viernes, 25 de mayo de 2012

A LOS PIES DE LOS ALPES: PIEMONTE, DONDE REINA LA NEBBIOLO





Ganas teníamos de visitar esta zona. Durante tres días disfrutamos de su paisaje, sus pueblos, su gente, sus vinos y su gastronomía. Nos gustó más de lo que habíamos llegado a imaginar. La realidad superó nuestros sueños.

Recorrimos las zonas más importantes de la región de Piemonte: los principales pueblos que componen las DOCG Barolo y Barbaresco, que se extienden por las colinas de Le Langhe rodeando la ciudad de Alba y presentando algunos de los vinos más reputados y deseados del mundo. Además de visitar la ciudad del tartufo bianco, nos acercamos también a la bellísima y tranquila zona de la colina de Monferrato (tierra de Barbera).  

La Morra, Barolo, Monforte d´Alba, Serralunga d´Alba y Castiglione Falletto son las cinco poblaciones con mayor prestigio de los once municipios que forman el territorio del Barolo. La zona de Barbaresco se extiende por el pueblo del mismo nombre y sus comarcas vecinas Neive y Treiso.

La estrella es el Nebbiolo. Para esta variedad se reservan los mejores emplazamientos que corresponden a zonas altas, ricas en piedra caliza, y las mejores exposiciones, sur o este; dejando para la uva Barbera o la Dolcetto, las laderas medias donde predomina la arenisca y la parte baja y arcillosa del valle, así como las orientaciones al norte y al oeste.  

El paisaje es espectacular, la mayoría de los encantadores pueblos son visibles en lo alto de las empinadas colinas, con las laderas cubiertas por un manto verde de viñedos en micro parcelas y al fondo, una pincelada blanca formada por la cordillera de Los Alpes, sobresaliendo el hipnotizante Monte Bianco.

En Barolo existen viñedos de renombre internacional como, entre otros: Cerequio, Brunate, Rocche dell´Annunziata, La Serra, Arborina (La Morra); Cannubi, también Brunate y La Serra (Barolo); Ravera (Novello); Bussia, Ginestra, San Giovanni (Monforte); Francia (Serralunga); Monprivato, Bricco Bochis y Roche (Castiglione di Falletto)… Y grandes elaboradores como Giacomo Conterno, Aldo Conterno, Cavallotto, Rinaldi, Brovia, Cappellano, Bartolo Mascarello, Gianfranco Alessandria, Elio Grasso, Elio Altare, Roberto Voerzio, Luciano Sandrone… Mientras que en la zona de Barbaresco destacan Giuseppe Cortese, Roagna, Marchesi di Gresy, Bruno Giacosa (enorme en las dos zonas) y cómo no, Produttori di Barbaresco… También sobresalen viñedos con nombres tan originales como Asili, Rabaja´, Martinenga (Barbaresco), Gallina (Neive)… ¡Se me hace la boca agua!

Tanto los Barolo como los Barbaresco son vinos tánicos y ácidos en su juventud, características de su única variedad, Nebbiolo. Son vinos de larga guarda, desarrollando con los años gran complejidad, uniendo a los pétalos de rosas y violetas y al perfume de fruta roja, otros aromas como regaliz, frutas negras, especias, alquitrán… Se dice que el Barbaresco, en comparación al Barolo, es un vino más suave y bebible; su paisaje también lo encontramos algo diferente en el color, menos verde, más seco. Como nota aclaratoria, si un Barolo debe tener 3 años de crianza (uno y medio de ellos en madera), el Riserva son mínimo 5 años (incluidos 18 meses en madera). La equivalencia en Barbaresco sería 26 meses (9 en madera) siendo el Riserva 50 meses (9 de ellos en madera). También existen diferencias organolépticas en los vinos entre los pueblos dentro de Barolo a causa de la composición del suelo.

Desde los años 80 ha existido una fuerte rivalidad, hoy atenuada, entre los llamados elaboradores modernistas y los tradicionalistas. Explicando, grosso modo, algunas de las diferencias: mientras que los primeros apuestan por maceraciones breves y utilizan barricas francesas, los segundos prefieren largas maceraciones y mantienen las crianzas, también largas, en los grandes botti de roble esloveno. Actualmente existen excelentes vinicultores en ambas tendencias.

Aparte de las dos prestigiosas DOCG existe multitud de DOC en Le Langhe y en el resto de Piemonte, muchas utilizan como denominación el nombre del vigneti (variedad). Así, por ejemplo, Dolcetto d´Alba y Barbera d´Alba, Nebbiolo d´Alba, Langhe, Roero, Moscato d´Asti (DOCG), Barbera d´Asti, Barbera de Monferrato…

Además de Nebbiolo, Barbera y Dolcetto, hay otras variedades en Piemonte no tan conocidas como por ejemplo, Brachetto, Ruché, Freisa, Grignolino… Y entre las blancas, Erbaluce, Arneis, Cortese, Timorasso, Moscato Bianco…

Le Langhe destila vino por todos sus rincones. Fijaros que existen tiendas como la maravillosa Enoteca Regionale di Barbaresco, situada dentro de una antigua iglesia, o la Enoteca Regionale di Barolo y el Museo Etnológico, dentro del castillo de la población. Por cierto, si buscáis una tienda con multitud de referencias probar en la Enoteca Gallo Wine Gallery en La Morra.

Pienso que la cultura del vino en este país está muy desarrollada y cuidada, vimos numerosa gente que se reunía en el bar del pueblo charlando con una copa de vino en la mano, mayores y jóvenes, destacando la cerveza por su ausencia. ¡Envidiable!


Enoteca Regionale di Barolo

Enoteca Regionale di Barbaresco
(Fotografía: Juan Luis Vanrell)


NUESTRA EXPERIENCIA

Nuestra toma de contacto con esta tierra fue espectacular, veníamos de Torino y directamente fuimos a visitar a Giuseppe Cavallotto, quien nos brindó un cordial recibimiento enseñándonos su viñedo en la colina Bricco Boschis, en Castiglione Falletto, mostrándonos las enormes botti eslovenas de su cantina (ventilada de forma natural en una sala bajo tierra) y ofreciéndonos una extraordinaria cata de ocho de sus vinos culminando con una comparativa entre el Barolo Riserva Bricco Boschis Vigna San Giuseppe 2005 y el 2004. El primero, en una añada más fría y lluviosa (floral, balsámico y terroso); el segundo, en una gran añada pero que a pesar de encontrarle una boca increíble con estructura, tanino disimulado por su equilibrio, agradable regaliz y más frescura y fruta en nariz que el 2005, el sabio y sencillo vinicultor nos indicó que el 2004 estaba en un mal momento para beber y era necesario esperar unos años.  

Seguidamente, tras el encuentro con Giuseppe y su hermano, nos alojamos en un lugar idílico, Villa Carita: amplias habitaciones y como única televisión las vistas frontales a los viñedos y las laterales a La Morra. Un lujo asequible y la base ideal para descubrir la zona de Barolo.

Tengo grabada en la memoria la imagen del paisaje y de los distintos pueblos.

La Morra, es el de mayor altitud, parece que cuelgue sobre los viñedos y disfruta de una vista panorámica de todo el valle. El pueblo atrae la atención. Aquí están Roberto Voerzio y Elio Altare 

Barolo se observa desde lo alto en su entrada, aquí teníamos cita con la histórica bodega Borgogno. Unos meses atrás había degustado junto a los amigos una botella de Borgogno Barolo Riserva del 82, un vino que nos recordó al bosque umbrío y su hojarasca, nos emocionó. Aquel día en Monvinic me dije que tenía que visitarlos. La bodega fue adquirida hace poco por Andrea Farinetti, fundador de la conocida cadena de restauración Eataly. La nueva dirección se notaba en la remodelación del edificio, pero mantenían y respetaban el estilo de crianza de la casa en viejos y enormes botti eslovenos. Muy amablemente, nos enseñaron sus instalaciones y, tras admirar los tejados del pueblo y el paisaje desde la azotea del edificio principal, descendimos a la sala de catas para probar su Borgogno Riserva 2007 y 1998. Interesantes ambos, pero diferentes al 82, y es que probar un Barolo de 30 años es una maravilla, más si dicha añada coincide con el mundial del naranjito precisamente ganado por la Italia de Paolo Rossi bajo los aplausos de Sandro Pertini. ¡Qué viejo soy! Jajaja. Por cierto, la visita fue muy interesante.

Recomiendo visitar también Novello y su castillo, desde este pueblo parece que se toquen con las manos las cumbres de Los Alpes. También nos acercamos a Rodino, cerca, pero ya fuera del territorio Barolo, un pequeño pueblo (todos son pequeños) de hermosas vistas. A mis amigos les impactó Serralunga y su esbelta torre. Yo quedé maravillado con Castiglione Falletto, en lo alto de una empinada colina y rodeado de viñedos completamente. Una imagen que en lugar de real parecía pintada.

En Monforte d´Alba disfrutamos de los sabrosos platos de la Osteria La Salita, acompañados por uno de los mejores vinos que bebimos durante el viaje, Barolo San Giovanni 2005 de Gianfranco Alessandria, viticultor de este pueblo (fruto rojo, también negro, láctico, sedoso, cacao, especia, equilibrado en su acidez y tanino, grandes posos, una añada ya bebible en esta botella). Nos enseñaron la cava del restaurante y nos dejaron en ella a nuestro aire, no pude resistirme a llevarme una buena muestra de Elio Grasso (ver foto), los precios de compra descendían entre un 20 y un 30% en relación a los precios en mesa.   

Al segundo día, nos despedíamos de Villa Carita cenando con el vino de Eugenio Bocchino, el amable propietario de la casa y también vinicultor. Tomamos su Nebbiolo d´Alba La Perucca 2007, nos gustó mucho, especiado, balsámico, tanino dulce…

HACIA MONFERRATO

Ya habíamos visitado la bella Alba y tras realizar un pequeño recorrido por la también impactante zona de Barbaresco, pasamos por Asti (tal vez la población menos bonita, y la más grande que visitamos), y llegamos al norte de Monferrato, ya en la provincia de Alessandria, para instalarnos en Cascina Iuli, antigua casa noble de campo. Un lugar donde reina el silencio y la calma de la naturaleza.

Fabrizzio Iuli nos ofreció una cata de sus vinos: su Pinot Nero (Nino 2011) directamente del inox antes de pasar por barrica (fresco, con mucha fruta); también del inox, su coupage Barbera-Nebbiolo (Malidea); catamos el Nebbiolo 2011 de la bota de 2500 litros, el 2010 de barrica y finalmente, de las barricas, la Barbera de Monferrato 2010 y 2011. Vinos que dan frescura, elegancia, vinos verticales, vinos de soif y de copains como dicen los franceses, y que también expresan la riqueza de su entorno, del Monferrato. Un estilo que nos gustó, fresco perfume de fruta, especias, la acidez necesaria y taninos bien integrados.

Varias son las excusas para acercarnos a esta zona de Monferrato: el paisaje y su viñedo, la tranquilidad del entorno, la hospitalidad y comodidad del alojamiento citado y la Barbera de Monferrato.

Por la noche, cena en el restaurante recomendado por Fabrizzio, La Bella Rosin, en Moncalvo, gastronomía local y la mejor botella de todo el viaje, Barbaresco Asili DOCG 1998 Azienda Agricola Falletto, Bruno Giacosa. Previamente decantado, mostró su perfume floral, delicado, con notas claras de cerezas, finas especias, terciopelo en el paladar, elegancia, equilibrio, ¡delicioso! (mi amigo Juan Luis se llevó una botella para su casa y una sonrisa de oreja a oreja).

A la mañana siguiente, tras despedirnos del simpático Fabrizzio Iuli y su bella casa, seguimos nuestro camino, eso sí, con una botella más en la maleta, Barabba 2001 Barbera di Monferrato Superiore, regalo de su elaborador.

Grandes las experiencias y felices los momentos que hemos disfrutado en esta tierra. Nos alejamos alegres de este inolvidable Piemonte impregnados del movimiento Slow Food, nacido precisamente en esta zona. Próxima etapa: Toscana

Vicente

Post dedicado a nuestros compañeros de viaje favoritos: Beatriz, Amparo y Juan Luis.


Bricco Boschis



Castiglione Falletto

La Morra desde Villa Carita




Desde La Morra: Los Alpes al fondo, Villa Carita a la derecha




 


Souvenir de Barbaresco


1 comentario:

  1. Muchas gracias Vicente por la dedicatoria. Vuelvo a leer nuestro viaje. Espero con ansia Toscana. Por cierto, el Asisi aún lo conservo. Está esperando el momento oportuno.

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