud, no realiza la malo en este vino.

Y llegamos a una de las mesas que más me interesaban, los vinos griegos representados por Yorgos Ioannidis. Tengo un muy grato recuerdo cuando hace unos tres años probé otras añadas de estos vinos en una degustación organizada por Caves Augé en Paris. Probamos los blancos dejando los tintos y dulces para un poco más tarde. Me siguen sorprendiendo estos vinos con cepas poco o nada conocidas como la robola de Cefalonia y la assyrtiko, cepas prefiloxéricas en terrenos arcillo-calcáreos o volcánicos (Santorini) y vinificación con raspón.

Continuamos en otra mesa, con uno de los blancos que más nos gustó en la jornada, Frileuse 2011 (1/3 fié gris, 1/3 chardonnay y 1/3 sauvignon) de Puzelat. Mis amigos encontraron la descripción adecuada en nariz, agabe, además de cítricos y muchas más virtudes placenteras. Nada mal su Vin Rosé 2010, pinot gris, con unos cueros en nariz muy agradables, no encontramos un rosado así por aquí. Frescor en su gamay de Touraine La Butte 2012.

Aparte de elaborar sus vinos, Thierry Puzelat también distribuye los de otros amigos. Así, los de COS (Sicilia), de cuyos vinos hablaremos ampliamente en una próxima ocasión, y los de Fonterezza, destacando la elegancia y amabilidad de su Brunello di Montalcino 2007. Y para terminar la mesa, los curiosos vinos de Georgia, de los cuales me gustó el Iago´s Wine Chardakhi 2011 y su uva chinuri, sin maceración, no sé por qué pero este vino me dio hambre, un vino para ser acompañado de comida. El Our Wine 2011 de Vineyard Tshortauli, situada al este de la región casi en la frontera con Azerbayán, de uva goruli mtsvane y seis meses de maceración en terracota enterrada, resultó excesivamente tánico a pesar de ser blanco, naranja mejor dicho, el término orange wine fue acuñado por los críticos estadounidenses hace unos años para este tipo de vinos de variedad blanca en larga maceración pelicular. No es de extrañar que nos aconsejaran probarlos tras los tintos, incluso tuvimos que limpiar bien la copa para poder continuar.

Enorme disfrute con las muestras embotelladas traídas por Éric Pfifferling. Impresionantes sus rosés, el Tavel 2012 (grénache 60%, cinsault 20% y el resto carignan y clairette) y aún más el 2011, criado en cuba troncónica durante 18 meses. Superbe! Terrenos arcillo calcáreos con arena, nada de productos químicos, únicamente 1 gramo de sulfuroso en el momento del ensamblaje. ¡De los mejores rosados que he probado en mi vida! También nos encantó su tinto Véjade 2012, bella vista en lengua occitana. Es un coupage de mourvédre y grénache con maceración del racimo entero.

De los vinos de Frédéric Corsard, Domaine de Charssoney, destacamos su Puligny-Montrachet 2011 (notas de lima en nariz, recto) y su Chambolle-Musigny 2010, pura elegancia, siendo aún joven y por madurar su Vosne-Romanée Les Champs Perdrix 2011 situado un pasito arriba de La Tâche.

Continuamos con los singulares vinos tinerfeños de Suertes del Marqués, listán blanco, listán negro, o baboso, viñas autóctonas cultivadas a pie franco, algunas centenarias, en suelos volcánicos del precioso Valle de la Orotava. Vidonia (listán blanco), 7 Fuentes (listán negro, notas especiadas) y los vinos de parcela, La Solana, Los Pasitos, El Ciruelo, todos 2011. ¡Qué buenos!

Saludamos a los chicos de la Sierra de Gredos, Comando G y sus garnachas, disfrutamos con Las Umbrías 2011 (suelo granito y arcilla) y caímos rendidos ante la excelencia de Rumbo al Norte 2011 (altura, granito y orientación norte). Y ahora ya sí, nos dirigimos rápidamente a comer con unas copas en la mano de La Bruja Avería 2011.

Recuperamos fuerzas sentados muy a gusto en la terraza del restaurante Villa Más acompañados de una oportuna sopa de escudella, caliente y reconstituyente, un platito de arroz y una tabla de deliciosos quesos y embutidos. Con los vinos degustados hasta el momento éramos plenamente felices, pero cómo dejar algunas de las bodegas que faltaban.

Una suerte tener delante de nosotros los vinos de Elisabetta Foradori, para el deleite. Ya conociamos el Foradori Teroldego, probamos en esta ocasión su 2010, un vino que nos introduce a esta sensacional bodega. Me gustó el Fontanasanta 2011 Manzoni Bianco y aún más el Fontanasanta Nosiola 2011, maceración pelicular durante 8 meses en tinajas de arcilla, procedentes de Villarrobledo, que da como resultado un vino fino, enérgico y vivo. No me pidáis elegir entre los excelentes tintos Teroldego Sgarzon y Teroldego Morey, ambos de la añada 2011 y 8 meses en ánfora, distintos viñedos y misma uva, teroldego. Sí os diré que preferí el Granato 2006, con más evolución pero fresco y mucho más sedoso que el Granato 2009, de una añada cálida y mostrando mayor carnosidad. También muy bien Ampeleia 2010, 60 % de cabernet franc y el resto sangiovese, canaiolo y hasta un total de 7 variedades. Extraordinaria muestra.

Recuerdo que, viajando por Piamonte, muchos de los vitivinicultores nos aconsejaban un nombre, Luca Roagna. No me extraña, barbarescos y barolos con largas maceraciones, crianzas en grandes tinas y el máximo respeto por la naturaleza. Luca nos enseña en su móvil las fotos de su viñedo, la hierba inunda el suelo alrededor de las cepas, sigue los métodos del agricultor y filósofo japonés Masanobu Fukuoka basados en intervenir lo menos posible en los procesos naturales. Nos comenta que no necesita utilizar preparados biodinámicos, está orgulloso de la salud de sus parcelas. En cuanto a sus vinos, tras envinar cuidadosamente nuestras copas, empezamos a percibir notas de rosas, especias, tabaco… y en boca, taninos finos, acidez refrescante, intensidad y una elegancia y madurez increíbles para su juventud: Barolo La Pira 2007 y los  Barbaresco Pajè y Asili  Vecchie Vigne 2007 (sólo 1200 botellas de este último). Grande, muy grande Luca Roagna.

Paseo por los Beaujolais de Jean Foillard, destacando en esta ocasión, entre la calidad, su Cuvée 3,14 2009. Y gran disfrute con los vinos de Jean-François Nicq, Les Foulards Rouges (Roussillon), fresca explosión de pura fruta, siendo el que más me gustó Frida 2012 (grénache y carignan). De los magnums de la vigneronne Laurence “Yoyo” Manya Krief, bombas frutales muy agradables de beber, de Banyuls-sur-Mer, me los quedaría todos (Km 31, La Tranchée, Akoibon y el blanco Restaké, añada 2012).

Probamos las novedades de Terroir al Límit, Terra de Cuques 2012 (exitoso y muy placentero coupage de moscatel y pedro ximénez) y el Muscat 2012, sutiles notas de azahar. Por supuesto, no desaprovechamos la oportunidad de volver a disfrutar con un sorbo de Les Manyes 2010, prohibido escupir esta garnacha cultivada en suelos de arcilla roja, láminas de yeso, margas y cuarzo, a 700 metros de altitud.

Ejemplo de clima atlántico con los vinos de Algueira en la Ribeira Sacra, uno de los paisajes vinícolas más espectaculares. A ello unen sus variedades autóctonas, godello, merenzao, brancellao (alvarello)… Vinos frescos y minerales. Nos entusiasmó su novedad Madialeva 2011 (garnacha tintorera), disponible en magnum y doble magnum.

Confirmar lo que ya sabíamos de los vinos de Goyo García Viadero, tanto en Cantabria como en Ribera del Duero, mostrándose algunos aún más atlánticos que muchos grandes gallegos. En un estado extraordinario Finca El Peruco 2010 (85% tinta fina, 15% albillo) y el 2009 Viñas de Anguix (culebra en árabe).

Seleccionando ya entre las últimas degustaciones, volvimos a acercarnos a los vinos de Ioannidis para probar los tintos y dulces pendientes. Es difícil quedarse con los nombres, pero no con sus virtudes, entrada golosa, buena acidez, tanino noble, largo postgusto y equilibrados en toda la gama de muestra: Orgion 2010, bodega Sklavos en Cefalonia; Xinomavro Nature 2010 y Terre et Ciel 2010 (Yn Kal Oupavós) del Domaine Thymiopoulos en Naoussa, al norte de Grecia (xinomavro es también el nombre de la cepa); Oikonomoy Sitia 2006 del Domaine Economou, al este de Creta, con la cepa autóctona liatiko.

Traca casi final con las Botas del Equipo Navazos: la 42, qué frescor en esta Manzanilla saca de febrero; la Bota 44, Bota de Vino Blanco MMX “florpower”, qué bella sensación a escasos metros del mar; y la Bota 41 de Palo Cortado Viejísimo “Bota NO”, me quiero ir para Sanlúcar.

Para despedimos del fabuloso evento elegimos dos fantásticos dulces: del Domaine Economou, Oikonomoy Sitia 2010 Vendanges Tardives, cepa liatiko y mandilari, y de la bodega Hatzidakis el Vinsanto Santorini 2003.

Un día de buenos vinos. Nos fuimos felices por haber asistido a este acto, empleando un único lenguaje, el del vino, un protagonista universal que no entiende de fronteras, un mundo de vino. Enhorabuena a todos.

Vicente



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