viernes, 17 de agosto de 2012

DOMAINE HUET - NOËL PINGUET



La noticia surgió hace apenas unos meses: Noël Pinguet, a los 67 años y tras más de 30 a la cabeza del Domaine Huet, se retiraba 3 años antes de la fecha planificada. La célebre RVF informó que la causa eran divergentes puntos de vista entre el vigneron y la familia americana Hwang, propietaria desde 2003. El desacuerdo según la citada revista se centraba en dos puntos: la política comercial priorizando el suministro de grandes cantidades, y la intención de concentrar la producción en los vinos secos en detrimento de los demi-sec y los vinos dulces, por los cuales es internacionalmente conocido el domaine. Todo ello ocasionó un gran revuelo en los más importantes blogs británicos. Posteriormente, la familia propietaria declaraba que pretendian continuar con la misma filosofía y que contaban con el resto del equipo con el que trabajaban desde largo tiempo. La situación parece que ya se calmó, sobre todo tras la carta que el propio Noël Pinguet envió a uno de los más prestigiosos blogs en habla inglesa especializados en la zona del Loira (Jim´s Loire). En dicha carta el veterano vigneron aclaraba que los motivos de su desvinculación eran disfrutar de tiempo libre para su ocio y su familia dando paso a la nueva generación para continuar con la misma filosofía de producción y comercialización. También indicaba que seguía compartiendo con los propietarios el stock y venta de los viejos millésimes del domaine.

Noël Pinguet tras trabajar junto con su suegro Gastón Huet, cuyo padre Victor creó el domaine en 1928, tomó las riendas de la propiedad en 1976 y la introdujo por completo en la agricultura biodinámica desde 1990. En 2003 la familia Hwang compró el Domaine, compuesto actualmente de 35 hectáreas repartidas esencialmente entre tres propiedades: Le Haut-Lieu, Le Mont y Le Clos du Bourg. Situado dentro de la appellation Vouvray, al este de Tours (capital de Touraine) a orillas del río Loire, la única uva utilizada es Chenin Blanc, conocida en la zona como Pineau de la Loire. En las tres parcelas producen los distintos estilos de la casa: secs, demi-secs y moelleux (elaborados a partir de uvas atacadas por la botritis).

Hace un par de años, tuve la ocasión de participar en una cata de degustación dirigida por Noël Pinguet. Todos los vinos resultaron impresionantes: los secs, los demi-secs y los moelleux. Entre estos últimos, los asistentes tuvimos la fortuna de probar antiguas añadas, la impactante y aún joven Le Mont 1ère Trie 1961 o la del 53. Pero las estrellas fueron las dos últimas botellas de la sesión: su gran millésime Le Haut-Lieu 1ère Trie 1989 (90 g de azúcar residual) y el fantástico Cuvée Constance 2003, llamado así en honor de la madre de Gaston Huet (11,7 grados de alcohol, 200 g de azúcar residual, vendimiado grano a grano de las tres propiedades). La degustación supuso unas horas de disfrute aprendiendo muchísimo de la filosofía vinícola de todo un caballero. No se me olvidará.

Recientemente, en casa, disfrutamos de las dos botellas de la foto, compradas ambas en la tienda Vinacoteca:

Le Haut-Lieu Sec 2010, color claro, plateado, con brillo y reflejos verdosos. Con tensión y nervio. Unos 8 gramos de azúcar residual. Pera, cítricos (lima), membrillo, mineral (silex), mantequilla en nariz. En boca, acidez, dulzura y muy largo. Y eso que todavía es un bebé. Bien con un salmón en papillote, sensacional con un arroz negro.

Clos du Bourg Demi-Sec 2005, 20 g de azúcar residual, gran añada en la zona. Los Demi-Sec tienen una paleta aromática muy amplia y son  la expresión más representativa de Vouvray. Equilibrio entre azúcar, acidez y alcohol. Bien delineado, con estructura y peso. Una delicia que saboreamos en compañía de unos suaves quesos azules.

También elaboran un Pétillant del cual he encargado algún ejemplar y espero probarlo por primera vez en el próximo mes de septiembre. Utilizaré este mismo post para dejar mis notas sobre el por mí anhelado espumoso.

El Domaine Huet siempre se ha caracterizado por elaborar vinos de alta calidad, equilibrados y elegantes, donde predomina la finura a la potencia. Vinos que dan placer y que continuaré buscando y degustando.

Vicente
 



Domaine Huet Brut 2005 Vouvray Pétillant (8-septiembre-2012)

Tal y como esperaba, ya en septiembre, he conseguido probar este Pétillant, comprado en elsumiller.es.

Tenía dudas sobre su método de elaboración (tradicional como en Champagne o ancestral como resultado de una única fermentación). En esta ocasión, preferí consultar vía mail directamente con el domaine y en breves minutos, muy amablemente, contestaron todas mis preguntas sobre la vinificación de esta botella de chenin pétillant. Todo un detalle de esta casa que continúa siendo un ejemplo de atención y amabilidad.

Me informaron que lo elaboraban según la Méthode Traditionnelle a baja presión, utilizando los 12 g/l de azúcar natural, en lugar de los 24 que se emplean en Champagne (se refieren al liqueur de tirage), para llegar a los 3 bares de presión antes del degüelle, resultando 2,5 bares tras el degüelle.

Y varios detalles más:

Sol: Argilo-calcaire-siliceux.
Taille: courte avec quatre à cinq coursons de deux ou trois yeux francs.
Age des vignes: de 5 à 10 ans.
Titre Alcoométrique: 11,94%
Sucres: 8,70 g/l
Acidité totale: 4,70 g/l
Température de service: 11ºC

Vinification: les raisins fermentent en demi-muids (600 litres) sous l´action de levures indigènes et sans aucune chaptalisation.

Elaboration: selon les principes de la méthode traditionnelle, le vin est mis en bouteille avec 12 grammes de sucre par litre, ceci donnant après fermentation en bouteille une pression de 3 bars.

La appellation Vouvray-Pétillant exige un mínimo de 9 meses de crianza posterior en rima, la costumbre en el Domaine Huet es la de emplear largo tiempo << sur lattes >>. La producción de vino efervescente en la zona supera claramente el 50% de la producción total. Si la presión es superior a 5 bares se les denomina Mousseux.

En mi botella, Brut 2005 Huet, destacaba el predominio en nariz de las notas ahumadas y tostadas, también piel de manzana verde, algo de corteza de limón y de pomelo, ganando con la aireación hacia el caramelo de miel-limón. La burbuja disminuyó de forma rápida asemejándose a un vino tranquilo, dato que no encuentro negativo sino de madurez y también debido a las características de su elaboración. En cambio, al día siguiente, los ahumados y tostados habían desaparecido dejando paso a una mayor frescura dominando las notas cítricas y de sal de frutas. En boca, textura fina y buena acidez, longitudinal y con un final suficientemente largo. Un vino que encontré curioso e interesante y que cumplió sobradamente su función como vino de aperitivo. Me alegra haberlo probado.

Vicente

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