A sólo 45 minutos, en TGV, desde la Gare de l´Est de Paris, no hay excusa para no visitar esta bonita ciudad. Pequeña pero elegante y cuidada. Un lugar especial para nosotros, donde pasamos unas felices vacaciones hace unos años e hicimos grandes amigos, amistad que perdura aún con más fuerza.
¿Qué ver en Reims? Multitud de cosas:
La ciudad donde se coronaban los reyes de Francia, prácticamente destruida tras la 1ª guerra mundial, en el periodo entreguerras fue reconstruida predominando en sus edificios el estilo de los años 20, el art-déco, un paseo por la ciudad nos permitirá descubrir vidrieras, esgrafiados, columnas, frontones, capiteles, adornos de cerámica, bajorrelieves, hierros forjados,… Arte y Champagne van unidos de la mano en esta bella ciudad.
Grandiosa, majestuosa y bella catedral gótica reconstruida tras la 1ª guerra mundial, esplendida su fachada, la única que cuenta con ángeles con las alas desplegadas, entre ellos, el famoso ángel sonriente situado en el portal izquierdo de la fachada.
No perderse los espectaculares vitrales del interior de la catedral, a los de Marc Chagall creados en 1974 y a los bonitos vitrales medievales existentes se añadieron recientemente los de Imi Knoebel (artista contemporáneo alemán).
Del románico final, entrad, no lo dudéis, su interior es de una gran belleza.
8, Rue Chanzy
Interesante y acogedor museo. Entre sus pinturas expuestas más famosas encontraremos: “La Mort de Marat” de Jacques-Louis David pintado en 1793, y “La Lecture du rôle” de Auguste Renoir del año 1876.
De entre las distintas grandes casas de champagne tradicionales localizadas en Reims (Pommery, Veuve Cliquot, Roederer, Taittinger, Krug, Mumm…) yo me inclinaría descaradamente por la visita a
14, Place Myron Herriok
Café histórico que data de 1930, decoración ecléctica bajo un hermoso vitral art-déco.
7, Avenue du Général Giraud
Restaurante localizado en los mismos jardines de su hermano mayor Le Parc (2 macarrons Michelin). Más accesible económicamente, carta, menús y selección de vinos por copas, cuidada cocina.
7, Rue Courmeaux
Imperdonable visitar Reims y no acudir a esta fabulosa épicerie, la mayor calidad concentrada en pocos metros que puedas llegar a ver. Al entrar en esta tienda da la sensación de que el tiempo se detiene o al menos eso es lo que deseas, no sólo por las exquisiteces, sino también por el magnífico trato, buen precio y las sabias recomendaciones.
Aquí encontrareis los mejores champagnes y vinos naturales, de pequeños productores y con el máximo respeto al terroir.
Entre los champagnes: Léclapart, Lahaye, Pascal Doquet, Jérôme Prevost, Jacquesson, Vincent Laval, Marie Courtin, Françoise Bedel, Francis Boulard… ¡De fabula!
Además, y sólo como ejemplo, los vinos de Derain y Fanny Sabre de Bourgogne; Alexandre Bain, Riffault, René Mossé, Puzelat de La Loire; Lapierre, Foillard, Karim Vionnet del Beaujolais; Elodie Balme, Gramenon, Marcel Richaud de Côtes du Rhône,… la lista es larguísima y siempre con novedades. A boire sans modération!
Este templo al placer y al buen gusto se completa con los productos más deliciosos del mundo, así tendremos: salmón salvaje escocés, mantequillas y quesos (por supuesto de leche cruda), charcutería selecta, jamón ibérico de bellota, confituras, miel, chocolate, tes, cafés… whisky japonés…
Sin duda una visita a Reims vale enormemente la pena.
EL VIÑEDO CHAMPENOIS
Algunos datos importantes:
o Cerca de 34000 hectáreas de superficie en producción que suponen el 3´4% del viñedo francés.
o Subsuelo en su mayor parte calcáreo.
o Más de 15000 viticultores, 150 cooperativas y 300 negociantes llamados Maisons de Champagne. Estas últimas suponen más de 2 tercios de las expediciones y el 90% de las exportaciones.
o 17 pueblos o comunas clasificados Grand Cru, el 13% del viñedo. A puntualizar que una cuvée de una bodega que lleve el más mínimo porcentaje de uvas de pueblos no clasificados Grand Cru no puede utilizar este distintivo en la etiqueta.
o 44 municipios Premier Cru que suponen el 17% del viñedo champenoise. Hay botellas que son Premier Cru y sin embargo están consideradas de los mejores champagnes elaborados actualmente, por ejemplo algunas de Léclapart.
o 255 comunas o pueblos sin Cru, el 70%.
En la región de Champagne se pueden observar principalmente 4 zonas diferenciadas:
o La Montagne de Reims, zona situada al sureste de la ciudad, donde reina la pinot noir y un subsuelo calcáreo. Aquí veremos pueblos como Gueux, Ludes, Verzenay, Verzy, Trépail, Ambonnay, y Bouzy, entre otros.
o La Côte des Blancs, al sur de Epernay, donde predomina claramente la chardonnay, suelos calcáreos y destacan como pueblos: Cuis, Cramant, Avize, Oger, Le Mesnil-sur-Oger y Vertus.
o La Vallée de la Marne es la zona que bordea el río del mismo nombre. Se cultivan las 3 cepas siendo mayoritaria la pinot meunier, las tierras están compuestas de margas, arcillas y arenas. Entre los pueblos destacan Aÿ, Dizy, Cumières, Oeuilly…
o La Côte des Bar en el departamento de Aube, mayoría pinot noir, con margas en su subsuelo, es la zona más alejada. Troyes, aunque no se encuentra en la zona vinícola, destaca por su belleza.
Los pueblos son diminutos y sencillos pero los paisajes son espectaculares.
A sólo unos minutos en tren desde Reims tendremos Epernay, para quien desee pasear por la Avenue de Champagne entre las casas como Castellane, Mercier, Perrier Jouet, Pol Roger, Moët y hacerse la típica y masticada foto al lado de Dom Pérignon.
Otras Maisons de Champagne tradicionales y famosas pero de mayor calidad como Bollinger y Salon se encuentran en Aÿ y Le Mesnil-sur-Oger respectivamente.
Para mí es mucho más emocionante visitar los pequeños productores. Mis botellas preferidas son las elaboradas por los Récoltants-Manipulant (RM), vignerons que trabajan con pequeñas producciones cultivando su propia uva y en una constante búsqueda de la expresividad del terroir. Entre todos ellos destaco:
David Léclapart (Trépail), Jérôme Prévost (Gueux), Egly-Ouriet, Marie-Noëlle Ledru (Ambonnay), Benoît Lahaye, Jean-François Clouet (Bouzy), Bérèche et Fils (Ludes), Anselm Selosse, Frank Bonville (Avize), Diebolt-Vallois (Cramant), Pascal Doquet, Pierre Peters, Claude Cazals (Le Mesnil-sur-Oger), Larmendier-Bernier (Vertus), Gatinois (Aÿ), Jacquesson (Dizy), Vincent Laval (Cumières), Cédric Bouchard (Celles-sur-Ource), Françoise Bedel (Crouttes-sur-Marne), Jacques Lassaigne (Montgueux), Francis Boulard (Cauroy les Hermonville), Emmanuel Brochet (Villers aux Noeuds), Marie Courtin (Polisot), Vouette et Sorbée (Buxières-sur-Arces), …
Cualquier botella de los vignerons citados te proporcionará emoción, placer y felicidad.
Una de las imágenes y sensaciones más intensas que recuerdo fue bebernos una botella de Champagne André Clouet 1995 ofrecida generosamente por el propio vigneron y degustada entre sus viñedos. ¡Inolvidable!
Realmente resulta impresionante conseguir este apreciado líquido en esta tierra casi al límite septentrional vinícola, con un clima tan hostil, una temperatura media anual de 10’4º, heladas en invierno y en primavera y posibles lluvias y tormentas en verano.
Cuanta razón tenía quien afirmó:
“En un mundo perfecto, todo el mundo tendría una copa de champagne cada noche”
Pero quien mejor expresó su relación con el Champagne fue Madame Lily Bollinger:
“Bebo Champagne cuando estoy feliz, también cuando estoy triste. Algunas veces lo bebo cuando estoy sola, pero cuando estoy acompañada lo considero obligatorio. Como con él si no tengo hambre y lo bebo cuando sí la tengo. En cualquier otro caso no lo bebo, a menos que tenga sed”.
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