Una vez más, a través de únicamente 12 botellas, trato de resumir la experiencia vivida y bebida durante el año anterior. No resulta fácil, en el 2016 he tenido la suerte de disfrutar de varias docenas de maravillosos vinos. De entre ellos, he elegido finalmente los siguientes 12. Son representativos de grandes momentos, de bonitos recuerdos asociados al vino, bien en casa o bien visitando otras ciudades (Lisboa, Toulouse, Singapur, Lyon, Tokio, Yokohama, París, Valencia...). Ha sido un año especialmente viajero.
El orden de la lista es meramente cronológico.
En
Toulouse...
Botella
con lacre de color amarillo, característico modo de identificar la variedad de
las botellas de esta casa. En este caso, savagnin y ouillé. Mi mujer reconoce
rápidamente estas botellas, bromea con que es fan de Pupillin.
En
mis notas leo: "Buenísimo desde la primera copa, sin necesidad de utilizar
decantador para que respire. Notas de frutos secos, cítricos maduros...
Retrogusto magnífico. Puro placer".
Un vino equilibrado. Y un gustazo con los platos
del Bistrot à Vins y Cave à Manger donde lo consumimos, Magnum, no lejos de la
Place des Carmes en Toulouse. Fue un gran fin de semana, para repetir: Le Tire Bouchon,
Le Temps des Vendanges, Bàcaro...
2.- Britannia Creek 2014, Yarra Valley, Patrick Sullivan
En
Singapur...
El
vino del viaje, asemeja agua de manantial vitaminada, para combatir el calor de
Singapur. Fresco, muy buena acidez, notas frutales de melocotón, orejón y
lichi. Es cristalino, limpio, puro, con un punto mineral, punto calizo, también
algunos recuerdos a frutos secos y notas de miel. Es complejo, cada una de las
cinco variedades presentes aportan sus características: sauvignon, chenin,
muscat, semillon y chardonnay. Delicioso.
Esta
botella la compramos en Burnt Ends. Tras comer en este magnífico restaurante especializado
en carnes a la brasa de extraordinaria calidad, nos llevamos este vino de su
bodega para disfrutarlo en el hotel. El chef de Burnt Ends es australiano, Dave
Pynt; también el sommelier, Andrew Cameron, a quien puedo considerar el
introductor del vino natural en Singapur.
Los vinos de Patrick Sullivan siempre están
entre mis preferidos. Otro de sus increíbles vinos lo disfruté mucho más cerca,
junto a mis amigos y gracias a José Luis Llorens de la tienda Bodegas Santander
en Valencia.
3.- Harddèche 2013
En
Lyon...
Vino de Jean-Marc Brignot y Anders Frederik
Steen, cabernet sauvignon y carignan del Domaine du Mazel, el domaine de Gérald
et Jocelyne Oustric, en Ardèche, como habéis adivinado por el nombre de la
cuvée. El vino estaba en un momento tremendo, como dirían mis amigos franceses:
SUPER CANON !!
Disfrutado
en el bar à vins Le Vin des Vivants. Uno de mis rincones preferidos de esta
ciudad. Y hay unos cuantos: Ô Vins d'Anges, Vercoquin, Restaurant Café
Sillon...
4.- Nana-Tsu-Mori Blanc
de Noir 2014, Hokkaido, Takahiko
Soga
En Tokio...
En el downtown, zona con
abundantes tabernas japonesas, las llamadas izakayas. Una destaca, Nimousaku,
donde su propietario Hidaka san nos ofreció esta botella de pinot noir con algo
de botritis de la isla de Hokkaido. ¡Cuánto nos gustó! Precioso color,
brillante, atrayentes aromas frutales, leve fragancia de podredumbre noble,
acidez agradable, delicado, de rico sabor y final prolongado. Delicioso.
No
os extrañe tanto que incluya un vino japonés entre mis preferidos del año,
durante nuestro viaje probamos varios vinos de 5 ó 6 vignerons japoneses, todos
vinos de gran calidad. Los de Eishi Okamoto también están entre los
inolvidables. Su domaine, Beau Paysage, se encuentra en la zona de Yamanashi,
al pie del majestuoso Monte Fuji.
5.- Not for highway use (2014), Pierre Beauger
También
en Tokio... Sauvignon
blanc de Pierre Beauger, un vino indescriptible, de fantasía, un OVNI (objeto
vinícola no identificable). Sus vinos siguen sorprendiéndome. Degustado en Le
Verre Volé à Tokyo.
Una
noche de risas, fotos, selfies y extraordinarios vinos, acompañados por
Shisanku Katsuyama san, pionero del vino natural en Japón abriendo el primer
bistrot bar de vinos en el año 1993 en Tokio. También presentes el chef del
local y el propietario, Ryotaro Miyauchi san, quien trabajó durante 7 años en
Francia.
El
vino de Pierre Beauger es uno de los vinos del año, pero también destacaría la
siguiente botella que disfrutamos en el mismo bistrot: Pourbis (2014) de
Aurélien Lefort, también de Auvergne (Auvernia) y de limitadísima producción.
6.- Pétillant Naturel
Noir de Noir, Lucy Margaux,
Anton Van Klopper
En
Yokohama... Ya sabéis de mi afición por los pet'nat. Pinot noir de una de mis
bodegas preferidas en el mundo, localizada en Adelaide Hills. Estaba muy muy vivo, fresco, divertido, jugoso
y con deliciosos aromas de cerezas, fresas y fruta escarchada. Su fermentación
se realiza en recipientes de cerámica de forma ovoidal.
Botella
degustada en nuestra estancia en Japón, en concreto en un pequeñísimo bar de vinos
ubicado en Yokohama y que dado su tamaño pienso que cuenta con la mejor
selección de vinos por metro cuadrado que he podido ver hasta el momento, de
acuerdo a mi gusto. Sabatora es su nombre, pero para encontrarlo mejor fijaros
en las botellas vacías que tienen sobre el suelo en su entrada a modo de
decoración, pues el nombre está rotulado sólo en japonés.
Y
dada mi afición, de entre los numerosos pétillants naturels que he abierto en
el último año nombraré otro también fantástico: Bullette dans ta tête, gamay de
Vincent Marie, domaine No Control, en Auvernia. Esta vez disfrutado más cerca,
en casa.
7.- Vent Y Tourne 2013, Patrick
Desplats
En
París...
Gamay,
cabernet sauvignon y pineau d'aunis. Anjou. Vino delicioso de uno de mis
vignerons preferidos, Patrick Desplats. Disfrutado en el 20º distrito, en la
rue Ménilmontant, donde se localiza Le Lapin Blanc, bistrot dirigido por Claire
y Gaelle. Cocina casera y vinos naturales. En nuestra última estancia en París,
nos acercamos con gusto para saborear su menú, formule midi, de precio
ajustadísimo.
8.- Ageno 2011, Emilia
Romagna, La Stoppa - Elena
Pantaleoni
También
en París...
Hacía
tiempo que no bebía este vino, creo recordar que la última vez fue un 2007.
Acompañando los platos de uno de los lugares de París donde se come de
maravilla, el restaurante del chef Giovanni Passerini, este 2011 se mostró tan
bello al beberlo como su color. Malvasia de candia, ortrugo y trebbiano.
9.- La Combe, Jean-Marc
Brignot
París...
Un extraordinario vino del Jura, de uno de los grandes, a quien
conocimos no hace mucho en su residencia actual, en la preciosa y tranquila
isla de Sado, en Japón. La botella, mejor dicho, dos botellas, las disfrutamos
en un par de visitas a La Cave Paul Bert. Bar de vinos, pequeño, con buen
ambiente y donde preparan varios platitos para acompañar la excelente selección
de botellas.
10.- La Grande Journée
2012, Jean-Yves
Péron
París
da para mucho... Altesse en maceración. Bebido con sumo placer, en la Cave
Septime, bar de vinos al que tenemos especial cariño. Es enano, el local
antiguamente lo ocupaba un reparador de zapatos, aún se puede observar el
rótulo, Cordonnerie. Y es acogedor, nos gusta la música que suena, su ambiente,
los platillos que preparan y... la tremenda selección de vinos. Tres botellas
más de distintos vinos cayeron cenando aquella noche, pero después del
grandioso vino de Jean-Yves era casi imposible superarse.
11.- La Cuvée du Pépé Chardonnay
2008, Jean-François Ganevat
En
Valencia se localiza uno de mis restaurantes preferidos, en éste y otros
planetas: Ca Pepico. Un lugar para comer muy bien y beber de maravilla. De mi
última visita y entre los distintos vinos que abrimos, aunque sea difícil de
elegir sólo uno debido a la calidad de los demás, me quedo con esta botella de
Jean-François Ganevat. Magnífico. Sans Ouillage, 7 años bajo velo de flor. Ganas
tenemos de volver a visitar este restaurante.
12.- Chérubin 2007, Domaine de l'Octavin
En
Barcelona, en La Volátil, un lugar en el que estamos muy a gusto. En la última
visita del pasado año, en éste ya hemos vuelto, destacó un vino por sus
características, Chérubin 2007 de Alice Bouvot y Charles Dagand, domaine de
l'Octavin. Fue en esa añada 2007 donde utilizan por primera vez una botella de
75 cl de capacidad en lugar de la famosa clavelin de 62 cl, debido a que su
vino dejó de estar clasificado de forma oficial aún siendo un Vin Jaune. Tampoco
puede aparecer esta palabra en su etiqueta. Envejecido durante 7 años bajo velo
de flor (sans ouillage), se trata de un vino delicado, sutil, puro,
extraordinario, de enorme frescura y preciosa acidez... tanto mejor en botella
de 75 cl, por la cantidad a disfrutar.
Hasta
aquí la lista de mis 12 vinos del 2016. Posiblemente es el año en que mejor he
bebido: varios vinos de Tom Shobbroock, de Gareth Belton, Kenjiro Kagami,
Stanko Radikon, Claude Courtois, Samuel Boulay, Jean-François Chéné, Daniel
Sage, Aurélien Lefort, Eric Pfifferling, Valentin Valles, Nicolas Renaud,
Renaud Bruyere et Adeline Houillon, Emilie et Alexis Porteret, Clos Rougeard...
Vinos extraordinarios, cualquiera de ellos podrían incluirse en mi lista de
doce vinos disfrutados durante el pasado año.
Como
siempre, el vino es para recordar, nunca para olvidar. Hasta pronto.
Vicente