Cada
vez que visito París ya estoy pensando en volver antes de marchar. Así me
volvió a pasar en mi última estancia de escasos días en esta ciudad. Días que
cundieron visitando varios de los locales que tenía en mente conocer y
disfrutando de algunas de las exposiciones artísticas que ofrecían los museos
de la ciudad en esas fechas, mediados del pasado enero.
Os
cuento mi recorrido:
Localizado
en el 11ème, el distrito de París con mayor concentración de locales dedicados
al vino natural y una de nuestras zonas preferidas desde hace años. Llamado
anteriormente Bones, cambió su nombre hace un par de años aproximadamente.
También el cocinero es distinto, pero la apuesta por los vinos naturales sigue
intacta. En su carta, además de vinos franceses e italianos, podemos encontrar
algunos australianos y también españoles. Reservamos mesa para dos en un martes
noche; el lugar es cómodo, tranquilo y con buen ambiente.
Su carta de platos está dividida entre
entrantes, verduras, pescado, carnes y postres. Unas tres o cuatro opciones por
sección. Saucisson d'agneau; butternut, yogourt, kale et graines; barbue,
épinard; onglet, carotte et raifort; pigeon, betterave et moutarde y de postre
sorbet bergamote et noisette caramélisée, fue nuestra elección para compartir. El
pichón, delicioso. A destacar también el pan, de Ten Belles Bread, por su
acidez, amargor y textura.
Muy
contento también por el vino elegido, realmente glouglou, Hey Gro!! de François
Saint-Lô, Lot 16 y tan solo 8'5% de alcohol. Empezamos nuestra estancia
en París como más nos gusta.
Horno
y cafetería en la rue Bréguet, cerca de la rue de la Roquette, donde ocupa un
local espacioso, de aspecto industrial. Abastece de panes varios restaurantes,
entre ellos, Jones o Le Benichat, que también visitaremos. El sitio es ideal
para comprar café, pan o disfrutar de un petit déjeuner. También es posible
comer, o tomar el brunch el fin de semana, tienen sandwiches, pequeños pasteles...
Nuestro desayuno se basó en un buen café y su delicioso pan con mermelada y
mantequilla, era el objetivo.
Abierto desde hace 2
años y medio por Fabien Lombardi, fundador de l'Entrée des Artistes. Situado en
lo alto de la rue Rochechouart en el 9ème arrondissement. Local especializado
en pizzas a la leña y también en vinos naturales, solo hay que ver la
exposición de botellas vacías en su entrada.
Elegimos
de la carta, Primeur pour les filles 2015, aleatico de Clémentine Bouvéron y Gianmarco
Antonuzi, Azienda Agricola Le Coste, en la región del Lazio. Vino
delicioso. Trevigiana, con bleu d'Auvergne y noisettes toastées, y Diavola,
picante, dos pizzas generosas y ricas, fue nuestra parte sólida. Siendo las
12:30 del mediodía, no está nada mal.
Situado enfrente de
Faggio Pizzeria, inaugurado hace un año y rebautizado como Faggio Osteria días
después de nuestra visita. El único cambio que parece conllevar el nuevo nombre es una mayor
especialización en pasta fresca. La noche de nuestra visita nos atendió el
propietario, Fabien Lombardi. En la pequeña cocina, tras la barra, elabora el
chef japonés Masaaki Yamamoto sus platos a cual más rico. Entre los que
degustamos nombraría como imprescindible el de trofie, ortie y ricotta fumée.
Trofie es un tipo de pasta rizada. Nos encantó.
La selección de vinos es
extraordinaria, tanto que me costaba decidirme por una botella, así que
disfrutamos de dos: Un Trajet Inutile Lot 2015, pet' nat de Daniel Sage, Ardèche, uno
de los mejores pétillants naturels que he probado en mi vida, y una botella de
otro genio de una de mis zonas preferidas, Verre de Terre de Loup
des Vignes, la microbodega de Benoit Rosenberger en Auvergne. Detalle
este último que he de agradecer a Fabien por atender mi petición a pesar de la
escasísima producción y de ser la última botella que guardaba en el restaurante,
y además siendo mi primera visita a su local. El vino 100% gamay se trata de la
añada 2014, su segundo millésime. Es difícil beber mejor que en este local.
El
restaurante es bonito, con pocas mesas, retratos de los vignerons sobre las
paredes de ladrillo rojo y un imponente armario de vinos. Tenemos ya ganas de
repetir. También he oído que abrirá en la misma calle un nuevo Faggio, en este
caso Faggio Salumeria.
El restaurante de las hermanas Levha, Katia en
sala y la chef Tatiana en cocina, está en funcionamiento desde hace 4 años en
un espacioso local y bonitas molduras en el techo situado en el 11ème, en la
rue Saint-Maur. Comparte por tanto calle con La Buvette o con Au Nouveau Nez,
lugares ya nombrados en este blog en anteriores visitas.
Nuestra
visita fue al mediodía. El menú es delicioso. Tras el aperitivo, bulots et
mayonnaise au piment, seguimos con los raviolis de porc et bouillon de légumes,
velouté parmentier et crème montée au lard, poitrine de cochon croustillante,
cabillaud... Y de pareja, Vaussières, creo que 2015, de Eric
Pfifferling, domaine l'Anglore, una botella que
combinó perfectamente, clairette y grenache blanc.
El
local no es pequeño pero tampoco enorme, en cambio vi hasta 6 personas
trabajando en cocina y 3 más fuera en la sala. Comimos muy bien.
Ninon
Lecomte y su pareja, el chef Lucas Baur de Campos, de orígenes brasileños,
abrieron el pasado 2017 este local especializado en cocina a la brasa. Se
localiza también en el 11ème, tocando el parque Square Maurice-Gardette.
Basse côte Angus, frites maison y cuisse de
canard confite et purée de pommes de terre fueron los dos platos principales
que saboreamos. De entrantes, tapioca au parmesan et sauce goyave au piment
doux y pastéis de crabe et ricotta fumée. Todo exquisitamente sabroso. Me faltó
probar los coeurs de canard, será la próxima ocasión. No únicamente cocinan
carne a la parrilla, también vimos pescado en la carta, como por ejemplo
rodaballo o lubina.
En
el tema vinos no se quedan atrás. La selección es sensacional. Dos botellas
cayeron: On s'en bat les couilles 2015, pinot d'aunis de Pascal
Simonutti, homenaje al "Never
mind the bollocks" de los Sex Pistols, y el tremendo 90G
2015
de Catherine
Dumora et Manuel Duveau, domaine l'Égrapille, 90% gamay, 100%
Auvergne.
Se
trata del bar de David Benichou, quien tras trabajar en Vivant, AT Restaurant,
Brutos y otros locales, ha abierto hace escasos meses su propio bar de vinos. Localizado
muy cerca de la Place de la République y del Canal du Midi, en la rue Bichat,
10ème arrondissement.
A David lo conocimos hace unos años, en 2011, en
concreto cuando trabajaba en The Ten Bells en Nueva York, el principal bar de
vinos naturales de aquella ciudad. Fue a los pocos meses, en una visita a París,
cuando comiendo en el recién entonces inaugurado Vivant sorprendentemente para
nosotros nos reconoció. Si en aquella ocasión me recomendó un auténtico vinazo,
ahora volvió a hacerlo, por dos veces: Elios 2015, pinot noir y Fisterra
2016, ambos de Jean-Marc Dreyer, Alsacia, en
Rosheim. En la carta podemos ver también varios vinos españoles, como Partida
Creus, Naranjuez o Bodega Cueva. Para comer elegimos salaisons de Porc Noir
Calabrais, terrine de Simon Horwitz y Tomme de Brebis. ¡Qué bueno todo!
Un
lugar con buen ambiente, abierto todos los días, vinos bien seleccionados,
tapas de calidad, buena música y también la presencia y compañía del enorme y
cariñoso perro de la casa, de nombre Iago.
Desde su inauguración, que coincidió más o menos
con mi anterior visita a París, tenía pendiente comer en este restaurante. Si
en aquella ocasión no pude porque ya marchaba de la ciudad, esta vez lo tenía
marcado prioritariamente en mis anotaciones. Se trata del restaurante del chef
Jean-Marc Sinceux, abierto desde otoño del 2016. Jean-Marc escribía el blog
"La solitude du chorizo", donde estaba también presente su afición a
la cocina ibérica.
La experiencia es para
repetir lo más frecuentemente posible. Todo estaba rico, rico. Vraiment
délicieux. Desde la fresquísima ensalada a base de radiccio, naranja, yogurt y
anchoas, al plato perfectamente cocinado de cabillaud con encornets (bacalao y
calamares) y frégola (un tipo de pasta), antes de seguir disfrutando con el
postre elegido de clafoutis aux pommes con crema inglesa y haba tonka.
De
la corta y seleccionada carta de vinos, opté por Escapade de Pierre
Rousse, elaborador cuyos vinos me gustan mucho. Mezcla de merlot,
cabernet franc y cabernet sauvignon, el vino se mostró sensacional: frutal,
jugoso y equilibrado.
El
restaurante se encuentra en el 20ème arrondissement, el barrio de Belleville,
concretamente en la calle Denoyez, famosa por sus numerosos grafitis.
La tienda de Mikaël
Lemasle es uno de mis lugares preferidos en París, nunca abandono la ciudad sin
realizar una visita y su correspondiente compra en esta boutique de vinos. La
selección es extraordinaria. También la calle donde se encuentra me llena de
recuerdos, la rue Paul Bert, la calle de Le 6 Paul Bert o la Cave del mismo
nombre.
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Los paseos, las visitas a restaurantes, bares, pastelerías,
cafeterías, tiendas de vinos y también a algunos museos llenaron principalmente
nuestro tiempo. La variedad de exposiciones ofertadas en París en cualquier
época del año es enorme. Nosotros tuvimos la oportunidad de seleccionar y
visitar cuatro de ellas: los trabajos del fotógrafo Irving Penn, expuestos en
el Grand Palais; la exposición dedicada a Gauguin, también en el mismo palacio;
André Derain en el Centre Pompidou y, finalmente, la exposición titulada
"Être moderne: le MoMA", ofrecida en la Fondation Louis Vuitton. Ésta
última todavía disponible, hasta el próximo 5 de marzo.
Como
indico al principio del texto: "Cada vez que visito París, ya estoy
pensando en volver antes de dejarla".
À
bientôt!
Vicente
©
elvinoquebebo.com
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