sábado, 29 de marzo de 2014

DOS VINOS DEL DOURO: CHARME (NIEPOORT) Y PINTAS (WINE & SOUL)

La zona vinícola del Douro siempre ha tenido un papel secundario para los denominados vinos de mesa, los vinos secos, debido a la importancia del comercio de los oportos. En 1986 una nueva ley permitió a los productores del Douro exportar sus productos directamente, sin la obligación de pasar por Vila Nova de Gaia. Pequeños vitivinicultores influyeron en el empuje de la zona y, desde hace poco más de una década, en la elaboración de vinos no fortificados a partir de sus propias uvas.

El valle del Douro comprende una enorme extensión de más de 40.000 hectáreas, suelos de esquistos y pizarras y una gran variedad de castas autóctonas entre las que destacan la touriga nacional, touriga franca (anteriormente llamada touriga francesa, aunque no tenga ninguna relación con Francia), tinta barroca, tinto cão y la única no portuguesa, la tinta roriz (tempranillo). Pero las variedades existentes, únicamente en el valle del Douro, llega a más de 100 diferentes.

La zona se divide en tres subregiones: Douro Superior, Cima Corgo (la más valorada) y Baixo Corgo, la zona más cercana a Oporto.

Dos vinazos de la región hemos disfrutado hace pocos días: Charme 2007, de Niepoort, y Pintas 2008 de Wine & Soul.


Charme 2007

Uno de los vitivinicultores más activos, o el que más, del panorama vinícola portugués es Dirck Niepoort. Es de sobra conocida la calidad de sus Porto Vintage, Colheita… y toda la gama de oportos. También la de sus vinos de mesa, vinos no fortificados: Redoma, Robustus, Batuta, Charme…

Niepoort, siempre enfrascado en nuevos proyectos, realiza multitud de colaboraciones con otros productores amigos: Dado con Álvaro de Castro en Dão; Omlet con Telmo Rodríguez, en el Douro; Ultreia Douro con Raúl Pérez (he probado recientemente el 2011 y es espectacular) y otras colaboraciones como Ladredo en Ribeira Sacra, el fantástico blanco de palomino Niepoort-Navazos o en otros países como Austria y Sudáfrica.

Con Charme, intenta acentuar un estilo más borgoñés, a pesar de las distancias lógicas. Los racimos no se despalillan, pisados a pie en los tradicionales lagares de piedra, barricas de roble francés, crianza de 16 meses, sin clarificación ni filtrado. Cepas viejas de más de 70 años (tinta roriz, touriga franca y más variedades) de Vale de Mendiz, en el corazón de la zona del Douro, en el valle de Pinhão. 9.500 botellas en la añada 2007. 13,5 % de graduación.

El vino de mi botella presentaba un color ligero, abierto. Cerrado en nariz en un principio, al ir abriéndose se percibía un conjunto de notas que recordaban a la fruta roja, las cerezas, hoja de té, tabaco, incluso cigarro puro. Es en boca que me gusta más, rica acidez, sedosidad, elegancia y frescura. Retronasal de nuevo a fruta roja y larga persistencia.


Pintas 2008

Wine & Soul lo forman la pareja Jorge Serôdio Borges y Sandra Tavares da Silva. El primero fue enólogo de Niepoort desde 1999 al 2004, y su mujer se inició como enóloga en Quinta do Vale Dona Maria, junto a Cristiano van Zeller, y su familia posee una bodega en Estremadura.

El nombre Pintas es en honor de su perro de raza pointer. El viñedo, inicialmente de menos de 2 hectáreas, trabajadas en alquiler y posteriormente comprado reúne más de 30 variedades diferentes plantadas hace unos 70 años. De orientación sur, cerca del pueblo Vale de Mendiz en la ribera del río Pinhão, en la zona Cima Corgo. La primera añada fue la 2001, realizando la vinificación en una vieja bodega que pertenecía a Niepoort.

En 2003 crean su primer Pintas Vintage Port y en 2005 el primer Pintas Character. También tienen un blanco, Guru.

Respecto a Pintas, las uvas son pisadas en lagares de granito y la crianza se realiza en barricas francesas. El 2008 fue embotellado en 2010, 5.500 botellas, 14,5 % de graduación.

En un estilo bastante diferente al anterior vino mencionado, más exuberante. Color cereza picota, borde violáceo. Frutos rojos maduros. Expresivo. En su punto, sin atisbo de sobre madurez, con suficiente acidez en boca. Concentrado y elegante. Seductor. Un vinazo. Mejora a cada sorbo. Madera completamente ensamblada. Es redondo, potente, sedoso, sin aristas. Fructosidad, taninos domados, finos. Mostraba también su mineralidad, recuerda un priorato de los más grandes. Rico, muy rico. Y qué bien huele. Lo disfrutamos.

Evidentemente seguiremos comprando y probando botellas de esta fantástica zona, el Douro.

Vicente