En el viñedo riojano el paisaje otoñal alcanza todo su
esplendor. Antes de la caída de las hojas, un mar de viñas nos ofrece un
mosaico de colores espectacular, contemplarlo es un regalo para la vista.
Durante nuestra visita a esta tierra con olor a vino, nos
instalamos en Haro, capital de la Rioja Alta. Es en esta ciudad, en el Barrio de la Estación , clave por su
ubicación cercana al ferrocarril, donde se concentra el mayor número de bodegas
históricas, almacenando una elevada cantidad de barricas de roble y botellas.
Su recorrido es imprescindible.
Aquí encontramos bodegas centenarias como Bodegas Bilbaínas
(conocida por vinos como Viña Pomal y La Vicalanda ) o La Rioja Alta (conocida por sus Viña
Ardanza, Viña Arana…). También en este barrio se localiza otra importante casa,
Bodega Muga (Prado Enea, Torre Muga…), muchos de sus vinos en sus añadas recién
salidas al mercado los podemos degustar por copas en su tienda situada en la
misma bodega.
Otra tienda que destaca por su espectacularidad y modernidad
es la diseñada por la arquitecta iraquí Zaha Hadid para una de las bodegas más
antiguas de La Rioja ,
López de Heredia. El edificio de la bodega sigue siendo el más bonito de todos.
Por cierto, una lástima que ya no vendan en la tienda sus viejas añadas, la
demanda y prestigio internacional es enorme. Sí ofrecían las últimas añadas:
Viña Tondonia Gran Reserva 1994, Gran Reserva Blanco 1991 (en cantidades muy
limitadas), Reserva Blanco 1998…
Teníamos cita con bodegas CVNE (Compañía Vinícola del Norte
de España), fundada en 1879. Una visita que no quería perderme. A principios de
este año, tuve la suerte de participar en una excepcional degustación vertical
de su Viña Real Gran Reserva, dirigida magistralmente por Luis Gutiérrez (poco
antes de ser elegido por Parker para representarle en España) y contando con la
presencia y apoyo de Víctor Urrutia, quinta generación de la familia fundadora.
Probamos numerosas añadas, desde el 2005 al 1949, un viaje a lo largo de todas
las décadas finalizando con un vino único, un Corona Blanco Semidulce
vendimiado en 1939. La cata se realizó en Barcelona, en Monvinic, la emoción se
desbordó entre los asistentes. Como expresó Luis Gutiérrez, habíamos bebido un
trocito de la historia de España.
Viña Real se elabora en una nueva bodega situada en la Rioja Alavesa , diseñada por el
arquitecto Philippe Mazières e inaugurada en 2004. La bodega que dio origen a
la compañía se encuentra en el barrio de la Estación donde elaboran los otros vinos de la
casa: Imperial, Monopole, Corona, Real de Asúa y Cvne. En ésta visitamos los
distintos edificios dispuestos alrededor de un gran patio: la nave Real de
Asúa, la nave Eiffel… y el cementerio de botellas, erróneo nombre para unas
botellas tan vivas como pude comprobar en la cata que nombro anteriormente.
Nave Eiffel, Bodega CVNE (Barrio de la Estación - Haro)
Otra bodega, en la que participa CVNE, es Viñedos del Contino, también
en Rioja Alavesa, en Laguardia.
Nos acercamos también a bodegas Roda, fundada en 1987 y
considerada por muchos como la más clásica entre las bodegas modernas de Rioja.
Hace pocos años tuve la suerte de asistir a una de las catas verticales de su
vino Roda I, guiadas por Agustín Santolaya, su director y gran comunicador: “El
vino es la única forma dinámica de embotellar el tiempo”. Actualmente celebran
su 25º aniversario, cosa que aprovechamos llevándonos algunas botellas del Roda
I 2004 (mi preferido en aquella cata histórica) y 2005, las mejores añadas
de la década junto a la de 2001. En la tienda es posible degustar algunos de
sus vinos y sus aceites disfrutando en un impresionante calado del siglo XIX,
sin necesidad de visitar las instalaciones de la bodega. Nosotros no nos
resistimos a probar su Roda I 2007, cremosa fruta negra.
En el centro de Haro se puede observar un rico patrimonio
arquitectónico. La ciudad vivió su apogeo a finales del XIX, cuando numerosos
viticultores de Burdeos y otras regiones francesas se instalaron en esta
población debido a la plaga de la filoxera que arrasó las viñas del país vecino.
De ahí la influencia francesa en la viticultura de esta zona.
Paseamos por la zona más festiva, llamada La Herradura , localizada
junto a la Plaza
de la Paz y repleta
de bares donde probar pinchos, tapas y vinos. También es interesante visitar
algunas tiendas de vino en busca de viejos riojas, nosotros nos llevamos un par
de botellas de Glorioso 1966 Cosecha Especial de Bodegas Palacio (47 años dignos
de probar).
A lo largo del valle del Ebro, tomando como eje el río, y
bajo la imponente Sierra de Cantabria, recorrimos varios de los pueblos de la
zona: La Bastida ,
San Vicente de la Sonsierra ,
Cenicero, La Guardia
(villa que conserva sus murallas medievales), El Ciego… No me olvido de
Briones, otro de los bonitos pueblos, el interior de su iglesia de la Asunción del siglo XIX destaca
por su belleza. Junto a esta localidad se ubica el Museo de la Cultura del Vino de Dinastía
Vivanco, su sala de cine dedicada al brindis entre el séptimo arte y el vino me
gustó especialmente.
Numerosas bodegas encontramos en el camino y también
edificios de arquitectura espectacular: Bodegas Baigorri, diseño del arquitecto
Iñaki Aspiezu; Bodega Ysios, proyectada por Santiago Calatrava (preciosa imagen
al pie de la sierra de Cantabria); el impresionante hotel diseñado por Frank O.
Gehry, dentro del recinto de la bodega Marqués de Riscal, con vistas a Elciego;
el Hotel Viura, compuesto por cubos, ubicado en Villabuena de Álava…
En otra de las excursiones nos dirigimos hacia la sierra de la Demanda visitando Santo
Domingo de la Calzada
y Ezcaray. En este último pueblo, además de un fabuloso tapeo, como es habitual
en toda la zona, nos aprovisionamos de productos de origen: conservas de
puerros, pimientos, garbanzos con berza, espárragos… No sólo nos llevamos vino.
Como comentaba, utilizamos de punto base la ciudad de Haro,
en concreto el Hotel Los Agustinos, antiguo convento de 1373. Apuntado queda
para nuestras próximas visitas y también su restaurante Las Duelas, con
excelente servicio y donde nos adentramos en la cocina local: migas con
panceta, chorizo, huevo frito y uvas de vendimia; lomo de bacalao a la riojana
con pimientos asados… Sabrosos platos que acompañamos con Viña Tondonia Reserva Blanco 1998,
nariz compleja, disfrutable y con recorrido. Extensa carta de vinos de Rioja.
Otro restaurante cercano en el que disfrutamos fue Casa Toni, en San Vicente de la Sonsierra.
Boletus , pichón al tomillo con vinagreta de avellanas, helado
de vino tinto con reducción de zurracapote y frutas rojas… fueron algunos de
los platos degustados. En su carta de vinos no aparecen antiguas añadas pero sí multitud de referencias de la región, sobre todo de los elaboradores
del pueblo. No tuvimos dudas en elegir una botella de Graciano Grano a Grano 2010 de Abel
Mendoza: fruta, especias, madera presente pero elegante,
balsámicos… Excelente monovarietal de graciano a pesar de su juventud, para
pillarlo de nuevo en unos años.
Finalizamos nuestro viaje en Logroño, bella ciudad cruzada
por el río Ebro y que forma parte de la Ruta Jacobea. Nosotros seguimos
la famosa “Senda de los Elefantes” recorriendo varios bares de tapas a lo largo
de la calle Laurel. Todos nos gustaron. Dos direcciones guardo: Pata Negra
(donde degustamos por copas El Puntido 2009 de Viñedos de Páganos,
propiedad de la familia Eguren, y Trasnocho 2004 de Remírez de Ganuza)
y La Tavina (Remelluri
Reserva 2007 y Rioja Alta 904 Gran Reserva 2001). ¡Menudo
chiquiteo! En cuanto a los pinchos, deliciosos, una muestra en tapas de la
sabrosa y variada gastronomía local.
Nos despedimos de esta tierra deseando regresar en el
próximo otoño. Una gran variedad de posibilidades nos espera: bodegas
tradicionales, modernas, encantadores pueblos, monasterios, rica gastronomía,
ambiente vinícola y los colores de un paisaje hipnotizante.
Vicente
Las fotografía de cabecera y las nº 4 y 5 han sido
realizadas por Juan Luis Vanrell (El Ojo Público)