martes, 15 de abril de 2014

DOCE AUTORES Y SUS VINOS - CAN RÀFOLS DELS CAUS (8ª edición)



Días antes de acudir a este evento la sonrisa invade mi rostro y después de disfrutarlo, mientras estoy escribiendo estas líneas, aún la mantengo. Es uno de mis días preferidos dentro del maravilloso ambiente del vino.

Carlos Esteva organiza cada dos años (y ésta es la octava edición) en su casa, la bella masía y bodega situada en medio del Massís del Garraf, un encuentro entre 12 grandes bodegueros, con sus vinos, y los asistentes invitados. Un gran día, al principio de la primavera, en un ambiente distendido, amistoso, conversador y abierto. Una degustación de vinos entrelazando placer y aprendizaje, seguida y acompañada de un magnífico almuerzo no menos placentero.

Los doce autores y sus vinos:  

Comenzamos el encuentro acercándonos a la mesa de Corinne yJean-Pierre Grossot. Un domaine de 18 hectáreas en total. Nos comentaron las características de la añada y, entre otros temas, nos confirmaron que la maloláctica es indispensable en Chablis. Degustamos sus cuatro vinos presentes: La Part des Anges 2010; los Premiers Crus Les Fourneaux, vinificado en inox, y Fourchaume, en roble, 2010 ambos, y el también Premier Cru Vaucoupin 2011, destacando en todos ellos el carácter mineral, la piedra, siendo el último el que más me gustó, por su floralidad, notas minerales, intensidad, elegancia... Terroir en estado puro. Kimmeridgien. Respeto a su tipicidad. Chablis.


Nos vamos a Alemania, al sur del Rheinhessen. Presentes Elisabeth y Günter Wittmann junto a Michael Wöhr, el importador en España, degustamos sus vinos secos, emocionándonos sobre todo con Kirchspiel 2007, un gran pago de suelos compuestos por marga arcillosa y caliza. Dejamos para el final de la sesión sus vinos con azúcar residual. 


Una de las mesas con mayor placer por centímetro cuadrado era la que ocupaban los vinos de Thibault Liger-Belair, por aquí pasamos varias veces y repetimos copas, sin escupir, de Les Saint Georges 2011, 1er Cru de Nuits-Saint-Georges (30% de raspón) y, en su línea négotiant, Successeurs, el Grand Cru Charmes-Chambertin 2010 (20% de raspón). Deliciosos.


Y después, algunos de los vinos que más he disfrutado en casa en los últimos tiempos, los vinos de Luis Anxo Rodríguez. Probamos su nuevo vino A Teixa 2011, mayoritariamente de treixadura, procedente de un viñedo localizado en Ribadavia. criado en foudre de 23 hectólitros durante un año; Viña de Martín Escolma 2009, 60% de treixadura, albariño, lado y torrontés, 1 año en barricas de 600 litros y tres en botella; y A Torna Os Pasás 2011, brancellao, ferrol, caíño longo y caíño redondo. Todas las variedades son autóctonas, algunas de ellas recuperadas de su probable extinción. Trabaja 5 hectáreas de viñedos en total.

Hermitage 2006 (5% de viognier), mineral y elegante, de suelos graníticos, fue el vino que para mi gusto destacó en la mesa de E. Guigal, la importante casa de Côte-Rôtie y del Ródano. Château D’Ampuis 2008, mucha pimienta, Châteauneuf-du-Pape 2007 y La Doriane Condrieu 2011, también los degustamos, cómo no.

La Bruja Avería, Las Umbrías, son algunos de los vinos que elabora Comando G, formado por Fernando García y Daniel Gómez Jiménez-Landi. Viñedos y pueblos de la Sierra de Gredos. Fernando me explicaba, mapa en mano, las características de la zona, clima mediterráneo húmedo, mediterráneo seco… olivos, encinas… altitud elevada… suelos de esquisto, pizarra, suelos graníticos. He de visitarlos. Probamos, por supuesto, las últimas añadas de Dani Landi, comenzando su proyecto personal fuera de la bodega familiar Jiménez-Landi: Las Uvas de la Ira 2012, Cantos del diablo 2011 y El Reventón 2011. Nombres llamativos, incluso alguno cinéfilo, pero lo importante es la calidad de estas garnachas.


La bodega siciliana Planeta es pionera en el resurgir vinícola de la isla. Destaca por sus tintos de nero d’avola, frappato… pero el vino que, desde que lo descubrí, siempre me ha gustado es Cometa, un blanco de la variedad fiano, así que no me perdí una copa de su Cometa 2012.

En otra de las mesas estaba Dominique Piron con sus vinos de los Crus de Beaujolais, Morgon Côte du Py 2011 y 2012, Saint Amour 2013 (muy fresco), Moulin à Vent 2012 (más especiado)… y Chénas Quartz 2011 que se mostró mineral, salino y largo. Me encanta. Preguntándole sobre el uso del raspón nos comentó que dependía, en el caso concreto del Chénas degustado era 80% sin raspón.


Acudimos a la mesa de Rafael Palacios, que nos habíamos saltado por la acumulación de asistentes. Probamos Louro 2013, recién embotellado y que aún no había salido al mercado, fresco, abre el apetito; As Sortes 2011, servido en decantador, se mostraba más concentrado y profundo que el 2012; y uno de los vinos de la jornada, O Soro 2009, una única parcela, es una nueva experiencia, primera añada para ver su evolución, que no ha salido al mercado, ni saldrá. El 2011 sí está a la venta.


Excelente representación de vinos traía Marcos Eguren, Rioja y Toro, El Puntido 2010, La Nieta 2011, El Bosque 2011, Amancio 2010, Victorino 2011, Alabaster 2011. Me comentó las diferencias en los vinos entre la añada 2010, la gran añada, y la 2011, que presentaba una expresión muy pura.

También probamos los vinos de Ferrer BobetSelecció Especial 2010 y Vinyes Velles 2011, vinos bien perfilados, buscando la frescura.

Por supuesto, no nos perdimos dos de nuestros vinos preferidos, compañeros de grandes momentos entre amigos, El Rocallís 2010La Calma 2011 en formato magnum, dos de los vinos de Can Ràfols dels Caus. ¡Un placer!


Antes de dar por finalizada nuestra degustación de los vinos presentados, no nos olvidamos, volvimos a la mesa de los Wittmann, no para repetir, sino para probar dos monstruos: Morstein “S” Auslese 2006, delicioso riesling, y Albalonga TBA 2003. ¡Qué extraordinaria acidez! ¡Qué bueno! La albalonga, nos cuenta Michael Wöhr, es un cruce riesling-silvaner y de nuevo con silvaner, un doble cruce.

He de agradecer la acogida cariñosa de los anfitriones y la atención de todo su equipo propiciando que todos los asistentes disfrutáramos de una feliz jornada primaveral alrededor de una pasión común, el vino.

Y por supuesto, gracias a los 12 AUTORES: Carlos Esteva, Corinne y Jean-Pierre Grossot, Günter y Elisabeth Wittmann, Thibault Liger-Belair, Luis Anxo Rodríguez, la representación de E.Guigal, Daniel Gómez Jiménez-Landi y Fernando García, la representación de Planeta, Dominique Piron, Rafael Palacios, Sergi Ferrer-Salat y Marcos Eguren.

Vicente

Esta 8ª edición “Doce Autores y sus Vinos” se celebró el pasado 1 de abril.


lunes, 14 de abril de 2014

LA MÚSICA DEL VI (8º MOVIMIENTO)



Otro fantástico evento organizado por Vila Viniteca, al día siguiente del concurso de Cata por Parejas. Un encuentro con las numerosas bodegas que representa la tienda. Si en la anterior edición permanecimos unas siete horas catando vinos, este año, en mi caso, sólo disponía de tres horas, así que la selección fue más corta, pero no menos interesante.

Tenía muy claro la primera mesa a visitar al cruzar la puerta a las 11:30 de la Llotja de Mar de Barcelona, Domaine Mikulski (Meursault), un domaine de menos de 10 hectáreas. Recuerdo en nuestro viaje a Borgoña que era una bodega muy valorada por los lugareños. Francis Mikulski nos presentó algunas de sus botellas: el Aligoté 2012 proveniente de viejas viñas plantadas en 1929 y en 1948; Bourgogne Chardonnay 2012; Meursault 1er Cru Meix Chavaux 2010 y Meursault 1er Cru Poruzots 2004 en formato magnum. Este último sobresalió (mineralidad en forma de tiza y silex, y un fresco caramelo en boca) pero no dejaron de destacar por su calidad los anteriores, sorprendiéndome mucho el aligoté. En la corta conversación nos explicó que realizan la maloláctica siempre, que practican la agricultura bio, sin certificación. Evidentemente comentamos los problemas de heladas en Borgoña en los recientes 2012 y 2013.

En la mesa de al lado, Domaine Zind-Humbrecht, ¡casi nada! Me encantó el Pinot Gris Calcaire 2010 y la complejidad del Grand Cru Pinot Gris Clos Saint-Urbain Rangen de Thann 2011, terreno volcánico, expresivo en nariz, notas ahumadas, silex, mineralidad… Nos informaron que ciertas notas amargosas, nada negativas, que percibimos en boca son propias del terroir, no de la variedad de uva. No nos fuimos sin degustar un gran conocido por nosotros, Goldert, en esta ocasión Gewurztraminer 2005.

Schloss Gobelsburg fue la siguiente bodega a la que nos acercamos. En las variedades blancas trabajan con grüner veltliner y riesling. Así, probamos Grüner Veltliner Renner 2012 y Riesling Gaisberg 2012, identificándose cada varietal con su viñedo. Ambos 1er Cru, categoría que no existía en la zona hasta hace 3 años. Quise probar el Eiswein 2011, también Grüner Veltliner. Este último es el primer vino de hielo que probé, hace ya algunos añitos. Es muy interesante esta variedad de uva austriaca.

Giramos la cabeza y vemos Berthet-Bondet con sus botellas características del Jura. Saciamos nuestra curiosidad de probar su Château-Chalon 2006, dentro de un estilo para poder ser consumido ya desde su juventud. La botella que utilizan para el Vin de Paille 2008 (savagnin, chardonnay y poulsard, tres meses en esteras, 15% graduación) también es especial pero no es obligatorio su uso, al contrario que con la clavelin para el vin jaune. En cuanto al vino, se percibían claramente notas de frutos secos y fruta confitada. Me lo apunto en mi lista de la compra.

Grimalt Caballero 2011de la bodega mallorquina 4 Kilos vinícola, fue el primer tinto que probamos. Segunda añada que lo producen. 90% callet, 10% fogoneu. 1 hectárea, viña vieja. 1000 botellas de frescura mediterránea. 

En estos eventos, siempre nos acercarmos a la mesa de Abel Mendoza y Maite Fernández, no sólo por su simpatía, sus vinos valen la pena. 5V 2013 no defrauda nunca, mi compañero de cata se sorprendió muy gratamente. También probamos Tempranillo y Graciano Grano a Grano, añada 2011 en ambos. Jovencísimos, claro, pero denotan su potencial.

Tuvimos la oportunidad de probar un vino de cariñena 100% procedente de una parcela cuyas viñas fueron plantadas en 1902. Elaborado por Mas Doix. 950 botellas. Un vino con una textura en boca increíble, fruta, acidez, persistencia…

Seguimos paseando a lo largo de la sala grande, viendo casi todas las mesas llenas de asistentes. Tuvimos suerte, veo un hueco en Viñas del Cámbrico, pronto vamos a visitar Salamanca, camino de Oporto, así que una copa de Cámbrico Rufete 2008 (Sierra de Salamanca) lo disfruté con gusto. Este 2008 se muestra ya elegante y sedoso y sin perder su carácter. Viejas viñas centenarias. 800 a 1000 metros de altitud.

Si Mikulski lo tenía marcado en rojo en mi selección de vinos a probar, entre los tintos era Domaines Lupier. Elisa Úcar y Enrique Basarte trabajan 27 pequeñas parcelas con viñas de entre 80 y 100 años y en altura, las parcelas son vinificadas por separado, obteniendo una producción de 35000 botellas. Difícil decidir cuál me gustó más, El Terroir 2010 (suelos arcilloso-calcáreos, fresco y vertical) o La Dama 2010 (suelo de cuarzo y mica, elegante fruta, redonda, su textura acaricia la lengua). Son vinos finos. Garnacha negra del norte de la D.O. Navarra, a pocos kilómetros de Francia. Para comprar todas las botellas.

Ya en la recta final, realizamos una degustación de los vinos de Lustau, sonrío pensando en lo poco que falta para acudir a Vinoble, la feria de las ferias. La gama almacenista de Lustau me entusiasma: Amontillado de Sanlúcar de Barrameda Manuel Cuevas Jurado y Fino del Puerto José Luis González Obregón. Nunca me cansan estos vinos. Y cuando los huelo, me teletransportan a la zona.

Nos despedimos de este grandioso evento buscando los vinos del Equipo Navazos, siempre hacemos lo mismo. En esta ocasión, un tesoro de Montilla, La Bota de Oloroso nº 46, concretamente de Pérez Barquero, y La Bota nº 53, ¿la futura Florpower?, una botella sin etiqueta que en esta ocasión escupí para dentro, me refrescó la boca tras tres horas de cata.

Poco más de 10 bodegas en mi selección que me dejaron un muy buen gusto de boca en esta 8ª edición de La Música del Vi. Enhorabuena a todos los bodegueros y a la organización.

Vicente


domingo, 13 de abril de 2014

COPAS A CIEGAS... Y EN PAREJA: 7º PREMIO VILA VINITECA DE CATA POR PAREJAS



Se trata de un evento divertidísimo, ya muy famoso, que reúne participantes de cualquier punto de España, en su mayoría, y también de otros países. Se celebra anualmente, alternándose entre Barcelona y Madrid. Este año tocaba en Barcelona. La organización es perfecta y el disfrute asegurado. La cata siempre es un domingo de marzo por la mañana, pero el ambiente vinícola abarca todo el fin de semana, reuniones entre amigos, muchos llegados en AVE, otros en avión… cenas en casa, en restaurantes… y vino, vino y más vino, el protagonista para compartir y fomentar la amistad.

Nos reunimos con los amigos llegados de Valencia, toda excusa es buena. Comenzamos viernes noche cenando en casa y entrenándonos con algunos vinos servidos a ciegas, a ciegas y además sin tropezar. Muchos aciertos, pero es que también nos conocemos los gustos. Entre los vinos de esa noche destacó un champagne de un pequeño productor (2 hectáreas), Emmanuel Brochet, Le Mont Benoît. Expresivo, nariz seductora, todos coincidimos en que era excelente.


Al día siguiente, paseos por Barcelona y encuentros casuales con amiguetes de Madrid y de varios sitios, profesionales del mundo del vino o no, pero todos grandes aficionados.

Por la noche, cita en L’Ánima del Vi, mi rincón preferido desde que lo inauguraron, el bar de vinos de Núria y Benoît. Había que cuidarse de cara al concurso y así lo hicimos. Si no habéis ido aún, no os perdáis la burrata que sirven, ni el paté del País Vasco francés, ni los puerros de Navarra, el jamón de Trévelez… Esa noche además tenían un estofado de ternera al vino delicioso. Con un poco de suerte, os pasa como a nosotros y coincidís con algún cliente que espontáneamente ameniza el bar tocando el piano.

No se me olvidan los vinos de Benoît que abrimos, vinos con muy muy poco o nada de sulfuroso añadido y únicamente levaduras indígenas. Comenzamos con la chardonnay ouillé de Étienne Thiebaud, Côtes du Jura La Rigole 2010; seguimos con la romorantin de Julien Courtois, Autochtone 2009, un vino que me encanta; la excelente propuesta de Benoît, la syrah Brézème 2012 de Éric Texier, y terminamos con la chenin dulce nada empalagoso del Domaine de la Paonnerie, Anjou Coteaux de la Loire 2011


Llega el día del concurso, mini madrugón, hay que acreditarse a partir de las nueve y cuarto, todo el mundo llega puntual y primer detallazo, regalo de un sacacorchos grabado con el nombre del participante, nos hizo ilusión.


Presentación en la espectacular sala principal de la Llotja de Mar, expectación, silencio y desfile de 7 copas, 7 vinos. Vinos que al catarlos a ciegas hicieron viajar por el mundo vinícola a los participantes, algunos acertaron más, otros menos, pero sólo 10 de las 120 parejas pasaron a la final. Mis amigos de Valencia estuvieron a un pelo. Por mi parte, confirmar lo que ya sabía, que en el vino se está continuamente aprendiendo, y disfrutando. ¡Cómo me gusta!

Felicidades a los ganadores, a los asistentes y a la milimétrica organización. Próximo año: Madrid.

Vicente

Fotografía nº 3 cedida por Mario Cardona.
Fotografía nº 5 cedida por Nuria Marti. 


Los vinos de la fase clasificatoria:

1. Recadero Brut de Brut Nature 2004
2. Domaine Vacheron Sancerre Les Romains 2012
3. Emilio Rojo 2011, Ribeiro
4. Philip Togni Cabernet Sauvignon 2006, Napa Valley
5. Château Haut-Brion 2006, Pessac-Léognan
6. Finca Villacreces Pruno 2010, Ribera del Duero
7. Maculan Torcolato 2008, Breganze DOC

Los vinos de la final:

1. Laurent-Perrier Cuvée Alexandra Brut Rosé 2004
2. Gran Caus Blanc 2005, Penedès
3. Finca Allende Mártires 2012, Rioja
4. Weingut Dönnhoff Felsenberg GG 2010
5. Clos Erasmus 2010, Priorat
6. Cayuse Cailloux Vineyard Syrah 2010, Walla Walla
7. Fernando de Castilla Palo Cortado Antique 

Más información: www.vilaviniteca.es


sábado, 12 de abril de 2014

COTEAUX CHAMPENOIS - AMBONNAY ROUGE EGLY-OURIET



No todo en Champagne es espumoso, se elaboran también vinos tranquilos vendidos bajo la denominación Coteaux Champenois (creada en 1974), siendo los tintos los más comunes. Las uvas utilizadas son las mismas que las utilizadas para elaborar champagne.

La mayoría son muy ligeros de cuerpo y con alta acidez, y los de mayor calidad no son baratos, pero quién se resiste a probar cualquiera de estos vinos elaborados por algunos de los mejores productores de Champagne y provenientes de los mejores viñedos y pueblos. La lista de elaboradores es brillante: Egly-Ouriet en Ambonnay; René Geoffrey en Cumières; Paul Bara, Benoît Lahaye, entre otros, en Bouzy; Gatinois en Aÿ, o Bollinger con su cuvée Côte aux Enfants también en Aÿ; Larmandier Bernier, Vertus; Leclapart en Trépail; Vincent Laval, Cumières

Recientemente abrimos el Coteaux Champenois Ambonnay Rouge Cuvée des Grands Côtes Vieilles Vignes Egly-Ouriet Grand Cru 2007

Francis Egly elabora algunos de mis champagnes preferidos y su tinto pinot noir está considerado por muchos el mejor de la Champagne.

De color rubí, con ligera evolución. Desconcertante nariz tostada al principio, sin embargo detrás se intuyen los frutos rojos. Cambiante en copa, llegando a distinguirse incluso notas animales (apreciación no negativa). La complejidad se va poniendo en su sitio, aparte de la fina madera se hacen destacar los frutillos rojos, coulis de fresa, cerezas, arándanos… tarta de frutos rojos. Sutiles aromas. En boca, fruta delicada, rosa marchita, agradable, ligero, buena acidez, longitud, profundidad, con un largo y persistente final. Un vino que a cada sorbo más nos gustaba. 12,5 % de graduación alcohólica.

Resulta interesante probar estos vinos, al fin y al cabo, existía su producción anteriormente al desarrollo del vino espumoso en la zona.

Hasta la próxima.

Vicente

Dedicado a Violeta, protagonista de la novela “Valencia y el testamento de Violeta García” escrita por Juan Luis Vanrell.

viernes, 11 de abril de 2014

La Guita años 50, La Gitana años 40... Miraflores, Balbaina, Macharnudo... González Byass, Agustín Blázquez... ¡Una cata única!



Una cata única de un vino fascinante, un vino del sur, el vino de Jerez. Celebrada en Monvinic y dirigida por Álvaro Girón, en mi opinión, la persona idónea para relatar la historia de estos vinos. Nos deleitó con sus conocimientos, datos históricos y su pasión por uno de los grandes vinos del mundo. Presentó una selección de botellas de entre los años 40 y los 80 del siglo pasado. Algunas provenían de las propias bodegas, pero otras fueron encontradas en anticuarios, junto a antiguas colecciones de viejos libros, postales… o en lugares insospechados. La cata y la exposición prometían romper con varios estereotipos respecto a este tipo de vinos. Y así fue.

Los vinos, abiertos y decantados previamente, inundaban con sus aromas la sala ya antes de tomar asiento. La expectación era máxima.

Previo a la degustación de las 14 botellas nos convidan con una copa de entrada, es un vino del año, un mosto de la Cooperativa de Miraflores.


Durante la cata-degustación, Álvaro Girón expone numerosos datos sobre el vino de Jerez a partir de documentos, notas de prensa y libros consultados. Un trabajo extenso y apasionante. En  mis incompletos apuntes figuran los siguientes esbozos:

<< Hace más de un siglo, los vinos de crianza biológica tenían un precio elevado debido a la dificultad de trabajar en flor. Como curiosidad, en 1896, Tío Pepe era más caro que Châteaux Margaux. A la cabeza en precio estaban los champagnes. Vemos en las notas de prensa de la época que Domecq también elaboraba champagne en Jerez. (Dato muy interesante que yo desconocía, de hecho los suelos de albarizas son similares a los de Champagne)

Por aquél entonces, más del 40% del vino que se consumía en el mercado británico era jerez. Su exportación suponía la principal fuente de divisas para España.

A principios del XIX desconocían cómo dirigir el tipo de vino, la vinificación era “casual” y hablaban de un vino amontillado al estilo de Montilla, siendo algo novedoso. Incluso se definía la flor como algo perjudicial. En aquellos tiempos llegaron a observar que determinados pagos eran propensos a ser palo, amontillado, oloroso… >>

Y muchos detalles más, curiosos e importantes. Espero que pronto Álvaro Girón plasme en forma de libro sus extensos conocimientos sobre el tema.


Respecto a las 14 joyas:

1.- B. Rodríguez La-Cave, Manzanilla Barbiana

Sanlúcar de Barrameda, Miraflores Alta. Esta antigua casa vinatera se fusionó con Delgado Zuleta en 1978. La botella es del 88. Un vino fino con sensación a amontillado. Álvaro Girón opina que a lo mejor le falta unos 20 años en botella. Y pensar que el consejo regulador recomienda para su consumo óptimo entre 12 y 18 meses en el caso de finos y manzanillas y hasta 36 en amontillados. Preveo que este concepto, el de la longevidad en algunos vinos de crianza biológica, va a ser el primer tabú tumbado durante la cata.

2.- F. García de Velasco, Manzanilla Pasada Los 48

Casa fundada en 1803. Se trata de una manzanilla que proviene de dos pagos sanluqueños de distinto perfil, uno bajo la influencia climática del río Guadalquivir, el pago Martín Miguel, y otro influenciado por el mar, Carrascal. La botella es de los años 50, o puede que de los 40. Tal y como se mostraba este vino y con esa vejez, quién le puede poner un pero.

3.- Hijos de Rainera Pérez Marín, Manzanilla Pasada La Guita

Viña de Miraflores Baja, una botella de los años 50 en plenitud todavía, mineralidad marcada, la caliza, la pureza de Miraflores, el éxito de la crianza biológica. Adelanto que fue la que más me impactó. Un ejemplo maravilloso de hasta donde puede llegar el binomio flor / caliza. En pocas zonas del mundo podríamos encontrar tal expresión y elegancia marcada por el suelo. La bodega, fundada en 1852, pasó a formar parte del Grupo Estévez en 2007.

4.- Viuda de E.Hidalgo, Manzanilla Pasada La Gitana

Aquí tenemos dos prestigiosos pagos, Miraflores y Balbaina (Los Cuadrados), sanluqueño y jerezano. Preciosa botella de los años 40, una de las que recibió más fotos. Le pregunto a Álvaro cómo la ha conseguido: fue comprada a un anticuario de Alicante que la compró a un señor quién a su vez la consiguió de un hotel que cerró en los 60. La Gitana no decepcionó, al contrario. La bodega, fundada en 1792, ha mantenido hasta la actualidad su carácter familiar.

Cuatro viejas botellas probadas de momento, las cuatro de manzanilla. Hemos encontrado finura, sutil mineralidad, carácter calizo… y una enorme longevidad. La diferencia con las actuales habría que buscarla muy posiblemente en la diferente viticultura de la época, en la poca filtración de los vinos y en las largas y lentas crianzas. Observar que las más antiguas se tratan en realidad de manzanilla pasada.

De Sanlúcar, Álvaro nos cuenta que la propiedad siempre ha estado muy subdividida, una auténtica micronesia, y lo habitual, la manzanilla histórica, era la mezcla de mostos de arenas, barros y albarizas. Hoy en día, se puede decir que son albarizas puras. 

5.- Osborne, Fino Quinta

Un fino de El Puerto, de una casa mítica y de un pago que se puede considerar marítimo, Balbaina, caracterizado por su suelo calizo y la persistencia de la niebla. El vino muestra finura y elegancia, y cierta contundencia caliza, el pago impregna su personalidad. La botella es de los 50. Realmente impresionante. Álvaro nos informa que a principios del XX le llamaban Amontillado Fino Quinta y que también Inocente fue amontillado en su tiempo.

6.- Barbadillo, Jerez Dry Cuco

Botella de los años 70. En este caso es un oloroso de un suelo calizo y mineral, la viña del Cuco, situada en Los Cuadrados, Balbaina. En ese momento se me quedó grabada la frase que pronunció Girón: los finos y las manzanillas hacen dulces los olorosos. 

7.- Bodegas Sancho, Fino Monterrey

De los años 70. Viña El Caribe del pago jerezano Añina. Criado en El Puerto de Santamaría. Casa fundada en 1812 y ya desaparecida. Pienso en el tremendo trabajo de búsqueda para reunir todas estas botellas. Además, entre que no eran considerados vinos de guarda y que si los guardaban era únicamente por la estética de la botella o etiqueta y por lo tanto sin preocuparse por la adecuada conservación del vino, estamos teniendo suerte, los vinos salen bien o muy bien.

8.- González Byass, Fino Macharnudo

Entramos en Macharnudo, el pago más venerado por su calidad, la pureza caliza de su suelo y subsuelo. En comparación a otros pagos, ocupa los terrenos de mayor altitud. Álvaro nos informa que la cumbre de la colina recibe el nombre de Haurie, el francés fundador de Domecq. La etiqueta de la botella, de los años 70, está muy deteriorada, pero el vino es el que más contundente se muestra hasta el momento, con amplitud y peso en boca.

9.- Marqués del Mérito, Fino Mérito

También Macharnudo y de los 70 la botella de esta bodega de Jerez de la Frontera. Álvaro expresa, en términos generales, la contundencia que encuentra en las botellas viejas, su mayor concentración, su afinamiento en sentido mineral y la poca oxidación para lo que cabría esperar.

10.- Valdespino, Fino Inocente

Otro lujo, probar una botella antigua de Inocente, uno de mis vinos preferidos de siempre. Hoy en día, siguen realizando la fermentación en botas de roble americano y criándose bajo velo durante más de 8 años. Comentan que el tapón apareció destrozado bajo la cápsula. El vino vemos que no. Macharnudo y Valdespino. Esta cata está resultando impactante, emocionante.

11.- González Byass, Fino Viña AB

Probablemente de los años 40. Indicando ya el nombre de la viña productora, Viña AB dentro del pago Macharnudo, al estilo francés. No anoté mis sensaciones, simplemente lo disfruté.

12.- Domecq, Amontillado Fino Jandilla

Otra bodega histórica. Botella de los años 70. Macharnudo. Se observa que en la publicidad de la época es recomendado para comer, no para el aperitivo. Me hubiera gustado volver a probar este vino al cabo de unas horas.

13.- Agustín Blázquez, Amontillado Fino Carta Blanca

Botella de los años 50 y otra de las estrellas de la espectacular sesión. Concepto terruñista del que fuera alcalde de Cádiz. La casa desapareció en los 70 al parecer absorbida por Domecq. De nuevo el pago marca el estilo y su permanencia en la solera. Seguimos en la línea Macharnudo, terruño a tope. Sin duda se trata de un vino asombroso. Uno de los que más gustó en la sala, no me extraña. Es una de las casas fetiches para los amantes del vino de la zona.

14.- Agustín Blázquez, Palo Cortado Superior

Un vino de un color precioso, subido, brillante. Un vino todo potencia, no sólo alcohólica. Estamos hablando de una botella de los años 50, pero es que hemos tenido delante 14 botellas que bien podrían formar parte de un museo, eso sí, una vez vacías, por favor.

Todas las botellas salieron buenas. Los estilos se mantenían, Sanlúcar, Jerez… los distintos pagos. Un pasado en el que inspirarse para el futuro, donde los vinos de pagos y de viñas, es decir, de terruño, deberían tener un importante hueco dentro del vino de Jerez.

Los asistentes comentaron sus predilecciones destacando los Macharnudo, sobre todo González Byass y las botellas de Agustín Blázquez. Estoy de acuerdo, salieron extraordinarios, reafirmando la grandeza del jerez, pero mi preferido, y me voy a mojar, fue La Guita, ¡inconmensurable!

Apoyado por el profesional equipo de Monvinic, Álvaro Girón desarrolló una exposición magistral. Al menos a mí me cambió varios conceptos, me asentó otros, y propició nuevas preguntas e interés.

Una sesión que seguro quedará en el recuerdo de todos los asistentes.

Vicente

Cata Jerez: La duda que no paraliza.
Celebrada el pasado 24 de marzo en Monvinic, en Barcelona.