Blog de un aficionado al vino. Un paseo simple a través de mis aficiones, un punto de vista personal en un instante determinado. Siempre dispuesto a aprender, disfrutar y compartir.

martes, 28 de febrero de 2017

Montpellier: Les Vignerons de l'Irréel, Les Affranchis, Le Vin de mes Amis...



A finales del primer mes de cada año, se celebran varios salones de vinos en Montpellier. En este 2017 fue durante el 29 y 30 de enero, domingo y lunes. Les vignerons de l'irréel, Les affranchis y Le vin des mes amis son las tres ferias que más me interesan, consideradas ferias off en relación a la Millésime Bio, que este año se ha trasladado a Marsella, o la populosa Vinisud celebrada también en Montpellier en las mismas fechas.

Mi experiencia fue muy positiva, catando numerosos vinos de mi gusto.


Comenzamos con esta feria que celebraba su segunda edición, en el espacio Dieze Warehouse a las afueras de la ciudad. Un total de 50 vignerons, franceses, italianos y españoles.

Empezamos. Un gustazo los vinos de José Miguel Márquez (Bodegas Marenas). De Montilla, Córdoba. En una zona donde destacan los vinos generosos, no le falta la frescura a sus vinos: Montepilas (vino con el mismo nombre que su variedad autóctona), Mediacapa (pedro ximénez), La Veló (tempranillo), Cerro Encinas (monastrell), Casilla Las Flores (pinot noir)... Todos de la añada 2016 y sin aditivos de ninguna clase. Buena selección.


A su lado, Juan Pascual López (Viña Enebro), de la zona de Bullas, Murcia. Vinos frescos, caracterizados por su naturalidad, honestidad y como único ingrediente uva 100%. Sus vinos nos sorprendieron muy gratamente: el Blanc de Noir, embotellado para el salón, en cuya composición destaca la variedad tinta forcallat vinificada como blanca; el Monas3, de divertida etiqueta, y la monastrell de maceración carbónica Escala 2016, ambos en depósito y embotellados para la ocasión; su espumoso ancestral y finalmente el Viña Enebro 2013, de etiqueta roja. De este último, monastrell, probamos sus dos versiones, la vinificada en barrica de 500 litros y la de 225, siendo idéntico vino cambiaba todo, el color, la evolución, sus notas... Curiosamente nos gustó más el segundo, ¡qué bueno!


Una mesa tenía marcada especialmente, la de Anders Frederik Steen. Cuatro vinos traía, todos magníficos, los tres primeros en asociación con Jean-Marc Brignot: Don't throw Plastic in The Ocean, Please 2015 (cuvée comercializada en varios idiomas, presenta dos versiones debido al diferente coupage y al material utilizado en su vinificación, fibra o foudre); la syrah Si, c'est rare 2014 (como los anteriores, su uva proviene del domaine du Mazel en Ardèche) y por último, Le Rebloché 2013, vinificado por Anders Frederik y embotellado por Laurent Bannwarth, uno de mis vigneron preferidos en Alsace y que aporta en esta cuvée también su uva, pinot gris y gewürztraminer a partes iguales. Tremendo vino en el que notamos cierto carácter oxidativo debido a la existencia de un ligero velo de flor durante su vinificación, según nos confirma Steen.


Ya con ganas de comer algo, en cuanto salgo de España me entra el hambre antes de las 13 h, nos lanzamos a por la sopa de verduras que tenían preparada en una sala continua, me sentó de maravilla, sobre todo con los vinos que elegí para acompañarla, unas copas de los Beaujolais de Jérôme Balmet, de los vinos que más me gustaron, para aplacar la sed y para disfrutarlos. Como siempre, prefiero beber que catar.


De Philippe Delmée y Aurélien Martin, en Anjou, conozco alguno de sus vinos. Recuerdo perfectamente haber bebido una botella de Ni Rouge Ni Blanc en La Buvette en París. Tras probar los cinco vinos presentes en su mesa, me reafirmo una vez más en que me encantan. El pétillant, degollado tan solo dos días antes, nos refrescó gratamente el paladar.


François Ecot. Hasta ahora no había probado nada de sus vinos, pero sí había leído algunas cosas, sus botellas aparecen a menudo en los instagram de mis amigos japoneses, así que tenía que aprovechar la oportunidad. Y no me defraudaron, ni mucho menos. Aligoté, gamay, foudres, racimo entero... Bourgogne, al sur de Auxerre.


Finalmente, aunque había muchas otras mesas donde catar interesantes vinos, elijo despedirme de este salon, quedaban dos más, con los vinos de Mattia Carfagna, de Toscana. Iba sobre seguro, una de sus botellas la había degustado con placer cenando hacía pocos meses en Retro'Botega. Vino recomendado por el propietario, cocinero y sommelier de esta cave à manger de París. Catamos la sangiovese, sin madera durante su vinificación, y la ansonaco, un 30% en maceración pelicular durante 25 días. Me gustan.



Nuestro segundo salon visitado. En el Château de Flaugergues, unos 45 vignerons mostraban sus vinos. Recorrimos las siguientes mesas:

Julien Albertus, del domaine Kumpf et Meyer, Alsace. Como en las demás mesas, catamos todos sus vinos. Tenía ganas. Curiosamente había probado alguno de sus vinos por primera vez en un viaje por Japón. Variedades típicas de Alsacia: pinot gris, auxerrois, silvaner, muscat, riesling, pinot noir... Terminamos la degustación con uno de los que más me agradan, su pétillant Restons Nature Dark Nat 2016, pinot noir y gris maceradas juntas.


Olivier Lemasson, Les Vins Contés. Otros vinos que me gustan mucho. Todos 2016. De Gama-Sutra no escupí ni una gota, una gamay espléndida que apetece en todo momento. Su malbec, o côt, Chemille de Fer me sorprendió por su finura y rico sabor.


Jeff Coutelou. Sus vinos me encantan. Probamos varios monovarietales (grenache, syrah, cinsault, carignan), La Buvette à Paulette (mourvèdre y cabernet sauvignon), Flower Power (ensamblaje de aramon noir y gris, cinsault y otras variedades, en coplantación), L'Oublié (mezcla de diferentes añadas)... Todos 2015, todos elaborados con despalillado. Son vinos para beber sin moderación, plenos de fruta, frescos y densos a la vez. Una de las frases que nos brindó este vigneron durante la degustación fue: "el alcohol no es un parámetro de equilibrio, es la maduración". Sus hectáreas se localizan no lejos de Béziers.


En el patio central, al aire libre, se disponía un food truck donde poder picar algo o llenar el estómago. Seguimos...

Nathalie et Emile Hérédia. Presentes ambos, con varias cuvées, nos inclinamos por beber sus pet nat del domaine des dimanches, Rosebud y Bulle Hit, no todo va a ser catar. También realizamos alguna compra.


Hubert & Heidi Hausherr. Domaine alsaciano localizado en Eguisheim, Alsace. Uno de sus vinos que no conocía era La Colline Céleste, en su mayoría gewürstraminer, también riesling y pinot gris. Potencia aromática. No trajeron su tinto, pinot noir de placer inmediato, pero tengo en casa.


Christian Binner y Vanessa Letort forman parte de Les Vins Pirouettes, proyecto lanzado por este vigneron (domaine Binner) quien trabaja junto a otros jóvenes productores de Alsacia elaborando cuvées como por ejemplo Espoir de Bulles de Stéphane o Bulles de René. El primero, un pétillant de gewürz, y el segundo de riesling, pinot noir y blanc y auxerrois. En sus etiquetas aparece también el nombre del productor.


Fue la última mesa que visitamos en Les Affranchis, pero quedaba una tercera feria para la que nos reservábamos al siguiente día.


En el Domaine de Verchant, en Castelnau-le-Lez, a unos 3 kilómetros al norte de Montpellier. Salón organizado desde 2004. El más grande de los tres visitados, muchas bodegas participando y un extraordinario servicio de catering para coger fuerzas.

Maxime Magnon (Corbières). No había probado hasta ese momento sus vinos. Ahora los busco, especialmente Métisse, una semana de fermentación y seguidamente prensado; uva entera, sin despalillar; carignan, grenache, cinsault y syrah. ¡Bravo! Añada 2015, al igual que el resto de sus botellas. Rozeta, otra de sus cuvées también me impresionó. Un amigo sommelier me recordó la presencia de esta mesa, me alegro de no perdérmela.


Domaine Marcel Richaud (Cairanne). Nos atendió Thomas Richaud. Hicimos especial énfasis en sus tintos. Concentrados pero equilibrados; sudistas, potentes pero afrutados, con fluidez y finura tánica.

Domaine Léon Barral (Faugères). Sus blancos o sus tintos son de nuestro gusto. Jadis 2014 estaba tremendo (carignan, syrah y grenache); también Faugères 2014 (mourvèdre y syrah). Bueno, es que nos gustan todos.


Domaine Mamaruta, en la zona de Fitou, en Languedoc. Marc Castan recuperó las viñas de su abuelo. No lo conocíamos, pero el color de sus vinos nos hizo parar en esta mesa. No nos equivocamos. Frescura, vins de soif y también de carácter, sinceros, de cortas maceraciones. Una de sus cuvées que más me gustó fue Le Coupe Soif 2015 (carignan y grenache), el nombre lo define bien.


Blandine et Pierre Jequier, Domaine Mas Foulaquier. Importante referencia en Languedoc, en la zona de Pic Saint-Loup, cerca de Montpellier. Le Petit Duc 2014, grenache 100 %, fue mi preferido en esta ocasión. 


Camille et Mathias Marquet, Château Lestignac (Périgord). Sud-Ouest. Una de las mesas donde más disfrutamos. Ya lo imaginamos de antemano, conocíamos alguno de sus vinos. Frescor, redondez, equilibrio... De esta mesa todo me gustó. 


No nos fuimos sin probar todas las cuvées presentes de Fabien Jouves, Mas del Périé (Cahors). El sur de Francia estaba bien representado en esta feria.


Durante nuestra corta estancia en Montpellier buscamos también algunas direcciones de nuestro gusto. Tres encontramos:

Glouglou. Bar de vinos, varios por copas en dispensadores y una extensa carta,  algunos de ellos naturales. Optamos por una botella de Gramenon, Poignée de Raisins 2015. Para acompañar, una tabla de embutidos, salazones, quesos... También disponían de otros vinos naturales, como por ejemplo de Marcel Lapierre.

La Cave du Boutonnet. Tienda de vinos, pequeña pero con una selección de vinos naturales muy interesante: Philippe Viret, La Fontude o Le Temps des Cerises. De estas dos últimas bodegas compramos algo para casa, pero no llegaron a viajar, las degustamos cenando en un restaurante vietnamita de la ciudad. Tremendas.

Comme un dimanche sous le figuier. Un buen lugar donde comer, aparte de por los platos, por la bebida. Nos encantó la botella de Didier Barral Blanc 2013. Un vino que nos servirá para recordar la visita durante mucho tiempo.

Hasta la próxima

Vicente